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Capítulo 16

Adriel

— ¿Puedo ayudarlo en algo?

—Soy Adriel Miller Detective de Nueva York.—muestro mi placa al oficial que está manteniendo a las personas que intenta averiguar.

Él alza un poco la cinta amarilla y yo me agacho para pasar.

Un policía se me acerca y yo le doy otro trago a mi café caliente que mantengo en mi termo mientras camino por el amplio césped.

—Agente, la víctima está adentro. —me saluda y yo correspondo el saludo.

Lo sigo hacia dentro de la casa, mientras observo como la mayoría de los técnicos forenses hacen su trabajo. Hay policías custodiando la zona, otros encontrando evidencia y otros tomando fotos.

Entramos por la puerta principal frunzo mi entre cejas cuando noto lo que hay en la puerta, y pasamos por un pasillo donde una mujer está tomando evidencia de una ventana semi abierta.

—Luce como un robo que salió mal, entro por aquí —señala la ventana.—Y salió por la puerta trasera, la víctima estaba sola en casa. Su hijo estaba en una cena con su prometida.

—¿Qué se llevaron?—pregunto sin dejar de seguirlo y sigo bebiendo de mi café.

—Una cadena de oro, su laptop y algún dinero. El hijo dijo que había más de 2000$ en la caja fuerte y estaba vacía, también dijo que la cadena de oro era un regalo de su difunto abuelo. Tenía marcas de quemadura en el cuello, debieron arrancárselo.

— No puede ser.—murmuro cuando veo el cuerpo extendido en una lona de bolsa en el suelo.

— Una herida en la base del cráneo, la bala la atravesó. Parece calibre 38, tiene rasguño y hematoma en los brazos.

—¿Cree que se defendió?

— Eso creo.

Miro el cuerpo sin vida del forense López y me pregunto en que momento pasó esto, si ese hombre estaba desaparecido. Y hasta lo habían reportado.

—Agente.—sale un forense que no había visto jamás y se coloca a mi lado. —Soy Kent, me alegra mucho trabajar con usted.

—Mmm a mi igual. —el tal Kent se veía muy joven para ser forenses ya que portaba un aura muy alegre, sostenía en su mano la misma caja que le he visto a López y Tina cuando van con su equipo de trabajo.

— Déjeme enseñarle donde lo encontraron.—ahora tengo a un nuevo perseguidor dejando al primer oficial atrás y sigo a Kent a la sala donde está un sofá marrón manchado de sangre y la pared de un lado salpicada de sangre.

— ¿Conocías al Forense López?—pregunto antes de que él me cuente algo de la escena.

Él niega y comienza a relatarme todo.

— Como le explicaron entraron por la ventana, y la víctima se encontraba viendo la tele. Dándole la espalda a su ejecutador.— se coloca tras del sillón fingiendo que es el tirador alzando dos dedos como si tuviera un arma en mano.— No sé si lo escucho pero el primer tiro fallo.—apunta con un lace el hueco que da traspasando el televisor y se incrusta en la pared.—Por lo que utilizo su mejor confiable y es la pelea, pero su ejecutador tenía fuerza porque no encontramos rastro de ADN en sus uñas o algún rastro en sus nudillos. Me imagino que en medio de la pelea perdió el arma. —Señala la mesita de noche a un lado como si lo empujaron de una patada.—La victima a lo mejor quiso huir aprovechando que el otro estaba distraído, cuando se afincó en el sillón. Boom, muerto. —King relataba hasta la escena como si hubiera estado ahí con una sonrisa en su rostro.

Blanqueo los ojos porque te lo aseguro que vio mucho CSI en la televisión.

— Un robo que salió mal por lo que veo.—me llevo la mano a mi barbilla y Kent niega.

—No, porque sabía que quería y era él. También recuperamos la bala y hay huellas. La podemos ingresar en el sistema y saber a quién le perteneces. —asiento observado la pequeña casa de López.

Las ventanas tenían las cortinas corridas como diciéndole a la gente de afuera que no había nadie aquí, pero lo más importante era el por qué se escondía, porque cuando entre por la puerta vi muchos cerrojo como si estuviera huyendo de alguien.

<<O impidiendo que alguien entrara, como saliera.>>

—¡Agente Miller venga a ver esto! —uno de los técnico me llama y volteo hacia el lado que proviene de la cocina hay una puerta abierta y sé que tiene muchos candado que fueron abierto a la fuerza.

