capitulo 50
Capitulo 50
Horas antes, Mansión de los Ivanov.
Lev:
El sol brilla en lo más alto, la brisa suave mece las ramas de los árboles como una elegante danza tan suave y delicada que logra acariciar mi rostro. El jardín está precioso, grandes paneles de tela blanca forman una especie de carpa campestre, pero a la vez elegante, que se cierne a mi alrededor. El piso hecho con la costosa madera Italiana, que pedimos se hiciera para la ocasión, se siente liviano bajo mis pies, y me permite desde mi altura observar a los invitados que al igual que yo, están a la espera de la llegada de la novia.
"-No me dejes plantado mañana. -Rio tomando la cintura de Kat, para besar su mejilla.
Sus brazos de inmediato me rodean los hombros con una calidez que parece detener el tiempo. El brillo del cielo estrellado se refleja en sus ojos azules, cuando se posan en los míos y hacen que todo lo demás desaparezca. Me sonríe, y siento cómo su calor se extiende por mi pecho, suave, como una caricia que logra alcanzar los rincones más oscuros de mi alma para impregnarlos con su calidez.
-Nunca. -Responde acariciando mi cabello hacia atrás con los dedos.
-¿Segura que no te arrepentirás? Si planeas escapar dímelo ahora, así tal vez pueda convencerte de no hacerlo. -Sugiero deslizando mi nariz por su cuello ante ese dejar un beso en su mentón.
-He esperado mucho para atraparte Sakharov-Susurra ladrando la cabeza para que la bese- y al fin mañana serás mío. ¿Cómo podría retractarme ahora?-bromea ahora deslizando las palmas de las manos por mi pecho y la atraigo más hacia mi, recorriendo su cuello con la nariz hasta su oído para susurrarle:
-Siempre he sido tuyo, amor.
Se ríe y la imitó antes de inclinarme para besar sus suaves labios, enjaulándola entre mis brazos y llevándola contra la pared.
-Te amo Lev. -Susurra sobre mi boca.
-No más de lo que yo te amo a ti. -Muerdo sus labios con suavidad..."
Suspiro cuando siento los pasos del hombre que se acerca a mi lado y palmea mi hombro, me sonríe y desplazo la mirada al frente siguiendo los ojos del Pakhan a mi lado que observa a las personas con detenimiento. El jefe de los irlandeses, Sullivan, conversa con su esposa e hija, cuatro escoltas a pocos pasos de el, se mantienen alertas, por otro lado Román Larusso y su mujer, están aquí en representación de los italianos, ya que dado los últimos acontecimientos que sacudieron a la su familia Rinaldi, no han concurrido a la ceremonia. Demian del castillo y Anika Ivanova, permanecen sentados junto a Sarah Rinaldi y Sasha, este último, de a ratos lleva la mirada a su reloj y luego hacia la entrada frunciendo el ceño. Kat lleva diez minutos de retraso y el juez a mi espalda empieza a inquietarse ya que se remueve en su sitio, pero no hace ademán de moverse cuando percibe la mirada que le dedico por el rabillo del ojo.
-¿Nervioso muchacho?-El padre de Kat rompe el silencio con un tono casi burlón.
El hombre ha sido como un padre para mi durante todos estos años, y hoy que me entregará a su hija en matrimonio, luce igual de imperturbable que cualquier otro día, sereno y tan aristocrático como siempre. Lo miro por el rabillo del ojo y me acomodo la corbata que me rodea el cuello como un collar de perro. No estoy acostumbrado a estás cosas y aunque me siento ridículo, vestido como un jodido muñeco de torta, quiero que esté día sea perfecto para Kat. Se lo merece por todo lo que le ha tocado vivir por mi culpa. Y lo único que deseo es hacerla feliz en su día especial. Ella lucirá un hermoso vestido que han confeccionado especialmente para la ceremonia, lo mínimo que merece es que su futuro esposo, esté a la altura de la hermosa mujer que hoy se unirá a mi hasta el final de nuestros días. Me renuevo un poco en mi sitio observando el reloj nuevamente. «van a ser quince minutos de retraso.» ¿Ella no me dejaría plantado verdad? No, claro que no Lev, deja la paranoia.
-Algo. -Murmuro en respuesta al Pakhan, manteniendo la mirada en la entrada aún despejada.
-Lo harás bien Lev, tranquilo.-palmea mi hombro y me dedica una media sonrisa que le marca las arrugas a los lados de los ojos.
Asiento y suspiro enderezando la espalda, hay tantas cosas que podría decir ahora... Que me siento agradecido por todo lo que han hecho a lo largo de los años por mi, por permitirme estar al lado de Kat y de Sasha todo este tiempo, por hacerme sentir como uno más de la familia... la lista es infinita pero las palabras se niegan a abandonar mi boca.
-Jefe...
-Lev, es el día de tu boda.-Suspira fastidiado- No me obligues a patearte el trasero, deja de llamarme jefe, seremos oficialmente familia en unos minutos.
Sonrío de lado y asiento nuevamente, tiene razón, pero es una costumbre que tengo el llamarlo así, es mi forma de mostrar respeto hacia el.
-Gracias por todo. -Le digo. Eleva las cejas y asiento. -Quería que lo supiera, que... le agradezco por todo lo que ha hecho por mi, usted y la señora Kiara, pero en especial por confiarme a Kat, no lo defraudaré.
Me mira y asiente una sola vez, el hombre es calmado y maticukoso en cada aspecto de su vida, es admirable como ha llevado a cuestas una organización tan grande como lo es la Bratva, y aún así en un día como hoy parezca un padre cualquiera en la vida de su hija. Admiro tanto a este hombre que en ocasiones me preguntó si el día en que sea padre, me parece re al menos un poco a el. Me recorre con la mirada y sacude la cabeza sonriendo de lado, al ver que por alguna razón sigo mirándolo.
-Eres un buen muchacho Lev, mereces ser feliz y mi hija te ha amado desde siempre. Pero no la cagues o tendré que romperte algunos huesos. -Me palmea el hombro y no me aparto- Además... -Mira su mano aún sobre mi hombro- solo les di un pequeño empujón.
Arrugó el ceño y cuando estoy a punto de responder, el fuerte sonido del motor de un vehículo, me hace apartar la mirada enfocándome en la limusina que se acerca atravesando el jardín a gran velocidad, arrasando con todos los adornos florales y luces que decoraban la entrada principal, dónde ahora de lado, y sobre la alfombra roja, se acaba de detener el lujoso coche repleto de impactos de balas por todos lados. Paso saliva y doy varios pasos hacia el lugar justo cuando la puerta se abre y la mamá de Kat baja a tropezones, su elegante vestido rosa pastel, está hecho un desastre, completamente manchado de tierra y sangre, el cabello revuelto, su rostro golpeado y empapado de lágrimas. El Pakhan pasa a mi lado como un tren bala y a penas logra atrapar a su esposa cuando está cae de rodillas llorando y aferrándose a los brazos de su esposo que le pide que hable.
Llevo la mirada nuevamente hacia el vehículo del que Dimitri baja arrastrando el cuerpo de Sanders que no se mantiene en pie. La sangre le corre por la cara, y en un lado de su torso una gran mancha carmesí empapa la tela de la camiseta y el chaleco , Dimitri se ve como la mierda y me apresuro esperanzado, y con el corazón acelerado hacia el coche esperando a la mujer que no aparece por ningún lado.
-¡Mamá! -La voz de Sasha se oye lejana cuando pasa corriendo por mi lado.
Los oídos me pintan, el corazón se me acelera y trago saliva cuando la garganta se me seca. No puedo escuchar nada, pero percibo que varios de los invitados cuchichean. El padre del Capo de los ángeles, es quienes se acerca a Dimitri y revisa también al chico que no se mueve y que dejan sobre la alfombra. Demian y Anika intentan poner en pie a Kiara que parece consternada y en schock, sus ojos enrojecidos se encuentran con los míos. Y niego con la cabeza al ver su expresión.
"-No me dejes plantado...
-Nunca. Serás mío...
-Siempre he sido tuyo...
-He sido tuyo...
-He sido tuyo...
-Tuyo amor...
-Amor..."
El recuerdo de todas aquellas palabras que nos dijimos la última noche que estuvimos juntos me queman en medio del pecho desgarrándome por dentro.
«Esto no está pasando. »
-No...-Sacudo la cabeza intentando despertar de esta pesadilla. Si... esto debe ser solo una de mis tantas pesadillas.
Kiara dice algunas palabras y gesticula con las manos desesperada, los hombres se mueven y es Sasha quien da un paso atrás y me mira dedicándome una mirada gélida y sombría, que pocas veces he visto. Por primera vez su rostro se vuelve pálido. Todos ven en mi dirección y por alguna razón que desconozco, no puedo mover ni un solo músculo, pareciera como si mi cuerpo se hubiese entumecido de golpe. Los observo con la mirada empañada, la respiración se me agita de golpe y la garganta me arde, pero me obligo a caminar, los pies me pesan y me muevo lento, como si caminara sobre una espesa y profunda capa de arena movediza. Carraspeó y trago saliva antes de pronunciar las palabras que brotan de mi garganta arañando como una ola de clavos ardientes.
-¿Que... fue lo que paso?-Casi no escucho mis propias palabras- ¿Dónde... dónde está Kat? -Con esfuerzo logro pronunciar la pregunta rogando al cielo por no escuchar la respuesta. -¡¿Dónde está mi prometida?!
El tono de mi voz es casi inaudible mientras miro a las personas frente a mi. Kiara rompe en llanto nuevamente y el suelo se sacude bajo mis pies cuando sin notarlo doy un paso atrás, con las palabras que suelta en medio del llanto. Tres simples palabras y el mundo se me cae a los pies:
"-Se la llevaron."
Retrocedo cuánto puedo, negando con la cabeza mientras miro los ojos rojos de la mujer que no para de llorar, el Pakhan también me mira, sus ojos también estan brillosos, su mandíbula tan tensa que parece que se romperá. Observo a todas la personas y una risa amarga escapa de mi garganta.
De pronto algo en mi mente explota cuál granada, la irracionalidad toma el control de mis sentidos y un grito desgarrador escapa de mi garganta mientras me giro y recorro el lugar con la mirada, todo se ve irreal.
De pronto mis piernas se mueven por puro impulso hacia el podio. El hombre aun de pie en su sitio se aparta cuando me ve acercarme como toro embravecido. En mi estado no lo culpo, yo ya no soy un hombre, soy un animal, un animal herido, una bestia incontrolable que no sabe ni qué demonios hace.
La rabia se apodera de mi tan rápido como un torbellino de fuego, y tomo el atril de madera y tul blanco, dónde yace la biblia aún abierta, burlándose de mi, y arranco la tela y la madera de un tirón, reduciéndolo a trozos de astillas.
Mi rabia es un torrente incontrolable. Descontrolado saco la pistola de mi cinturón y disparo contra los adornos florales, las luces y cualquier cosa que quede en pie, arrasando con todo lo que ha sido preparado para este día. Cada disparo se siente como un grito de advertencia por lo que se avecina, una súplica al vacío que hay ahora en mi pecho, una forma de aliviar la impotencia que me quema vivo.
Cuando el cargador al fin se agota, mi cuerpo colapsa, Mis rodillas creen y caigo sobre ellas al suelo destruido. Mis manos temblorosas se cierran en puños, y golpeo el suelo con toda la fuerza que tengo, una y otra vez, hasta que los nudillos comienzan a sangrar. El desespero es tan atroz que y me importan una mierda las personas a mi alrededor.
Alexei Sakharov al fin encontró la forma de destruirme, se ha hecho con mi bien más preciado, mi joya más valiosa y ahora pagara con su sangre por lo que ha hecho. Porque si le puso una mano encima...
Negué con la cabeza, mi mente esta hecha un caos y no logro razonar, tengo que calmarme, lo sé, pero...
-¡No! -rugí, sintiendo el agua mojar mi cara imaginando a Kat herida o siendo abusada por ese bastardo.
"-Vuelve a casa pequeña bambi.
-Dime Lev, ¿Qué demonios es el que te atormenta está vez?"
"-Te amo Lev. Siempre te he amado."
"-Baila conmigo, por favor...
-Yo no bailo Kat.
-Solo esta vez..."
Los recuerdos me aplastaron como un tsunami y entonces en medio de la ira y el pánico note las lágrimas brotaban de mis ojos. El dolor y la ira me consumían, y detrás volvía ese vacío, ese mismo vacío que sentía cuando era pequeño, ese mismo abismo oscuro que me consumía hasta que ella llegó a mi vida a iluminarme con su luz y su pureza, la única que ha visto más allá del asesino que soy.
"-Cuidas de mi y te amo por eso, pero te olvidas que tú también importas."
Kat... esta en manos de ese bastardo depravado, y yo no estoy allí para protegerla. La promesa que me había hecho de protegerla siempre... todo se ha desvanecido.
-Lev... hermano...
Escuche la voz de Sasha y lentamente levanté la cabeza, sus ojos conectaron con los míos. Su ceño fruncido, su expresión asesina y la tensión en sus músculos, me volvieron a la realidad, parecía un demonio a punto de estallar, entonces parpadee y recorrí con la mirada a las personas a mi alrededor que me observaban en silencio con diversas expresiones. Volví a ver a Sasha. No necesitábamos palabras, nunca antes habían sido necesarias entre nosotros, y ambos sabíamos lo que iba a pasar. Con torpeza, y en silencio me puse de pie. El frío que me recorrió el cuerpo hizo que mi cuerpo se sintiese diferente, helado y rígido, como si algo me faltará. Y claro que me faltaba, Alexei Sakharov, acababa de robarme el alma, lo único que me volvía humano y ahora... pagaría el precio por arrancarme el corazón con las manos.
Saque el celular del bolsillo de mi traje y está vez con las manos firmes encendí el dispositivo móvil, Sasha enarco una ceja cuando reí sin gracia. «Sabía dónde estaba Kat.»
-Sabes dónde está. -Murmuro Sasha y asiento enseñándole el aparato.
Conozco a la perfección el lugar en donde esta, el bastardo lo pensó muy bien, jamás creí que sería capas de llevarla a ese sitio. Habiendo tantos lugares, pero al final, supongo que todo debe terminar en dónde comenzó...
-La tiene en la casa de mis padres.
***
Lev me duele... Pero Alexei Sakharov desconoce que acaba de despertar a una bestia.
Se viene el final chicas, dos capitulos más...
Nos leemos pronto. Recuerden seguirme en Instagram: Valeria_hernandezbooks
GRACIAS POR LEER Y POR LA PACIENCIA.
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