capitulo 49
Capitulo 49
Kat:
No sé cuánto tiempo pasa desde que empezamos a movernos, pero asumo que a estás alturas Lev y todos los demás ya deben estar enterados de lo que ha pasado. Confío plenamente en ellos y se que vendrán por mi. Solo debo resistir el tiempo suficiente para que lo hagan. Alexei Sakharov, subestima a mi familia y a Lev, el cree que ha ganado y lo que no sabe es que se ha condenado. Porque si, estoy aterrada y si se que su plan será utilizarme para dañar a Lev. Pero ha cometido un grave error, al igual que muchos, me ha subestimado por el simple hecho de ser mujer, sin ponerse a pensar en que he crecido junto a los hombres más peligrosos de toda la Bratva. Y si, me han cuidado y protegido toda mi vida, y si, puede que no tenga experiencia en pelea, ni este en condiciones físicas para enfrentarme a sus hombres, pero hay algo que si tengo y es determinación y resistencia. Se que vendrán por mi y cuando lo hagan... lo harán con todo lo que tienen.
El vehículo en el que me muevo se detiene de forma abrupta y cuando me voy hacia adelante, me sujetan de la nuca para mantenerme quieta, la presión de la mano duele pero me mantengo en silencio, bajando las manos del collar hacia mi vestido sosteniéndome de la tela con ambas manos.
—Hemos llegado princesa. —Alguien me susurra con sarcasmo al oído y aparto la cabeza a un lado, evitando el contacto.
Cuando mis pies tocan el suelo, el frio aire me golpea las mejillas, haciendo que me estremezca, mi trenza se mueve hacia atrás y de pronto siento la mano de alguien que la vuelve a acomodar sobre mi hombro.
—Pero que linda. —Dice la persona que me toma del brazo y me obliga a caminar aún sin descubrirme el rostro.
Avanzo en la dirección que se me indican sin decir ni una palabra, el sonido de nuestras pisadas es todo lo que se escucha, subo algunos escalones a tropezones, y varias veces estoy a punto de caer cuando mis pies se enredan con la falda del vestido, trago saliva en el momento en el que siento que nos adentramos a algún lugar, mis tacones suenan con cada pisada y varias puertas se cierran de un azote. El olor a moho y polvo se filtra por mi nariz y pese a que intento ver a través de la tela que me cubre la cabeza, no logro distinguir nada.
Nadie habla, solo me obligan a avanzar hasta que subimos por unas escaleras, la madera cruje, Pero pronto es silenciado por el chirrido de una puerta de madera que se abre frente a mi. Me empujan dentro y caigo sobre mis rodillas con las manos sobre el suelo.
—Es una niña algo torpe. —Dice la persona que pasa a mi lado, dejándome sentir el peso de sus pasos cuando con el zapato roza mis dedos.
—Hijo de perra. &Farfullo entre dientes.
El azote de la madera tras mi espalda funde la habitación en un profundo silencio, nadie dice nada, pero escucho el crujir de una estufa y el olor a leña quemada. Mis manos permanecen sobre el suelo, y la textura me dice que estoy sobre alguna especie de alfombra. Unos pasos acercándose me ponen alerta hasta que se detienen frente a mi y con lo que asumo es un zapato, levantan mi cabeza, inclina sola hacia arriba. Me aparto de golpe pero me toman del brazo y me ponen de pie de un tirón, la t la de mi cabeza es arrancada con furia y parpadeo enfocando la mirada aún borrosa en el sujeto frente a mi.
Sus ojos azules, su cabello azabache y la expresión falsamente controlada con la que me mira me impacta y me toma todo el autocontrol del mundo no apartarle la mirada. Alexei Sakharov, el tío de Lev, es inquietantemente similar en apariencia física, pero completamente diferente en lo que a humanidad se trata. Sus ojos iguales a los de Lev destellan maldad y puta oscuridad mientras me recorre con la mirada y una sonrisa perversa tirando de sus labios.
—Si que eres difícil de cazar, niña. —Escupe condescendiente, acomodando un mechón de mi cabello tras mi oreja. —Vaya que si.
No respondo solo alzo el mentón y le sostengo la mirada, entrecierro los ojos y me observa un momento como si esperará no se tipo de reacción de mi parte.
—¿No lloraras?—Pregunta enarcando una ceja.
—¿Acaso eso serviría de algo? —Respondo seca y se ríe.
—No. Pero sería divertido.
—No estoy aquí para divertirle señor. —Arrastro la ultima palabra con repulsión.
Su mirada me recorre nuevamente y lo sigo con la mirada cuando me rodea caminando a mi alrededor como un depredador acechando a su presa. Una risa me hace desplazar la mirada hacia uno de los dos guardias que permanecen de pie uno a cada lado del lujoso escritorio empolvado, a pasos de mi y cuando desplazo la mirada al gran cuadro sobre la chimenea, junto el ceño detallando la imagen de la personas que aparecen en el.
De inmediato reconozco al niño de cabello negro y ojos azules retratado en la imagen. Su rostro pálido, su mirada triste, aunque en aquella imagen no tiene la cicatriz bajo su ojos, un sujeto alto permanece de pie a su lado con la mano apoyada en su hombro, y al otro lado una elegante y bella mujer de cabello rubio y ojos azules, con expresión tan fría como el hielo, se mantiene tan rígida como el moño de su peinado, mientras observa hacia el frente con ambas manos entrelazadas.
—¿A simple vista podrían parecer una familia perfecta verdad?—Sakharov se detiene tras mi espalda y cuando habla su asqueroso aliento me calienta el cuello.
—Lo serían de no ser por qué eran unos malditos pervertidos.—Respondo sin apartar la mirada del cuadro.
Sakharov se ríe tras mi espalda y vuelve a posicionarse frente a mi.
—Admirable... —Farfulla y toma mi mentón con la mano apretando mis mejillas —Ahora entiendo porque Yago y Lev, estaban tan fascinados contigo, no eres lo que aparentas.
Me suelta de mala gana y no le respondo, lo observo mientras se acerca al escritorio y toma un puro y unos cerillos. Enciende un cigarrillo y me analiza con la mirada mientras se recuesta en la madera.
—Así es como haremos esto. —Toma su teléfono celular— Jugaremos un rato contigo y grabaremos un video para Lev. Pedirlas por tu vida y le rogaras que venga a buscarte. Si colaboras prometo que te mataré rápido.
Lo observo sin decir ni una palabra, encuadro la espalda y vuelvo a alzar el mentón. Sabía que algo como esto es lo que pretendía, no tiene lo que se necesita para enfrentar a Lev por su cuenta, dañarme a mi es su única arma. Amo a Lev pero también reconozco que su amor por mi, es su debilidad. Y me niego a ser cómplice de esto, si Sakharov quiere torturar a Lev, deberá pensar en otro plan porque no pienso darle lo que quiere.
Lev es un hombre preparado, frío y analítico. Pero se que de hacer lo que me exigen, Lev se volverá loco, no podrá razonar y el impulso lo hará cometer errores que podrían costarle la vida. Así que no. No hay forma en que ceda a las demandas de este demente.
—No lo haré, así que si ese es el plan, pierdes tu tiempo.
El sujeto frente a mi junta el ceño y se endereza, suelta el humo del cigarro y camina hacia mi sosteniendo el teléfono en su mano. Cuando se detiene frente a mi me recorre con la mirada y sonríe.
—Admito que eres una zorrita valiente. Pero solo eres eso, una zorra impertinente como tu madre que...
No termina de hablar cuando le escupo el rostro. Mi saliva se escurre por su ojo y se pasa la mano por la cara mientras me mantengo con la mirada fija en sus ojos ahora iracundos. Un instante después su puño se estrella contra mi rostro mandándome al suelo. No es una bofetada, es un puñetazo tan violento que me atiende por un momento, en el cual la visión se me vuelve borrosa y lo único que logro distinguir es el cigarro que escapa de su mano y cae junto a mi mano sobre la alfombra.
Lo pisa con la suela del zapato
cuando se acuclilla y me alza desde el cabello. El tirón en mi cuero cabelludo duele y los ojos se me empañan pero me trago el sollozo fijando la mirada en la suya.
—Por tu maldita culpa mi hijo está muerto, perra desgraciada. Así que suplícame, llora y pídeme que no te asesine. —Entierra el teléfono en mi cara y veo mi propio reflejo en la cámara de la pantalla. La sangre corre por mi boca y mis mejillas están rojas.
—¡No!
—¡Dije que supliques zorra maldita!—me sacude del cabello.
—¡Y yo te estoy diciendo que te vayas al diablo!—Escupo su rostro nuevamente cuando me encara.
Vuelve a golpearme, está vez con la mano semi cerrada y me pone de pie, la respiración se le agita y lo miro asombrada al percatarme de la facilidad con la que ha perdido los estribos. Parecía un hombre controlado y analítico. Posiblemente ha planeado esto por meses, estoy segura de eso, como también estoy segura de que nunca espero que mi reacción no sea otra que temerle, llorar y suplicar para que Lev venga a rescatarme. De pronto una carcajada estallo desde lo mas profundo de mi garganta y el hombre frente a mi me miró claramente extrañado.
—¿Qué es lo que te divierte tanto niña? Estás muerta, ¿acaso no lo has notado? Nunca saldrás de aquí con vida.
Levanté la cabeza lentamente, la sangre brotaba de un lado de mi labio, pero aún así le sonreí. Estaba muy asustada, de verdad que lo estaba, ese hombre era un demente, pero incluso aunque me arrancará el corazón del pecho con las manos, nunca le dejaría utilizarme para dañar a Lev.
—Le temes. —Sonreí ampliamente ignorando sus palabras maliciosas—Le temes y está bien que lo hagas, porque si Yago murió por pedir mi mano... me preguntó ¿Qué hará Lev contigo por atreverte a ponerme las manos encima?
Su rostro se contrae de ira, en dos zancadas estaba sobre mi sosteniendo una abre cartas que acerco a mi rostro, mientras me sujetaba del cabello, jadee por la impresión y trague saliva cuando lo acerco a mi rostro, deslizo el filo rozando mi mejilla bajo mi ojo pero no me cortó. Los hombres tras su espalda no interfirieron, me sostuvo la mirada y luego como el demente que era me volvió a sonreír.
—¿Sabes..? desde la primera vez que te vi, cuando solo eras una mocosa impertinente, supe que me darías problemas. La forma en la que Lev saco un arma en contra de mi, su propia propia, para defenderte a ti...—Sacudió la cabeza y suspiro.—Debería marcarte como lo hice con el años atrás.—presiono el filo nuevamente en mi piel, pero otra vez no me cortó.
—Adelante. —Sisee y esta vez un par de lágrimas traicionera brotaron de mis ojos.—Márcame como tú, esa mujer que no puede llevar el nombre de madre y el depravado de tu hermano le hicieron a su propio hijo y sobrino.—Escupí rabiosa— Aún así no voy a suplicar, porque a diferencia de ustedes partida de depravados sin corazón, yo si amo a Lev y no voy a dejar que me utilices para dañarlo. Así que mátame si es lo que quieres, porque cuando el venga por ti... quien suplicara piedad serás tu.
Se apartó de mala gana y me empujo a un lado, me tambalee pero no caí, el solo dio un paso atrás y encuadro la espalda, dejo salir un suspiro y camino en su sitio jugando con el cuchillo en su mano como si analizará que debería hacer conmigo. Lo seguí con la mirada cuando se detuvo y me miró. Sus ojos brillaron con algo que no pude descifrar y luego volvió a recorrerme con la mirada, detallando el collar en mi cuello, dónde se detuvieron sus ojos y está vez el peso de su mirada me helo la sangre.
—Lev... Lev... Lev... tan predecible.—Farfullo en un tono irónico y se acercó.
—Eres una chica lista, no esperaba menos de la hoja del Pakhan y si tienes razón en algo, mi hermano tenía algunos problemillas mentales y algunas aficiones extrañas, fetiches y esas cosas. —rozo mi barbilla con sus nudillos—Le gustaba la carne joven, igual que a mi. Por esa razón hacíamos esas reuniones especiales, con invitados especiales. Ya sabes... como nosotros, personas con gustos...—Dudo buscando las palabras—Peculiares. —Finalizo y reí.
—Pervertidos. Degenerados.
—No nos juzgues pequeña, no olvides que Lev también es uno de nosotros.
—El no se parece a ustedes.—Gruñí furiosa.
Me detallo y de un movimiento veloz, sonrío y acerco su rostro al mio.
—Hay algo en lo que si te equivocas —Sonrio deslizando un dedo por mi cuello hasta enroscar el dedo índice en la cadena en mi cuello. —Lev no es mi sobrino, niña tonta, Lev... es mi hijo.
El impacto de sus palabras me estremeció al instante, al mismo tiempo que de un tirón me arranco el collar del cuello. No pude reaccionar, me petrifique repitiendo las palabras como un eco infinito en mi mente. No puede ser verdad, lev no puede... el no puede ser el papá de Lev. Sus padres eran atroces pero este hombre es aún peor que ellos, el quiere destruirlo, quiere acabar con Lev. No, no puede ser real.
La carcajada que soltó me hizo parpadear, su mano tomo mi cuello y levanto mi rostro para mirarme directo a los ojos.
—El es como yo. Solo que aún no lo acepta. —Fijo su mirada en la mía y al detallar sus ojos, y como si se tratase de una jugada macabra de mi mente en el azul de sus iris, juraría que pude ver el reflejo de Lev de pequeño, de pie, observándome a través de los ojos de Alexei Sakharov.
—Ta vez... después de todo no necesite de tu ayuda. —Apretó mis mejillas y no pude entender a qué se refería -Cuando acabe con el último rastro de humanidad que le queda, Lev al fin entenderá, y comprenderá quien es en realidad y tal vez, solo talvez, pueda redimirse por haber matado a su propio hermano por una simple zorra como tú.
El picor del algo filoso ardió en mi garganta y un instante después la visión se me nublo, su voz se escuchaba lejana y solo pude ver la mano del hombre que sostenía una gran aguja entre sus dedos sin dejar de sonreír, hasta que mi cuerpo cedió y todo se volvió oscuro de golpe.
***
Doble porque era mucha información bella, no olviden seguirme en Instagram: Valeria_hernandezbooks
¿Cómo quedamos con la revelación? ¿Alguna lo esperaba?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro