N/A: El "hyung" etc, no se van a usar en esta historia por que estoy bien imbécil y se me olvida ponerlos. :D.

N/A: Esta historia iba a ser narrada en primera persona pero estoy acostumbrada a narrar en tercera, así que la voy a narrar de esta manera, espero que no los moleste o confunda:D.

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En algún lugar en Corea del Sur.

El cielo nocturno brillaba de una forma hermosa, sin nubes, las estrellas eran perfectamente visibles al ojo humano, resplandeciendo con furor. Así como ellas eran visibles, también las enormes alas color añil que desprendían fuego azul, el Arcángel que las portaba, bajaba con lentitud a la tierra, analizando su territorio.

Un ser atractivo, hermoso. Un ser que fue piadoso, bondadoso, y el respeto y la lealtad sin ataduras siempre lo rodeaba.

Pero también, desde hace cinco años, la oscuridad había nacido en sus ojos, ninguna pizca de paz o misericordia que alguna vez había reflejado se encontraba en los orbes redondos, completamente ocultos, o en el peor de los casos, extintos. El miedo, ahora reinaba las ciudades cuando enormes alas eran vistas por los cielos.

Desde que el humano murió, el Arcángel parecía haberse ido con el. Pensó la camarera con melancolía, alejándose de la ventana en la que observaba al ser angelical que descendía de los cielos.

Dando media vuelta, se dirigió a la madre y el niño que comían en una de las mesas del local, siendo los últimos clientes en el lugar.

-Señora, con todo respeto, tiene que retirarse, el Arcángel de nuestros cielos se acerca para los negocios, y sabemos que no le gustan testigos observando.- Hablo con calma y educación, mirando como los ojos de la mujer se expandían en nerviosismo.

La mujer no pudo soltar alguna palabra, cuando las puertas fueron abiertas y una alta figura intimidante entró al local.

-No tengo tiempo, dime lo que sabes y me largo.- Fue lo único que soltó, caminando hacia la pequeña oficina detrás del mostrador.

Ante de entrar por completo, se detuvo, sus oscuros y fríos ojos se toparon con los infantiles, quien abrazaba a su madre asustado, y como un juego, encendió las llamas azules de sus alas aun mas fuertes repentinamente. El niño empezó a llorar del miedo.

La camarera negó, suspirando.

[...]

-Tal vez te estés volviendo loco realmente, Taehyung.

Sentados sobre el sillón de la casa de Jimin, ambos se encontraban hablando con un Bae dormido sobre el pecho de su padre, sus alas añil descansando y siendo mimadas por un Jimin enternecido.

-Tengo que hacerlo Jimin, sabes que no tengo otra opción.- Murmuro con tristeza, acariciando los mechones negros de su hijo.- Si pudiera hacerlo yo, nunca volvería a buscar a ese imbécil, pero no puedo, y...- Sus labios se apretaron, impotente, alejo las lágrimas que se arremolinaban en sus ojos.

-No me agrada para nada, ¿sabes los peligros que hay afuera?.- Jimin tembló, negando.- Podría pasarles cualquier cosa, Taehyung.

Asintiendo de acuerdo, cerro sus ojos, tratando de alejar el dolor que sembraba en su cabeza.

Dos meses después del fuerte desmayo que había sufrido a causa de aquellos dones que su hijo parecía poseer, había pensado y trazado un plan para atraer a aquel Arcángel que le había robado el corazón. Y roto, también.

Y uno de los más importantes protagonistas de su plan estaba ahí, su mejor amigo, Jimin.

Park Jimin, nacido como humano, convertido en vampiro. Cumpliendo sus cien años de servicio, Jimin por fin había sido libre y cincuenta años después, había conocido a Taehyung, justo el mismo día en el que el humano escapaba de aquella mansión en la que había dejado una parte de su corazón.

La amistad había iniciado como un acuerdo. A Jimin le aterraban las multitudes, por lo que muy pocas veces salia de casa y una razón por la que no tomaba suficiente sangre para mantenerse sano. Mientras Taehyung dejaba que Jimin se alimentara de el, el le ofrecía protección, permitiendo que se alojara en su casa que se encontraba en la orilla de la ciudad, ni tan cerca, ni tan lejos y obviamente, guardando el secreto de su hijo.

Cuando Taehyung compro su actual hogar, Jimin, siendo un sentimental, había llorado mientras besaba las mejillas de Bae y abrazaba a Taehyung. Se prometieron que se volverían a ver y así fue.

Se habían convertido en hermanos del alma.

-Tengo un plan, Jimin, y si este no falla, todo saldrá bien.- Suspiro, aun sin saber del todo como convencer a Jimin.-... Min Yoongi, ¿sabes quien es el?

Con los ojos abiertos en miedo, el rubio asintio.-... ¡Es un monstruo!, ¡Hace un año dejo a uno de los suyos completamente destrozado, cada uno de sus huesos rotos en el centro de la ciudad como advertencia!.- Jimin se abrazo a si mismo, temblando.-... Pero, ¿que tiene que ver el en todo esto?.- Pregunto confundido, luego de calmarse.

-Un día antes de que... Pasara lo que tenía que pasar, Min Yoongi se convirtió en la mano derecha de Jungk... de ese Arcángel.- Relató, enterrando su nariz en los cabellos de su hijo, en un intento de calmarse al recordar a aquel hombre.-... El no es como los guerreros del Arcángel, que se ocultan al ojo humano, Min siempre anda vagando por la ciudad, y acostándose con quien quiera.- Cerro sus ojos, sintiéndose mal por lo que le pediría a su mejor amigo.-... Ese vampiro es la única oportunidad de encontrarme con el padre de Bae y pedirle ayuda, Jimin. Pero yo no puedo buscarlo por que tengo que cuidar a Bae y ni dejarlo contigo por que te podría hacer daño y así mismo, Jimin.- Suplico, observando a Jimin, quien se había quedado estático.

-No lo entiendo, ¿que es lo que quieres decir?.

Suspirando, prosiguió.-... Planeo secuestrarlo, se lo suficiente de las debilidades de los vampiros para retenerlos y yo... Necesito tu ayuda para eso.- Susurrando, apretó sus labios, esperando.

Con el entrecejo fruncido, el rubio ladeó la cabeza, procesando.

Taehyung supo en el momento exacto cuando lo entendió, sus ojos color miel se abrieron como platos y su boca de algodón se abría y se cerraba con impresión.

-Y-yo... No se si entendí a-a que te refieres, p-por que si lo... hice, yo, yo...- Cerro sus ojos con fuerza, inhalando y exhalando, hasta que pareció calmarse.-... ¿Podrías ser mas especifico, Tae?.- Murmuro, sus ojos asustados que hizo sentir aun mas mal al castaño.

-He oído rumores sobre que a Min Yoongi le gustan jóvenes, ya sabes, uh, vírgenes, y, y...

-¡¿Estas tratando de prostituirme?!.

En cuanto la pregunta se formuló, Taehyung negó alterado.

-¡No!, ¡Por supuesto que no, Jimin!.

-¡¿Entonces que estas tratando de decirme?!.- Aun alterado, tomo una almohada y la abrazo con fuerza.

-¡Solo quiero que te acerques a el, y lo seduzcas y hasta ahí!, se que aunque el es un monstruo con los enemigos, con los que no, es educado y caballeroso, nunca te haría daño. No te pediría esto si no supera eso, Jimin.- Extendió sus manos, cuando Jimin hizo lo mismo. Ambos con las manos entrelazadas, asintieron. Un raro hábito que hacían cada vez que alzaban la voz y no querían discutir.

-Dios mio, Taehyung, si no fuera por que te quiero mucho....- Negó, sus rulos rubios brincaron-... Entonces, explícame tu plan detalladamente. Lo demás.

Asintió, acomodándose mejor en el sofá en el que estaban, cuidando de no despertar a Bae.

-Es sencillo. Después de secuestrar a Min, lo mas seguro es que cuando el Arcángel note que el vampiro no se a reportado, empiece a buscarlo, entonces empezará a buscar pistas y te guiará a ti, pero los dos.- Bajo la mirada hacia su hijo.-... Los tres, estaremos en casa y lo estaremos esperando.- Se detuvo, tomando aire.

Un silencio se formó durante unos segundos, hasta que Jimin empezó a reir.

-Es un plan horrible... Pero una vez dije que siempre estaré para ti.- Murmuro con determinación.

-¿Paehyung?.- Un somnoliento Bae levanto su cabeza, bostezando.-... Tengo hambre.

Taehyung sonrío, besando su cabeza pelinegra. Y pidiendo al cielo que todo saliera bien.

El primer paso de su plan estaba listo.

Y ahora el próximo estaba por empezar.