13. Se mudó a casa embrujada para estar más cerca de su enamorado
Renzo volvió a encontrarse con Dante en sueños durante las noches siguientes. En ellos solía ser un personaje en escenarios que le resultaban tan familiares como extraños.
A veces navegaba por los pasillos de la funeraria, aunque esta se veía como una versión distinta a la que él conocía, decorada con otros muebles y poblada de personas a las que había visto solo en las fotos antiguas que colgaban en la sala. Era gente muerta mucho antes de que él naciera.
Invariablemente, Dante surgía de algún rincón para robarle un beso a escondidas de todos. A veces mientras ponía en orden arreglos florales, otras mientras preparaba las sillas de las salas para velatorios. Tenían que mantenerlo en secreto, pero era un secreto delicioso, como tener la llave de un tesoro escondido al que solo él tenía acceso.
—No debería ser un secreto —solía decirle Dante, al oído—. No me da vergüenza estar contigo. Imagina poder presumir que eres mío. Me encantaría.
Renzo solo podía reír por lo ridículamente apasionadas que sonaban sus palabras, aunque por dentro le hicieran cosquillas. ¿Cuánto tiempo llevaban en esas idas y venidas?
—¿Y qué quieres, que le digamos a todos? —preguntaba Renzo en tono burlón.
De pronto, los dos estaban acostados sobre la gruesa alfombra de una habitación con un techo altísimo, escuchando un disco de jazz que a esas alturas estaba ya un poco gastado. La música llegaba a ellos envuelta en una llovizna de ruido blanco.
Allí, Dante le decía que él estaba listo para decirle a todos lo que sentía, sí, aunque no lo entendieran. Renzo deseaba poder ser igual de romántico y despreocupado que él, a quien no le importaba nada, pero lamentablemente era un cobarde.
Aun así, se deshacía por dentro cada vez que Dante se lo repetía. Esos momentos en que estaban solos, donde compartían todo lo que alguien podía compartir con otra persona, era cuando más vivo se sentía. Tal vez si se dejaba devorar por él lo suficiente, podría contagiarse de ese valor, dejar su vida atrás y huir juntos.
Despertaba de esos sueños acalorado, con la mente confundida por el remolino de imágenes y pensamientos que no estaba seguro de que fueran suyos, y con un apetito por esa intimidad onírica que no tenía cómo saciar.
Se sentía como un recuerdo que luchaba por resurgir, uno que reflejaba un tipo de cercanía que Renzo nunca había experimentado en la vida real. Le avergonzaba un poco recordarlo, y al mismo tiempo no quería olvidarlo.
¿Qué iba a hacer cuando tuviera que volver a encontrarse con Dante frente a frente en el mundo real? Tenía terror de traicionarse a sí mismo. Compartían tanto en sueños. ¿Con qué tipo de cara iba a mirarlo?
—Dante pudo concretar la venta de la casa y está encargándose de unos temas para empezar los arreglos —le explicó su jefa en el trabajo—. Te manda saludos, volverá en unos días. Y me rogó que no te asigne trabajos por la noche por ahora, cuando le conté del incidente que tuviste.
La noche, por esa razón, ahora era solo suya y de sus extraños sueños, que esperaban por él apenas cruzaba el umbral.
No todos los sueños se sentían como recuerdos. En algunos, se encontraba con Dante en un limbo construido a partir de distintos lugares que conocía. La casa se parecía a la suya, a primera vista, pero sobre una mesa veía la bandeja de dulces con mermelada que había probado días antes, frescos y brillantes. En las paredes colgaban los amuletos de la cafetería. Y, si avanzaba hacia el dormitorio, se topaba con la cama con dosel de la habitación del hotel de Dante.
Allí, él solía poner un disco y pronto se encontraban hablando de música y de arte, de los viajes que Dante había realizado y de los lugares a los que Renzo le gustaría visitar.
—No entiendo lo que está pasando —se animó a decir Renzo en uno de esos sueños.
Tenía miedo de romper la burbuja, de cuestionar demasiado aquellos momentos. Decían que no era recomendable discutirle a la gente de los sueños su existencia, o algo terrible podría ocurrir.
—No hace falta que entiendas ahora —respondió Dante—. Ya entenderás. Solo quiero que sepas que estoy haciendo todo lo posible para que estés a salvo. También tu hermana, lo prometo.
Aunque Dante no estuviera en persona, esos sueños lo conectaban a él de alguna forma misteriosa.
🌙🌙🌙
Los días después del incidente del perro transcurrieron con relativa calma. No hubo más noticias de muertes misteriosas, aunque Luana le contó que varios usuarios habían reportado haber visto a un animal misterioso similar al que lo había atacado.
Era difícil saber cuál de esos testimonios era real, sin embargo, más cuando Canal Impacto promovía declaraciones disparatadas con titulares como «¿CUÁNDO ATACARÁ DE NUEVO EL PERRO GIGANTE FANTASMA ASESINO?».
—Te noto más descansado —le dijo su hermana una mañana—. Y te estás yendo a dormir temprano últimamente. Creo que sí te hacía falta no estar pendiente de tener que levantarte en la mitad de la noche.
Tenía razón. Antes, incluso en los días en que no estaba de guardia, una parte de sí siempre esperaba que lo mandaran a buscar.
—Puede ser, pero tú sigues siendo un animal nocturno —respondió Renzo, señalando el lío de papeles en la mesa—. Desde ayer de noche que estás con eso.
—¡Es que sigo investigando los casos! ¿Qué tal si el perro gigante es una distracción para que el asesino pase desapercibido? Lo deja suelto cerca y se mete. Porque es verdad que lo han visto antes.
La teoría era buena, lo admitía. A pesar de que a veces tenía sus delirios, Luana no era ninguna idiota.
—¿Y cuál sería el motivo?
—No sé. Descubrimos que los dos primeros muertos eran amigos, así que estuvimos hablando con Pamela de ir al lugar donde trabajaba la primera víctima, cuando ella pueda. Queremos ver si conocían a nuestro vecino. Aunque no sé cómo, no creo que la atiendan si va en modo periodista, es un colegio católico. El primer muerto era cura.
Luana se dio golpecitos en la cabeza con el lápiz con el que estaba anotando una lista de posibilidades, como esperando que ese gesto le despertara nuevas ideas.
Algunas de las opciones escritas en el cuaderno ya habían sido tachadas y tenían anotaciones al lado:
-Fingir que somos hermanas. POSIBLE PERO DIFÍCIL, NO NOS PARECEMOS EN NADA.
-Fingir que somos esposas que queremos anotar a un niño. NO, ES UN COLEGIO DE MONJAS O ALGO ASÍ. ¿NOS VAN A SACAR A PATADAS?
-Que vaya una sola y reporte lo que averiguó. YO DIGO QUE DEBERÍA SER YO PORQUE NO SOSPECHARÍAN DE MÍ, ELLA DICE QUE DEBERÍA SER ELLA PORQUE ES PERIODISTA Y SABE CÓMO PREGUNTAR. NO NOS PONEMOS DE ACUERDO.
Renzo se aguantó la risa al ver la lista, y Luana la cubrió con una mano para impedir que él pudiera leer más.
—Es verdad que ahora se hablan con Pamela y todo. —Renzo suspiró con dramatismo—. ¿Qué dirían los fans que piden segunda parte de la pelea, si supieran?
—¿Y qué dirían tus fans si supieran que estás triste porque el que te gusta anda desaparecido? —replicó Luana.
—Es por unos días, está con unos temas con la casa que iba a comprar —respondió Renzo, sin pensar.
Arqueando las cejas, Luana lo señaló con el lápiz.
—Ah, entonces en serio te gusta. —Y, antes de que Renzo pudiera protestar, continuó—: Pero sí, de hecho hoy hay movimiento en la casa, los debe de haber mandado Dante. Suena a que van a empezar a hacer alguna obra ahí.
Renzo dio un respingo. Con paso rápido, se acercó a la ventana. Desde allí vio algunos camiones estacionados frente a la casa, ese mismo lugar que nadie se había animado a perturbar en décadas, y su corazón se aceleró. Estaban abriendo el portón.
Tal vez Dante estuviera cerca.
¿Era realmente prudente despertar a la casa?
Continúa el próximo sábado.
¡HOLA! Gracias por leer, comentar, recomendar y votar!
La vez pasada compartieron varias teorías y tengo que decir que son muy buenas y alguna gente le atinó bastante 👀 ¿A CUÁL? No diré, pero aquí hay más pistas.
Pronto se viene lo que pasa cuando se abre la casa y tal vez misión de Luana con Pamela. ¿Qué harán para conseguir información en el colegio del cura? 👀 ¿Qué harías vos en su lugar?
¡Hoy hay un bello nuevo dibujo de skyleer_my (IG), y es Luana! Luana luego de alistarse para una cita con Pamela 💋
Imaginen la situación, Renzo la ve super arreglada para salir y le dice: ¿Qué pasa, vas a una cita con Pamela?
Y Luana: Al menos yo tengo una cita en el mundo real 💋
Amo que la U es la luna y tiene un cielo de estrellas, ayyy. Muchas gracias ❤️ Pamela lo subiría a su Instagram y diría: "¿Será que se viene segunda parte de la pelea pronto? Interactúen para que así sea".
Después andaré respondiendo comentarios aquí y en otros libros, abrazosssss y gracias por estar❤️
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