Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capitulo 45

Capitulo 45

Lev:

Acaricio el cabello de la chica que duerme entre mis brazos y tras dejar un beso en la piel desnuda de su hombro, salgo de la cama. Tomo una ducha rápida y me visto con unos pantalones oscuros y una playera negra. Frente al espejo, guardo el arma en mi cinturón y una navaja en casa mi porta cuchillos del tobillo. De soslayo observo hacia la ventana, el sol aún no sale y desplazo la mirada hacia el reloj en mi muñeca. Cuatro treinta am. Vuelvo a mirar a Kat que se voltea abrazándose a la almohada mientras murmura algo que no entiendo. Sonrío de lado y me acerco para cubrirla con la seda blanca de la sabana. Me mantengo un instante allí observándola, como lo he hecho por años e inevitablemente vuelvo a sonreír.

"—Oye lev, ¿Puedo preguntarte algo?

Levanto la cabeza de dentro del motor se mi motocicleta para observa a la chica que balancea sus pies de adelante hacia atrás, mientras toma un sorbo de la malteada en su mano.

—Puedes. ¿Qué ha despertado está vez la curiosidad de mi pequeña Bambi?

Sonríe y sus mejillas se tornan de un adorable color rosa, cuando empieza a juguetear con el dedo en el sorbete del vaso desechable que sostiene en la mano. Enarco una ceja mientras la miro y ella hace lo mismo fijando esos bonitos y aun jóvenes e inocentes ojos azules en mi. Irradia luz y bondad como una verdadera princesa de cuento de hadas, con su largo y ondulado cabello castaño cayendo sobre su espalda, los pies que no logran tocar el suelo mientras se mantiene sentada en la banqueta y la delicada tiara de brillantes rosa que lleva en su cabeza a juego con el vestido que le cubre hasta las muy delgadas rodillas.

—¿Crees que algún día me casare?

Por un instante me quedo en silencio analizando lo que acaba de preguntar. Aun es una niña como para estar preocupándose por esas cosas pero a juzgar por su mirada, llena de curiosidad, está preguntando enserio. Suspiro dejando salir el aire de mis pulmones y bajo lentamente la llave inglesa que sostenía en mi mano, girándome hacia Kat. Apoyo los codos en mis rodillas aún de cuclillas y la observo estrechando los ojos.

—¿Por qué la pregunta? ¿Acaso alguien te ha propuesto matrimonio pequeña?

—No. —Niega rápidamente moviendo la cabeza y arrugando el ceño—Claro que no. Es solo que...

—Es solo que...

Deje las palabras al aire y me miró con las mejillas sonrojadas.

—Hay una chica en el colegio, su hermana se va a casar. —Explica y me pongo de pie para sentarme a su lado. Mi tamaño, pese a solo tener dieciocho años, en comparación al suyo es ridículamente grande y cuando me siento en la banca junto a ella, está cruje bajo mi peso.

—¿Y que hay de malo con eso?

—Nada. Es solo que por lo que ha dicho aún hermana, la chica no está de acuerdo con casarse pero ha cumplido dieciocho y dicen que debe hacerlo de todas formas, sus papás lo han ordenado.

Los matrimonios arreglados son algo muy común aquí cuando se trata de familias de la mafia, incluso en la actualidad, aunque dudo que el Pakhan alguna vez lo aplique con su hija. Ni siquiera presiona a las familias de sus hombres para que lo hagan, pero muchos de ellos son tradiciones y aún conservan la costumbre. Observo a Kat que parece preocupada y reprimo una sonrisa al ver su expresión angustiada, y completamente sin sentido.

—¿Entonces estás triste por la chica? —Le pregunto y asiente cabizbaja. Au expresión y como juega con sus dedos me dice que algo más le preocupa y...

—Papá no me haría eso ¿verdad?

