Capítulo 21 🔞
Luciano
Veo como el sol comienza a salir y con sus rayos hermosos pintan el lindo amanecer.
Desde el rascacielos observo como aquello hermoso rayos pinta un amanecer que te atrapa, siempre me ha gustado vivir en lo último de un rascacielos porque puedo ver como el mundo es pequeño a mis pies.
Se ven tan pequeño que provocan que los pises o mejor aún verlos de rodillas como aquella chica que sigue en mi mente.
— ¿Qué tienes para mí?—dejo que el humo salga de mis labios volteando a ver por solo fracción de segundos la persona que llega a mi lado.
Desde el sillón sigo sin apartar la mirada del lugar de donde sale el sol.
— No la encuentro, revise todas las cámaras y ninguna dio con su cara, ni en los aeropuertos o algún lugar de esta ciudad.
—Esa perra sabe moverse bien bajo el radar.
— Eso no es nada, su última imagen es captada por un cajero que tomaba un taxi. Lo rastre y le pregunte pero dice que la chica se bajó en este lugar.—me enseña el video donde se ve como la chica camina con una maleta en mano y toma un taxi.
Hasta ahí llega el video, y después veo el lugar donde dice el hombre que la dejo.
La dejo en los barrios más peligros de esta ciudad y sonrió, porque sabía que esa perra le traería muchos problemas Adriel.
Ese imbécil siempre busca mi ayuda cuando la perra se le escapa de las manos o cuando le pasa algo, es como si lo tuviera embrujado.
— ¿Y la búscate ahí? ¿Hablaste con uno de nuestros hombres? —él asiente y por la cara que da vuelvo a llevarme el puro a los labios.
— Nadie la ha visto, y si en verdad ella se quedó ahí alguien de nuestros hombres debió verla. Es tan difícil que pase desapercibida con ese pelo y ese cuerpo.
—Es muy buena la perra, le daré el crédito por huir y desaparecer muy bien.
Él carraspea y yo lo vuelvo a ver.
— Lo otro que pidió.—murmura pasándome la laptop y la sostengo en mi regazo.
— Averigua donde esta esa perra y cuando lo hagas mantén un hombre tras de ella, quiero saber que está haciendo. Porque huir y esconderse, eso me suena muy sospechoso.
—Sí señor.
— Habla con Jeremy, y dile que vaya preparando el auto. Que le avise a Theo que he vuelto a la ciudad.—observo la foto que está en la pantalla del perfil de la chica.
— ¿Algo más señor?
—Sí, quiero que te largue.
—Como ordene señor. —ni siquiera aparto los ojos de la pantalla cuando escucho la puerta cerrarse.
Mía Camp, 22 años trabaja en una cafetería.
Sabía que la había visto de algún lado pero no sabía de donde y ya se ahora, es estudiante de medicina pero observo a la platinada sus rasgo son de muy niña.
Algo que nunca me ha gustado, siempre me han gustado mujeres mayores con experiencia y por lo que noto en la foto de la chica que mantiene su sonrisa un poco incomoda se diría que es virgen.
Dios mío, si se parece a la chilindrina con esas gafas grande, y pequeñas pecas en su rostro que no vi ese día. Ahora que veo sus ojos son verde oscuro y yo pensando que era negro o marrón.
Dejo el puro a un lado, y cierro la laptop. Esa mocosa se quedó en mi memoria desde esa noche y no solo porque la vi temblar, es porque en sus ojos vi algo más.
Me levanto y me doy una ducha larga, ya el desayuno está en la mesa y lo pruebo. Me coloco ropa casual, ya que el traje lo usare para mañana si quiero ir a Brooklyn a ver el edificio. Pienso extender mi negocio legal aquí, ya que es algo que ido posponiendo por algunos federales que me siguen jodiendo como si siguiera los pasos de mi padre.
Aun lo hago, soy muy discreto y eso le complica a ellos el trabajo.
Esta vez no sé por qué uso una camisa verde oscuro con mi chaqueta negra, jeans y unos Nike. Tomo el ascensor privado mientras reviso algunos contratos de mi trabajo hasta que las puertas se abren y Jeremy ya me está esperando con la puerta abierta, entro sin saludarlo y no hace falta que diga nada cuando el arranca y dos vehículos más se nos pega atrás como mis escolta.
— Tengo ganas de visitar a Anna, ya sabes que hacer.—él asiente llevándose el dedo a su oreja y habla dándole órdenes a alguien.
No hace falta que diga nada cuando veo como la pantalla de mi celular se enciende con su número pero la ignoro, eso le dará la opción de elegir bien las palabras que dirá.
Media hora después Jeremy se estaciona frente de la cafetería, dos de los guardias salen y uno abre mi puerta. Yo bajo entrando al local que me imagino que a esta hora de la mañana siempre esta full, pero ella sabe que cuando yo llego es para que de una coloque el cartel de cerrado.
Entro y el lugar está vacío, Jeremy me sigue. Me detengo en la cartelera que está en la pared y me enfoco donde esta una foto en un marco con las letras de: "La mejor mesera del año." Y su foto aparece ahí.
Nunca me detengo a ver nada, pero recuerdo que una vez estaba tan aburrido escuchando la excusa de Anna que me puse a observar la foto de la chica que estaba en ese marco y se veía tan sonriente y respingona que prefería era sacarme los ojos.
— Luciano.—Anna sale de un pasillo acercándose a mí con pasos cuidadosa mientras se limpia las manos en un trapo.—Creí que nos veríamos al fin del mes como acordamos. —ella me señala una mesa vacía pero que estaba limpia para sentarnos y la seguí.
—La palabra clave es creí. —hablo sentándome y ella se pone más nerviosa.
— Yo... yo...
—¿Qué hacías esa noche en mi zona?
— Estaba... estaba intentando ganar dinero extra—habla tartamudeando y yo respiro hondo para no golpearla porque es una mujer.
— Y yo pensando que tu negocio iba bien.—sus ojos se agranda y no hace falta que diga algo más cuando Jeremy le colocas las fotos frente de ella.
— Yo... yo... puedo explicarlo—sus ojos se vuelven cristalino y yo resoplo mirando a otro lado.
—¿Me vas a explicar que sigues con las apuesta y que nunca me iba a enterar?
—Es que no... es que no puedo pararlo.
— Pero es que lo vas a parar Anna, el local ahora es mío.—Jeremy le pasa las escritura y sus ojos comienza a soltar las lágrimas.
— Es lo único que mi padre me dejo.—solloza rompiéndose y solo blanqueo los ojos.
— Ahora no, porque no lo pensante cuando lo apostaste.
—¡¿Qué apostaste que?!—el grito y que algo rompiéndose atrajo mi atención y fui rápido colocándole la mano a Jeremy en su brazo porque vi cuando iba a sacar el arma.
Mía que parecía como si le fueran matado un perrito en frente de ella y eso lo demuestra en su cara, camina hacia nosotros pero sin apartar la mirada de Anna.
—Mía... yo puedo...
— ¿Cómo pudiste apostar lo único que tío nos había dejado a las dos?—los ojos de Mía se agrandaron mientras que su rostro se volvía rojo.
<<¿Si la estrangulo, mis dedos quedaran marcados en su piel?>>
No es momento de pensar cochinadas Luciano.
— Yo... yo lo siento Mía.—Anna rompe en llantos y Mía no puede creérselo.
— Es lindo todo esto, pero debo cortar todo este drama familiar necesito que cuanto antes abandone mi local.—hablo y veo como Mía se voltea hacia mí como la niña del exorcismo.
Sus gafas la hacen ver más nerd, provocando que tenga pensamientos perversos que hacer.
— ¿Y tú eres quien para mandarnos? Este local no es de Anna, es mío también.—su rabia estaba hablando y eso me estaba gustando.
Me encojo de hombros antes de mirar a la chica que estaba llorando como loca.
— Yo no tengo la culpa que ella lo haya apostado y por suerte tuve que mover mucho dinero para quedarme con este local como pago de un dinero que ella me debe.
—¡¿Qué te debe?!—Mía cada vez no podía creerlo.
—La señorita aquí estaba en banca rota cuando le pidió un préstamo a mi jefe.—Jeremy habla por mí y yo solo me levanto de la silla con intenciones de irme.
—¡Espera!—ella coloca sus manos en mi brazos y le doy una mirada a Jeremy para que deje de cada momento de intentar sacar su arma y pegarle un tiro. Porque lo veo en su mirada, es su trabajo.
Está entrenado para que nadie me toque o se me acerque en lugares público, pero no ve que con ella no lo puede hacer.
—¿Qué quieres? Mi tiempo es oro.—finjo indiferencia y veo un quiebre en su ojos.
<<O preciosa, eso no es nada para lo que quiero hacer y es romperte. >>
—No quiero perder lo único que mantiene que siga estudiando, por favor hagamos un trato nosotros y le prometo que lo que le debe mi prima yo se lo voy a pagar todo. Pero por favor no me quite lo único que mi tío me dejo.
— ¡Mía no!—Anna intenta acercarse a su prima con intenciones de hacerla recapacitar, pero con una mirada mía se queda callada.
— Por favor, yo le pagare todo. Hare lo que sea.—suplica buscando mi mirada y yo pienso que no estaría mal con el plan que tengo en la cabeza.
Con cuidado aparto sus manos de mi brazo y me doy la vuelta, solo basta una mirada a Jeremy para que se le acerque.
— Este lista en la noche, si quiere que los nuevos termino se hagan.—salgo del local y entro a mi auto.
Jeremy entras un según después arrancando.
— ¿Crees que es mala idea de dejarle el negocio?—pregunto y Jeremy solo me da una mirada por el espejo.
— ¿Lo necesita para lo legal o ilegal?
Me quedo un momento mirando a la nada y después niego sonriendo.
—Ja, claro que no lo necesito.
— Eso pensé.
—Llévame al restaurante, me están esperando ahí.
— Como ordene señor.
***
No sé qué me pasa pero cambie todos los planes, en vez de asustarla o llevarla algún lugar de mala muerte para que se mantenga lejos de mí.
La voy a traer a mi rascacielos, a mi maldito piso.
Un lugar tan sagrado para mí que solo dos personas han estado aquí, una es Jeremy y la segunda mi mano derecha que siempre me trae información.
Observo la luna desde el ventanal y escucho las puertas del elevador abrirse.
Ni siquiera quiero voltear porque su olor de frambuesa llega a mí y hace que algo en mi despierte.
Y eso que odio ese sabor, nunca me ha gustado la frambuesa siempre he creído que es la fruta más cítrica que he probado.
Hasta ahora.
—¿Señor Brown?
— Me gusta más que me digan Luciano.—me volteo apartando la vista de la luna y lo vuelvo a repetir.
<<Esto fue una mala idea.>>
Ella va vestida con otro vestido de princesa floreado pero del color de mis ojos.
Gris.
Le quedaba bien, estaba vestida sencilla con su converse y su pelo suelto. Estaba nerviosa mirando a todos lados con miedo de que alguien saliera de algún rincón y la atacara.
Reí más para dentro y me acerque a ella extendiendo mi mano.
— Mucho gusto, Luciano Brown—me presento colocando mi mejor sonrisa traviesa y ella mira mi mano dudosa antes de agárrala, su tacto es tan delicado que ya tengo miles de cosa en mente.
— Mía camp.
—Mmm Mía, me gusta cómo suena.—pruebo su nombre en mi boca y la veo colocarse roja.
—Ya mi prima me ha hablado de usted.
— Uff ¿Y qué le ha dicho?—no dejo que aparte su mano y ella se vuelve más roja.
— Que es un hombre multimillonario, y que no es lindo hacer trato con usted.
—Se le olvidó decir, que soy encantador.
— Eso lo dudo.—murmuro tan bajo y no sé por qué alce mi mano hacia su rostro.
— ¿En verdad no sabe quién soy?—ella niega y yo toco las gafas quitándosela.
— ¡Oye, no veo nada sin ellas!—grita nerviosa extendiendo su manos para quitármela pero yo me coloco tras de ella dejándola plasmada.—¿Qué hace? —pregunta en un hilo de voz cuando mis labios se van al cuello que me llama a lamer y lo hago.
— Mmm huele y sabe tan rico—sigo en lo mío y subo mi boca hasta llegar a lóbulo de la oreja.
—Vine por negocios. —ella intenta darse la vuelta nerviosa pero no la dejo cuando aprieto mis manos a sus caderas para mantenerla en su lugar.
— Entonces señorita Camp que propone.—murmure en su cuello y cuando ella estaba a nada de responder un gemido salió entre sus labios cuando mis dientes pasaron por ese lugar antes de lamerlo un poco más.
Solo me aparte un poco para observar que sí, quedaban mis marcas en su piel.
<<Uff esto será muy divertido.>>
Y perverso.
— Yo... —la volteo hacia mí donde nuestros pechos quedan pegado y alzo las gafas en mi mano colocándosela.
— Haremos esto a mi modo Mía, se quedara con el negocio no me pagara la deuda que su prima me debe con una sola condición y esa será que sea mía.—sus ojos que se volvieron más oscuro y sus mejillas más rojas me miraba como si viniera de otro planeta.
Su respiración iba muy rápido y pensé que se apartaría de mí.
—¿Suya de qué forma?—pregunto en un hilo de voz y yo solo incline mis labios juntos a los de ellas rozando nuestros labios provocándola.
—Mía en todos los sentidos de la palabra, que ningún otro hombre la toque o mire, y que cada vez que la llame esté dispuesta a darme sexo —si no fuera porque he visto como se ha colocado antes diría que parece un tomate de lo roja que esta.
<<Le gusta >>
Le gusta que le hable sucio.
— ¿Y no hay otra opción?—negué observando sus labios y después sus ojos.
— Es eso o que se olvide del negocio.
—Me está dejando si opciones y eso no se vale, yo tengo pareja.
Una carcajada abandona mis labios y ella frunce las cejas confundida.
— Si tuviera pareja no estaría aquí y más en mis brazos.—la lanzo al sofá que estaba tras de ella y ella revota en el.—¿Acepta el trato sí o sí? Recuerde no tengo toda la noche. —me voy desabrochando la camiseta y ella no pierde de vista todo.
— Quiero pensarlo.—murmura tragando fuerte y cuando me quito la camisa la lanzo a algún lado de la habitación y me acerco al mini bar donde pruebo la bebida que quema mi garganta.
— En esto negocios no se piensa Mía, solo se acepta cuando el trato está más que favorable a su favor. Así que lo diré por última vez ¿acepta el trato?—me volteo para verla.
Sigue en la misma posición donde la deje mientras mueve sus manos nerviosas.
— Tengo pareja.
— ¿Me lo está diciendo a mi o solo quiere recordárselo?—veo un destello en sus ojos y sonrió más.
—¿Por qué es así? De miles de mujeres que tiene en la lista me elige a mí, que no soy nada a comparación a las que se tira. ¡Mirase y míreme a mí!
—¿Y?
— ¿Y qué? ¿Es que no me ha escuchado o qué?
—Claro que lo hice y lo único que escuche son puras pendejadas la verdad.—doy pasos volviendo acerca a ella y veo otra vez esa cosas en su ojos.
—No quiero ser la que esconda y mucho menos una más a las que se tira.
—¿Y quién dijo algo de esconder o ser la otra?—sus ojos se agranda pero después niega.
— Yo... es mejor que me largue. Esto fue una mala...—cuando ella se estaba levantando yo me voy encima de ella juntando nuestras lenguas y ese sabor a frambuesa que mantiene en su pintalabios llega a mí.
La beso como un poseso necesitado callándola porque siento que estoy en el cielo, nuestro labios se mueven y siento que encaja a la perfección mis manos vagan por todo su cuerpo tocando de todo ya que me vale lo que diga después pero de aquí no va a salir.
Nos separamos por aire y mis labios van a su cuello, chupando de todo y de una quito los tiros que sostenía su vestido que cae al suelo dejándola en ropa interior para mí. Con dedos torpes ella toca mi pecho y abdomen y no puedo dejar de sonreír mientras dejo que su sostén caiga para después mirar aquello a lo que me voy a prender ahora.
Miro como intentan taparlo con los brazos pero se lo impido, ahora entiendo porque dice que no es mi tipo. Todas las mujeres que me he tirado son exuberante y mujeres mayores con cuerpo perfecto, el de ella tiene pequeñas marcas de celulitis.
No tiene el mejor cuerpo para el mundo, pero para mí es más que perfecta. Yo creo que la palabra queda corta cuando llevo mis dedos a las marcas y mi lengua quiere recorrerlas cada una.
Sus pezones se vuelven duro, ella jadea.
—¿Eres mía? —levante mi mirada a sus ojos y ella aun jadeando a través de su gafas se mantuvo firme.
—No
—Veremos si vas a seguir diciendo eso toda la noche cuando te haga mía por completo. —y vuelvo a sus labios comiéndoselo, chupándolo hasta que los dos caemos en el sofá.
Sus gemidos era lo mejor que podía escuchar, y no voy a desaprovecha de prenderme de sus bellos preciosos pechos. Mientras que lo hacia ella desabrocho mi pantalón y me lo quite junto con el boxee. Fui por su panti y vi que ya estaba lista, mis dedos recorrieron sus labios para sentirla más necesitada.
<<Pero nerviosa. >>
Y eso a mí me prendía.
—Luciano, quiero decirle...
— ¿Qué eres virgen? Ya lo sé—sus mejillas ya no pueden estar más rojas de la vergüenza, abro sus pierna y no dejo que diga nada cuando me introduzco dentro de ella de una sola embestida.
Sus uñas se incrustas en mi espalda mientras que su grito me lo trago cuando junto nuestro labios.
— Desde ahora este pequeño coño es mío y de nadie más, me oíste.—otra embestida más fuerte sin dejarla que se acostumbre mientras que veo que una lagrima sale por sus preciosos ojos y solo alzo las gafas para lamer esa lágrimas de dolor y excitación.
— Quiero... verte.—pide que le vuelva a colocársela y se lo hago.
— Eso lo vamos a solucionar mañana, pero primero quiero que esté llena de mi.—mis movimientos son rápido y sus gemidos son más sonoros, hago nota mental que para la próxima vez colocare la grabadora porque dejare ese tono como de llamada.
— Ohh Luciano—mis embestidas eran rápido y duro y sabía que ya estaba lista porque yo también lo estaba.
— Me voy a venir dentro de ti y vas a recibir todo lo que te doy, porque serás una buena chica.
—Si... más.
Y una embestida más y los dos llegamos al mismo tiempo, y nos di vuelta para que ella quede encima de mí para no aplastarla ya que no quiero salir de ella.
— No usaste preservativo.—murmura después de un silencio y la noto un poco cansada.
Le doy un beso en la frente mientras observo como nos vemos bien juntos, lastimas que nadie se puede enterrar por mi doble vida.
Ella correría peligro y yo no quiero que le pase lo mismo que a mi madre, este mundo es peligroso y mi madre nunca quiso que me convirtiera en mi padre.
<<Debe estar retorciéndose en la tumba a ver en lo que me he convertido.>>
— A partir de ahora jamás lo usare contigo.
—¿Debo sentirme alagada?
— Más bien como un privilegio.—escucho su risa y después su respiración se vuelve tranquila.
Se queda dormida, y aun sin separarnos no puedo dormir. Porque tengo muchas cosas que hacer y esas es seguir disfrutando de algo que ya me pertenecer, aunque primero me tengo que deshacer de alguien.
Lástima que soy un asesino que siempre esta sediento de venganza.
Mis manos bajan por su espalda hasta llegar a sus caderas cuando la muevo aun dormida, a pesar de que pasaron minutos aún sigo duro y más si estoy dentro de cálido y apretado coño. Ella hace un quejido de dolor pero junto con excitación.
— Lista para la segunda ronda.
— Dame unos minutos de descanso que todavía me duele ahí abajo—murmura ella lo que hace que mi sonrisa crezca más.
— Arriba, que quien dijo que aquí se va a dormir.
La alzo conmigo llevándola hacia el ventanal, lo bueno de vivir arriba en un rascacielos es que no tienes vecinos a ninguna vista. La empotro en el ventanal y un gemido se cuela por todas la habitación.
— Te voy a follar hasta el amanecer hasta que se te olvides esas putas inseguridades que tiene, y que cuando llegue la mañana no puedas caminar y puedas pensar quien te ha dejado así. — Salgo de ella y la coloco en el suelo dándole la vuelta— Manos al vidrio que quiero ver esta maravilla de trasero.
Le doy una nalgada y ella salta.
— Oh... otra vez— pide y no puedo dejar pasar la petición a ver como su nalgas se vuelve rojiza.
— Pero miren como me salió la nerd, ahora se ha vuelto una putita.—separo sus piernas y aun sus manos permanece en el ventanal.
Sus piernas están débiles y me agacho para mirar la sangre confirmando lo que ya sabía, pero como he dicho antes amo este lado de mí y si pudiera decir que tengo un color favorito es el rojo.
Llevo mis dedos a su zona y ella gime pero no lo introduzco, solo lo paso para saborear un poco porque sé que la noche es larga y miles de torturas comienza a maquinar en mi cabeza con esta mujer.
Antes de subir le doy un mordisco en la nalgas observando lo que ella me imagino que odia de su cuerpo mientras mis marcas queda ahí y ella da un brinco y un grito de dolor.
— Nunca debiste decir qué harías todo lo que pidiera, porque esas palabras son una cadenas para desatar al monstruo que hay en mi.—siento que su cuerpo tiembla, pero no le doy tiempo para que procese nada cuando me vuelvo a introducir dentro de ella y esta vez sí dejo que la bestia que está dentro de mi salga a la luz.
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Hello mis amores, espero que se encuentre bien. Pido disculpas porque me he desaparecido y como regalo subiré un capítulo más.
He estado ocupada en los estudios, pero nunca dejó de escribir.
¿Que tal, le gusto leer un capítulo narrado por Luciano? Porque a mi me gusta estar en su cabeza a pesar que escribir este capítulo fue algo nuevo para lo que escribo.
Espero que le haya gustado y como ya saben, si le gustos muchos no olviden de votar y comentar.
Besos y abrazos, nos vemos en el siguiente capítulo. 🥰
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