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En cuatro años


Los acordes de una balada sonaban inundando la calma del apartamento, mientras el delicioso de una vela avainillada impregnaba todo el aire. Caitlin, emergió de la ducha, envolviéndose en una bata blanca antes de dirigirse a la sala.

Las luces tenues, las notas del ambiente calmado y el olor a vainilla la envolvieron antes de entrar, todo era perfecto para una noche de relajación frente a la tv disfrutando de un indudable amor por Mr. Darcy, película la cual vería por decima vez o algo así... siempre había preferido el romanticismo de las películas antiguas, que al de la vida real.

En las películas clásicas, el amor era presentado como algo emociónate y sobre todo apasionado, de los que hacían que cada latido de tu corazón valga la pena, pero el amor real era incomodo, agotador y traicionero ya nadie ponía el esfuerzo de antes... por lo cual en San Valentín le resultaba más apetecible estar en casa que subir sus expectativas solo para ser decepcionada otra vez.

Además, ¿Qué otra cosa podía esperar alguien como ella? En el instituto, había sido la chica solitaria, pero ambiciosa, top of her class. Su vida social había consistido en visitas a ferias científicas, largas sesiones de piano y maratones de estudio. Así había conseguido una beca completa para la Universidad de Harvard, donde decidió estudiar Bioingeniería.

Pero desde ese entonces muchas cosas habían cambiado aparte de que había mejorado su aspecto y aunque había tenido unas citas. No había encontrado al hombre de sus sueños.

Caitlin tomó su diario y se sentó en el sofá, con los pies debajo de ella.

"Otro San Valentín sola" – murmuro escribiendo. "Trato de ser optimista, sencillamente no he encontrado a alguien para mí..." – pensó en seguir escribiendo, pero simplemente dejo caer el diario en el sofá.

Llorar no le iba servir de nada, decidida a no caer en la tristeza. En ese momento el chico que le gustaba, el chico de los ojos verdes y mirada amable, Barry Allen, estaría vistiéndose para salir con una de sus muchas conquistas.

Sabía que él había preparado algo grande, ya que el mismo Barry le pidió consejos de flores y restaurantes, quien le recomendó a su florista favorita y también le dio una lista de flores para la ocasión, sugirió uno de otro restaurante y lo ayudó con su atuendo.

"Eres una buena amiga," – musitó para sí.

Barry y ella, eran amigos desde que él se mudó al edificio al año anterior. Se conocieron cuando, hubo un problema con la cañería de Caitlin y el agua daño el departamento de Barry, él se ofreció a ayudarla a arreglar dicho desastre, después de lo cual ella le invitó galletas caseras y un vaso de leche, sellando su amistad.

No pasó mucho para que ella comenzara a fantasear con él, y tardó menos aún en comprender que jamás se enamoraría de una chica como ella. A Barry le gustaban las chicas bronceadas de alta sonrisa resplandeciente y cuerpo más hecho para la lencería fina. Sus novias siempre eran seguras de sí misma sofisticadas y tenían el aspecto de saber cómo complacer a sus hombres. Caitlin era de tez pálida, con un cuerpo hermoso, pero no espectacular, como lo eran las novias de Barry, ella tenía mucha timidez, pero era una chica muy dulce.

El estruendoso timbre de su apartamento comenzó a sonar, suponiendo que solo una persona tocaría de ese modo. Linda, una de sus más grandes amigas estaba parada en la puerta con una bolsa en la mano y una mirada llena de duda.

"¡Necesito tu ayuda!," dijo "No me puedo decidir entre el rojo o el negro. Creo que el rojo me hace el trasero más grande y el negro enseña demasiado escote. Y necesito un abrigo decente" – miro alrededor. "¿Esperas compañía?"

Caitlin negó, forzando una sonrisa. "Solo estamos Bella y yo."

Linda soltó un gemido – "¡No! ¡Orgullo y prejuicio otra vez no! ¿Cuántas veces puedes ver esa película?"

"Incontables," Repuso Caitlin - "Es mi favorita."

"Enserio" - dijo negando- "Porque no te pones un vestido y sales conmigo y Cisco"

"Linda"

"Vamos Cait, buena comida... buena compañía y quien sabe quizás encuentres alguien que te entretenga un poco."

Alzo una ceja, "¿Y ser la tercera rueda?" – preguntó retóricamente. "No, gracias por la oferta."

"¡Vamos Cait!"

"Linda esta es tu tercera cita con él y no creo que a Cisco le guste la idea de malograr su sorpresa y por mucho que me quiera, esto es importante para el así que" - elevo los hombros - "No te preocupes este es, toma mi abrigo de gabardina negra y un collar de mi joyero"

"Es por eso te amo" - le dio un abrazo y le dio repetidos besos en la mejilla.

"¡Cámbiate!" - dijo mandando a Linda a su dormitorio. Su amiga no parecía tener problemas para conseguir citas o número de teléfono, ha intentado ayudarla varias veces, pero Caitlin opinaba que las citas a ciegas eran para chicas desesperadas y hambrientas de amor que no podían conseguir un hombre por sí mismas... y ella no pensaba admitir la derrota tan pronto.

"Está bien" - dijo Linda volvió corriendo del dormitorio - "¿Segura que no quieres venir?, el compañero de Cisco no hace nada esta noche y podemos salir los cuatro... es muy lindo"

"Otro día" - repuso Caitlin, Linda se encogió de hombros

"De acuerdo, pero nos vemos mañana en la biblioteca. Tenemos que preparar tu examen de Biología Celular y mi artículo científico sobre nanobots " - cuando se quedó sola, suspiró con suavidad. Era necesario hacer algo al respecto, quizás salir un poco más, ir a algunos bares geniales que Linda ella conocía algunos (todos los bares cerca del campus), o apuntarse en actividades extracurriculares, o en clases donde no hubiese tantos científicos cerca. Busco el mando dándole reproducir a la película, solo acabaron de pasar los primeros títulos cuando llamaron de nuevo a su puerta otra vez.

"¿Qué has olvidado esta vez?" – grito desde el pasillo, antes de abrir la puerta, esperando encontrarse con Linda. Pero en su lugar, un par de ojos verdes, captaron su atención. Barry Allen, traía el cabello revuelto, un ligero aroma a alcohol y la corbata deshecha, con un elegante gesto saco un ramo de rosas rojas de su saco y frunció el ceño al ver la habitación iluminada por velas.

"Perdona, ¿Interrumpo algo?" – Caitlin negó, intentando descifrar el porqué de su estado. "¿Si estas esperando a alguien puedo volver más tarde o quizás no?" – esa última pregunta traía un tono deprimido.

"No, pasa." – tomo las flores haciéndose a un lado, mientras Barry intentaba caminar con normalidad. "¿Te encuentras bien?"

Este negó. "Noup, nope, noooope, absolutamente no. Casi he tomado la botella de vino y aun no estoy ebrio." – levanto la botella en la otra mano. "Solo por curio...sidad. ¿Tienes otra?"

"Si, y también champán" – dijo acercándose a la cocina.

Barry dio una palmada con las manos, mientras alzaba la voz. "¡Vino! Eso es perfecto, que empiece la celebración" – grito él. "Vamos a celebrar."

"¿Que estamos celebrando?" -pregunto sentándose en el sofá con él

"Mi completa ignorancia sobre la mente femenina"

"¿Por qué?"

"¿Tu eres mujer verdad?" – pregunto.

Caitlin asintió, ante su pregunta. No le sorprendía, ya que cuando Barry la mirada veía solamente a una amiga, a una chica dulce que vivía en el piso de arriba, la chica de una colección de películas y libros asombrosos. Pero ella, lo veía con otros ojos, ya que sus verdes ojos, la habían hipnotizado completamente.

"¿Otra pelea con Iris?" – preguntó con aire inocente, Barry le dejó entrever que la respuesta era más que obvia.

"Fui a buscarla, para salir con ella y me encontré con una grata sorpresa, estaba saliendo con uno de los chicos del equipo de fútbol y cuando le pedí una explicación, me dijo, que no quería arruinar el día de hoy, pero creo que eso fue lo que logró."

"Lo siento"

"No tanto como yo," – se llevó las manos a los ojos. "Es la primera vez que me hacen esto. ¿Dime soy un idiota por creer en Iris?"

Negó. "No lo eres," busco las palabras exactas para seguir. "Creo que estarás mejor sin ella."

"¿Crees que encontré a alguien?" – le sorprendió la pregunta, "Ya sé que casi tengo 21 años, que no debería preocuparme por eso, pero mi padre solo piensa en que debe terminar la carrera y trabajar en la empresa," – se acomodó mirando a Caitlin. "Y no te imaginas las ganas que tengo de ser CFO y las ideas que tengo para la empresa, ya que algún día será mía. Pero el solo cree que debo encontrar una novia y formar algo estable."

"Y encontraras a alguien ideal lo prometo," puso su mano sobre la suya, las manos de Barry eran grande y largas que hacían que los dedos de Caitlin encajen perfectamente con los de él.

"Iris era ideal" - paso un pulgar por la mano de Caitlin - "Tan ideal que me dejo botado hoy " - soltaron unas risas

"Creo que te mereces a alguien que te quiera mejor" - Barry estiró su brazo por el sofá rozando con los dedos el cuello de Caitlin, ella tragó saliva nerviosamente Barry la miró a los ojos

"He salido con muchas chicas, Caitlin. Al principio parece que he encontrado a mi chica, pero después algo sucede y me doy cuenta de que no es lo que busco " - tomó el último trago de la botella - "¿Sabes? Iris tiene los pies horribles y, cuando ríe pareciera que tuviera hipo"

"Oh vamos " - lo animó ella, el comenzó a imitar la risa llena de hipo de Iris, las risas estallaron con Barry no pudiendo contenerse más - " No lo creo"- Barry repitió lo anterior y la hizo reír aún más.

"Eres un encanto" -levantó la mano y le acarició la mejilla - "alguna vez te lo han dicho" – asintió, sintiendo como sus mejillas se ponían rojas. "Es verdad, siempre puedo contar contigo. Sé que me aprecias, eres una gran amiga."

"Y tu un gran amigo," – murmuró ella, sintiendo como su corazón se partía. Barry se había acercado demasiado para darle un beso en la frente, pero el mal momento hizo que se lo diera en la comisura de la boca, siguiendo su camino a sus labios. El corazón de Caitlin comenzó a latir tan rápido y su mente era electricidad pura, había recibido algunos besos, pero ninguno como el de Barry, de eso estaba segura. Al principio pensó que sería el alcohol, pero en el momento que su mano se posó en su cintura nada de eso importó, profundizando un poco más el beso ella abrazó su cuello siguiéndole el beso hasta que la falta de aire se hizo presente haciendo que Barry juntaba su frente con la de ella mirándola a los ojos

"Perfecto, eso fue..." – susurro. "Perfecto"

"¿Tú crees?" – asintió al enderezarse. Miro alrededor de la habitación, encontrando la laptop de Caitlin.

"¡Tengo una maravillosa idea!"

"¿Cual?"

Barry, tomo la laptop y la trajo de regreso al sofá. "Si, dentro de cuatro años tu todavía sigues soltera y yo igual. Creo que lo mejor sería preguntarte esto." – pauso un momento mirando sus ojos. "¿Te casarías conmigo?"

"No, lo dices enserio. Has tomado demasiado hoy"

"Quizás un poco, pero..." – se detuvo un instante. "Lo digo enserio Cait." – abrió un archivo comenzando a escribir en él.

"¿Qué vas a hacer?"

"Voy a escribir un contrato, donde estipulo la condición que te acabo de decir. Si, la señorita Caitlin Snow, sigue soltera para el tiempo de cuatro años en adelante, cualquiera de las dos partes tu o yo, tiene todo el derecho de exigir el cumplimiento de este contrato"

"¿Enserio?" – pregunto algo escéptica, pensando que todo era una broma por parte de Barry. "Solo lo redactas y ya es un contrato."

"Uno de los pocos beneficios de estudiar leyes y negocios," – murmuró mientras terminaba de escribir el contrato. Mando la pieza de papel a imprimir, trayendo al sofá dos copias. Caitlin escéptica, miraba la escena alrededor suyo. "Y listo, ya tenemos nuestro contrato. ¿Lista para ser mi prometida en cuatro años?"

Caitlin negó, riendo ante lo descabellado de su pregunta. "¿Dónde firmo?"

"Primero tienes que leerlo," – respondió Barry, entregándole un bolígrafo.

"Me fio de ti, espero que hayas hecho una buena redacción y no encuentre alguna excusa legal para intentar liberarte de esto."

No, créeme no lo haré. Barry tomó el resto de la botella de vino que Caitlin había abierto para ellos dos, sintiendo como el alcohol quemaba en su pecho. "Cait... ¿Dónde está el baño?"

Luego de tambalear con Barry, para que pueda usar el baño, ella volvió a la sala tomando el trozo de papel que había firmado, se veía como un contrato real, solo que este era de fantasía. Guardo el trozo de papel en uno de los cajones que tenía y se llevó una mano a los labios, era inevitable para ella pensar en el beso. Barry se acercó calladamente para poder abrazarla a lo que contesto con un suspiro quedado.

"¿Alguna vez te han dicho lo hermosa que eres?" - preguntó posando una mano sobre la cintura de ella

"No" - repuso con un hilo de voz, toda hecha nervios por su contacto

"Lo digo en serio" - contestó, soltando un bostezo - "Estoy cansado, creo que mejor me voy" - asintió alejándose de su agarre mientras el palpaba su terno en búsqueda de algo con cara de preocupación

"¿Qué pasa?" - pregunto mientras su cara era mero reflejo de la sorpresa

"Se me cayeron las llaves" - se llevó las manos a la cara con frustración

"¿Recuerdas dónde?"

"En casa de Iris"

"¿Caitlin?"

"Dime Barry"

"¿Me puedo quedar esta noche?" - Caitlin se sorprendió con su pregunta - "Cisco tiene una copia de las llaves y no va a regresar pronto, mejor dicho, regresa para el desayuno..."

"Espera dijiste Cisco" - el joven de ojos verdes alzó una ceja - "¿Cómo Cisco Ramón?"

"Si ese mismo ¿Lo conoces?" - pregunto

"Salió con mi mejor amiga esta noche"

Barry se acercó a ella - "Bueno él no vive conmigo, vive en otro lugar, pero tiene una copia de la llave de mi casa y bueno yo..."

"Está bien Barry" - dijo nerviosa, por la mirada verdosa de chico parado delante de ella

"Dormiré en el sofá así que..."

"Okey" - asintió - "Solo no vomites en mi sofá" - bromeo, para guardar las galletas en la cocina - "Yo me quedaré un rato más porque no duermes en mi cama"

"Caitlin"

"Hmm"

"¿Podrías dormir conmigo esa noche?" - sintió como su respiración se cortaba al escuchar esas palabras

"Hmm Barry yo...no creo que sea lo mejor porque bueno...tu estas ósea..." - él se acercó a ella por detrás tomándola por la cintura

"No quiero estar solo" - le susurró al oído, dejando caer su cabeza en la almohada. 






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