Junto el ceño y suspiro enderezando la espalda, levanto la mirada al cielo y observo los rayos del sol del medio día, mientras pienso que responder. Debería decirle que no, que el Pakhan la ama y que nunca haría nada que pudiese perjudicarla o hacerle daño, pero la realidad es que no lo sé. Hasta el momento Mikhael Ivanov siempre se ha mostrado como un padre atento y cariñoso con sus hijos, en especial con la pequeña Kat, pero eso no siempre significa algo. No sería la primera vez que un padre hace algo que acaba dañando a sus hijos, aunque también está la señora Kiara, ella es muy atenta y cuidadosa con Kat, pero... ¡Demonios! ¿Qué se supone que debería decirle? De todas formas si alguien intentará herirla Sasha y yo estaremos ahí, soy capaz de arrancarle la piel a quien sea incluso antes de que toquen un solo cabello de Kat, incluso si tengo que pasar por encima del Pakhan o de quién sea para hacerlo.

Dudo un momento dejando salir un suspiro. No puedo decirle otra cosa, no puedo condicionarla por mi pasado, ella no soy yo y Mikhael y Kiara no son como mis padres.

—Claro que no. —Respondo al fin sin apartar mis ojos del cielo.— El Pakhan te ama Kat. Nunca te forzaría a casarte si no quieres.

—No es que no quiera.

La miro de pronto ahora completamente confundido y ea ella quien suspira.

—No quiero casarme sin estar enamorada. —Susurra apenada pero logro escuchar claramente lo que ha dicho.

—¿Amor?—Indago atónito y sonríe tímida.

—Si, amor. —su mirada cargada de ilusión se posa en mi y por un instante juro que se pierde dentro de su mente fantasiosa —Como en la tele o en los libros de cuentos que...

—Aun eres muy joven para pensar en esas cosas Kat.

—Lo se, pero espero algún día encontrar a mi príncipe azul, ese que me proteja, me cuide y me ame mucho.

Suspiro con pesadez y sacudo la cabeza. Pensar en que un día crecerá y formará su propia familia parece algo impensable mirándola ahora, siendo tan pequeña e inocente, pero inevitablemente pasará, incluso aunque la idea no me agrade. No puedo impedirlo, no soy su padre ni su hermano y algún día crecerá y efectivamente alguien pedirá su mano. Y aunque dudo que el Pakhan entregue a su hija si ella no lo desea, la sola idea de que cualquier idiota pueda dañarla me hace hervir por dentro. Kat es una niña dulce y buena de gran corazón, así que espero que quien se convierta en su esposo la merezca y la haga feliz o tendré que rebanarle el cuello como a un cerdo.

—Bien... haremos esto.—Me pongo de pie y le despeinó el cabello haciendo que se ría balanceado los pies que no llegan al piso.— Te prometo que hasta que encuentres a ese príncipe azul que mencionas, me ocuparé de mantener a todos los malvados dragones y príncipes falsos alejados de ti. ¿Qué tal?

La sonrisa en sus labios no tardó en llegar y asintió antes de abandonar el batido sobre el banco y lanzarse sobre mi para rodearme la cintura con sus delgados brazos. No pude evitarlo y sonreí, palmee su cabeza y dejé salir un suspiro manteniendo la palma de mi mano sobre su cabeza.

—Gracias Lev. Eres asombroso.

No pude evitar sonreír otra vez ante su elogio y luego me aparte. El contacto físico nunca había sido lo mío, pero admito que con ella jamás me había importado. Esto lo atribuí al hecho de que Karina Ivanova, era la personificación de lo que los religiosos llamarían un "ángel." Pura y bella, y sin una pisca de maldad. Y yo... yo era el guardián que debía cuidar de ella."

El sonido de mi celular vibrando sobre la mesa de noche me saca del recuerdo en el que me había sumido por quien sabe cuánto tiempo. Parpadeo tomando el teléfono antes de dirigirme hacia la salida, Kat seguía dormida cuando leí el mensaje que apareció en la pantalla.

Mensajes:

"Ya despertó; estoy abajo."

Tecleo una respuesta y guardo el aparato en el bolsillo. Desde el umbral de la puerta le doy una mirada rápida a Kat y por un instante observo sus manos aún con evidencia de los raspones que le dejo el atentado de hace dos días, las cuales ahora cuales descansan sobre la almohada que abraza. Entrecierro los ojos un instante apretando el puño y volteo retomando el camino hacia la salida.

Cuando salgo del apartamento, el hombre que ya se con la espalda recostada en la pared frente a la puerta, levanta la cabeza del celular y se acerca guardando el aparato en el bolsillo.

—Todo está listo, tal y como lo pediste sombra. —Asiento y paso a su lado sacando las llaves de la motocicleta del bolsillo de mi chaqueta.

—No la pierdas de vista. —Aviso sin voltear. No espero su respuesta, se que aunque me joda, ella le importa y dará su vida de ser necesario por protegerla.

Los árboles y las farolas pasan como espejismos a ambos lados de mi mientras me adentro a toda velocidad hacia la parte más oscura de la ciudad. Los edificios altos y lujosos empiezan a desaparecer a medida que atravieso la ciudad. Las vacías y desoladas calles de piedra me dan la bienvenida cuando apareció frente a la vieja clínica psiquiátrica. El lugar luce igual ala como se vería si fuese parte de una película de terror. Las paredes despintada y llenas de moho, los grandes ventanales con vidrios destrozados y varias paredes derrumbadas. La puerta principal también tiene los vidrios rotos y varios grafitis de algún extraño símbolo que parece satánico o que se yo, decora el metal enrejado de la puerta que cruje cuando empujo con mi brazo. Saco un cigarro del bolsillo y lo enciendo con unos cerillos que vuelvo a depositar en el bolsillo de mis pantalones.

Mientras avanzo en medio de escombros y viejas camillas patas para arriba, esquivando vidrios y mobiliario viejo, asiento en dirección a los hombres que custodian la puerta donde se encuentra la persona que viene a ver.

El sonido lúgubre de mis pasos resuena en todo el lugar en un eco ensordecedor que golpea entre los cansados muros que se alzan sobre mi. La luz del pasillo parpadea y me detengo justo frente a la puerta que me separa del hombre que a mí parecer es la persona con más mala suerte del jodido planeta.

Vuelvo la mirada hacia la luz sobre mi cabeza cuando parpadea y el brillo molesto me hace estrechar los ojos mientras doy una calada más al cigarro en mis labios, antes de atravesar la puerta de dos hojas frente a mi.

En el instante en el que doy el primer paso dentro del lugar, la persona que se mantiene amarrada se manos al viejo y destartalado catre voltea el rostro hacia mi sitio. Me mantengo allí en silencio un instante observándolo. Sus ojos brillan con pánico pero no dice nada. La nuez de su garganta sube y baja cuando traga saliva y jala las ataduras de sus muñecas, abriendo las manos en un fallido intento por liberarlas.

—Ni siquiera te molestes. Me encargado de que estés bien asegurado, así que no podrás ir a ningún lado. —Hablo acercándome lentamente, arrastrando una vieja silla de hierro que colocó junto a el antes de sentarme dejando escapar un suspiro.

Vuelvo a darle una calada al cigarro y me inclino soltando el humo en su rostro. El hombre toce y se sacude intenta do liberarse mientras enarco una ceja para observarlo.

—Veras...—Empiezo lanzando el cigarrillo al suelo para aplastarlo bajo mi bota y luego cruzo la pierna encima de mi rodilla, jugueteando con la navaja que saco de mi bolsillo. —tengo, una regla ¿sabes? Un... código de vida, si así quieres llamarlo.

Me mira mientras me rasco un lado de la cabeza con la punta de la navaja, a la que no le quita la mirada.

—Los hombres, es decir nuestra especie, no es tan diferente a cualquier otra especie animal, salvajes, despiadados. Presas y depredador, sin un código de vida o reglas, no somos más que eso, animales en medio de una salvaje jungla.

Niega con la cabeza y pese a tener una mordaza en los labios, balbucea algo sacudiendo la cabeza. Su desespero es evidente cuando la baba escapa de los costados de su boca cuando intenta denunciar las palabras que no salen. Levanto el cuchillo y lo señalo con el antes de enterrarlo en su mano pegada al viejo colchón al que lo mantengo amarrado.

—No me interrumpas, aún no he terminado. —Digo y solloza lamentándose entre balbuceos. Quito la navaja y un sonoro sonido adolorido atraviesa la mordaza.

—Me has disparado. —Señalo con desinterés, retomando mi postura, y quitando la sangre de la hoja filosa en mi pantalón.—Deberias mejorar tu puntería. —Suspiro y me pongo de pie.— En fin, como decía, tengo un código inquebrantable que es lo que me ha mantenido en pie desde que empecé en este mundo, ¿Sabes cuál es?

Sacude la cabeza y bufo cuando empieza a llorar.

—Oh... que descortés, casi olvido que no puedes hablar.— Apoyo el filo se la navaja entre su mejilla y la tela arroyada que le cubre la boca y de un tirón brusco corro la tela.

—No me mates. Puedo ser de utilidad, puedo ayudar... puedo...

Coloco el filo de la navaja sobre sus labios y estrecho los ojos observando cuando traga saliva, tiembla y cierra los ojos.

—Intentaste ejecutarme, tu y tus hombres destruyeron mi club, y mi coche está lleno de agujeros de bala. —Explico jugando con la punta del cuchillo en su cuello.

—No me mates... no me mates...—Solloza por lo bajo y tiembla sin abrir los ojos.

—En otra oportunidad tal vez me lo pensaría.— Le digo y abre de golpe los ojos. Lo rodeo y me sigue con la mirada cuando me posicionó a su otro lado— Esto es así, no es la primera vez que intentan matarme ni tú el último que lo intentará, pero como dije... todo hombre tiene ciertas reglas, códigos que debe hacer cumplir, eso es lo que nos diferencia de las otras especies de animales y nos hace superiores y el mío es, que nadie, jamás, toca lo que es mío. Y tú pedazo de hijo de perra, intentaste asesinar a mi mujer.

La rabia ya no la contengo, visualizo la mirada de Kat, sus manos sobre su cabeza, las balas devorando a su alrededor y a Sanders sacándola en medio de la balacera mientras ella me buscaba aterrada con la mirada, la ira toma el control y entierro la hoja del cuchillo en su otra mano. Chilla y se revuelca de la cintura hacia arriba, ya que las piernas las tiene entablilladas, y destrozadas. Una de ellas está rota se forma antinatural y el hueso sobresale a un lado pese a que tiene una tabla a cada lado que la mantiene unida.

Es un milagro que pese a la violencia con la que fue arrollado por la hija de Larusso, aún este respirando. «Por poco tiempo.»

—¡Dios!—se queja y lo ignoro.—Maldito, eres un maldito demente.

Llora y se remueve pero hago caso omiso a sus maldiciones, en cambio me acerco a su pierna rota y la observo con atención, levanta la cabeza y la sacude en negación. El desespero y el pánico al igual que las lágrimas que le empapan la cara hacen que su rostro se contagia en una expresión que no parece humana.

—Quiero que me digas dónde está mi tío.

Analizo con la mirada los puntos donde la carne se separa y dónde los huesos sobresalen de su pierna. «Definitivamente Liliana Larusso, es una jodida amenaza tras el volante.» La pierna casi está desprendida de la carne bajo la rodilla, dejando ver parte de la tibia por el gran trozo de carne que le falta y el fémur de su otra pierna está partido en dos y parte del hueso salido hacia un lado.

—Yo no se dónde está.

El bastardo a quien ni siquiera me he molestado en preguntar su nombre me saca de mis pensamientos. Vuelvo a mirarlo apartando la mirada de sus piernas y le sonrío.

—Apuesto a que puedo hacerte recordar.

Doy un paso hacia el y comienza a negar con la cabeza clamando por clemencia al cielo, en medio de alaridos, cuando clavo la hoja del cuchillo entre la carne expuesta bajo su rodilla.

—Debiste morirte cuando te atropellaron. —Le digo sacando el cuchillo de un tirón en el cual la sangre que sale me salpica la cara y la chaqueta.— Te abrías ahorrado mucho dolor.

Vuelvo a enterrar el cuchillo mientras lo escucho llorar y suplicar como el hijo se perra que es.

Saboteó mi noche con mi prometida, me disparo, intento matar a la mujer que todos saben que no pueden tocar. Voy a darme un festín con este infeliz y voy a sacarle la información así tenga que mutilarlo parte por parte.

***
Amores últimos capitulos, no me digan que los recuerdos de Lev y Kat no son adorables...🥹

No olviden seguirme en Instagram: VALERIA_HERNANDEZBOOKS
CUALQUIER DUDA ESTARE RESPONDIENDO POR AHI, EN ESPECIAL SOBRE MI PRÓXIMO LIBRO EN FÍSICO: "AURORA HEREDERA DE LA MAFIA."

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro