Capítulo 34
Narrador omnisciente
La noche cae tan rápido, que el Detective Ross pierde la paciencia en cuanto se da de cuenta lo que pasa. Y es que el Detective Miller tuvo razón y aunque le cueste decirlo, tiene que cerrar el caso.
Pero lo que más le pega es el abrazo cariñoso que se daba Eve y él en la estación, regreso porque pensó que ya Adriel había terminado de hablar con ella. Pero lo que encontró lo destrozo e hizo que la amargura y los celos que cargaba hablaran solo.
Intento de una mil forma hacer que el detective se molestara o perdiera la paciencia, pero dicho detective vivía más metido en su propia cabeza ignorando a todos como siempre.
Kent el forense había dado hace horas el informe de la autopsia, el tipo sufría del corazón pero lo que lo mato fue el golpe que recibió en la cabeza. Se investigó mucho, se habló con los familiares y al final revisaron el celular del muerto había ocultado el nombre de su amante con un nombre falso.
Lo que más le dio molestia fue cuando vio a Miller con el teléfono del muerto en mano revisándolo como si no fuera evidencia.
— Oye Ross, ¡¿Si tú fueras mi puta y yo tuviera una familia como te ocultaría?!—el maldito se lo había gritado mientras paseaba por los contactos interrumpiendo la entrevista del agente con la esposa.
Al Detective Ross eso lo molesto y se colocó rojo de pies a cabeza, estaba que respondía que eso no le importaba, pero él alzo la mano chasqueando la lengua como si tuviera una idea.
— ¿Juan el mecánico? Mmm no, muy obvio. ¿Pedro el cobrador? Mmm es muy feo y llamativo, ¿Will nuevo 2? Mmm, ¿Qué opinas Sánchez? —el Detective Miller le pregunto al mencionado que estaba intento calmar el ambiente y se colocó nervioso cuando fue nombrado por dicho agente.
— Heee... no...—no hallaba que responde y Miller sonrió feliz yéndose a mensaje.
— Vamos a ver que dice... mmm.
— ¡Oye no me gusta que le esté faltando el respecto a mi esposo! ¡El nunca haría algo así, éramos una familia feliz!—la esposa del muerto se levantó de la silla donde estaba dispuesta a enfrentarse al agente que manchaba la memoria de su difunto muerto.
Pero Miller ya estaba cansado de tanto aburrimiento y quería irse. Además se estaba cobrando lo que el agente le hizo al dejarlo en el auto como si fuera un animal y no una persona.
—Bueno, bueno, no tan feliz eran... porque Will nuevo 2 le dejaba mensaje muy inapropiado para ser un hombre.—Miller le lanzo el teléfono al pobre de Sánchez sin avisar que con las manos sudadas lo agarro nervioso.
— ¡¿Qué quiere decir?!
Bueno en pequeñas palabras resumidas lo que pasó después fue: Un desastres, a la mujer le dio algo, pero el algo que le da las mujeres cuando se enteran que sus esposos las engañaba. Entro en furia destrozando la casa por completo maldiciendo al tipo.
Lo bueno comenzó cuando Miller desde su celular observando desde lejos como el agente Ross y Sánchez intentaba calmar a la señora marco el número que se aprendió de memoria.
Al segundo tono contesto una mujer y el fingió ser alguien del banco para saber sus datos, y ahí se enteró quien era la amante.
La hermana de la esposa del muerto.
—¡Encontramos el arma homicida! —habla Tina saliendo con una bolsita de evidencia de un cobertizo.
—No crees que es un lindo chaco ¿verdad? —Miller estaba a un lado del detective de brazos cruzados burlándose del agente que apretaba cada momento las manos para no lanzarle un golpe a Miller.
Todo su cuerpo estaba tenso y no podía creerlo que el maldito tenía razón.
— Arréstenla.—logro decir entre dientes pasando por el lado del agente que permanecía feliz a un lado observando toda la escena.
En el camino antes de llegar a la casa de la amante le habían llegado los videos que Fisher le había pasado y notaba como una mujer paso caminado por la calle y cuadras después llamo a un taxi en medio de la lluvia.
El Detective Miller amaba ser detective de homicidio, pero odiaba agarrar los casos de venganza pasional. Esos los aburrían, ya que todos esos casos siempre tenían un patrón a su favor y es que nunca hacían que la escena del crimen cambiara.
Siempre dejaban todo tal y como estaba, otros solo limpiaba dejando todo mucho peor, pero dejando muchas huellas y pistas fáciles. No hay que ser un tonto para saber que aquel homicidio era muy fácil, no había robo, el tipo era de familia y tenía dinero (que ganaba su esposa), bueno algo que lo mantuviera estable.
