Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Adriel

—¡Tenemos un caso de trata de blancas y al parecer es una guerra entre bandas! Fueron encontradas en unos edificios abandonados cerca del muelle. ¿Quién lo quiere? —El Jefe entra a la sala de Detectives y Policías.

Solo veo como varios levanta la mano mientras yo solo miro el techo.

— ¿Por qué no se encarga ese caso los de Recurso Humano o el Interpol?—solo pregunto sin dejar de mirar el techo que ahora que llevo minutos así puedo observar que los de limpieza ni siquiera han quitado las telarañas que están en algunas esquina.

— Dicen que están saturados, así que nos lo pasaron a este Departamento por eso digo ¿Quién lo quiere?—aparto la mirada de las telaraña y veo como el Teniente Sánchez está dispuesto aceptar ese caso.

<<Luciano me debe una.>>

—Yo me haré cargo. —casi media sala me ve y lo entiendo.

No he cerrado todavía el del famoso fantasma y ya me quiero meter en uno más grande como si no tuviera problemas que resolver.

— ¿Qué? Me especializo más interactuando con criminales que con los muertos.—el jefe Bravo me da una de esas mirada advirtiéndome que es mejor que me calle la boca y lo hago cuando le entrega la carpeta a Sánchez y señala a otro Detective.

—Ustedes dos trabajen junto, espero más tarde el informe en la oficina. —y se va abandonado la sala.

—Cuando no el Detective del año queriendo llevarse los casos importantes. —el Detective Ross se posiciona en mi escritorio junto con el Teniente Sánchez que prefiere mirar a otro lado que meterse.

— Cuando no el peor Detective queriendo meter las narices donde no lo llaman.—enarco una ceja mirándolo desde el lugar donde permanezco sentado.

Por más que el permanece parado y yo sentado él cree que puede intimidarme pero es algo que me resbala.

— Atacando con mis propias armas, se más inteligente Miller. Que no todos somos lame pelotas como tu.—me rió.

Me rió por las estupideces que dices y eso lo desconcierta un poco.

—La diferencia entre un hombre inteligente y uno tonto es que el primero se repone fácilmente de sus fracasos, y el segundo nunca logra reponerse de sus éxitos. ¿Y adivina quién lo dijo? —él se queda en blanco mientras que yo cierro la carpeta que tenía abierta en mi escritorio y me levanto.—Eso pensé, ya vemos quien es la segunda opción en esta vida. —paso chocando mi hombro con el de él dejándolo en la sala.

Yo en cambio salgo de la central yéndome hacia la cafetería donde me siento en una mesa aparte y puedo leer tranquilamente el caso. Tina consiguió ADN en el granero pero tampoco aparece en el sistema, ahora me toca ir a la casa de las huellas del sospecho Allen y de solo pensarlo me da dolor de cabeza.

Tengo días sin dormir bien y eso se nota en mi cara, tuve una semana entera cuidado de mi padre donde tuvimos que trasladarlo de nuevo por su seguridad. Ósea que ya no está en Italia sino que volvió a Miami, en una casa del pánico que Luciano mantiene oculta y fuera de sus negocios sucios o legales.

Ahí solo están dos enfermeros que lo ayudaran con el tratamiento y mi mamá que jamás lo dejara, y cinco guardias de Luciano para cuidarlos. Una semana de pesadilla donde no deje a mis padres solos, pero tuve que volver.

Creí que volver a mi apartamento tenía la esperanza que estaría solo de nuevo, pero para mí sorpresa Malika estaba, pensé que sus padres se lo habían llevado pero por lo que veo se quedó. Tenía intenciones de dormir tranquilo pero ella estaba en mi cama y se me hizo muy difícil, por lo que cuando mi celular del trabajo sonó volví a la central encontrándome un desastre.

El Forenses López estaba desaparecido, así que algunos del FBI se encargarían de su caso pero el Jefe lo prohibió y colocaron alguno de la central. Fisher no tuvo resultado con las cámaras de vigilancia y para colocar la cereza del pastel Tina está recibiendo carta de amenaza.

— Café negro puro con dos de azúcar.—Eve deja una taza de café en la mesa y veo que hay una dona.

— Pero yo no pedí nada.—ella se retuerce las manos nerviosa y yo vuelvo a cerrar la carpeta.

— Ya lo sé, pero tenía días sin ver tu rostro por aquí que me preocupe que algo malo le hubiera pasado.—ella mira a un lado y después toma asiento en la silla vacía de la mesa de alado para sentarse.

Yo tomo la taza de café porque lo necesito con urgencia.

— Tuve algunos problemas familiares, ya sabes un detective nunca descansa.—ella asiente como si me comprendiera. Pero sigue nerviosa mirando a todos lados.—¿Eve que tienes? Sabes que puedes confiar en mí. —sus ojos se posan en mí y puedo ver un destello de miedo en su mirada mientras baja la cabeza.

— Solo cuídese agente, sabe que cara vemos, corazones no sabemos.—y después de eso se levanta cuando el encargado la llama.

— Lo que me faltaba, ahora debo cuidarme de quien sabe. —me llevo una mano refregándome la cara cansado.

Termino todo y pago la cuenta, saliendo de ese lugar. Media hora después estoy tocando la puerta de una casa que está a punto de caerse abajo por falta de mantenimiento, algunas personas están en una esquina de la calle mirando lo que hago, son cinco chicos junto a un vehículo. Y es que la dirección que me dio Tina es un barrio de mala muerte, donde hay delincuentes por todos lados y siempre se mueve la droga por estos lugares.

— ¿Si, en que puedo ayudarlo?—un joven abre la puerta.

Su ropa mal arreglada, franelilla blanca estirada como si la jalaran y los pantalones a medio subir mientras en su mano sostiene una cerveza me hace saber que no he llegado en un buen momento.

— Estoy buscando una persona, soy el Detective Miller.—enseño mi placa y él solo entrecierra los ojos hacia ella para después mirar tras de mi donde me imagino que ve la pandilla de hombres en la esquina.

—A quien sea que busque ya no vive aquí. —intenta cerrarme la puerta en la cara pero meto la mano y él da un tras pie hacia atrás por lo borracho que esta.

— Ni siquiera sabe a quién estoy buscando.

—No hace falta pregunta señor, sabemos a qué viene siempre un policía a esto lados.—una señora mayor de piel oscura sale de algún lugar de la casa mientras aparta a su hijo por la oreja de mala manera.

—Y me imagino que a nada bueno.

— En eso tiene razón, a nada bueno bien sabe sino a puro a meternos en problemas.—ahora era ella la que intentaba cerrarme la puerta.

— ¡Estoy buscando a Allen Collins! —hablo rápido antes que pierda la oportunidad y por lo que veo la señora abre la puerta rápido furiosamente.

—¡Me está tomando el pelo agente? —casi me grita mientras me señala.

Yo sin saber nada alzo las manos en son de paz.

— Esta dirección apareció en el sistema, por eso lo estoy buscando.—ella me lanza una mirada de odio antes de mirar atrás de ella donde me imagino que su hijo también debe estar mirándome con la misma cara de confusión.

— Lo que sea que venga a buscar de él, no lo va a recibí, porque ya no está aquí.—ella habla cruzándose de brazo.

— Pero puede decirme donde lo puedo encontrar por favor.—intento buscar mi libreta para ver si tengo resultado pero dicha acción queda muerta cuando ella suelta las palabras que me dejan fuera de base.

— Mi esposo hace más de 10 años que está muerto, por eso le digo ya no está más aquí y por favor ya no moleste más.—me cierra la puerta en la cara y yo permanezco ahí como un idiota sin comprender.

Después que reacciono vuelvo a tocar la puerta pero nadie sale, esto no puede ser cierto. Sus huellas están en otros casos y me debe estar tomando el pelo.

La puerta es abierta cuando la señora furiosa me mira con ganas de matarme.

— Señora eso debe ser mentira su esposo no puede estar muerto, si su huellas están en cuatros escena del crimen.—doy un paso adentro sin invitación y ella cierra la puerta tras de mí.

— ¡Pues está muerto, porque yo misma vi como lo enterraban. Yo misma vi como moría en mis brazos cuando una bala perdida le dio!—ahora ella la que me gritaba furiosa.

<<Esto debe ser imposible.>>

— Debe ser una mentira.

—Pues vaya y véalo por sí solo, está enterrado en el cementerio de Hart Island, está en la 5 fila 3 lapidad a la izquierda ahí lo va encontrar más que muerto.—me abre la puerta y esta vez me saca a patada de su casa.

Sin perder tiempo camino a mí vehículo apurado y en el proceso saco mi celular marcándole a Tina.

—¿Esta segura que es Allen Collins— pregunto cuando contesta.

Claro, son las huellas que aparecieron en el sistema.

— Es que no puede ser posible.

¿Por qué lo preguntas?

Arranco colocando el manos libres, saliendo de aquel barrio y dirigiéndome al muelle ya que el cementerio que me dijo la señora es una isla.

— Porque su esposa fue la que me salió dijo que el tipo llevaba más de 10 años muerto.—se hace un silencio del otro lado de la línea.

Todo este caso me está volviendo loco, y cuando por fin siento que estoy avanzando me manda al inicio.

Eso no puede ser verdad.—dice ella con voz preocupada.

— Pues voy directo a confirmar, es el Hart Island.

Hablare con el fiscal Scott para que pida una orden para la exhumación al cuerpo, tu quédate ahí que yo me encargare de lo demás.

— Gracias y por favor necesito que tengas las demás pruebas lista.

Hoy Martínez llego con nuevas huellas del caso de Malika y el chico, habían muchas en algunas armas de tortura que solo descarte la de Allan.

Mierda.

Ese era otro problema, de tanto que estaba con lo de Malika y mi padre me olvide que trabaja junto con el equipo de Martínez y que hoy teníamos que ir a interrogar a los paramédicos.

— ¿No ha preguntado por mí?—esperaba que no.

No, lo que se me hizo muy raro es que me pidió que examinara las huellas y las evidencias del caso.—si eso también estaba muy raro.

— Solo ve con cuidado y por favor no digas que me está ayudando.

Claro, ¿no vemos esta noche?—otro silencio por parte de los dos, me detuve en un semáforo rojo y solo vi por el rabillo del ojo hacia los asientos del acompañante lo que llevaba ahí y se terminaría cancelando todos mis planes.

—Lo siento, será para otro día. Todavía estoy full en esto...

Claro lo entiendo, será otra ocasión. —después cuelga y yo maldigo para mis adentro cuando me doy cuenta que estoy en una posición que no sé ni cómo resolver.

Quince minutos después me estación frente del muelle, busco al encargado para ir hacia el cementerio. Y es que la isla está en una zona prohibida de Nueva York donde más de un millón de personas están enterradas en fosas comunes anónimas cavadas por prisioneros está a punto de tornarse más accesible.

Pero gracias a la información de la señora se más o menos sé a dónde voy, ya que hay muchos cuerpos sin identificar, sea indigentes, mortinatos y victimas de sida que fueron enterrados en esta isla.

A pesar de que le dicen la isla de los muertos, es una isla un poco terrorífica. Ya que mantiene sus césped verde y árboles, tiene edificios (Bueno prisión) se mantiene su toque tétrico y me imagino que de noche no sería bueno salir a dar una caminata.

Ya en la tumba que me dijo la señora y noto la lápida deteriorada sin nombre.

—Ahora a esperar a ver si es verdad que estás bajo tierra. —meto mis manos en mi abrigo porque hace demasiado frío.

Uno de los encargados que me está acompañando mira la tumba mientras que sostiene una pala en mano a mi lado también esperando que llegue la orden y las demás personas.

— ¿Eso no es pecado?—dice después de estar en silencios por unos minutos y yo lo miro.

— ¿El qué?—él señala la tumba y comprendo.—No, cuando estamos en una investigación importante.

—Sí, pero cuando los muertos son enterrado es para tener descanso eterno y no para que los vivos vengamos a interrumpir sus siestas.—noto un acento en su ingles pero no le hago caso.

Seguro que tienes creencias locas y yo no me voy a poner a creerle en este momento.

—A los que se le deben tener miedo son a los vivos, no a los muertos.

Él sin dejar de mirar la tumba puedo notar un nerviosismo en sus manos, y cuando estoy a punto de preguntarle si estaba bien. Mi día se descompone cuando veo a la Detective King con Williams que vienen con algunos policías, forenses y una orden.

— Martínez nos mandó a que te acompañara en el nuevo descubrimiento.—King me dice cuando llega a mi lado y no se decirle que se vayan a la chiquinquilla o mejor ni digo nada.

— Guardándote tu solo una nueva pista, eso no está bien compañero.—Williams toca mi hombro como si me estuviera regañando y yo me aparto de mala ganas apretando los dientes para no decir nada.

— Comience a escavar señor, que no tenemos todo el día.—King se dirige al señor pero este se niega y le da la pala a los forenses.

— Yo no quiero que el difunto me visite por las noches por interrumpir sus sueños.—se hace la cruz mientras reza un ave maría apartándose de nosotros.

— ¿Bueno quien quiere ser el ganador de este maravilloso premio y que un muerto lo visite por las noche?—Williams se burla del señor que me imagino que es mexicano que se mantiene a unos paso lejanos de nosotros sin dejar de rezar y hacerse la cruz.

Yo por mi parte le hago señas a los forenses para que comience el trabajo y lo hacen. Una hora después seis hombres con un cable que esta sostenido al ataúd es sacado y colocado en un perímetro cuidado.

El señor todavía se mantiene con sus rezos mientras que todos los que no tenemos mascarilla nos mantenemos a una distancia prudente, veo como el ataúd es abierto y uno de los forenses nos llama. Yo tapo mi nariz cuando el olor a putrefacto perforas mis fosas nasales provocándome unas nauseas de vomitar cosa que no lo hace King porque ella si vomita.

Yo me tapo y camino notando lo que ya me imagine.

— Les faltas las manos.—Williams se me pega atrás cuando yo solo veo lo que me importar y salgo de ese lugar.—¿Cómo? Yo tenía esperanza que el ataúd estuviera vacío y que en verdad estuviéramos buscando a un nuevo sospechosos.

—Pues ya ve que no todo es como uno lo cree.—llego a la lancha que me llevara de nuevo a tierra firme. Williams todavía sigue pisándome los talones como si le fuera a decir algo que he descubierto.

—¿Pero cómo? ¿Eso es posible? Que un cadáver le hagan falta sus manos.

— Si, se llama robo de identidad. Por si no lo sabía hay un porcientos de personas que le gusta robar partes de cadáveres y otro porcientos de criminales del mercado negro que lo utilizan con las personas viva sino lo sabias.

—¿Ósea que el hombre le pudieron cortar las manos cuando estaba vivo y la vendieron en el mercado negro es lo que me quieres decir?—me impide el paso para que no entre a la lancha pero yo paso de él y subo dándole la orden al señor que la maneja.

—Tú solo sacas las conclusión investigando y que el forenses te lo diga.—ni siquiera le doy chance para que me diga algo más porque ya la lancha sale alejándonos de la isla que cada vez la veo más lejos puedo por fin puedo respirar aire verdadero.

Si creí que este caso sería aburrido, estaba más que equivocado. Porque me gustaban los casos complicados, que me diera más problema que un problema de matemáticas y aunque al principio me había negado aceptarlo. Me moría de ganas por aceptar un reto que nadie se atrevía aceptar y ahora me moría por saber cuál sería la próxima jugada de ese famoso fantasma.

***

El olor a comida recalentada llega a mí y tengo el estómago tan revuelto que lo único que hago es cerrar la puerta de un portazo y dirigiéndome al baño a paso rápido donde vomito lo que apenas se mantenía en mi estómago.

—¿Iel eres tú?—escucho que toca la puerta preocupada pero ni siquiera soy capaz de abrir la puerta.

Después que salí del cementerio volví a la central porque había surgido un problema y era que las nuevas evidencias que Tina había recolectado de la escena del crimen original la habían contaminado y ya no podía estar más en el caso.

Eso no fue lo peor, lo peor fue que cuando volvimos al granero nos encontramos que estaba incendiándose y no solo eso sino también su casa y la mayoría de sus cosecha.

Los bomberos habían dicho que el incendio comenzó desde la casa del difunto señor que estaba más que quemado había sido torturado hasta al final que lo quemaron vivo.

Todavía sentía en mis fosas nasales el olor a carne quemada. A los bomberos le tomaron como cinco horas para pagar el fuego y que no se extendiera, para después nosotros pudiéramos investigar un poco.

—No me sorprende que el viejo hubiera durado mucho vivo.—había dicho Martínez a mi lado.

Yo en cambio no deje pasar su comentario porque había sonado muy raro en esa ocasión y lo peor es que no había llegado solo sino con King y Williams que se mantenían hablando entres ellos.

Lo peor comenzó cuando uno de los bombero encontró una carta que me la iba a entregar a mí pero Martínez se había delatando y comenzamos en una discusión que termino que la carta se rompiera en el aire.

—¡Viste lo que hiciste pendejo!—me empujo molesto. —Por tu culpa rompiste la única prueba que había quedado.

— ¿Por mi culpa?—lo empuje yo de regreso también furioso y algunos de nuestros compañeros nos separaron para que no pasara a mayores.

— Si, porque el agente Adriel Miller jamás puede quedarse quieto tras de un puto escritorio sino que siempre tiene que estar quitándole el mérito a los demás.—se impulsó hacia adelante y yo también lo hice pero fuimos frenados para que ninguno de los dos nos cayéramos a golpe.

— Habla el dolido, que en todo esto años no ha podido recolecta ninguna pista del caso y cuando por fin el caso cae en mis manos. Encuentro las pista más rápido que tú, imbécil. Por esa razón tu familia está muerta, porque eres un hombre ambicioso que no le importaría meter cualquier alma inocente a la cárcel solo para tener un mérito que no te mereces porque eres una rata.—le grite yo de regreso.

Mas oficiales llegaban y nos separaban hasta que pudieron apártame de él.

Yo estaba tan molesto que no quería que nadie me tocara y lo único que hice fue irme rápido de ahí porque terminaría matando a alguien.

Y aquí me tienen de nuevo, el último lugar que quisiera estar, en mi baño vomitando. Además, sentía mi cuerpo caliente y sentía que me iba a dar gripe con la llovizna que recibí.

— ¿Está bien?—Malika tocaba la puerta pero yo lo único que hice fue un gruñido para que se fuera y lo hizo.

Cuando termine de vomitar hasta mi alma, me despoje de todas mis cosas y me di una ducha dejando que el agua caliente relajara mi cuerpo pero era algo muy difícil cuando sentía mucha presión encima.

Media hora después salgo solo con una toalla por mi cintura y camino sin percatarme de la persona que me espera en la sala, solo paso directo a mi habitación donde cierro la puerta con seguro y busco ropa interior y algún mono y suéter.

—¡Iel tenemos que hablar! —ella habla tras de la puerta pero yo ni ganas tengo para eso.

— Cuando florezca la amapola.

—Ósea que nunca.

Ni siquiera respondo ya estaba dispuesto a dejar que mi cuerpo tocara la cama pero recordé que si no quería que la gripe avanzara debía tomarme alguna pastilla y esa se encontraban en la cocina.

— Pinche vida tengo yo de complicada.—murmuro molesto abriendo la puerta.

Malika estaba vestida con su pijama corta de Bob esponja parada en el pasillo con intensiones que yo dijera algo, pero es que ni quería.

—Tenemos que hablar en serio Iel. —ella me siguió cuando yo me dirigir a la cocina buscando el medicamento que encuentro rápido.

— ¡Lika en esto momentos no puedo hacer lo que pides, te estoy protegiendo. Pero que pasara cuando el psicópata ese venga a termina el puto trabajo que no termino porque dicha víctima quiere que lo abandone!—dejo caer el frasco con molestia en el mesón y ella cierra los ojos con un poco de miedo.

Esta es una nueva fase que ella no ha visto, pero surgió en el momento que cuando yo le había dicho a ella que estaba loco por ella cuando la encontré en mi cama y ella lo único que dijera que dejara el casos. Era como si me pidiera que dejara a un asesino suelto por las calles porque su víctima tenía miedo que las cosas empeoraran.

<<Creí que era el miedo hablando, pero ya veo que no.>>

— Solo tengo miedo de perderte,—sus ojitos comienza a llenarse de lágrimas y dejo que mi rabia disminuya para dar unos pasos y abrazarla donde ella se aferra a mi como un koala.

— Lika no debes tener miedo, sabes que es muy difícil que algo malo me pase.—intente que me mirara pero ella negaba.

— Tú no estuviste ahí, tú no oíste lo que me dijo. No sabes nada iel.—ella no dejaba de llorar abrazándome.

Yo trague fuerte sintiendo que ya no podía más con todo.

— ¿Quieres hablar de lo que paso?

—No.

Yo deje soltar el aire y cerrar los ojos por unos minutos.

—¿Quieres dormir hoy conmigo? —ella se separó por uno centímetros para permitirme ver sus ojos verdes rojizos por llorar.

—¿Yo? ¿Esta humilde chica dormirá en la cama del chico popular Adriel Miller? —Yo sonríe asintiendo.—Que honor más grande tengo por dormir con Adriel Miller, voy a tener que postearlo en las redes sociales para que todas tenga envidia.

—Por favor, y coloca que el sexo estuvo bueno.

— No puedo mentir Miller, pero diré que eres el mejor amante que he tenido.

Y nos reímos de las locuras que a veces decimos, así éramos desde jóvenes siempre bromeamos con estas cosas pero lo que ella no sabía era que en mi cabeza tenía más de una fantasía de ella y yo.

— Vamos.—sostuve su mano buena y ella me siguió hasta que los dos nos dejamos caer en la cama.

— Quien nos vieras, dos mejores amigos durmiendo juntos y con ropa.—dice ella cuando apago la luz y la siento moverse.

— Siempre lo hacíamos cuando me enfermaba.—la siento cuando se pega a mí.

—Tengo una amiga de la universidad que tiene un mejor amigo y se follan, eso sí es divertido.

<<Que no sea una indirecta, porque no respondo.>>

—Eso son folleamigo y no creo que sean mejores amigos para hacer eso.—en medio de aquella oscuridad me volteo de un lado para verla a pesar de que esta oscuro y ella hace lo mismo.

—No, ella me explico que ella y él hicieron un pacto que si los dos llegaban a la universidad sin pareja para este tiempo ellos se iban a casar y todo eso. Ya habían formado su plan de vida.

— Que raro, ¿Eso no se hace cuando llega soltero a los 30 y hace esa promesa?

—Yo también lo pensé, pero aquí entre nosotros dos. ¿Por qué nosotros nunca hicimos esa promesa?

— Porque tu habías dicho que odiabas a los niños y jamás quería casarte.

—Ah verdad.

Los dos no hablamos más y cuando creí que ella ya se había dormido sentí como se movía pegándose más a mí.

— ¿Iel?

—¿Si?

— A mí no me molestaría casarme contigo y ser la madres de los sexys bombones que vendría de ti.—a pesar de lo que dijo no pude dejar pasar la sonrisa cansada que se me dibujo en el rostro.

— Pinche loca ya duérmete, debes estar hablando dormida.—le di un beso en la frente y por fin sentí que el sueño me estaba tomando.

Solo sé que lo último que pude sentir fue sus labios rozando los míos y un:

— Buenas noches iel.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro