capitulo 10
Kat:
Mientras observo al chico dormido en el sofá, dejo salir un suspiro, al tiempo en que me acerco con la cobija en mi mano. Pensé que se sentiría más cómodo en una de la habitaciones de invitados, pero mamá dijo que era mejor no despertarlo, y dejarlo descansar. Y a decir verdad, temo que cuando despierte quiera marcharse; pude ver la melancolía con la que nos observaba en la cena y pese a que reía de mis chistes y anécdotas, algo en mi corazón me dice que también pensaba en algo triste. Conozco a Lev, se que hay cosas relacionadas a su familia que lo lastiman, aunque el intente demostrar al mundo que no es así. Realmente no sé que fue lo que pasó con ellos, solo se fueron asesinados y que Lev acabó viniendo a vivir con nosotros. También se que su tío no es para nada su persona favorita. Pero debió haber sido difícil para el, crecer sin sus papás. Ni siquiera puedo pensar que sería de mi de no tener a los míos.
En fin, sea lo que sea, no me agrada la idea de que se marche a un frío y desolado apartamento, que a juzgar por como es el, debe ser oscuro y muy... Lev. Aunque admito que ese no es el único motivo, la realidad es que también me siento bien al saber que está en casa, siempre me ha gustado tenerlo cerca y supongo luego de tanto tiempo eso no ha cambiado. Así que cuidando no despertarlo, con suavidad le quitó el teléfono de la mano y lo dejo sobre la pequeña mesa justo a mi lado.
Vuelvo a mirarlo y está vez, me tomo unos momentos observando su rostro dormido. Ha pasado tiempo, pero sigue luciendo igual de atractivo como siempre, aún con la marca en su rostro, al igual que ese deje de oscuridad y de chico malo que carga, para ocultar que en realidad es tan tierno y cálido como un gran oso de felpa.
Sonrió mientras lo observo dormir, como toda una acosadora de primer nivel, detallándolo. Tiene la cabeza inclinada a un lado y el cabello negro le cae despeinado sobre un lado de la frente. Fijo mis ojos por breves instantes en la cicatriz bajo su ojo y sin quererlo me llevo la mano a ese lugar en mi pecho, donde conservo la pequeña marca que me hizo aquel sujeto que nos atacó a mamá y a mi, años atrás.
Cierro por un momento los ojos y luego vuelvo a abrirlos, apartando el mal recuerdo, y concentrándome en cubrir con la manta el cuerpo del hombre que descansa pacíficamente, y que en medio del sueño suelta un profundo suspiro, al mismo tiempo que se remueve un poco sobre el cuero del sofá, y casi no resisto, la necesidad de apartarle el cabello de la cara, pero temiendo despertarlo contengo el impulso.
Me acerco con intención de cubrirlo, pero mi mirada se clava en su mano otra vez, cuando se acomoda colocándola a un lado de su rostro y el corazón se me acelera de golpe, al ver la goma rosa en su muñeca, la cual no va para nada con el enorme, musculoso y posiblemente espeluznante hombre frente a mi.
Vuelvo a mirar su rostro, y confundida, paso saliva sintiendo una extraña sensación de emoción y calidez que logra estremecerme la piel y que parece filtrase por mís poros, extendiéndose por mi pecho y subiendo por mi cuello, hasta alojárse en mis mejillas.
«Es el lazo que me quito del cabello, la última vez que nos vimos.»
Mi corazón late a toda prisa y por ridículo que suene se me llenan los ojos de lágrimas, lágrimas que no derramó y que me obligó a contener, recordándome que no significa nada. Que lleve una vieja goma para el pelo en su muñeca no significa nada.
"—Yo también te amo Kat... pero como a una hermana."
Suspiro ante el recuerdo de sus palabras y me apresuro a colocar la cobija, cubriéndolo del frio.
—Descansa Lev.
Mi voz se oye apenas como un susurro cuando acabo de cubrirlo con la manta y luego tomo el mando a control remoto de encima de la mesa, con el cual atenúo un poco más las luces y con la mano, le hago un gesto al perro dormido en la alfombra junto a los pies de Lev, para que me siga, antes de desaparecer por las escaleras en dirección a mi antigua habitación.
A medida que recorro con lentitud los pasillos de la casa, el sentimiento de pertenecía, mas se acentúa en mi. Cada rincón se siente tan familiar, que por un momento, parece como si el tiempo no hubiese pasado. Los cuadros aún adornan el extenso y alfombrado pasillo, las fotos familiares están por doquier, pero puedo notar que ahora hay más.
«Muchas mas.» En especial muchas de mi pequeña sobrina Aleska, en las cuales, en algunas está sentada sobre el lomo de Goliath, mientras sus papás le sujetan las manitas y sonríen la cámara. En otras tiene parte del rostro completamente cubierto de chocolate y está sentada sobre la falda de papá, y en otras simplemente aparece acostada en el césped sobre una tela a cuadros, acompañada de sus papás, en lo que parece un día de campo.
«Al parecer me he perdido mucho estos dos años.»
Sonrió mientras recorro los cuadros y las fotografías, hasta que me detengo deslizado mis dedos por una que llama mi atención.
Observo la fotografía, de la chica que sonríe, colgada desde la cintura, con la cabeza inclinada hacia abajo, y con una pierna enrollada en la tela blanca, con las luces azuladas de fondo y el cabello amarrado un moño alto, vestida con mayas ajustadas de brillantes.
—Es una buena foto.
Mamá aparece a mi lado y pasa su brazo por encima de mi hombro y la miro recostando mi cabeza en su hombro.
Es una fotografía de mi primera presentación en la academia, recuerdo que estaba extremadamente nerviosa de hacerlo mal, y en lo único en que podía pensar era en que deseaba con todas mis fuerzas que mamá estuviese allí para aplacar mia nervios, con algunas de sus palabras de aliento improvisadas.
—No sabía que la habías enmarcado.
—¡Claro que sí! ¿De que vale tener una hija tan hermosa y talentosa, si no puedo presumir de ella?
Sonrió y me volteo para abrazarla, ella corresponde y me mantengo un momento así, abrazando a mi mamá como tanto he deseado hacer desde hace tiempo.
—Eres la mejor mamá de todo el mundo. ¿Lo sabes verdad?
—Ustedes son los mejores hijos. —besa mi cabeza apretándome más entre sus brazos-Eso es lo único que se.
—Te extrañe mucho, mamá.—Confieso y me aleja unos centímetros enmarcando mi rostro con sus manos.
—No tanto como nosotros a ti cariño.—Me besa la frente y cierro los ojos—Ahora ve... descansa que ha sido un largo día. Ya mañana podemos seguir charlando.
Asiento y me volteo para irme, pero en cuanto doy un paso vuelvo a voltear y la abrazo otra vez. Se ríe y le beso la mejilla antes de adentrarme a mi habitación, acompañada de Blue que al instante de poner una pata dentro de mi habitación, se lanza sobre la cama, reclamando su propio espacio.
Paso a su lado acariciándole la cabeza y desplazo la mirada recorriendo el dormitorio cuando me detengo en medio la habitación. Todo está tal y como lo deje la última vez, la cama, las fotos, los adornos.
«Todo» pienso mientras me acerco a la ventana para observar el jardín. Y una enorme sonrisa se plasma en mi rostro, detallando el paisaje desde mi ventana. Las rosas blancas cubren una gran parte del jardín, la piscina está cubierta por la lona de seguridad, pero desde aquí las luces a su alrededor la hacen ver como su el agua se moviese. Y el sendero de piedra, que da hacia el pequeño bosque trasero, sigue iluminado por diminutas luces amarillentas, que transforman el jardín en un sitio casi mágico.
Es extraño, todo luce tal y como antes, pero aún así siento que algo es diferente, o tal vez solo sea yo. Y el volver, sabiendo que debo regresar en dos semanas esta jugándome una mala pasada. «Si» posiblemente eso me tenga viendo cosas donde no las hay.
Volteo observando al perro dormido sobre mi cama y luego vuelvo la mirada a «ese» pequeño rincón oscuro de la habitación. Por un instante la imagen de años atrás vuelve y su silueta fundida con la oscuridad aparece en el lugar, ahí sentado entre las sombras, observando. «Observándome.»
"—¿Qué haces cuando no puedes dormir pequeña Bambi."
Parpadeo saliendo del recuerdo con el sonido del teléfono que vibra sobre la cama y aparto la mirada de aquel oscuro rincón, ahora vacío, para tomar el aparato que vuelve a vibrar con otro mensaje que me hace blanquear los ojos.
Mensajes:
Lily: Dime qué ya estás enrollada entre las sabanas de ese machote sexy y te perdono que no me escribieras para decirme que has llegado bien.
Blanqueo los ojos y sacudo la cabeza mientras tras saco un pijama de mi maleta y tecleo con una sola mano una respuesta.
Yo: ¿Y tú has vuelto a besar a Salvatore? ¿O era el turno de Jimmy está vez? No creas que he olvidado que tenemos una charla pendiente señorita.
Lily: JA-JA-JA. Bieeen... dejando de lado que acabas de llamarme zorra, te perdono. ¡está vez! ¿Cómo estuvo tu vuelo?
Sonrió satisfecha de poder cambiar de tema y mientras me dirijo hacia el baño para darme una ducha rápida antes de meterme a la cama le cuento a mi amiga como ha ido todo desde que llegue.
***
El sonido de la música, seguido de los alaridos alegres de la persona que canta a gritos, por encima de chichi Peralta, me hacen sonreír mientras doy un salto de la cama. Miro la hora en el reloj de la mesa de noche, que marca casi medio día y tarareando la melodía que suena desde el piso inferior, me apresuro a tomar una muda de ropa con la que me pierdo dentro del baño. Diez minutos después salgo vestida con unos vaqueros de tiro alto y un top blanco de tiras, que me cubre el escote pero deja al descubierto parte de mi abdomen.
El cabello me ondea libre hacia atrás, cuando bajo los escalones de dos en dos, hacia la planta inferior desde donde la música latina inunda el lugar, al igual que el aroma a café recién hecho.
«Si... definitivamente extrañaba esto.»
Tan pronto mis pies tocan el último escalón, mi mirada involuntariamente viaja al sofá ahora vacío en la sala. Un pequeño pinchazo de decepción me golpea el rostro, pero suspiro y vuelvo a retomar el camino hacia donde por viene la voz que sigue cantando por encima de la música, y mientras avanzo, sigo repitiéndome a mi misma que no debo pensar ni dejar que cosas como que hace o deja de hacer Lev me afecten. El tiene una vida, responsabilidades, trabajo y tú no estás aquí para volver a corretear detrás de el, Kat. «Me reclamo mentalmente»
Detengo mis pasos bajo el umbral de la puerta y no puedo evitar que una enorme sonrisa se forme en mis labios, cuando veo a la mujer de espaldas a mi, que no deja de mover las caderas al ritmo de "procura" de Chichi Peralta. Desplazo la mirada por la habitación vacía y vuelvo a mirar a mamá que sigue bailando mientras prepara pan tostado. Aún cantando, se voltea para sacar una jarra de jugo de la nevera y cuando voltea se detiene un instante y me mira sonriente.
—Buenos días, mi reina hermosa.
—Buenos días. —Respondo devolviéndole la sonrisa cálida que me da.
Deja lo que tiene sobre el mesón y me extiende la mano mientras baila, haciéndome reír cuando entiendo que es lo que quiere. Vuelvo a mirar por encima de mi hombro asegurándome de que no haya nadie cerca y acepto su mano, dejando que me gire al ritmo de la música. Sigo sus pasos tratando de acompasar su ritmo y cuando lo logro el movimiento de mi cuerpo se vuelve fluido, como si mis extremidades tomaran vida propia.