—Si sigues así, vas a quedar solo. —Tina se posiciono a su lado y también veía la escena de como el Detective Ross arrestaba a la mujer e intentaban no matar al detective.
— El jefe nunca se cansa de mandarme con gente que lo único que hace es perder el tiempo, ve a Martínez y King todavía están guardándole luto a Williams y no se han colocado en el caso.—bueno eso era lo que veía el detective.
Porque los dos agentes estaban esa misma mañana, tarde y noche revisando expediente por expediente una y otra vez hasta ver si lograban respuesta y no hallaban nada. Querían vengar a su amigo y lo iban hacer.
— Era su compañero, debe entenderlo. Si Fisher fuera tu compañero de trabajo y Dios no lo quiera le pasa algo estaría igual que ellos.
—Nah, si a Fisher le llegara a pasar algo. Yo hace horas fuera arrestado al asesino.
— Si tan sabelotodo que te la tiras ¿Porque aún no ha capturado al fantasma, pues?—Tina lo miro con las manos en su cintura mirando al detective que dejo de mirar la escena para colocarla su mirada en la rubia.
Se encogió de hombros antes de hablar.
— No me la tiro de sabelotodo, solo que no todos andamos gritando a los cuatro viento si tenemos pista o no del caso.—y con eso la dejo con la palabra en la boca saliendo de aquel lugar.
Se había tomado un día, un día para volver a releer las cartas. Para releer los informen de la autopsia y volver a arma su pizarra. Aunque no le gustó mucho, tuvo que hacerlo y eso porque él tenía la pieza que le faltaba al rompecabezas que le terminaría diciendo lo que buscaba.
Aunque se volvió tonto e idiota por su amiga, iba a sacar lo que tanto quería y era la verdad de lo que paso aquella noche y para eso tenía que remover las aguas desde el principio.
Por eso volvió a su apartamento en vez de la central, y lo mejor de todo es que la noche iba a jugar a su favor si sabía jugar bien las cartas.
***
El sonido de un búho se escucha a los lejos, unas ramitas se rompe bajo de las botas de las personas que corren por el bosque oscuro. Dos corazones agitado y es por la adrenalina que corre por sus venas, una porque ama ese juego y la otra porque por fin la encontró.
— ¡Vamos sal, no te esconda! —grito Hannah persiguiendo una sombra que sabía moverse muy bien por los árboles.
Es como si fuera un espectro que sabe dónde ir, por fin encontró a su hermanita. Por fin iba a tener la venganza que buscaba, después de terminar su turno en la central la vio en un bar. La reconoció desde lejos y no podía creer que lo que tanto buscaba estaba frente de sus narices, aunque debía darle mucho crédito porque su hermana jamás oculto su verdadero rostro.
Se mostraba como era, y era un demonio disfrazado de ángel de luz.
Se detuvo para recuperar aire sosteniendo su arma a un lado, el bosque estaba tan silencioso que escucho el silbido que provenía del interior aunque agonizo su oído para escuchar de dónde provenía no podía saber su origen.
Pareciera que viniera de varios lugares.
El silbido se silenció para darle paso a una risa muy tranquila, pero sonaba a maldad pura.
— ¡Sal! ¡¿A caso me tienes miedo?! —grito Hannah volviendo a caminar en medio de la oscuridad buscando algo que se moviera en el bosque para ver si sabía por dónde se había ido.
En medio de la oscuridad el cuerpo menudo de una chica estaba sostenido de una rama que soportara su cuerpo al ver pasar a la chica que caminaba buscándola.
Una sonrisa malvada se formó en su rostro al pensar como su hermana la había perseguido al bosque pensando que sería ella la que terminaría perdiendo.
Se acomodó con calma y dejo que su cuerpo con una maniobra profesional cayera de pies en el suelo alzando en su mano una pistola. Apuntando la espalda de su hermana, esta escucho el gruñido de una rama dándose la vuelta atrás rápido y esquivando la bala que casi le da en el brazo.
— Te gusto el regalo que te envié, pensé en tu madre cuando la mate.—la chica no borraba la sonrisa al pensar en todo lo que había hecho para darle en donde más le dolía a ella.
El cuerpo de Hannah se volvió muy rígido y su memoria le jugó una mala broma al recordad lo que su hermana pequeña le había hecho a su madre. Una cosa diferenciaba a las hermanas y era que una no tenía sentimientos o corazón y la otra sí.
—Oh maldita como voy a disfrutar matándote. —Hannah gruño molesta alzando su arma para disparar, pero un reflejo le dio en sus ojos cuando iba a disparar haciendo que el disparo también fallara.
—Eso veremos cuando nos volvamos ver, pero mientras tanto huye porque cuando se enteren quien eres nadie te podrá salvar. —la chica que había encendió una linterna pequeña de luz de corta alcance para cegar aprovecho para dispararle a su hermana en la pierna.
Esta grito de dolor cegada de la luz que no la dejaba disparar así que lo hizo a lo loco, sin saber que a nada le dio. Solo al aire y la corteza de los árboles.
Cuando la luz se detuvo se froto los ojos molesta intentando ver algo pero no vio nada, la soledad y el silencio volvían a rodearla. Molesta se rasgó una parte de su camisa para hacer un torniquete en la pierna para detener el sangrado y como pudo se levantó del suelo.
Volviendo cojeando y molesta a su vehículo no pudo dejar de pensar en las palabras de su hermana y lo peor es que esas palabras también se lo podía decir a ella.
Porque cuando se enteren de la identidad de ella nadie la va a salvar.
No nació para ser salvada, no nació para tener una identidad o ser alguien importante para alguien agradar.
Nació para traer destrucción y caos a los lugares donde vaya, por eso su sonrisa no se borra cuando ve a su hermana Hannah montarse en su auto antes que se hiciera un torniquete en la pierna para detener el sangrado.
No es grabe, pero como siempre es dramática.
Hay cosas que ella quiere decir, pero el lado oscuro donde esta no se lo permite. Porque ella es uno solo con la oscuridad que si sale un depredador ella siempre seria la cazadora.
No le tiene miedo a la oscuridad, porque nació en ella.
No les tiene miedo a los monstruos, porque tuvo uno al frente y pudo mirarlo a los ojos.
No le tiene miedo a quedarse sola, porque toda su vida ha estado sola.
Solo le aterra que en las noches en medio de la ocurrida cuando se levanta de una pesadilla pega el grito de la persona que más ama, pero ella no responde.
Porque hay una larga distancia de entre la muerte y la vida que los separan.
Su sonrisa no se borra mientras sale de la oscuridad y ve el auto macharse, sabe que el lugar para esconderse de sus enemigos es frente de sus narices. Pero ella no se esconde, ella solo espera la oportunidad para atacarlos y cuando su ira salga a la luz, es mejor que todos corran y huyan. Porque no habrá salvación para nadie.
No deja de ver las luces que se vuelven más lejanas del vehículo cuando siente una respiración tras de ella, pero eso no la molesta.
— ¿Vas a revelar su identidad?—una voz gruesa tras de ella habla con burla, mientras depositaba un pequeño beso en su cuello.
Ella negó sin dejar de ver el lugar donde ya no había luces, pero se imaginaba que ya debía de ir muy lejos.
— Mmm no, todavía no. La voy a dejar que se divierta un poco más.—otro beso llego en el mismo lugar, pero ella se apartó para mirar los ojos negro como la noche que le devolvían la mirada con un toque de picardía.
— ¿Y el Detective? —pregunto volviendo a pegarse a ella, pero esta con una sola mirada le dijo que no.
Odiaba el contacto físico, se lo permitía por poco segundo y él lo entendió dejándole su espacio.
Ella frunció las cejas mientras no apartaba la mirada de él.
— ¿Qué Detective?
— Se por buena fuente, que su próxima víctima es el Detective Adriel Miller.
—Mmm interesante.—ella se llevó su mano a su barbilla mientras pensaba a toda máquina.
Más allá del silencio y los pequeños sonido que producía el bosque se escuchó un quejido y un grito que interrumpió los pensamientos de la chica.
El hombre solo bufo colocando los ojos en blanco antes de cruzarse de brazos y mirarla.
—Ósea que no nos vamos a divertir.
—Haremos algo más interesante y divertido.— palmeo su hombro antes de volver a sacar su pistola y que la oscuridad los tragara a los dos.
Hay dichos que dicen que es mejor dejar el pasado enterrado atrás, y es mejor enfocarse en el presente. Pero desde que cada uno de esto personajes toman lugar en esta trama, difícil será dejar el pasado atrás y más cuando traen cadenas y estas suenas cuando son arrastradas.
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¿Que tal estuvo el capítulo? Muy poco a poco vamos a ir conociendo un poco más a la misteriosa Hannah y la hermana que tanto busca.
Besitos y abrazos para todos ustedes 😘🤗, no olviden su ⭐
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