Escribe, dice mi mente.

Descarga, grita mi corazón.

Me encuentro en un sinsentido emocional. No hay pesar, no hay culpa, no hay dolor y lo peor... No hay amor.

Mi piezas rotas ya no vibran como antes solían.

No sé en qué momento me convertí en esta mujer, un recipiente de deseo y un vacío de emociones.

No soy de jugar con la gente, pero últimamente me he vuelto tan dura y fría como el mármol, nadie realmente puede notarlo porque también me he vuelto buena cubriendo mi desinterés, así que eso podría contar como un juego, donde yo nunca apuesto una sola ficha.

Me rompieron sin culpa ni duda, tiempo atrás. Y vivo eternamente deseando recuperar aquella sensibilidad perdida.

En el pasado quería que el dolor se fuera, lo rogaba como una tormenta en sequía. Y ahora ya no está más.

Pero tampoco mi amor...

Solo es que me fuerzo a que me importen los demás, como si meterme dentro de una actuación se tratara.

Simplemente habito una piel ajena.