Capítulo 5
Fantasma
(En algún lugar de New York)
¿Un psicópata se hace o se nace?
Es una buena pregunta.
Pero como yo no tengo la respuesta para eso, puedo seguir disfrutando del olor de la sangre fresca que inunda mis fosas nasales.
Es demasiado maravilloso, es placentero, te llena de mucha paz que no habría palabras para describir lo que sentía en este momento. Y es que me gusta jugar y mucho, mis padres siempre decían que yo no podía ser una persona normal después de encontrarme mutilando a un gato.
Bueno, nuestro gato.
Me llevaron a psicólogos, desde que tengo memoria y mi única excusa fue:
—No sabía que los gatos tenía una sola vida, como siempre dicen que los gatos tienen sietes vida lo quise comprobar.
Si, era la excusa barata. Pero tener cinco años practicando cada corte, cada precisión me lleno de satisfacción en ese momento hasta el día que me descubrieron.
Y cada vez que crecía me daba cuenta que nací para esto y así me mantendrían hasta que me encontrara, sí que alguna vez los hacen.
Dejo que el humo del cigarro salga por mi nariz mientras miro a la chica que tengo frente, su cara esta golpeada hasta decir basta. Tiene una pequeña puñalada en un lado de la costilla que hace que una línea de sangre manche su uniforme horrendo.
Y lo mejor, es que ha sido mi presa favorita desde que descubrir el secreto y como atraería la atención del Detective sexy.
La cuenta regresiva ya había terminado, el reloj se había detenido y significaba que mi mejor parte comenzó desde que di mi primer paso.
Veo las manchas de sangre en el suelo, las herramientas usadas y recuerdo en el preciso momento como todo sucedió. Cada golpe, cada grito de súplica que parara, pero lo mejor de todo es el calor que llena el lugar y ese olor a quemado cuando ve su compañía que solo tiene medio cuerpo metido en ácido.
No fue difícil saber en dónde estarían, porque ahí yo estaría esperando por ellos. Pero a quien disfrute más torturando era a ella, y ahora veo como sus pequeños ojos se cierran mientras dejo que el humo vuelva a salir.
—Ay amor, espero que no esté muerta para cuando te encuentre.—susurre con ánimos para después hacer la llamada.
Le eche un último vistazo al lugar y después llame.
—911 ¿Cuál es la emergencia?
»»--⍟--««
Adriel
Despertar con un dolor de cabeza es mi pasión cada día.
Como hago me levanto de mi cama y me voy a duchar, en todo el proceso que siempre hago todos los días para irme a trabajar repaso en mi mente que debo ir a interrogar a los bomberos como el protocolo me lo exigen.
Además tengo que pedir las grabaciones aunque no hay todavía, pero algo debo encontrar. Aunque sea algo pequeño pero debo encontrar. Cuando estoy a punto de irme paso por la habitación de Malika y noto que no paso la noche aquí, además tampoco tenía ningún mensaje de ella en mi celular.
<<Qué raro.>>
Dije internamente mientras marcaba su número, pero me saltaba al buzón de salida. Resople cansado porque no era la primera vez que lo hacía, cuando estaba molesta aunque siempre lo hacía con su mamá y no conmigo.
Volví a marcar cuando iba directo a la oficina y me volvía a mandar a buzón, fui por mi café antes de agradecerle a Eve por el café. No fui directo a mi oficina sino a informática, cuando estuve arriba me fui directo a un solo cubículo que me importaba.
—¡Fisher!— salude al geniecito que se encargaba de los rastreo aquí.
Él salto de su asiento cuando me vio y sus ojos café se movieron rápido nervioso mientras apagaba la laptop.
Voltee los ojos cuando entendí lo que hacía.
—Agente Miller, ¿En qué puedo servirle?—dijo ajustándose las gafa y mirándome un poco rojo de los nervios porque lo había sorprendido.
Yo resople cansado mientras le pasaba un papel con el número de Malika.
—Rastrea ese número, para ya y quiero saber dónde está.—demande cansado.
Él lo agarro y asintió mientras volvió a encender otra laptop y comenzaba a teclear.
—La información se la enviare a su celular.—asentí mientras me volvía a ir.
Llegue a mi escritorio mientras buscaba mi placa y me guardaba mi arma en mi espalda ocultándola con la chaqueta. Todos nosotros teníamos permiso para portar nuestra arma en nuestras funciones de trabajo, yo no la usaba mucho porque no era amante de ellas. Pero siempre tenía que estar armado a donde fuera.
Además tenía unos interrogatorios pendientes, recogí lo que debía mientras me encaminaba al ascensor y me disponía salir a la estación de bomberos donde fueron los quienes aceptaron el llamado.
Ya en el lugar fui a los dos Bomberos y le hice pregunta a los dos, ninguno titubeo sino que como siempre. Recibieron una llamada en la madrugada de emergencia, y cuando llegaron a la suite estaba todo cerrado, los bomberos habían olido el gas y así que actuaron. Como decía el informe.
— ¿Entonces el cantante ya estaba muerto con todas la chicas, cuando ustedes llegaron?
—Si señor.—los dos asintieron de acuerdo.
—Murieron por falta de oxígeno e intoxicación de gas, así que fue una muerte lenta y segura. Ya que si mal no recuerdo, estaban drogados y eso solo pudo acelera más el proceso. —contesto uno de ellos y yo asentí de acuerdo.
— Bueno esto es todo, seguiré en los otros interrogatorios. —me levante de la mesa y ellos me siguieron.
—Si necesita algo más, ya sabe dónde nos encontramos.
Me despedí, mientras regresaba de nuevo al lugar de mi trabajo. Iba de camino cuando recibí el mensaje de Fisher diciendo que su última ubicación fue en unas bodegas afuera de la ciudad. Eso me preocupo un poco así que di un giro en el cruce y conducid lo más rápido que pude.
Dos horas después estaba en el lugar y lo que me tomo por sorpresa era que había patrullas policiales por todo el lugar, forenses corrían de un lado a otro con su típico traje blanco, mientras que algunos policías colocaban la cinta de protección de la escena para impedir que la prensa pasara al sitio.
Baje de mi vehículo y me acerque con el corazón en la boca, volví a marcar el número de ella pero no respondió y rezaba al de allá arriba que no fuera ella quien estaba aquí.
— Detective Miller.—mostré mi placa al oficial y el oficial que se encargaba de que nadie pasara, vio mi placa antes de subir la cinta para que pasara.
No deje de llamar una y otra vez, cuando dos forenses salen con una camilla y un cuerpo tapado con la bolsa negra y me voy directo a ellos deteniéndolo.
— Detective.—saludaron ellos confuso pero yo no deje de mirar la bolsa negra esperando que no fuera lo que creo que es.
Ni siquiera encontraba las palabras para decir algo y cuando lo encontré señale la bolsa negra sin dejar de esperar que la línea fuera contestada.
—¿Quién es?
—Es un hombre sin identidad todavía, mandaremos sus huellas a ver si aparece en el sistema. —con su traje blanco vi que movieron su manos para abrir el cierre de la bolsa y comprobar lo que ellos decían y ahí pude respirar un poco. —Fue bañado en ácido solo la mitad del cuerpo por lo que puede ver, pero antes fue torturado. Por lo que dice la hora en la brújula y la hora de llamada a emergencia murió entre 3:15 y las 4:30 am. ¿Si quiere le paso el informe de la autopsia más tarde?
— ¿No hay otro cuerpo?—ellos negaron y volvieron a cerrar la bolsa.
—Se dice que es el fantasma, porque los paramédicos fueron los que llegaron primero. —señalo a un lado donde dos oficiales interrogaban a dos paramédicos.
Asentí comprendiendo y a pesar de los gritos podía escuchar la voz fuerte de mi jefe.
— Mándeme una copia del informe a mi oficia lo más rápido que pueda por favor.—pase de ellos entrando y volví a marcar el puto celular.
La protección de la escena comenzó desde la puerta de la bodega donde me habían detenido hablar con los forenses, la bodega estaba llena del personal de policía técnico-científica en el área. Estaba iluminado por algunas luces que se utilizan para esta escena, podía ver como el lugar fue protegido para que no dañaran la escena del crimen. Ya que había muchas manchas de sangre y charco medio fresca en el lugar.
La zona estaba bien protegida, por lo que antes de entrar agarre una de esas bolsitas para colocármelo en los zapatos y no salir corriendo a ver a López que estaba en el medio del lugar escribiendo y haciendo su informe para que me diera información de todo.
— ¡Alguien atienda el maldito celular que suena!—grito mi Jefe señalando un celular que estaba en el suelo en medio de un circulo con cinta métrica (era un cuadrito con un número).
—No. —susurre con el corazón en la boca y quise llegar agarrarlo pero mi Jefe me detuvo.
—¡¿A dónde va Miller?! Vas a contaminar la escena del crimen. —me agarro por el brazo fuerte impidiendo que avanzara.
Intente zafármelo pero no podía, porque él era más fuerte que yo.
—¡Ese celular es de Malika! ¿Qué hace su celular aquí? ¿Dónde está ella? —comencé a entrar en desaparición, y volví apartarme de él pero no me dejo.
—¡Cálmate Miller que ella no está! Solo se encontró un cuerpo y no sabemos que el celular sea de ella, la evidencia se llevaría a informática para ver si encontramos información de la víctima. —Él intento explicarme pero era como si lo que me dijera fuera arena entre mis manos.
No entendía que hacia su celular aquí y donde estaría, porque si fue capturada por ese psicópata jamás la volvería a ver con vida y eso era lo que me aterraba.
— ¡Señor!—grito un técnico del área arriba de una escalera, todas las miradas se posaron en el cuándo alzo una hoja bañada en sangre dentro de una bolsa de evidencia trasparente.—¡Tenemos un gran problema! —solo sé que cuando vi que comenzó a bajar y le dio la evidencia a mi jefe, lo último que supe era que dos oficiales me estaban sacando de arrastra del lugar porque había entrado en pánico.
Solo sé que vi todo sangre y quería matar a ese animal por llevársela, porque escuche clarito que decía secuestro y el Jefe comenzó a gritar como loco para hacer una búsqueda.
Ahora solo me encontraba en una camilla mirando la lucecita del techo de la ambulancia con una maldita intravenosa para calmarme, porque según me descontrole.
—Necesito encontrarla. —susurre a la nada pensando a modo velocidad.
Era bueno en mi trabajo y nunca lo dude, y ella me necesitaba tenía esperanza que siguiera viva porque ella no estaba con la otra persona. A lo mejor esa persona era un ladrón que le robo el celular, pero la carta decía otra cosa.
— ¡Mierda!—grite molesto levantándome.
Pude ver como el Jefe Bravo se acercaba con el Detective Martínez y otra persona que le seguían el paso hacia mí.
— ¿Cómo te encuentras?
<<¿En serio Martínez? Díganme que no me pregunto esa mierda.>>
El Jefe le hizo una seña para que se callara la boca mientras me miraba y veía en su mirada una disculpa o más bien lastima en ella.
—Coloque lo mejor de lo mejor para buscarla, pero ya conoce este caso Miller y sabe que con solo una llamada... —ni siquiera lo deje terminar.
—¡Cállate que ella está viva! —me arranque la intravenosa y pase de ellos.
—¡Dala por muerta Miller, que viva no va aparecer! —me grito Martínez y solo sé que cuando me voltee mi puño impacto en su mandíbula lanzándolo al suelo.
Y ahí estábamos los dos luchando en la arena, donde oficiales intentaba apartarme de él porque mi rabia era la que hablaba por si sola.
Unas fuertes manos me apartaron del cuerpo que estaba en el suelo golpeado que era ayudado por los paramédicos.
—¡No digas esa palabras, porque ella está viva! ¡Me escucharon! ¡Ella está viva! —grite entrando en negación señalando.
Ni siquiera deje que me ayudaran a limpiarme las heridas de las manos, solo sé que arranque directo a mi apartamento donde me dirigir directo a mi alcoba y moví la cama.
Tenía una caja de seguridad secreta tras del espaldar, escondía ahí los nombres de las personas que me ayudarían sin importarse ensuciarse las manos.
Y yo también lo haría para encontrarla, porque me valía mierda que otros la dieran por muerta. Pero yo no, yo jamás me rendiría por encontrarla.
Coloque los números en la caja y se abrió, vi el celular que siempre mantenía apagado y lo encendí. El primer número que salió fue el primero que marque y al quinto tono alguien contexto.
—Necesito tu ayuda. —fue lo primero que dije llevándome la mano a la cara impaciente.
Se escuchó una fuerte exhalación antes que la otra persona respondiera.
— En el café de la quinta avenida dentro de media hora. —y después colgó.
Deje todo acomodado antes de guardar el celular y dirigirme al lugar donde me esperaban, solo sé que haría todo por encontrarla y si en el proceso moría valía la pena.
Porque ella era mi mejor amiga, aquella persona que sin importar que yo tuviera sentimientos encontrados por ella. Daría mi vida para volver a verla con vida, no me importaba lo demás, solo ella y la iba a recuperar así me costara viajar hasta el fin del mundo y encontrar el responsable de todo esto.
Porque el fantasma se había metido con la persona incorrecta, yo no era Martínez que se daría por vencido, yo no era como cualquier otro detective u oficial en todo el mundo.
Yo era Adriel Miller un gran Detective de homicidio, que sabía cómo era la mente de un criminal sin importar que pronostico decían de ellos.
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Holis, espero que se encuentre bien todo. Solo deje esto capítulos que me tienen días editándolos para que todo quede perfecto.
Que opinan ustedes de todo esto, ¿Creen que Adriel tiene la culpa de todo? ¿Ya damos por muerta a Malika? O ¿Qué creen que hará Adriel?
Pregunta sería: ¿Donde está Malika y por qué no se encontraba con el otro cadáver?
No olviden de votar y comentar si le gusto mucho, me ayudaría en la historia.
Besos y abrazos 😘🤗
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