Capítulo 42
Adriel
El Corazón lo tengo acelerado, respiro por la boca e inhalando por la nariz. Volviendo a correr en medio de la oscuridad, pero solo me encuentro muro tras muros hasta que me detengo cuando noto una persona al frente.
Camino con cautela pero cansado hasta que esa persona camina hacia mí como yo lo hago hacia ella, pero me detengo a centímetros cuando noto que esa persona soy yo.
Lo demás es oscuridad, pero se quien tengo al frente una versión más joven y no me gusta lo que veo. Alzo mi mano tocando el cristal que se vuelve más oscuro y cuando voy a dar la vuelta. Una luz de arriba me alumbra haciéndome de foco de atención.
Cuatros paredes de vidrios más me rodean atrapándome en una caja de cristal, confundido golpeo el cristal, pero este no hace nada.
Y me entra pánico cuando el suelo comienza a salir agua.
—Maldición. —con las pocas fuerza que cargo sigo golpeando el cristal pero es en vano y el agua sigue subiendo más rápido.
Busco otra salida pero no se ve nada, y veo el rostro que se acerca poco a poco al cristal.
Su sonrisa es como un ángel, su mirada como demonios. Sus caras tan perfecta, pero tan dañina que da miedo.
Me tienen tan hipnotizado que no noto cuando el agua me llega al cuello, ninguno de los dos aparta la mirada. Como si nos estuviéramos retando.
Cuando el agua me tapa por completo solo logro ver la sonrisa que me da antes que todo se vuelva negro.
Me sobresalto al despertar del sueño, pero siento que me estoy quedado sin aire como en el sueño. Como si siguiera atrapado en el la jaula de cristal y pudiera seguir viendo ese rostro.
—Oye, oye. Cálmate es solo una pesadilla. —unas manos con delicadeza me toca las mejillas.
Pero yo solo veo oscuridad y siento que ya no puedo más.
—Adriel, ¡mírame! —Cuando me llama solo veo sus ojos preocupado.—He, he. Respira, solo era una pesadilla.
Me arropa en un abrazo preocupada arrollándome como si fuera un pequeño, y cuando por fin mis pulmones reciben el aire que le negaba. Puedo respirar bien y con un poco de calma.
—Solo era una pesadilla.—murmuro en voz baja repitiéndome que solo es eso, una pesadilla.
Duramos ahí los dos abrazos, ya que ella esta tras de mi abrazándome como una mamá oso. Y yo permanezco ahí sin moverme, y cuando lo hago solo volteo a un lado notando varios libros y libretas en el otro lado de la cama.
—Lo siento, hace más de tres horas que llegue y no quise despertarte.—ella se aparta para recoger las cosas y yo me dejo caer de espalda cerrando los ojos otra vez. —Preferir adelantar un poco de trabajo mientras te observaba dormir.
Ella deja todo en la mesita de noche y vuelve a mi lado donde deja caer la cabeza en mi pecho.
—Descuida, llevo más de 48 horas sin dormir, creo que me merecía un poco de descanso creo. —paso mi mano por su pelo distraídamente.
Cuando siento sus dedos pasar con delicadeza por mi abdomen hasta llegar a las placas que están en mi cuello.
— Vi las noticias, y déjame decirte que fue muy difícil pasar esos reporteros que están en recesión. Cada día más te vuelve más famoso.—juga con mi placas, pero como quisiera que no tuviera tanta verdad.
—Solo quiero terminar este caso ya.
Ella alza la cabeza examinándome, pero siento que algo me oculta y no quiero meter presión.
Porque Malika es una persona que si te esconde algo, ella misma te lo cuenta pero a su tiempo y hora. Porque si le metes presión se tranca y no suelta nada.
Deja salir el aire antes de darse la vuelta y mirar el techo.
— Te puedo ayudar en el caso si quieres, te lo debo por todo. Eres el único que no me has preguntado que paso ese día y te lo agradezco, porque ya estoy cansada que me estén preguntado cómo sigo mi vida, si pase por la peor tortura de mi vida.—me volteo poniendo encima de ella, colocando los brazos a cada lado para que mi peso no la aplaste.
— Sabes, que puedes decir que no. Yo puedo encontrar otra forma...—su mano me sostiene por la nuca haciéndome callar con un beso que correspondo.
—Quiero ayudarte, te noto muy cansado. —me dice cuando el beso termina y nuestras frentes quedan unidas.
—Si quieres puedes ayudarme a descansar un poco más. —le doy un pequeño beso pero ella es más veloz cuando intento apartarme, pero hace que el beso suba de nivel.
Sus piernas se enganchan en mis caderas y no perdemos tiempo en más nada, que en tocarnos.
La ropa de ella queda a un lado junto con la toalla que tenía, los juegos previos quedan para después, y no pienso en la hora de meterme en ella de una sola estocada que hace que los dos nos separemos por centímetros al sentirnos unidos.
— Mierda como te extrañe preciosa.—esta húmeda y no pierdo la oportunidad para moverme, haciendo que ella lleve sus manos a mi espalda y me rasguñe en el proceso.
— Oh... Adriel, dios santo cuanto te amo.—sus pupilas estas más oscura y sus labios rojos por el besos feroz, y los dos nos perdemos.
En un mar de estrellas, donde los dos nos conectamos también. Que siento que los dos nacimos para estar juntos, su forma de moverme en el sexo, la sexualidad que desprende y que ama a mi lado un poco salvaje.
Aprieta más sus piernas en mi glúteos, sintiéndola que ya estar por llegar. Que no se en que momento ella misma me da la vuelta y queda encima de mí y yo abajo.
Se aparta el pelo de la cara, y yo voy por sus pechos que me llaman.
—Maldición así te siento completo. —sube y baja más rápido, y la traigo a mi boca en un besos que hace que los dos lleguemos al mismo tiempos repitiendo el nombre del otro.
— Quiero otro.—susurro cerca de sus labios robándole otra sonrisa que ella me da.
No quiero que otro la vea sonreír, no quiero que otro sea capaz de tocar su cuerpo. La quiero solo para mí y aunque los dos estemos juntos, no dejare que más nadie la tenga.
Siento que ella fue hecha para mí, y téngalo por seguro que cualquiera que vuelta a tocar un mechón de pelo otra vez. Esta vez no abra tregua.
— Como ordene mi sexy detective.—y los dos nos volvemos a perder en nuestras pasión de sexo sin control.
***
En mi lista de persona solo quiero meterle un tiro en la frente a tres personas: Jefe bravo, al fantasma y Fisher.
El último porque se lo acaba de ganar, y como siga cogiéndome las pelotas se lo voy a adelantar.
Aprieto la cerveza que tengo en la mano, mientras observo que Fisher en vez de estar trabajando no deja de quitarle el ojo a Malika que está en la cocina preparando algo para ella.
Ya que Fisher llegó hace una hora interrumpiendo mi mejor momento con Malika para trabajar, trajo pizza de piña. Malika es alérgica a la piña y como ella está en shores corto con una franela de las mías, no puedo decirle nada. Ella se siente cómoda así y a mí me gusta cómo va, me da absceso a mis cosas.
—Deja de mirar a mi novia y ponte a trabajar. —le doy por la cabeza con mi mano para que reaccione y lo hace poniéndose de todos los colores.
—¿Novia? —tartamudea y yo asiento.—Perdón creí que eran amigos.
—Menos mal que creíste, así que no te entrometa y ponte a trabajar.
—Perdón pues. —se disculpa pasándome la laptop y veo la información que recolecto.—No encontré nada que ellos tenga relación alguna, ya que los gemelos Yang se mantiene como guardaespaldas de Suzuki y no se le ha visto con más nadie, además se corre el rumor que esos métodos del fantasma no tiene nada que ver con ellos.
—¿Y el local?
— Queras decir depósito, nada aún. Encontré una dirección en Brooklyn pero creo que sea falsar.—leo por encima absorbiendo lo que él me dice y lo que investigo.
Le paso la laptop y vuelvo al expediente nuevo que estuve haciendo.
— ¿Algún sospecho que agregar a la lista? Aparte de los Gemelos Yang. —me pregunta Fisher y veo la hoja que tiene en su mano.
— No sé, puede ser cualquiera. ¿Cómo se enteró el fantasma que había un operativo en la pista de carrera? Alguien debió decirle y dudo que sea los gemelos.
—¿Ross? ¿Sánchez? Recuerda que Ross había echo un trato con Axel para entregarte.
— Si, pero no le dijo como me iba a entregar. Además él no sabía del operativo.—me llevo la mano a la sien masajeándomela cuando pienso a toda máquina, pero no encuentro nadie.
— De todas maneras lo voy agregar.—lo veo que coloca el nombre y después va la pizarra que está en la sala mientras va acomodando todo ahí.
No le digo nada, porque no soy una persona de estar haciendo eso. Tengo buena memoria, pero a veces me falla y es bueno desmantela y arma para que te ayude un poco a recordar algunas pista.
— Uff que asco.—Malika hace una mueca dejándose caer a mi lado en el sillón, levanto la mirada al lugar que ella esta observando y es donde están la escena de cada crimen.—Esa persona si esta demente, necesita ir a terapia.
—¿Tu lo crees?—me entra una pequeña risa de ironía y ella asiente apartando la vista.
—Y lo necesita con urgencia, nadie en su sano juicio haría esas atrocidades. Ni lo peores criminales.
—De eso no lo dudo, pero recuerda que cada mente de un criminal trabaja diferente. —vuelvo al expediente mientras la escucho suspirar y comer.
— Ahora que lo menciona esto días vi un programa, creo que se llamaba mente criminales, todo era absurdo pero al final cada uno tiene un patrón.
—¿Cómo así?—dejo el expediente a un lado para obtener toda su atención y lo logro cuando veo que se lleva una cucharada de arroz a la boca mientras termina de masticar y después mirarme.
—Si eres un pervertido, secuestrador de niños ¿a dónde vas?
— A un lugar donde haya niño.—digo con obviedad, ella asiente.
—¿Y cuáles son esos lugares?
—Escuela, parques, centro comerciales.—Fisher se adelanta metiéndose en la conversación haciendo que Malika aplauda feliz y vuelve a mirarme.
—La mente de un pedófilo es un poco complicada pero sigue el mismo patrón, estuve viendo las entrevistas y casi todos son iguales. Pueda que sus experiencias nocivas en la adolescencia o el hecho que fueron abusados de pequeños hasta ya mayores, su deseo enfermo es porque esa persona le decía que estaba "bien lo que le hacían". Ya que ellos siempre siente un impulso irrefrenable y saltan de la fantasías a la realidad. Por eso cuando le pregunta a uno de ellos ¿por qué lo hizo? Siempre va a decir que la víctima lo provoco, porque su mente se lo hizo creer.
— Mmm buen punto, ¿a dónde quieres llegar?
—Que así como todos los pedófilos, criminales, asesinos o todos aquellos que la ley lo buscan. A la final tienen un patrón solo debe saber cuál es y donde buscar.
—Pues este le gusta desenterrar cuerpos y obtener sus miembros para después dejar huellas por ahí, haciéndole torturas de la antigua a la víctima para después dejar una cruz. —Fisher agarra una silla de la mesa para acercase a nosotros.
Malika se queda un momento en silencio antes de volver a mirarme.
— ¿Tienes pista?—niego, la que tenía esta con el difunto muerto y quemados.
— No, ninguna.
—¿Sabe más o menos donde comenzó?—asiento.
—Sí, pero está en ceniza.
—¿Y?
—Que no hay nada, la llamas lo quemaron.—ella deja el plato a un lado para acomodarse en la silla.
—Por dios Adriel, sabe que donde hay cenizas hubo fuego. Además el fuego no todo lo quema.
—¿A dónde quieres llegar? —me acomodo en la silla esta vez mirándola bien.
—Que pueda ser que no todo fue quemado y quedo algo, además si lo que tu compañero dice que le encanta robar cuerpo o parte de los muertos. Porque no investigar un poco el porqué.
—¿Y la cruz?—Fisher le pasa la foto de la cruz de una de la víctima y ella frunce la cejas antes de devolverle la foto.—Crees que sea satanismo.
— No, además es invertida. Lo que puede representar cualquier cosa.
—¿Cómo supiste que era invertida?
— El palito del en medio está más abajo, además si fuera satanismo hubiera velas, muñecos y pentagramas en el suelo. Qué se yo que haga un satánico.
Me quedo en silencio por momento mientras ella y Fisher siguen hablando.
Lo que dice Malika es un poco cierto, cada mente criminal es diferente. Pero no tanta, al final siempre tiene el mismo patrón.
—Pueda ser que algo estemos pasando por alto.—murmuro volteando a ver la pizarra que Fisher ha hecho. —Además es nuevo lo que acaba de hacer, estar frente a frente no es de él. Pueda ser que algo se traiga entre manos...
—¿Cómo es su patrón? —Malika se acomoda mirándome y yo volteo a mirarla.
— No tiene preferencia a la hora de escoger víctima, pero por lo que he estudiado el caso. Secuestras, tortura, y llama al 911.—le explico brevemente y ella se queda un momento en silencio como si su mirada se fuera para otro lado.
— Pero sabemos que alguien lo ayuda, porque leí tu declaración de los hechos.—Fisher agarra un papel de la mesa mientras lo lee por encima.
Malika voltea a mirarlo antes de asentir.
—Cuando fui secuestrada, recuerdo que cuando abrir los ojos aparecí en un lugar que no conocía. Olía mucho a podrido, como si algo se descompusiera. Creo que pase horas ahí, hasta que apareció...
—¿Cómo era? ¿Alto? ¿Pequeño? ¿Mujer? ¿Hombre?—Fisher se impacienta interrumpiéndola, que tengo que carraspear para que se calle la boca.—Lo siento, pero sabe que queremos saber cómo es el fantasma.
—No lo sé, estatura alta... No recuerdo bien, porque tenía una capucha y una máscara. Lo demás son torturas que me hacía. —Malika se levanta del sillón dejando el plato de comida sin medio comer en la mesa.—Lo siento, me voy a dar una ducha no me siento muy bien. —el cambio de emociones que hace.
Es algo que no quería que pasara, no soy de presionarla porque después se encierra y no me va a querer contar nada. Y es lo que está haciendo con la interrogante que hizo Fisher.
— Fisher creo que es momento que te vayas, mañana nos vemos en la oficina.
—Pero jefe...
—Pero nada, largo. —le señalo la puerta un poco molesto y él solo recoge su laptop antes de asentir.
— Que descanse nos vemos mañana entonces.
Cuando se va, me levanto y sigo a Malika hasta la habitación. Mi vista se va a ella que se encuentra afuera en el balcón con la puerta corrediza abierta. El frio de la noche mueve las cortinas y la luz de la luna hace que su pelo tome más brillo en la noche.
Me acerco a ella que permanece mirando al frente donde el gran océano pacifico se ve hermoso a estas horas de la noche.
Rodeo su cintura con mis brazos y ella se relaja en mis brazos.
—¿Crees que fue mala idea volver?
—No, ¿Por qué lo dices? —pregunto dándole un beso a su hombro descubierto.
Ella se remueve y nuestras miradas se unen cuando se da la vuelta enrollando sus brazos en mi cintura.
— Lo digo por todo, si me fuera quedado en Canadá creo que tu seguirías tenían una vida tranquila sin que ningún loco este tras de ti y me use a mí para llegar a ti.
—No digas eso.—me aparto de ella unos centímetros no gustándome por donde va la cosa.
—Es que piénsalo Adriel, todo es siempre mi culpa. Si alguna vez hubiera hechos las cosas bien, creo que los nuestros se darían sin ningún problema o no hubiera intromisiones en nada.
Ella se da la vuelva dejando salir un suspiro volviendo a mirar al frente.
Confundido hago que nos mires porque, a veces nosotros mismo creemos que hacemos las cosas bien, pero el destino no tiene otras cosas preparas.
Quizás lo de Malika y mío no se debió dar en aquel entonces, sino ahora.
— Nada es tu culpa Malika, de igual forma todo iba a pasar tal como esta para que nosotros estemos aquí. Y si lo dices por el fantasma no te preocupes ya lo tengo todo resuelto.—sus ojos se vuelve cristalino y mi ojos se van a su mano que se mete en su suéter sacando una hoja de papel que deja en mi mano.
—Si tú lo dices, yo... yo me voy a costar un rato. Necesito descansar no he dormido desde que llegue.—me da un beso corto en los labios antes de dejarme solo en el balcón.
Abro el papel con el corazón acelerado, mientras maldigo al ver las letras en el papel.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro