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Capitulo 5

Lev:

Atravieso los grandes portones sin mirar atrás, y haciendo caso omiso a los gritos de la persona que llama mi nombre. «No tengo tiempo para explicar nada ahora.» No se que demonios me pasa, pero ni siquiera puedo pensar con claridad. Mi lado razonable me dice que es lo correcto, que tengo que dejarla ir, pero el ajetreado latir de mi corazón, me pide que la detenga. Que no la deje marchar o me voy a arrepentir. Ese es el único pensamiento que invade mi mente, mientras salgo disparado en busca de la chica a la que sin quererlo, le he roto el corazón y ahora se largo llevándose el mío con ella.

La rabia y el miedo me hacen apretar el acelerador, deseando con desespero llegar a ella, mientras me maldigo a mi mismo por haberme ido, si no lo hubiese hecho, ella no se habría marchado. Hubiese podido aclarar las cosas y decirle la verdad, que la quiero y que la necesito como el aire que respiro, tal vez eso hubiese cambiado en algo las cosas, el decirle la verdad, que pese a lo que sienta, no soy capaz de hacerla cargar con mis demonios. Porque no lo merece, ella no merece una carga tan grande. Al menos así, tal vez, no la habría herido como lo hice.

Veinte minutos después, me adentro al aeropuerto privado, esquivando a las personas que limpian la pista, y que se alarman cuando la rueda trasera de la motocicleta derrapa haciendo un giro en "U". Con un pie en el suelo, me detengo justo en medio de la pista vacía. Por un instante me pasmo cuando noto que no hay avión, ni jet, ni nada.

Me quito el casco que dejó colgado del manillar de la moto cuando me bajo y saco el teléfono buscando su número de contacto. Las manos me tiemblan al igual que el pecho se me estruja y los ojos me arden. La visión se me vuelve borrosa mientras busco su contacto en el teléfono y me pasó el brazo por los ojos intentando aclararme la visión, llevando el teléfono a mi oído.

«Responde... ¡Responde maldición!»

La línea suena varias veces y con cada segundo que tarda, mi corazón más se agita. Aprieto el aparato entre mis dedos cuando no responden, pero de inmediato una leve y tensa sonrisa se me escapa con la suave voz que resuena al otro lado de la línea y que me vuelve a la vida.

—Hola...

—Hola pequeña, por favor tienes que escucharme, no me dejes, no así, hablemos y...

—Soy Kat... ahora no puedo atenderte, pero si me dejas un mensaje te llamaré, ten un bonito día, o noche, o... lo que sea, bye.

La línea se corta cuando la casilla pita repitiendo que mi mensaje a sido llevado al buzón con éxito y me mantengo de pie, mirando el cielo desolado, con el teléfono aún en mi oído.

Un hueco se forma en mi pecho y se extiende por mis pulmones haciéndome difícil el respirar, la tos me invade y en un segundo estoy hiperventilando.

"—Nadie te quiere... nadie se arriesgaría por ti, eres solo un error, una equivocación que no debió ser."

Sacudo la cabeza apartando los malos recuerdos con el corazón latiéndome a toda velocidad. «Rabia, miedo, dolor, vacío.» Mis propias emociones me abruman y me llevo la mano al bolsillo de la chaqueta, sacando el puto inhalador que siempre cargo, y que me llevo a la boca, presionándola con torpeza ya que durante años no lo había necesitado.

«Porque la tenías a ella para respirar y ahora se ha ido.»

El recuerdo de sus ojos me invade, las veces que me ha sonreído, las veces que la he visto dormir, las veces que se ha dormido con la cabeza en mi hombro, mientras veíamos el cielo nocturno, sentados sobre el tejado. Los recuerdos duelen como la mierda y me aplastan como una avalancha de cemento, pasando uno a uno.

Dos semanas atrás:

"—Sabes... un día deberías enseñarme a conducirla.

Señala la motocicleta estacionada abajo y desvió la mirada desde el vehículo hacia ella, observándola con una ceja levantada, mientras mantengo los codos apoyados en mis rodillas, jugueteando con una goma que le quite del cabello.

Si claro, solo en tus sueños pequeña.

No seas así—. Empuja mi pierna con la suya, haciendo que ría.

No. Podrías herirte.

No seas exagerado, solo es una motocicleta, además no puedes protegerme de todo Lev.

¿Eso crees?—. La reto y se queda en silencio atravesándome con sus ojos azules.

Si, eso creo. Así no es como funciona la vida, y está bien. El dolor es parte del crecimiento personal de cada persona.

Me mantengo en silencio un instante mirándola sin decir nada, Kat es una chica muy centrada y madura para su edad, y en parte tiene razón, se que de alguna muy retorcida manera, los golpes de la vida suelen fortalecernos, o en otros casos, endurecernos. «Como dicen por ahí, "lo que no te mata te fortalece."» Pero la mera imagen de verla sufriendo o dañada de cualquier forma, es totalmente inaceptable para mí, así que suspiro y esta vez soy yo quien empuja su pierna con la mia.

Pues pruébame si quieres. Así verás lo poco que me importa esa tontería del crecimiento personal.

Eres adorable. ¿Lo sabías?—se ríe haciéndome sacudir la cabeza cuando me pincha la mejilla con su dedo de forma juguetona.

No soy adorable, soy de temer, nunca olvides lo que soy en realidad pequeña Bambi.

La idea de que ella vea el monstruo que en realidad puedo ser me enferma, pero tampoco soy capaz de mentirle. Soy lo que soy, y definitivamente "adorable" no es un adjetivo que aplique para definirme.

Si claro... tan temible como un oso panda. —se ríe a carcajadas haciendo un gesto de garras con las manos.

¿Te ríes de mi? —pregunto entrecerrando los ojos y encoge los hombros.

Tal vez... pero solo un poquito.

Levanta la mirada al cielo sin decir más y detallo su perfil en silencio un instante antes de sonreír y negar con la cabeza.

Es inevitable, estando cerca de Kat, siempre, siempre me hace sonreír. Su luz es tal que ilumina hasta los rincones más oscuros de mi alma.

Da igual, yo soy el que sabe conducir. —La molesto y se gira de golpe formando una "O" con sus labios, antes de parpadear y poner esa expresión que ya conozco a la perfección.

Eres malvado—Hace un mohín.

Creía que era adorable.—Rio y no responde, en cambio me mira con expresión traviesa ladeando la cabeza y sonriendo.

Dije que no. —advierto alzando un dedo para enfatizar mi punto.

Me has enseñado a disparar un arma. ¿Pero te niegas a enseñarme a conducir una motocicleta?

Eso es diferente.—Enarco una ceja—Sash y yo te enseñamos por precaución y porque era necesario, no por placer.

Bufa y blanquea los ojos, luego suspira aparentemente resignada. «Bien» Y cuando creo que lo dejara, vuelve a mirarme.

¿Por favor?

Sonríe ampliamente enseñando todos sus dientes y cuando me fijo en sus ojos brillantes, que reflejan el plateado de la luna, se que he perdido. Así que suspiro bajando la cabeza a mi pecho resignado dejando salir una risa divertida.

Bieeeeen... pero que el Pakhan no se entere o me matará.

Se ríe y se pone de pie de un salto, extendiéndome su mano para que la tome, lo cual no dudo en hacer mientras sacudo la cabeza y me dejó guiar hacia la ventana del ático por dónde nos colamos al techo."

Mi corazón martilla con fuerza ante la sensación devastadora de los recuerdos que ahora me desgarran por dentro, y todo empeora cuando la mirada en sus ojos la última vez que la vi, viene a mi mente para torturarme, repitiéndome que la he cagado.

"—Te amo Lev. He estado enamorada de ti desde hace mucho tiempo. "

"—Yo también te amo Kat... como a una hermana pequeña."

El azul brillante se mantiene fijo en mi, hasta que poco a poco desaparece y solo estoy yo, de pie, en medio de la oscuridad. «Mi oscuridad.»

Recorro con los ojos la pista vacía a mi alrededor y con lentitud bajo el teléfono que me guardo en el bolsillo al igual que el inhalador, dejando caer mis manos a ambos lados, permitiendo que la realidad me golpee. La rabia me lleva a golpear con el puño el asiento de la moto y frustrado me pasó una mano por el rostro.

«Se ha ido» La he lastimado y se ha marchado. He lastimado a la persona que mas he jurado proteger en el mundo. ¿Y lo peor? Ni siquiera lo hice con la verdad, solo escupí una pila de patrañas que se, que no son verdad, pero si lo que era correcto decir.

«Déjala ir Lev... solo serán unas cuantas semanas, cuando regrese todo volverá a ser como antes.» Me repito a mi mismo, intentando convencerme antes de suspirar y volver la mirada al cielo en dónde mantengo centrado perdiéndome en mis propios recuerdos.

«Solo unas semanas Lev... aguanta unas semanas y déjala respirar.»


***

Kat:

Desde la altura del yet, observo por la ventana, como desciende lento, cerniéndose encima de la gran ciudad iluminada por una inmensa cantidad de luces blancas provenientes de los edificios que desde aquí, se ven extremadamente pequeños. Suspiro y desvió la mirada a Blue, que sigue dormido en su pequeño canil y por un breve instante, siento envidia de el. «Al menos alguien pudo pegar un ojo.» En cambio yo, me la he pasado llorando como una niña tonta, y con un nudo en el estómago que no me deja desde que me despedí de mi familia horas atrás.

No me he atrevido a encender el teléfono y a decir verdad, no pienso hacerlo. En cuanto llegue a casa de Lili llamaré a mamá desde la casa de los Larusso. Es algo cobarde de mi parte, lo sé. Pero a juzgar por la hora que es ahora en Moscú, asumo que Lev ya llegó y está al tanto de que me he marchado. No se como lo tomara, porque aunque no esté enamorado de mi, se que si me quiere y no le gustará el que me haya ido sin despedirme. Soy completamente consiente de que hui como una vil cobarde, pero tampoco podía quedarme, y definitivamente no podía permitirme verlo, si lo hacia mi tenacidad flaquearía, simplemente no hubiese sido capaz de marcharme. Y definitivamente quedarme llorando por los rincones no ayudaría en lo absoluto. Tome una decisión al momento de confesarle mis sentimientos, no salió como esperaba y ahora debo seguir, avanzar y olvidar.

Salgo de mis pensamientos cuando la azafata se acerca y me indica que estamos por aterrizar, así que le doy las gracias recibiendo la botella con agua que me extiende y tomo la cúpula de Blue, que acerco a mis pies para que no se asuste. Ajusto otra vez el cinturón y suspiro.

«Esto es lo mejor, es lo correcto Kat.»

Desvió la mirada a la ventana mientras veo como el avión se desliza por la pista, el cielo nocturno está iluminado por las luces del aeropuerto privado y los leds verdes y parpadeantes en la lejanía, indican el camino que sigue la aeronave, que poco a poco comienza a detenerse.

—Bien... hemos llegado.—Le hablo al cachorro que me mira ladeando la cabeza y alzando las orejas, mientras me quito el cinturón y me pongo de pie tomando mi bolso y la manija del canil.

El frío aire me golpea el rostro cuando bajo el primer escalón, erizándome la piel, pero ajusto mi chaqueta y me obligó a moverme pese a estar extremadamente nerviosa. Está es mi primera vez fuera del país, lejos de mi familia y el que mi mente me repita a cada nada que no volveré en un largo tiempo, solo aumenta mis nervios y sobre todo mi ansiedad. Sobre todo cuando pienso en...

"—¿Por qué nadie puede tocarte Lev?

Mi pregunta parece tomarlo por sorpresa ya que se pone pálido y traga saliva, sus ojos parecen repentinamente apagados y busco su mirada, sintiéndome algo confundida por su reacción hasta que se aclara la garganta y me da una mirada rápida antes de volver a apartarla.

El contacto físico... no es lo mío pequeña.

Nunca has tenido problema con que yo lo haga.—Ladeo la cabeza y sonríe pero no parece divertido, parece tenso.

No. Supongo que nunca lo he tenido.

Su mirada se fija en mi y por la forma en la que me mira, un pequeño sentimiento de tristeza se arremolina en mi interior, como un mal presentimiento; como si detrás de la mirada del chico frente a mi, hubiese algo oscuro que le perturba y que oculta para si mismo.

Si algo te lastimase... ¿tu me lo dirías verdad? —Indago manteniéndole la mirada cuando me mira, pero en lugar de responder solo suspira.

Lev...

Si. Lo haría pequeña bambi. Pero no hay nada que pueda lastimarme, así que no tienes que preocuparte por mi. ¿Bien?

Lo observo un instante y cuando estoy a punto de responder pone frente a mi rostro las llaves de su motocicleta.

¿Qué tal un paseo?

Sonrió de inmediato y asiento poniéndome de pie cuando le arrebato las llaves de la mano y salgo corriendo.

Demasiado lento, anciano.—Grito mientras corro logrando que se ría y me siga, dejando atrás esa expresión abatida de hace un instante cuando me alcanza levantándome en el aire como si no pensara nada."

Observo la pista de aterrizaje que parece desolada y un pequeño pinchazo de culpa me invade con cada escalón que desciendo hacia suelo Estadounidense.

—¡Hey! ¡Muñeca! Por aquí.

Levanto la mirada y de inmediato sonrío como loca, cuando veo a la chica que camina apresurada en mi dirección, agitando los brazos en señal de saludo. Dos hombres la siguen de cerca sin perderla de vista, pero no les presto atención, en cambio me fijo en Lily que abre los brazos cuando está a pocos pasos de alcanzarme, haciéndome sonreír cuando detallo sus fachas.

Lleva el cabello castaño amarrado en una cola alta y desordenada, el piercing en la ceja brilla, resaltando su pálido rostro y mi sonrisa se ensancha cuando veo la blusa negra de tiras que lleva puesta con las palabras "fuck you" estampadas en el pecho, junto con unos pantalones cortos, que la hacen ver como una de esas hermosas actrices, salida de vampire diaries.

Inmediatamente corro para abrazarla dejando que me estruje entre sus brazos con fuerza.

—El se lo pierde, porque tu, eres una fucking reina. ¿Me oyes?

Sonrió por sus palabras de bienvenida y asiento apretándola con fuerza, hundiendo mi rostro en su cabello, hasta que alguien carraspea tras su espalda y se aparta tomándome por los hombros, volteándonos para quedar de frente a los hombres que nos observan.

El hombre más alto que me observa con curiosidad, debe tener unos cuarenta y tantos años, luce más joven que papá, pero a decir verdad tal vez se deba al hecho de que lleva el cabello tan negro como sus ojos, de forma despeinada, al igual que una sonrisa pícara en su rostro. Pero el que no lleve barba, ayuda a resaltar su atractivo. Y pese a que es claramente mayor, ese aire de chico malo lo hacen lucir más joven.

—Kat. Este es Matt Larusso, mi papá.—Señala Lily y alzo ambas cejas.

—Es un placer conocerlo señor Larusso.—Le extiendo la mano que acepta mientras asiente sin dejar de sonreír.

—Bienvenida, espero que tú estancia en mi ciudad sea de tu agrado. Lo que necesites no dudes en pedirlo. Le he prometido al Pakhan ser un buen anfitrión así que...

Deja las palabras al aire y asiento, desplazando la mirada al chico junto a el, quien me observa, pero no sé presenta, en cambio recorre la pista con recelo, como si esperase que alguien nos atacase en cualquier momento, hasta que vuelve a fijar sus ojos en mi y por un momento parece atravesarme con la mirada.

—Este es Jimmy—El señor Larusso pone una mano sobre el hombro del chico—es de confianza, y es mi jefe de seguridad.

Levanto la mano y saludo, pero el hombre se mantiene serio y solo asiente sin expresión.

—Bienvenida señorita Ivanova.

Son las únicas palabras que dice consiguiendo que la chica frente a mi ponga los ojos en blanco.

—Ignora al chico que parece tener un palo en el trasero. Su mamá no lo amamantó lo suficiente. —Dice Lily que se apresura a quitarme del hombro el bolso que le lanza al pecho del muchacho que a penas logra atraparlo.

—Lily...

Advierte su papá y ella aprieta los ojos un instante, antes de formar una enorme sonrisa y mirarlo con la expresión de una dulce e inocente niña, mientras revolotea las pestañas, logrando que su papá sacuda la cabeza y palmee el hombro del otro hombre.

—Andando.

El tal Jimmy la mira entrecerrando los ojos cuando el señor Larusso se voltea y miro a mi amiga que ahora sonríe y le saca la lengua y el dedo medio al chico que arruga el ceño pero no responde.

—Ay nos vamos a divertir mucho—Chilla alegre pasándome un brazo por encima de los hombros y guiándome para que la siga junto a su papá.

—Apuesto a qué si.—Respondo algo dudosa mientras la sigo en silencio hacia la zona donde un hermoso camaro negro está estacionado.

Mis niñas, aquí estamos con otro capítulo de "El corazón del mafioso." Mis niños están sufriendo, bellas 🥺.

¿Quien ya ansia el reencuentro? Ellos comparten tantos recuerdos y momentos juntos. 💔

No olviden seguirme en Instagram: themorganking23

Muchísimas gracias por leerme, nos vemos el viernes. 🫶

RECUERDEN QUE ACRUALIZAMOS LOS DIAS LUNES Y VIERNES

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