Procura coquetearme más... y no reparo de lo que te haré.
Procura ser parte de mi y te aseguro que me hundo en ti...
Procura no mirarme más... y no sabrás de que te perderás...
Es un dilema del que tú ni yo podemos escapar...
La música sigue y es tanta mi felicidad de estar aquí, en la calidez se mi hogar y con ella, que al cabo de pocos minutos acabo dejándome llevar, moviéndome con ella al ritmo de la música, como mamá me ha enseñado desde pequeña.
Canto junto con ella, aunque desafino horrores, haciendo que se ría y me haga girar otra vez sin dejar de mover las caderas, luego yo lo hago con ella y cuando vuelve a darme la vuelta, me suelta y acabo estampándome contra algo duro y firme. Y de no ser por la mano del hombre que me sujeta desde la cintura, hubiese acabado sentada el suelo sobre mi trasero.
La mirada de Lev es divertida cuando me observa con ese brillo especial en los ojos, mientras que sus labios se estira en una gran sonrisa cálida y sexy que me hace arder las mejillas y tragar saliva, sintiendo que el piso se vuelve tan flácido como arena movediza. Se ha cambiado de ropa, lleva el cabello húmedo sobre la frente, está afeitado y huele a colonia masculina.
—Veo que te diviertes pequeña Bambi.
Su voz espera y su aliento mentolado rozan y calientan la punta de mi nariz y por un breve instante me pierdo en esos ojos de mar, que me arrastran hasta lo más profundo del océano.
Al menos hasta que alguien carraspea sacándome de mi pequeña burbuja de fantasía y es solo entonces que veo al hombre de pie junto a Lev, quien me mira alzando una ceja. Y Vuelvo a mirar entre Lev y yo. El calor de sus dedos en la piel desnuda de mi espalda me quema como una hoguera ardiente y el que su pecho esté a escasos centímetros del mío me hacen espabilar y dar un paso atrás de inmediato.
—Ahh... emmm... lo siento. Estábamos...
—Divirtiéndose sin mi, por lo que veo.—Termina papá que se acerca a besar mi frente, estrechándome en un cálido abrazo.
—No seas celoso Micky... —Mamá le susurra algo al oído cuando el se acerca a besarla y estrecho la mirada cuando ella le pellizca el trasero.
—¡Dios! Aún estamos aquí ¿saben?—Señalo entre Lev y yo que finge mirar para cualquier otra parte.
Papá carraspea y toma el café que mamá le extiende, volteo sacudiendo la cabeza divertida y me siento en el único lugar vacío justo entre papá y Lev, ya que mamá casi me atropella para ocupar la otra silla.
—¿Has podido descansar?
Tras unos minutos de tensión la voz del hombre a mi lado rompe el silencio y observo su mano cuándo la extiende para tomar la taza con café que mamá le entrega. Mis ojos vuelven a fijarse en la goma rosa en su muñeca y luego parpadeo volviendo a mirarlo cuando ladea el rostro mirándome extrañado.
—¡Si!—Me recompongo rápido aclarándome la garganta.—Muy bien ¿y tú?
—Como un bebé. —Sonríe de lado y luego me mira guiñándome un ojo antes de formar con sus labios un "Gracias" empujando mi pierna con la suya.
Apenada apartó la mirada hacia mis padres que conversan de algo relacionado con el tío Demian y la tía Anika, al percatarme de que ha notado que fui yo quien lo cubrió con la manta, en lugar de llamarlo para que pudiese marcharse y dormir en la comodidad de su propia cama, y no en un estrecho sofá de cuero.
Luego de ese breve e incómodo momento, el desayuno transcurre con naturalidad, papá y mamá me ponen al día de algunas cosas que han pasado en mi ausencia y Lev se ofrece a llevarme a casa de Sashi , quien aún no sabe nada de mi regreso y a quien espero sorprender con mi visita.
—¿Seguro que no es problema? No quiero molestar, si tienes trabajo puedo pedirle a uno de los guardias que me...
—No irás con un guardia—Aclara con un ceño profundamente fruncido— y no es molestia para mí llevarte, a menos que no desees que lo haga.
Le sostengo la mirada cuando fija sus ojos ahora más apagados en mi y le sonrió dándole un asentimiento con la cabeza.
—Por mi está bien. Si no es problema para ti, no veo porque no.
La expresión extrañamente oscura de su rostro desaparece y es remplazada por una mirada mas cálida y apacible cuando sonríe y señala con el mentón hacia la salida.
Tras despedirme de mis padres y pedirle a mamá que cuide de Blue, a mi un abrigo y sigo al chico que camina dos pasos delante de mi, mientras ambos avanzamos hacia la salida, hasta que mis pies se detienen en la escalera de la entrada cuando veo la moto de Lev, estacionada junto a la fuente.
—Si es problema para ti, puedo ir por un coche a la cochera. —Indica cuando nota que ya no me he movido.
—No, no es eso. Es que creí que habías dormido aquí.
Las palabras salen casi en un susurro que me avergüenza, al percatarme de que el lo ha notado y de lo ridícula que debo sonar.
—Si dormí aquí Kat. Pero fui temprano a mi apartamento a cambiarme. —Se señala y casi me abofeteo cuando sin poder evitarlo, lo recorro descaradamente con los ojos.
—Oh... si lo siento. Es solo que... nada.—Reprimo la pregunta del porque regreso y apartó la tonta idea de que lo ha hecho por mi.
—¿Tienes otro?—Señalo el casco y sus labios forman una enorme sonrisa.
—Claro. —Mientras avanzamos apunta hacia la moto, donde hay dos cascos, uno a cada lado del manillar.
Tomo el que me extiende y cuando estoy por colocármelo, acorta la distancia y me lo quita suavemente de las manos. Y sin apartar sus ojos de los míos en todo momento, me lo coloca, con suavidad sus dedos rozan la piel de mi cuello mientras lo ajusta y trago saliva aún perdida en el azul ahora oscurecido de sus iris. De un momento a otro la tensión entre los dos, es tan pesada que casi estoy hiperventilando, cuando siento como suavemente desliza uno de sus nudillos por mi cuello y una sensación de estremecimiento me recorre el cuerpo, hasta alojárse justo en mi abdomen bajo.
De pronto el contacto se rompe, y retrocede un paso atrás, se monta en la motocicleta y se gira palmeando el asiento para que me suba. Sacudo los pensamientos de mi mente y apoyándome en sus hombros me subo justo detrás suyo, intentando mantener la máxima distancia posible. Lev enarca una ceja divertido y tras sonreír se coloca el casco y enciende el motor.
—Será mejor que te sostengas bien. —Toma mis manos haciendo que las coloque alrededor de cintura, logrando que me incline un poco más hacia adelante acortando la distancia que nos separaba.
Asiento, pero me muevo un poco hacia atrás otra vez, al sentir la calidez que emana de su pecho, aún por encima de la tela de la playera. No me pasa desapercibido el como sacude la cabeza en negación y acelera de pronto, robándome un chillido de pánico y obligándome a pegar el pecho contra su espalda, aferrándome con las uñas a su pecho. Me mira por encima del hombro, y me guiña un ojo claramente satisfecho, con una mano baja la visera de mi casco y luego la suya antes de volver la mirada al frente.
Siento el calor y el ajetreado latir de su corazón bajo las palmas de mis manos mientras le rodeo la cintura, pero esta vez no me apartó. Lev parece notarlo ya que suavemente acelera , tomando velocidad poco a poco en dirección a la salida, dónde atravesamos los amplios portones de hierro que se abren antes de que lleguemos a ellos.
***
AYYY NIÑAS LA TENSION ENTRE ESTOS DOS...
¿ESTAMOS CLAROS QUE MICKY Y KIARA SON LOS MEJORES PAPIS NO?
NOS VEMOS EL VIERNES MIS NIÑAS, NO OLVIDEN SEGUIRME EN INSTAGRAM: THEMORGANKING23
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