Hay una escalera y me imagino que es el sótano, bajo con pasos cuidadosos cuando la madera cruje. Me encuentro con varios técnico y Kent se nos une. Tomándole foto a todo un poco impresionado.

—Nos costó abrir la puerta, pero dudo que esa jaula sea de algún animal. —me acerque y fruncí las cejas confundido.

<<¿Qué doble vida lleva el forense López en esta casa?>>

— ¡Hay ADN y muchas huellas!—dice otro.

—¡Agente mire, hay fotos! —Kent me llama preocupado y yo me volteo hacia él cuándo lo veo que mira un gran pizarrón que esta incrustado en la pared de madera.

Una mesa con varias herramientas, pero mi vista se va mas a la pizarra que tiene muchas fotos y se ve que las víctimas eran mujeres y las mantenía encarcelada en esa jaula.

—¡Quiero que busquen cuerpo en el patio, en el frente o en este puto piso ya! —grito molesto saliendo dando órdenes y todo el personal comienza hacerme caso.

Mientras que voy saliendo de la casa me muevo buscando el celular marcándole al jefe, al quinto tono contesta.

—¿Qué puta mierda es esto? ¿Acaso López era también un asesino en serie y nadie se dio cuenta o qué? —le pregunto caminado de un lado al otro en el patio trasero esquivando a todo el personal que hace su trabajo.

La noche todavía esta fría y las sirenas comienzan a escucharse más fuerte.

Porque crees que te mande a ti Miller, ya no podemos confiar en nadie.—susurra del otro lado y yo me llevo la mano al puente de la nariz pensado en que broma con lanzarme casos fuerte si todavía no he terminado con el primero.

— Más tarde hablamos, necesito colocar una orden de captura hacia el hijo. No sabemos si es su cómplice.—cuelgo sin dejar que conteste y me dirijo hacia otro oficial.—¿Dónde está el hijo?

— Está con unos oficiales en la ambulancia, después de ahí lo van a llevar a la central para interrogarlo.

—Pues mantenerlo encerrado hasta que yo llegue.—le doy una orden que el capta y se va.

Cinco horas después y tengo ganas de revivir a López y pegarle yo mismo un tiro también por esto. La persona que lo mato nos hizo un favor a todos sacando a una escoria más del mundo, pero no pagando por sus crímenes.

1, 2, 3, 5, 7... 8 víctimas mujeres prostitutas encontrada entre el patio trasero y el piso del sótano que estaba cubierto por cemento.

Creo que necesito más que un café, porque terminare matando a alguien cuando veo la prensa afuera y comienza las preguntas. Veo que Kent sigue dando órdenes cuando sacan el último cuerpo y observo los cuerpos descompuestos.

—Las enterraba con tierra de gatos, así absorbía el olor.—me dice cuando llego a su lado. —Por eso los vecinos no sabían nada, además las paredes del sótano estaban insonorizadas.

Asiento.

— Quiero las huellas de la bala lo más rápido que pueda, necesito darle una medalla de oro a su asesino.—Kent me mira confundido pero después asiente.

— Para las tres se la tengo, tengo que ir hacerle la autopsia.

—Y yo tengo que ir a interrogar a su hijo.

Ahora todo tenía sentido aquella noche cuando hablo mal de aquellas chicas en el caso, pero el por qué desaparece antes de la autopsia es la pregunta interrogante en este caso.

Voy dejando la casa atrás y varios reporteros de noticia se me acercan con micrófono en mano pero yo me coloco los lentes negro.

Son las 6 de la mañana y no he dormido, no he desayunado y cargo con la rabia acumulada de la pelea con Malika como me detenga hablar con uno de ellos terminare inventándole la madre.

Algunos oficiales me ayudan apartando la prensa de mi camino hasta que llego a mi camaro y cierro la puerta de un golpe, pensando que ya no solo me dañaron el día sino la semana.

Media hora después con una dona y un nuevo café en mano entro en la central, a lo lejos veo una mujer bien vestida como si fuera una reina intentado hablar con algunos oficiales y ni siquiera me atrevo acercarme solo a escuchar de lejos.

— ¿Por qué mi prometido sigue preso? Solo vinimos a dar declaración de lo que vimos.—ella hablaba con muchos modales sin intensiones de gritar o colocarse histérica, pero algo llamo mucho mi atención.

Se veía nerviosa, pero no sabía por qué.

— Ya le explique señorita Jazmín, su prometido debe quedarse todavía en custodia hasta que llegue el agente que lleva el caso de su difunto nuero.—le explico el oficial que le dije que se encargara de no dejarlo salir.

Ella se dio por vencida y se fue a la sala de espera, yo en cambio termine de comerme todo y fui a la sala de interrogatorio claro no entre donde estaba él, sino a donde estaba el jefe viendo cómo se comportaba el chico a través del cristal.

—Sabes que no podemos tenerlo retenido sin pruebas ¿verdad?

—Yo lo sé, pero tengo mis razones que puede ser su cómplice.

Me cruzo de brazos cuando observo que el joven porta un traje bien vestido y pulcro, tocan la puerta y yo solo muevo la cabeza cuando un oficial entra y me entrega la carpeta.

Leo por encima y no sé qué me amarga más el día si lo que descubrí o que la cuartada es perfecta.

— ¿Qué vas hacer?—el jefe me habla y yo cierro la carpeta.

— Interrogarlo, para eso me pagas ¿no?—salgo de la habitación sin esperar respuesta.

Ni siquiera entro a la sala de interrogatorio cuando mis ojos se posan en la chica bajita que camina con unas carpetas en manos dirigiéndose a su lugar de trabajo y me voy tras de ella.

— ¿Está ocupada?—la asusto llegando a su lado. Ella deja las carpetas en la mesa mientras frunce sus cejas mirándome raro.

— No, ¿Por qué?—comienza a ordenar todo lo que tiene que hacer y yo coloco mi mejor sonrisa.

— Necesito un favor.

—Debe estar muy desesperado si necesitas mi ayuda.

— Sabes que si Jennifer.—ella deja lo que estaba haciendo para colocar toda su atención hacia mi cuando se sienta bien en su asiento.

—¿Qué necesita?

—¿No vas a preguntar qué es lo que necesito primero?

Ella niega mientras alza su mano dándole menos importancia.

— Sé que me lo pagaras, así que habla.—exige y yo me inclino para que esto quede entre nosotros dos.

— Necesito que te cambies de ropa.—ella frunce sus ojos confundida y yo sonrió perversamente con la idea que se me acaba de venir.

— ¿Qué tiene de malo mi ropa?—ella se mira y yo lo hago también observando la vestimenta que lleva.

— Nada, te ves perfecta así. Pero necesito que te cambies ya.

—¿Y qué me voy a colocar?—se cruza de brazos con intriga y yo miro hacia a un lado y ella también lo hace hacia la bodega.

—De mujer de la noche.

—¿Tienes alguna fantasía que quieres cumplir en el trabajo o qué? —se burla pero yo niego.

—Solo hazlo, y en siete minutos entra a la sala de interrogatorio como si te hubieras perdido de sala. No sé, tú improvisa y finges ser una mujer de la noche. —le doy la vuelta y me voy hacia la sala de interrogatorio.

Abro la puerta y los ojos negro de hijo de López caen en mi molesto, me imagino que por la tardanza.

— Diría que me disculpe por la tardanza de hacerlo esperar esta siete horas, pero la verdad no lo siento.—tomo haciendo en la silla vacía.

— Está abusando de poder.—recrimina él y yo blanqueo los ojos.

— Uff mira como sufro por hacerlo esperar mucho tiempo, mejor dame gracia que no está preso por ser cómplice de su padre.—abro la carpeta molesto y él me mira confundido.

— ¿De qué habla?

—De que su padre era un asesino...

—Mi padre era un forense muy reconocido y debe de darle las gracias porque trabajo aquí por mucho tiempo.

—Vamos Francis, no me digas que no sabías de las porquería que hacia tu padre en su casa.—me cruzo de brazo observándolo.

Veo un pequeño quiebre pero mantiene su cara sin expresar nada.

—Mi padre estaba desaparecido, yo mismo coloque su denuncia.

— Si, y yo soy el próximo Rey de Inglaterra.

—¡¿Me está tomando el pelo?!—se altera colocando las dos manos en la mesa y yo finjo indiferencia.

—Vamos Francis, es fácil colocar una denuncia sabiendo que tu padre tenía fecha de muerte. Y que por casualidad de la vida hoy aparezca muerto en su casa y se descubrió toda la verdad.

— No sé de qué me habla.—le lanzo las copias de las fotos que estaban en la pizarra y de los cuerpo de las chicas sin vida que se encontró en el patio de su casa.

— Me vas a decir que no sabía que tu padre se dedicaba a secuestras y matar a prostitutas.—ahora era yo el que alzaba la voz.

Sus hombros se pusieron rígidos cuando escucho las últimas palabras sin apartar la mirada de las fotos.

—Yo.... Yo...

—¡¿Dónde está?!—sus palabras fueron cortadas cuando la puerta se abrió fuertemente y Jennifer entro furiosa.

Portaba una minifalda que dejaba mucho a la imaginación de los hombres con un top que estaba a punto de reventarse por su pecho, tenía medias negra de mezclillas y usaba tacones alto negro.

<<Enserio se pasó con el papel de mujer de noche.>>

—¡Fuiste tú ¿verdad?! ¡Fuiste el que mato a todas mis hermanas!—Jennifer se adentró a la sala furiosa hacia Francis y este se quedó paralizado viéndola.

Su cara abandono todo color y yo me levante hacia Jennifer, para que no se le fuera encima.

—Señorita, usted no tiene permitido la entrada. Debe irse...

—¡Fue él, fue él. Vi el nombre en las noticias, mato a todas mis hermanas!! —Jennifer si era buena actriz.

<<Que hacia haciendo un papel de secretaria, si Hollywood la podía contratar como actriz.>>

— Señorita cálmese ¿Quién la dejo entrar?—me hago el loco y un oficial entra rápido a la sala sin entender que pasa.

—Agente... no.... —el oficial titubeaba pero yo alce mi mano para que se callara.

— Llévela a la oficia del jefe, yo me encargare de ella cuando termine aquí.

—¡Vas a pagar por lo que le hiciste bastardo!

Jennifer gritaba como loca, y es algo que yo no le pedí hacer pero fue un punto a mi favor.

Cuando quedamos solos de nuevo Francis y yo, pude observarlo que seguía petrificado ahí como si hubiera visto un fantasma del pasado.

— ¿Está bien?—pregunte haciéndome el loco y el negó cuando escucho mi voz.

— Yo... yo tengo ganas de vomitar.—se levantó rápido corriendo a buscar la papelera que tenía a un lado y vomito ahí.

— ¿Algún recuerdo que quieras hablar Francis? —lo mire sin moverme de la silla.

Él se limpió la boca cuando termino de vomita, todavía se veía pálido.

— Nada, solo quiero irme ya.

—¿Sabías lo que hacia tu padres con esas chicas?—negó todavía distraído.

—Hace seis años que deje de vivir con mi papá, tengo un empleo que me permite pagarme mi propio departamento. Lo visito los fines...

—¿Qué traumas tienes con las prostitutas? —pregunto cortándolo yendo al grano cuando hago contacto con él.

— Nada.

—¿Pero te gustan?

Ahí tardo de más en contesta y negar.

—No.

—Pero tu papá si, ¿Por qué será?

— Mi papá era un hombre que no le gustaba contar de su vida privada.

—¿Y tu madre dónde está?

Me cruzo de brazos observando como sus ojos se vuelve cristalinos.

— Murió cuando nací.

—Lo siento.

— ¡Claro que no, ni siquiera tiene respecto por la memoria de mi padre y lo va hacer por mi madre!—se altera.

— Si te soy sincero Francis, me vale poco la muerte de tu padre. Yo solo quiero saber por qué ellas. ¿Qué obsesión tenía con ellas?—a pesar de que estaba a punto de llorar no lo hizo, es como si ahora mismo tuviera una guerra entre su mente y no sabe quién saldrá ganador.

Resopla cansado antes de lanzarme una mirada molesto.

— ¿No deberías de estar buscando a la persona que mato a mi padre?—pregunta y yo me encojó de hombro como si no me importara.

— ¿Para qué? Para darle un premio por quitarnos un animal más de la calle, no gracias.

—¡No hables así de mi padre!—truena molesto levantándose.

—Vamos Francis acepta la realidad, tu padre era un animal inservible que respiro mucho aquí en la tierra.

— ¡No sabes con quien está hablando agente!—a pesar de que me señalaba yo seguía sentado.

Ya quería largarme de aquí a dormir eso era lo que necesitaba.

<<Y no olvides que tienes una charla con Malika, las cosas no terminaron bien en la madrugada.>>

— Si no me quieres contar porque tu padre hacia esto, está bien. Con tal a la final lo voy a descubrir.—me levanto recogiendo todo y dándole la espalda para salir por la puerta.

— No hay nada que descubrir agente.—me dijo siguiéndome pero yo ni le estaba haciendo caso porque llegue hasta donde estaba la chica que estaba sentada como una modelo en la sala de espera.

Se levantó con delicadeza acercándose a su prometido, nada de besos o abrazos. Solo miradas rara.

— Mi amor, por fin te dejan salir. Creí que iba a tener que llamar a un abogado.—ella hizo el amargo de abrazarlo pero con una mirada se contuvo.

— Vámonos.—él agarro su mano, pero yo me adelante tomándolo por el hombro.

— En realidad, la que sigue para el interrogatorio es la señorita. Ya que los dos descubrieron la víctima...

—No me joda Agente.

— Es el protocolo, así que vamos señorita.—ellos dos se dan una mirada que lo dice todo y le enseño el camino hacia la sala.

Yo en cambio estaba ya cansado y hastiado, ya no sentía esa necesidad de estar aquí sino en otra parte. Es como si ya las ganas y la emoción que tenía por el trabajo se fueran después de lo que Malika me había dicho.

Siempre colocaba mi trabajo antes que a ella.

— Como había dicho mi prometido, tocamos y nadie contesto...—comenzó ella hablar cuando estuvimos solos en la sala.

Tomo asiento con delicadeza en la silla y yo solo permanecí parado.

— Vamos al grano señorita Jazmín, no me interesa que vieron o que encontraron. Quiero que me diga que se trae con su prometido.—me incline en la mesa para que nuestro rostro se acercara un poco lo que hizo que ella se echara hacia atrás un poco asustada.

— No sé de qué me habla.

—¿Van a seguir manteniendo esta estúpida cosa de que no saben de lo que hablo?

Resople mirando sus ojos, ella miro hacia un lado antes de volver a mirarme.

— Es la verdad Agente, no lo sabemos.—mentira.

—Uff y yo creyendo que usted sería una mujer inteligente esta vez y terminaría contándome la verdad. —me aparto de ella para tomar asiento en la mesa sin importarme que estemos demasiado pegado.

— Si cree que me íntima con su estúpido papel de malo, no funciona agente.

—Y si usted cree que no me he dado cuenta que le tiene miedo a su prometido porque le pega o porque sabe la verdad de lo que hacía su suegro está equivocada.

— ¡Francis no me pega!—alza la voz y sonrió para mi adentro observo que ella misma se da cuenta que me grito donde se tapa la boca rápido y se sienta recta.—Lo siento no volverá a pasar, yo no quise gritarle Agente. En serio discúlpeme.

—Olvídelo, dígame que pasa. Si Francis le pega puede contármelo, puede confiar en mí y esto quedara entre nosotros. Prometo darle seguridad que él no volverá a colocarle un dedo en cima.

—He dicho que Francis no me pega, es un hombre incapaz de hacerlo.

—Sí y yo nací ayer.

— Es la verdad.

—Entonces no le importaría contarme que fueron esas miradas y que huía de su contacto.

Silencio, otra que se debatía si hablar o no. Trago fuerte antes de bajar la cabeza.

— Usted no conoce a mi prometido, él nunca me ha pegado o ha colocado un dedo sobre mí.

—Tan bien existen golpee verbales, no justamente tiene que ser físico señorita Jazmín.—levanta la mirada solo por segundos antes de sacudirla y mirarme a los ojos.

—Agente solo estoy aquí para declarar lo de mi suegro, y si no tiene más pregunta debo irme. Porque arrestada no estoy, no he cometido ningún delito.—se levanta con una perfecta elegancia y yo me aparto de la mesa para observarla.

—Está bien, no me diga nada. Pero a la final lo descubriré, y si no le molesta la acompaño hasta que su prometido.—le abro la puerta y le enseño la salida.

Ella dudosa sale de la sala y me acompaña hacia donde su prometido la espera impaciente caminando de un lado al otro mientras envía mensaje, se detiene cuando nos ve llegar y agarra de una vez la mano de Jazmín.

—Nos vamos.

— Nos estaremos viendo pronto, no salgan del país.—me despido de ellos dándole mi mejor sonrisa y cuando veo que se van.

Voy directo hacia mi escritorio y busco lo que necesito cuando me llega el mensaje de Kent con los informen de la autopsia.

Media hora después estoy caminando un pasillo tétrico, donde las luces se enciende cada vez que doy un paso recordándome aquellas películas de terror donde nunca andes solo por los pasillos de un hospital o una morgue. No sabes en que momentos saldrá un fantasma con intenciones de vengar su muerte.

El olor a limpiador, alcohol y otros elementos me revuelve el estómago mientras voy caminando y aprovecho de enviar un mensaje.

Adriel: Cuando salga de la morgue voy a buscarte, tenemos que hablar.

Presiono enviar pero no hay respuesta del otro lado, ni siquiera está en azul como visto.

Intento con otro mensaje pero un ruido hace que detenga el proceso y levante la mirada un poco asustado.

<<He visto de todo, pero nunca un fantasma y no pienso verlo en esto momento en una morgue.>>

Así que me apresuro a llegar al final del pasillo donde una puerta de metal la abro y ella rechina dándome la bienvenida a la morgue. Hay cinco camillas con cuerpos que son tapados por mantas blancas desde los pies a la cabeza. Una de ella mantienen a un cadáver abierto por el estómago mientras que Kent con su ropa de forenses mantiene cubre boca y guantes junto con un bisturí en mano haciendo la autopsia.

Su ayudante está lavando un cuerpo que se mantiene en una cama grande de metal.

—¿Que tienes para mí? —digo cuando entro observándolo.

Todavía siento el miedo que en cualquier momento uno de los cuerpos que están cubierto por las sabanas se van a levantar como zombie o peor aún. Tenga una maldición esa rara y nos mate como rituales, he visto el caso de Sarah y que no se olvide la película esa llamada la morgue.

<<Por lo que veo, ves muchas películas de terror.>>

— Hola para ti también Agente.—murmura él mientras lo veo sacar un hígado y colocarlo en una charola.

Por momento dejo de pensar en todos los casos posibles que esos cadáveres puedan resucitar como en las películas, porque la mayoría dice: Basado en hechos reales y si lo dice es porque es verdad.

— Nos vimos temprano idiota.—me mantengo en la puerta porque no tengo nada con que protegerme y no me quiero acercarme a esos cuerpos.

<<Huele horrible.>>

¿Qué es ese olor horrible? ¿Será un sándwich de pescado podrido o así son los olores de un cuerpo descompuesto?

He olido de todo, desde de cadáveres en descomposición a queso podrido que te revuelve el estómago tanto así que terminas noqueado por el olor fuerte.

— Ah sí, pero él es mi ayudante Kell...

—No me interesa como se llama tu ayudante solo vine porque me dijiste que tenías algo para mí del caso.—lo corto rápido ya que tengo impaciencia.

Cuanto más rápido cierre el caso, me puedo concentrar en el fantasma y Malika.

—Agente relajéese un poco que la vida es corta, colóquese eso.—me señala la bata azul que tengo a un lado y lo hago.

Me voy por los guantes también y me acerco llevándome un pañuelo a la nariz cuando el olor a podrido invade mis fosas nasales.

—¿Es una de las chicas?—pregunto señalando con la cabeza colocando a un lado.

Ni siquiera puedo acercarme porque el olor revuelve mi estómago y lo único que tengo en el estómago está a nada de ser expulsado en el cadáver.

—Queras decir que es hombre.

—Giro inesperado. —me sorprendo cuando el levanta la sabana que le cubría la parte de la cintura para abajo. —Ni lo parecen.

— Las 8 son trans, hice las autopsias. Fueron torturas desde el día uno hasta el día tres que era su máximo límite para dejarlas viva por las horas que calcule en su descomposición del cuerpo, encontré rastro de violación por la parte de atrás con un metal bien sea pudo usar cual objeto por las lesiones graves que hay en las paredes anales. Hubo muchas sangramiento y lesiones por lo que no fueron una o dos veces, si no muchas. Adentro en sus estomago encontré esto.—me acerca una bandeja y hay 8 pedacitos de papel de un envoltorio de algo.—Todavía no se a que pertenece.

—¿Cómo murieron?

—Enterradas vivas. —él se queda cayado cuando yo abro los ojos sorprendido.

<<Eso no me lo esperaba.>>

—¿En serio?

—Sí, encontré tierra en la boca, garganta y nariz. Las marcas que vez en sus manos estaban amarradas, con intensiones que sabía que no se pudiera soltar. Estaban consiente de lo que pasaba ya que en sus estomago encontré tierra y arena de gato.

—Sabía bien lo que hacía.

—Ni me lo digas, puedes creer que uso su intelecto de medicinas para saber dónde tocar para hacerlos sufrir.—Kent negaba mientras se quitaba los guantes y se alejaba del cuerpo abierto y yo lo seguí.

Se detuvo en el único escritorio marrón que estaba ahí y me tendió una carpeta.

—¿Son los resultado?

— Si, también esta los informen de la autopsias. Todavía estoy buscando en la base de datos, pero creo que debes ir a balística. Sabe que eso no me encopete a mí.

—Gracias entones, ya sé que López tenía un odia interno hacia los trans.

— Te estaré avisando si encuentro algo más.—me despido de él y salgo como si el diablo me estuviera persiguiendo de ese lugar.

Nunca me han gustado los hospitales o la morgue, pero no podía mandar a nadie a buscar los exámenes de la autopsia porque quisiera o no López tenía amigos policías o detective que aunque estuviera muerto harían lo posible para que él pareciera el bueno de la historia.

***

Abro la puerta de mi apartamento pero lo único que hayo son las luces apagada. No hay ruido y todo está como lo deje en la madrugada cuando me fui, preferí traerme el trabajo para la casa. Y así hablar de una vez con Malika.

Dejo las varias carpetas en la mesa mientras me despojo de mi chaqueta junto con el arma y las llaves que dejo en la mesa.

La cabeza me palpita de solo pensar que pude descubrí que López hacia esto y podía pararlo, pero yo no era adivino y solos en tres ocasiones lo había visto en lo largo de mi carrera aquí.

—¡Lika llegue! —aviso yéndome a la neveras.

Saco un vaso de jugo de naranja y bebo un poco caminado hacia su habitación, la puerta sigue cerrada y golpeo llamándola. Pero nada, no hay ruido.

—Vamos lika, abre quiero hablar contigo. —vuelvo a llamar pero nada, así que voy por la vieja confiable y me dirijo a la llave de emergencia que tengo de todas las habitaciones.

La puerta cede cuando meto la llave, y si creí que el chillido que dio la puerta de la morgue cuando abrió era lo peor que había escuchado. Este fue como una patada en la boca del estómago.

Su habitación verde manzana porque Malika jamás le gusto el rosa o rojo, era el color que estaba pintada las paredes de su habitación no había ni un foto de ella. La puerta del closet estaba abierta y pocas ropas estaban ahí, la maleta no estaba y en la cama solo había una nota.

<<Estaba comenzando a odias las putas notas de verdad.>>

Me acerco rápido yendo hacia ella y cuando lo agarro leo su perfecta caligrafía en el papel.

"Me largue, has con tu vida lo que te plazca la gana. Yo se defenderme sola."

Siento que el mundo se me viene encima y aunque lea la nota una y otra vez, no entiendo que paso. Ella no es así y aun mirando la nota logro levantar la mirada y observo que a un lado de la cama están varias fotos de nosotros dos juntos desde pequeño rotas en mil pedazos.

Ni siquiera lo pienso cuando voy por mi celular marcando su número, pero este suena en la misma casa y maldigo el día que deje que ella volviera a entrar en mi vida.

Ahora si se fue y se llevó con el mi corazón sin que ella supiera lo que sentía por ella.

Y no solo eso, ahora sé que perdí algo que nunca supevalorar.

.
.
.
Bueno yo no diré nada, porque no si quiero que esto dos estén juntos o no.

Cada día tengo ideas locas para ellos, pero cuando las plasmó me sale otra cosa así que dejaré que los personajes siguen así como van.

Pero, ustedes que opinan  ¿Estuvo bien que Malika se fuera o debió quedarse?

No olviden de votar y comentar si le gusto mucho, me ayudaría en la historia.

Besos y abrazos 😘🤗

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