5
¿Cómo le regalas algo a la persona que te gusta, sobretodo cuando no tienes una relación cercana con esa persona?
El día de ayer acompañe a Hideki-Kun a comprar un regalo para su hermoso hermano, y me enteré que su cumpleaños es el 20 de abril, osea hoy. Sin dudarlo, a proveche la situación para comprarle un regalo también y poder darselo... pero como que no lo pensé.
El problema no es lo que le compre, ya que si bien, mi hermoso azabache merece mucho más, considero que mi regalo le podría gustar... espero. El problema circula en ¿Cómo se lo voy a dar? Podría estar exagerando, ya que darle un regalo a una persona no es difícil, pero Takato-San es más que una persona, y aunque he hablado con él antes, no soy cercano al oji-azul y ese es un problema grande.
-¿Te sientes bien?
-¿Eh? Si ¿Por qué lo preguntas?
-Mi instinto materno me dice que algo te preocupa, y no sólo eso, tienes una cara de desesperación que da lastima -recalcó mi mamá, sorbiendo de su taza de café.
-¿En serio luzco de esa manera? -murmuré.
La castaña sonrió, y dejando su taza sobre la mesa, con el tono dulce y carismático de su voz, pregunto -: ¿Es por el regalo que le compraste a tu novio? ¡Ya te dije que esta bien! Es muy lindo ¡Estoy segura que le encantará!
-N-no es mi novio... aún -mencioné, sintiendo como me ardía la cara-. Y no es tanto el regalo... bueno, eso también me preocupa, pero lo que más me preocupa es que... no sé como se lo voy a dar.
-¿Te da pena? ¡Aw, mi niño!
-Mamá, eso no ayuda -Ni siquiera he salido de la casa, y ya me estoy muriendo de vergüenza.
-Bueno hijo, deja que todo fluya. Tienes que llenarte de valor y acercartele, solo no fuerces las cosas, el momento indicado llegará y no debes dejarlo pasar. Recuerda, eres Azumaya Junta, todo lo que te propongas lo alcanzaras si te esfuerzas -animo.
Ante las palabras de la castaña, sonreí y asentí con mi cabeza-: ¡Mn! ¡Tienes razón!
-Estoy segura que le encantara tu hermoso detalle. Además ¿Quién se te podría resistir? ¡Shi erhes tan lindo!
-Por favor, pará con eso mamá -pedí, volviendo a sentir el ardor en mi rostro.
-¿Quién no se te podrá resistir? -habló mi papá, entrando a la cocina.
-¡Buenos días cariño! ¿Dormiste bien?
Mi papá asintió con la cabeza, y se sentó a mi lado-: ¿Por qué esa cara hijo? ¿Tu mamá te está molestando?
-Lo dices como si fuera algo malo -bufó la castaña, acercandose con una taza de café a la mesa-. Solo le estoy dando animos.
-Gracias -dijo, recibiendo la taza de café-. ¿Tienes que hacer algo estresante hoy, Jun-Kun?
-Bueno...
-Está nervioso por dar un regalo, tú sabes -exclamó la castaña, guiñando el ojo al final de la oración.
-Ya veo, me alegra que esa sea la causa de tus nervios -comentó, con una pequeña sonrisa en el rostro-. Tranquilo hijo, estoy segura que a ella le encantara tu regalo.
Un silencio incómodo hizo que el ambiente se volviera extraño. Mi mamá tocio un par de veces, mientras que yo empezaba a sudar frío. Mi papá movia su mirada entre mi mamá y yo, con el notaria deseo de saber si había dicho algo malo.
Sin poder soportarlo más, tragué saliva y decidí cortar la tensión en el aire-: Gracias papá, te contaré como me va.
El hombre de lentes asintió con la cabeza, y sorbio café de la taza-: Buena suerte, y recuerda, respeto ante todo.
-¡Hai! Bueno, ya me voy -anuncié.
-Que te vaya bien Jun-Chan, y recuerda, pase lo que pase será para bien -me despidió mi mamá.
-¡Hai!
Sin perder más el tiempo, tomé mis cosas junto con el regalo, y me dirigí a la puerta de mi casa.
