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Capítulo 26

Narrador Omnisciente

Lágrimas negras llenas de dolor pintan un hermoso rostro donde su inocencia fue robada, una pequeña inocente llorar y se retuerce en las pesadillas que la consume cada vez que está en su cama.

Un padre preocupado corre a ella cuando escucha el grito de terror de su pequeña.

—Ya paso pequeña, ya paso, solo es una pesadilla.—la consuela él sin saber qué pasa en sus recuerdos.

<<No es una pesadilla.>>

Quiere decirle ella, pero no puede, por lo que llorar y llorar toda la noche.

—Papi, papi, el monstruo estuvo otra vez...— susurra ella con voz quebrada.

Su padre, sin entender qué pasa, queriendo que todo dolor desaparezca de su hija. Se vuelve cada día más loco buscando una ayuda que no llega.

Hace seis meses que comenzaron estas pesadillas, pero ella no dice nada, odia el contacto de otros y ya no sonreí. Solo lo volvió hacer con la vecina, esa pequeña siente que está más segura con ella que en su propia casa. Por eso, como todas las noches la carga, aunque ella diga que no, la lleva a su cama y la acuesta dejándole espacio.

Los brazos de su madre la arropa y ella termina más llorando.

—¿Quieres contarnos la nueva pesadilla cariño?—pregunta su madre en un susurro pasando sus manos por los risos de su pequeña

A pesar de que la pequeña Abril es trigueña, tiene unos risos dorados hermosos. Haciéndola ver más hermosa representando la nacionalidad de donde viene.

La niña niega llorando, pero esta vez se calma, solo no quiere dormir más en su cama. Donde el monstruo le robo su inocencia dañando la hermosa princesa que vivía ahí.

Ahora, ahora solo era una muñeca dañada que solo quería estar con Blanca. La pelo anaranjada, le daba abrazos cariñosos no como mamá, sino como diciéndole que con ella estaría más seguro.

Sus galletas eran como medicinas para el alma, y le sacaba más sonrisas de la que podía decir que haya sonreído todo esto meses.

—Mañana la llevaré a un terapeuta, no me gusta esto amor.—le dice su esposo y ella asiente cuando nota que su pequeña ya está dormida.

¿Quién dijo que el enemigo no vive en tu propia casa? En tu mismo techo, a tu lado o a quilómetros.

Nadie sabe qué ocurre en una ciudad grande, pero hay millones de niños siendo abusados y que sus padres no se den cuentan. La cifra crece y crece más a cada momento, y las personas no hacen nada.

Por eso las manos de Malika marcan un número tembloroso, no le importa lo que pueda pasar después. Pero si nadie pudo salvar esa pequeña, ella lo hará.

Departamento de Policía de New York, ¿Habla el Jefe Bravo en que puedo ayudarle?—se escuchó la voz impotente del hombre que le amargaba los días cuando vivía con Adriel.

Pero era el único en que podía pensar en estos momentos, y si alguien podía ayudarla era él.

Respiro fuerte antes de volver a mirar el diario con tanta rabia e impotencia.

—Soy yo Malika, necesito tu ayuda.

Ezequiel, que ya estaba a punto de irse, solo estaba terminado de firmar unos papeles, no se podía creer quien era la que lo estaba llamando. Y por eso la sonrisa que dibujo su rostro fue malvada antes de hacerle un asentimiento a su esposa que lo esperara afuera que ya salía.

Cuando Taylor salió, él sonrió más abiertamente antes de dejarse caer en su silla.

¿Mi ayuda? —Bufo, antes de reír.—Vamos, si piensa en volver es mejor que sigas bajo tierra, porque en la vida de mi sobrino no vuelve entrar.

—No te estoy llamando para hablar de iel, es otra cosa.

Volvió a bufar el Jefe Bravo antes de soltar una sonrisa sarcástica.

Por favor Malika, lleva semanas desaparecidas y espero que sigas así. Y de la nada necesita mi ayuda, quizás ya viste las noticias del incidente que tuvo mi sobrino y quieres volver...

—¿Qué incidente?—lo corto cerrando el diario levantándose del sillón donde estaba sentada.

No veía noticias porque sabía que Adriel aparecería en ellas, así que pensó que era mejor bloquear ese canal.

No te hagas ahora la que no sabe nada, si casi media ciudad sabe lo que le paso Adriel. Por lo que te mantendrá alejada de él y de esta ciudad. No te quiero en su vida...

— ¡Quiero colocar una denuncia de violación!—lo corto porque aunque le costara, prefería hablar de Abril que de Adriel.

El Jefe Bravo estaba a punto de seguir insultándola, pero escuchar lo que soltó lo dejo en blanco.

¿Tú... tú fuiste...?

—¡No! Fue una vecina.—eso hizo que respirar mejor.

Aunque odiaba a esa chica, no le deseaba tanto el mal, además tenía un juramento que cumplir.

—Necesito tu ayuda, por favor.—rogó y era algo que odiaba, pero necesitaba su ayuda.

El jefe soltó un suspiro de cansancio antes de mirar el techo de su oficina y después el celular.

Está bien, nos vemos mañana en la central.

No espero que ella respondiera, sino que colgó y se levantó de la silla saliendo de su oficina.

—¿Nos vamos? —Taylor se acercó a él dándole un beso en los labios que él respondió a su esposa.

—Sí, solo era una llamada equivocada.—respondió él sabiendo las palabras siguiente de su amada.

Ella asintió y agarro su mano.

— ¿Entonces hoy si nos vamos a nuestra luna de miel?—ella apretó su mano sin dejar de caminar al taxi que los esperaba que lo llevaría directo al aeropuerto.

Aunque Ezequiel estaba que decía que si, no pudo. Como jodía que fuera un general y policía, su primer matrimonio fue un fracaso porque siempre estaba en el trabajo y ahora con el de Taylor él se propuso a que no se repitiera la historia otra vez y por lo que vio se está volviendo a repetir.

Entraron al taxi, él se volteó a mirar a la preciosa esposa que lo había aceptado tal y como era, y no se explicaba como un ser lleno de luz se pudo fijar en alguien que se la pasaba, el 95% gritando y 5% lanzando cosas.

Taylor le sonrió y vio que era lo que le quería decir con solo mirarla, ella lo comprendió y asiento llevándose las manos de su esposo a sus labios dándole un beso de calma.

— Mejor vamos a casa.—él asintió antes de llevarla a sus brazos abrazándola.

— Era Malika, mañana viene a la central.

—¿Se enteró lo que le paso Adriel?—Taylor se puso rígida bajo el abrazo de su esposo, pero este negó.

—No lo sabía, pero es por otra cosa. Ahora lo sabe y tengo miedo que si Adriel la vea las cosas se vuelva complicada esta vez.

— Entonces vendrá Taylor al rescate, lo mantendré alejado de la central todo el día. Conociéndolo quizás se presente mañana, lleva semanas en reposo, es un hombre testarudo y sé que no se va a quedar quieto otra semana más en su apartamento.

—Gracias amor, no sabría cómo pagártelo.—sus labios chocan con los de su esposa y ella sonríe.

—No te preocupe, que tal si hoy terminamos lo que empezamos esta mañana.—ronroneo ella y un Ezequiel excitado salió a la luz ahora cuando devoro los labios de su esposa no dándole importancia al conductor del taxi.

***

La noche más frías no estaba preparada para lo que se venía, al día siguiente. Un abrigo negro es agarrado y la persona baja las escaleras con apuro, ya la hora está en marchar.

El frío de Brooklyn le da en la cara y se abriga más ajustando la capucha, camina por las calles bajo la lluvia que cae y no se molesta en cubrirse, sigue caminando hasta que llega a un edificio abandonado.

El sonido de los chillidos de ratas es lo que cuela por el lugar cuando entra más adentro, las paredes llena de moho cumbre el lugar, camina sin detenerse hasta que abre la puerta que está oxidada.

Llantos de un joven pidiendo ayuda y perdón es lo que se oye cuando entra. La única luz proviene de una bombilla que da al cuerpo que está amarrado en el suelo por las manos y piernas de cada extremo a unos tuvo que está incrustado en el suelo.

Solo tiene un chaleco encima, porque no tiene ropa encima. Ratas grandes comen de sus partes íntima. Está sucio y acostado en su propia mierda de rata y de él, aguas negras cubren el suelo y las botas de la persona la pisan.

El eco hace que el chico alce la mirada, con una pisca de esperanza que muere al ver a la persona que se acerca a él.

—No... no... por favor... para...

Ignora su lamento, solo imaginaba a la pequeña niña diciendo las mismas palabras, aunque fue a ese edificio buscando cobre termino encontrando oro. Aunque tenía algo que hacer, no lo iba a dejar pasar por esto.

Saco de su bolsillo, el cuchillo, he hizo la marca en su hombro, activo la bomba del chaleco y eso hizo que el joven se volviera más asustado.

— Si quieres que pare Kevin vas a tener que llegar vivo y con el regalo que te voy a dar hacia un gran detective, más te vale que el tiempo este a tu favor Kevin, porque si no... ¡KA BOOM!—alzo el cuchillo, enterrándose abajo del chaleco donde estaba el hueso de su pelvi y la columna.

El grito fue tan doloroso que a cualquier humano se le colocaría los pelos de punta al oírlo, pero no para el caso de una persona ya enferma.

Las ratas chillaron y corrían de un lado al otro cuando la persona le quitaba las cuerdas al joven dejando que su cuerpo terminara de tocar el suelo sucio.

—Más te vale llegar a tiempo a esta dirección Kevin, porque el reloj ya tiene su cuenta regresiva... Que empiece el juego.—dejo caer el papel en el suelo y le dio la espalda abandonando al joven que lloraba.

Abandono el edificio y saco de su bolsillo un cigarro llevándoselo a los labios, le dio dos caladas y desde las sombras del otro lado de la calle vio como una hora después un Kevin con solo el chaleco con la bomba salía desnudo.

Sangre salía de sus partes a pesar de que intentaba que parar las heridas que le hizo. En su mente sabía que no iba a morir desangrado antes que llegara aquel sitio, pero el dolor que le causo no es nada para lo que le hizo a esa pequeña.

Cada vez que camina lo hace mal como si cada paso que diera es caminar en calvo encendido. Por eso, con una gran sonrisa en su rostro abandono aquel sitio por donde Kevin se iba.

Esto apenas comenzaban, ahora si iban a conocer al famoso fantasma de verdad y con esto le daría el mensaje para que sepa que no está jugando.

Aunque muchas personas no piensan que dejar a alguien vivo es un gran milagro, pero no. El fantasma no deja que sus víctimas anden por ahí como si un Dios le dio la oportunidad de redimirse, con esa persona no.

Con el fantasma se van directo al lugar donde pertenece.

Solo son peones en este juego que hace que el crimensea perfecto.

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Hello mis amores, espero que se encuentren bien y de maravilla.

¿Que tal los capítulos? Espero que le hayan gustado mucho, pero ahora si.

¿Que creen que trama el fantasma? ¿Y que hace en Brooklyn?

Los personajes como me los imagino, pero recuerden que ustedes son libre de imaginar a los personajes como ustedes quieran.

Malika Parker

Adriel Miller

No olviden de votar y comentar si le gusto mucho, me ayudaría en la historia.

Besos y abrazos 😘🤗

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