Como si estuvieran viendo a un pitufo, todos me miraban más de lo normal, me tomó tiempo darme cuenta que todos estaban interesados en el contenido de la bolsa extra que llevaba conmigo y para quien era. Si me dieran 1000 yenes por cada jovencita que se acercó a mí de manera nerviosa, solo hoy, estoy seguro que sería millonario.
Para el final del día, había dejado a muchos con incertidumbre y a muchas llorando por alguna razón.
Sin detenerme, salí de esa institución de raritos junto con Hideki-Kun, quien era el único que no había preguntado por el regalo que llevaba.
Nos detuvimos en una pastelería ya que el azabache menor quería comprar un pastel para su hermano, gracias a eso descubrí que al de ojos azules le gusta mucho el pastel con fresas, algo más para anotar. Caminamos sin prisa en dirección a la casa de Hideki-Kun, ya que quería darle su regalo a mi azabache, y si no se encontraba en casa, tenía planeado dejarlo al cargo de mi amigo y que el diera el mensaje por mí.
-¿Quieres comer pastel con nosotros? -habló de la nada el de ojos castaños.
-¿Es a mí?
-¿Pos a quién más?
-Jeje, no me gustaría molestarlos.
-Solo te molestas a ti mismo. Si nos molestaras, no te estaría invitando. A demás, estoy seguro que a Totaka-nii le alegrara tu presencia, le agradas -comentó.
-¿¡En verdad!? Yo... ¿¡Le agrado a Takato-San!? -exclamé, sintiendo una inmensa alegría.
-¿¡Por qué estás brillando!? ¿¡Lo que sale detrás de ti son plumas!? ¡Deja de botar plumas! Además ¿Como qué Takato-San? Respetalo ¡No lo llames por su nombre! -alegó, con un tono temeroso al principio que luego se torno en un tono que reflejaba celo.
-¿Plumas? -No sé a que se refiere con eso.
-Tsk, como sea. De todas formas, le tienes que dar esa cosa ¿No? -bufó, señalando la bolsa con el regalo.
-¿Eh? ¿Co-como sabias que es para...
-Por favor Junta-Kun, no soy idiota. Reconozco cuando alguien le trae ganas a mi hermano y quiere agradarle.
-Eh~ ¿Pero qué cosas dices? Hideki-Kun, estás loco. Solo es un detalle por su cumpleaños, no hay dobles intenciones -balbuce sintiendo mis orejas arder.
-Te creó lo de las dobles intenciones, lo que no creo es que yo este alucinando con que te gusta -Volvió a bufar-. Huevos te van a faltar para soportar el camino que tienes que atravesar para ser su pareja.
-¿Qué hice para que estés en mi contra? -lloriquee.
-No estoy en tu contra, solo soy honesto.
-¿Entonces si te puedo considerar mi cuñado?
-Sal volando con la ayuda de un carro -mascullo.
Iba a seguir lloriqueando, pero nos detuvimos a ver a un grupo de estudiantes fuera del edificio en donde vivían los Saijo. Dos de ellos traían un gran cartel, los demás traían regalos exageradamente grandes y excéntricos, estoy seguro que se podría realizar un concurso de "¿Quién tiene el regalo más extravagante?", con todos esos estudian... ¿A caso están usando el mismo uniforme de la academia de Takato-San?
-No puede ser -gruño Hideki.
-¿Qué pasa? ¿Quienes son ellos? -pregunté curioso.
-Son la secta que adora a mi hermano -Podia notar como una vena en la frente del azabache menor palpitaba.
-¿Secta?
-Si, escuchaste bien -Suspiró-. Si crees que nuestro instituto está lleno de raritos, es porque no has visto el de Totaka-nii. Todos en ese lugar son unos enfermos... enfermos los cuales están obsesionados con mi hermano -comentó.
-¿¡Eh!?
-Por alguna razón, en esa academia adoran a Takato-Kun como si fuera un dios, incluso en su clase le pusieron ese titulo. Me gustaría decir que estoy exagerando cuando digo que todos en ese sitio quieren tener la atención de mi hermano, pero lamentablemente asi son las cosas. Todos esos que ves allá se autoproclaman "Los más leales súbditos de Saijo-Kami" -Tembló al decir lo último-. De alguna u otra forma tiene sentido, mi hermano es muy atractivo, pero eso no les da derecho de acosarlo.
Toci un par de veces al escuchar eso, no sabía si sentirme tranquilo por no ser el único que miraba al azabache como una divinidad o estar enojado por no ser el único que lo miraba como una divinidad, a demás, por como se expresó Hideki, se nota que no lo aman puramente como yo lo amo, al contrario, ¡Lo acosan! ¡Eso es imperdonable!
En este mundo solo puede haber un admirador perdidamente enamorado del hermoso azabache, y ese ¡Soy yo!
Sin demora, segui a Hideki, quien se acercó al grupito fuera del edificio, y con voz firme, habló-: ¿Necesitan algo?
Hubo un silencio de unos segundos, hasta que una de las chicas que estaban presentes, exclamó-: ¡Ah! ¡Tú eres el hermanito de nuestro dios Saijo!
Todos por igual chillaron de emoción, para luego empezar a murmurar. Irritado, Hideki prosiguió-: ¿Qué hacen afuera de mi casa?
-Verás precioso ser que tiene la suerte de compartir techo y aire con nuestro amado dios, venimos a dejarle unos cuantos regalos y a felicitar a tu hermano por este sagrado dís que es su cumpleaños -explicó la misma chica, que al parecer era la líder del grupo.
-¿No lo pudieron hacer en la academia?
-Eso teníamos planeado -dijo, para luego ser rodeada por un aura oscura, y morderse la punta de su dedo pulgar, mientras temblaba de coraje-. Pero el malparido de Usaka-Kun se las arregló para alejarnos de él lo más que pudo durante todo el dia. Maldito hijo de perra ¿Quién se cree para estar al lado de nuestra amada deidad? Algún día lo pondré en su lugar, ya verá ese desgraciado, se arrepentirá de interponerse entre Saijo-Kun y yo -Soltó, envuelta en rabia. Habló tan rápido que se escucho como si hubiera susurrado, pero saber ni como se logró entender. Luego de maldecir al de lentes, el aura oscura a su alderedor se desvaneció y volvió a sonreír de manera amigable-. Así que estamos aquí para darle nuestros presentes.
-Pues mala suerte, él no está en casa.
-Lo sabemos ¡Asi que lo esperaremos todo lo que debamos esperar! ¿¡Verdad chicos!? -Todo el grupo respondió un "Si" demasiado animados y decididos.
-No les aconsejo que hagan eso. No volverá hoy, fue a dormir a casa de un amigo -comentó.
Pude notar como a todo el grupo les dio un tick en el ojo, y coml cada uno empezaba a apretar lo que tenía en sus manos.
-¿Como qué un amigo? -mascullo la chica.
-Si, fue a casa de un amigo cercano a él, se quedara a pasar la noche con esa persona ¡Oh! Pero no se preocupen, Usaka-Kun está con él.
La líder del grupo tiro su puño hacía el árbol que estaba a su lado, dandole un buen golpe; lo cuál dio miedo, y con una sonrisa forzada, preguntó-: De casualidad ¿Sabes la dirección de la casa en donde se encuentra Saijo-Kun?
-¡Of! Lo lamento, no lo sé, pero no sé preocupen, mañana podrán darle los regalos, estoy seguro que no le molestará.
A todo el grupo los envolvía un aura oscura. Luego de unos segundos, se vieron entre ellos y asintieron con sus cabezas, para después salir corriendo a quien sabe donde, sin despedirse.
La líder iba a empezar a correr, pero se detuvo y me dirigió la mirada, me observo de pies a cabeza, y sobretodo, observo la bolsa en donde llevaba el regalo. Solo con sus ojos me decía que me queria lejos del azabache. Luego de amenazarme de ese modo, salió corriendo.
-¿Pero qué les pasa? -bufó Hideki.
-Excelente excusa, si que los ahuyentaste -felicité.
-Si, estoy seguro que fueron a investigar donde está mi hermano -se burló, empezando a reírse, seguido por mí.
-Hideki-Kun ¿Qué haces fuera del apartamento? -Se escucho una voz detrás de nosotros.
Sin demora, ambos volteamos, encontrándonos con el azabache de ojos azules, que nos miraba con curiosidad.
-¡Ah! Nada, estábamos a punto de entrar -respondió-. ¡Veo que llegamos casi al mismo tiempo, nii-san!
El azabache se estremeció cuando escuchó eso, y temblando, dijo-: Ya te dije que no me digas así.
La única respuesta de mi amigo, fue una risa.
Suspiré profundo, y decidí hablar, dando mi mejor sonrisa-: Buenas tardes, Saijo-Kun.
-Hola Azumaya-Kun, que agradable verte -saludó, sonriendo de igual forma. Siento que me voy a desmayar.
-¡Fe-Feliz cumpleaños! -exclamé.
-¡Hum! Supongo que gracias. Veo que Hideki-Kun te lo dijo.
-¡Hai!
-Espero no te moleste, lo invité a comer pastel -informó, mostrando lo que tenía en manos.
-¡Aw, me compraste un pastel! ¡Qué lindo eres camarón! -farfullo, pellizcando una de las mejillas del menor, solo para fastidiarlo.
-¡Agh! ¡Sueltame! -alegó, quitando la mano de su hermano de su mejilla.
El azabache soltó una risita por lo bajo, y siguió-: Por supuesto que no me molesta, al contrario, será un placer.
-El placer es mío -Contesté.
Entramos al edificio y nos dirigimos al apartamento en donde vivían los dos hermanos.
Todo este tiempo mantuvimos una platica casual, nada fuera de lo normal, todo era tranquilo y agradable, hasta que en algún dado punto, mi hermoso Takato-San vio su teléfono y abrió bien los ojos.
-¿Sucede algo? -preguntó con curiosidad el menor.
-¡Je! Me había olvidado que hoy debemos reunirnos -comentó, con vergüenza en su rostro.
-¿Cómo? ¿Nos vamos a reunir?
-Fue a petición de los chicos ¿Cómo? ¿No te enviaron mensaje?
El menor tomó indignado su teléfono y de la misma manera empezó a registrarlo, luego levantó la cara entrecerrando los ojos, y dijo-: Esto me pasa por no ver los mensajes cuando los mandan.
-¿Todo está bien? -pregunté, algo incómodo.
-Todo bien, solo, nos... ¡Me! Había olvidado que debemos juntarnos con unos amigos -aclaró Takato-San.
-Ya veo.
-Lo siento Junta-Kun, debemos irnos... al menos que quieras venir con nosotros.
-Hideki-Kun -mascullo el mayor.
-¡Yo solo decía! -se defendió, haciéndose el desentendido.
-¿Á dónde irán? ¡Si puedo saber, por supuesto!
-Por allí -se limitó a responder el de ojos azules-. Te llevaríamos, pero regresaremos tarde, y no me gustaría preocupar a tus padres.
-¡Y-yo podría ir con ustedes! ¡N-no hay problema! ¡P-podria avisarles que me quedaré con ustedes!.. Por supuesto... si no les molesta.
-¡Ya deja de decir "Si no les molesta"! -regaño irritado el menor.
-No lo sé, no quiero involucrarte en nada peligroso. No me gustaría que algo te pasara.
-Lo digo en serio, no hay problema yo...
-Lo mejor será que no vayas -interrumpío mi amigo.
-¿Eh?
-Sé que escuchaste.
-Pero tú fuiste quien lo propuse -replique.
-Ahora lo pienso mejor, no vengas con nosotros -dijo, sin dejarme contradecir-. Me iré a alistar.
Sin decir nada más, y con un semblante serio, se puso de pie y se dirigió a su habitación.
¿Por qué ese cambió tan repentino?
-Dejalo Azumaya-Kun, solo no quiere involucrarte en nada peligroso -habló el de ojos azules.
-¿En qué me podrían involucrar? -murmuré, sintiéndome estafado.
-Quisiera decirte, pero te vas a asustar -Soltó.
-¿Qué? ¿Están en una pandilla o algo así? -replique molesto.
El azabache soltó una risita, y dijo-: No te pongas así, andar a fuera durante la madrugada es peligroso.
Bufé, y mantuve mi puchero, hasta que caí en cuenta que me estaba comportando de forma aniñada delante de mi amada deidad, y volví a tomar compostura.
-P-pe-perdón...
-Mocoso -Soltó, dirigiendo su mirada a otro lado, haciendome sentir aún más avergonzado.
¿Sería exagerado si me postro para pedirle perdón?
-¡Sa-saijo-Kun, le traje algo! -cambié de tema, recordando el regalo que había estado cargando todo el día.
-¿Mn? ¿A mí? -preguntó, volviéndome a mirar, esta vez, con curiosidad. ¡Tan lindo!
Sin demora, saque el regalo de la bolsa y se lo ofrecí con una sonrisa -: ¡Feliz cumpleaños!
El azabache lo tomó, y dijo-: Gracias, es muy considerado de tu parte... ¿Puedes dejar de brillar? Es que... da un poco de miedo.
-¿Eh? ¿Brillar?
-Si, ya sabes, desprendes brilli... ¿Sabes qué? No importa .
Sin más, empezó a desenvolver el regalo, para ver lo que era. Sentí algo de preocupación al ver su expresión cuando descubrió lo que era ¿No le había gustado?
-Es... ¿Una cajita de musica? -habló, desconcertado.
-¡Y-yo pensé que te gustaría! Cuando la vi y escuché la melodía, pensé en ti y bueno... pensé que sería buen regalo ¡Pero si no te gusta, no importa! De todas formas, no es la gran cosa, es pequeña y sin importancia, y tú mereces mucho más, mereces lo mejor, n-no me malinterpretes, lo que quiero decir... eh... -Azumaya, deja de decir cosas al azar.
Miraba nervioso como el azabache analizaba la cajita, para luego ver como la abría con la segura intención de escuchar su melodía. Al empezar a sonar, el azabache abrió los ojos y pude notar como unos segundos después su labio inferior empezó a temblar y sus ojos se cristalizaron.
-¿Saijo-Kun? -llamé.
El azabache cerró la cajita lentamente, y la abrazó, diciéndome con una dulce sonrisa y un hermoso sonrojo adornando sus mejillas-: Me gusta mucho, gracias. Es lo mejor que me han dado.
Ante tales palabras, mi corazón empezó a latir con fuerza... yo... quiero abrazar a la persona que tenía adelante, quiero protegerla, quiero darle la felicidad que merece, quiero besarlo, quiero hacerlo reír, quiero apoyarlo, quiero estar con él... yo... quiero tener a este joven inalcanzable.
-De nada, Saijo-Kun, me alegra que te gustara -respondí, con una gran sonrisa, dejando de lado mis deseos de tirarmele encima y apapacharlo.
El azabache abrió los ojos, y mantuvo su sonrisa, pero luego cambió su expresión a una que demostraba preocupación y empezó a ver a todos lados.
-¿S-sucede algo? -pregunté desconcertado, ante el repentino cambio.
El azabache me volvió a mirar, y dijo-: No le digas a Hideki-Kun que dije eso.
Parpadee un par de veces, y contuve mis ganas de reir-: No te preocupes, es un secreto.
-¿Qué te parece graciaso? -mascullo.
-N-nada, es solo... que las reacciones de Takato-San son tan lindas -comenté, soltando una que otra risita.
-Eh~ ¿Cómo te atreves a decir eso? Es más ¿Quién te dio permiso de llamarme por mi nombre? -alegó.
-Si te doy 1000 yenes ¿Puedo llamarte por tu nombre?
-¡Pudrete! -dijo, volteando su rostro con ceño fruncido a otro lugar, mientras seguía abrazando fuertemente la cajita que le había dado.
-Takato-San es tan lindo cuando se enoja -farfulle.
-¡Cállate! ¡Y oculta esas alas! ¡Dan más miedo que los brillitos.
-No sé de qué hablas.
-Mocoso.
Me encargaré de ser el único que pueda adorarte y darte todo lo que necesitas, mi hermosa divinidad.
Comtinuara~
Feliz cumpleaños a nuestro hermoso Saijo Takato~♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro