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Capítulo 3 - Seamos sinceros.



El frío en Vancouver era algo natural por esa época del año, pero no como aquel día. Las nubes el cielo se encontraban más grises que nunca y el gélido viento se calaba por sus huesos. Tuvo la mala decisión de ponerse una falda con tanta lluvia.

"Increíble" - se dijo a su misma, antes de alisar su falda por última vez para salir del auto. Había dudado mucho sobre lo que debía usar para reunirse con Barry, casi dos semanas habían pasado desde que lo vio en aquel "Almuerzo", pero al final tendría que hablar con él en algún momento. Había optado por muchos trajes y vestidos, pero al final fue con algo sencillo y elegante.

La oficina de Barry, mejor dicho, la compañía en la que trabajaba estaba situada en una de las numerosas torres de oficina que dominaban el centro de la ciudad. Había aparcado en el estacionamiento, siendo uno de los pocos autos, el suyo, que se encontraba a esa hora. Una vez en el vestíbulo, había dedicado unos minutos a recuperar la compostura.

Todo era extraño, hablar con alguien de un contrato que la obligaba a casarse, demasiado extraño, a decir verdad. Nadie con dos dedos de frente vería ese trozo de papel como un auténtico contrato, pero él lo hacía, se dijo a sí misma. Pensar en una boda no era adecuado con todo lo que ella y Wells estaban pasando en ese momento, pero quizás el conocí personas que pudieran ayudarla con ese problema de dinero, o aún mejor quizás él podía ofrecer una solución directa a la mesa.

"Fue hace muchos años, Caitlin" - susurro para sí misma -" Solo fue una ilusión, no lo amas, no lo amas, no lo haces. Fue hace mucho Caitlin, no eres lo que eres ahora" - respiró entrecortadamente antes de repetir -"No me gusta, no me gusta, no lo amo. Fue solo un crush, y nada más."

Alisó su falda otra vez, viendo que el reloj grande de la pared marcaba las 8:05 de la mañana, se dirigió a los ascensores. Cuando salió en el último piso de aquel edificio, donde se encontró con una estancia grande pero vacía. Las ventanas eran grandes y más allá vio unas mamparas que supuso sería el salón de conferencias. Una chica joven de cabello castaño estaba parada detrás del escritor de la recepción, revoloteando entre sus papeles ocupada, que no se percató de su presencia.

"Disculpe, vengo a ..."

"Las citas con el señor Allen son hasta la tarde y con el señor Thawne son hasta las 10 así que ... oh" - miro a Caitlin de pies a cabeza antes de darle un risa burlona -" Si vienes a ver a Barry Allen no puedo dejarte pasar, el señor Henry fue muy específico con todo eso"

"¿Disculpa?"

"Lo sé cariño, todas queremos a Barry, pero ordenes son órdenes" - sonrió burlona, antes de volver a los papeles que arreglaba.

Caitlin suspiró pesadamente, antes de volver a decir. "Estoy aquí para ver al señor Allen"

"Y le repito que no puede ver al señor Allen... espere un segundo ¿Padre o Hijo?"

"Hijo"

"Si, eso no será posible señorita"

Manteniendo su serenidad dijo - "Creo que me está esperando"

Con una expresión burlona, la secretaria dijo. "Muñeca, ordenes son ordenes no te puedo dejar pasar" - antes de marcar un par de botones - "Seguridad, si pueden subir por favor tengo una señorita que insiste en ver al Señor Allen"

Dejo salir un respiro, antes de decir."Bien, no es necesario todo ese circo, solo dígale que Caitlin Snow de S.T.A.R Labs vino a verlo"

"¿Ca-caitlin Snow? ¿S.S.S.S.T.A.R. Labs?" - asintió antes la mirada horrorizada de la secretaria; ahora no tan burlona. "Lo siento señorita Snow, pe-pero si me hubiera dicho su nombre primero nada se esto, solo estaba siguiendo órdenes yo ..."

"¿Aria, que paso con seguridad?" - preguntó una señora de mediana edad, su cabello iba recogido en un moño perfectamente peinado. "Oh, buenos días ¿señorita?"

"Snow, Caitlin Snow. Tengo una reunión programada con el señor Barry Allen, podría decirle que estoy aquí por favor. La señorita aquí presente no me deja pasar"

"Lamento el inconveniente enserio, pero las órdenes ..." - la señora de mediana edad alzó la mano callando a la joven, mientras le daba una mala mirada.

"Aria, Caitlin Snow tiene un pase directo hacia las Oficinas ejecutivas, así lo pidió Barry" - dijo con voz monótona - "Disculpe todo lo ocurrido señorita Snow, Barry la está esperando en su oficina, venga conmigo"

Camino con ella por un largo pasillo crema, doblando por las distintas puertas del piso. - "¿Desea tomar algo?"

"No, así estoy bien gracias" – una vista inmensa se abría delante de ella, la pequeña sala de estar, fuera de la oficina, tenía grandes ventanales que mostraban la cuidad a todo su esplendor. Era si lugar a dudas una vista privilegiada

"Le diré que está aquí" – ella asintió perdida en la vista de la cuidad, de verdad era una vista privilegiada la que tenía en esa oficina, podía verse toda la ciudad desde ahí. En cierta forma era gracioso, ya que los grandes e imponentes edificios se veían en minutarías, la distancia los hacía ver más pequeños, pero no a S.T.A.R. Labs, si uno fijaba la vista se veían los imponentes edificios.

Escucho un carraspeo "Hermoso, ¿No?" – Caitlin se dio la vuelta viendo a un Barry algo desordenado, apoyado en el pie del umbral, con un folder negro en él su brazo. El corazón se le paró y tuvo que hacer el mayor esfuerzo por no quedarse a mirar embobada.

"Si, pero no se compara en nada a S.T.A.R Labs" – murmuró, tomando su cartera del sillón

"Lo siento, no está en su..."

"Oficina" – concluyó Barry, por la señora – "Salí por unas copias de los conteos que me llevaste" – la señora alzó una ceja – "Estaban manchados"

"¿Así?"

Se encogió de hombros

"Con la tinta que derrame"

"Ya me espera algo así"

Cerro la carpeta, y con paso decidido, se acercó a la señora "Tampoco soy tan torpe nada" – dijo rodeándola con un brazo

"Como se me hace que si, querido"

"¿Nana?"

"Oh sí, Caitlin" – dijo con una sonrisa, aún con el brazo rodeado a ella – "Rose Ford, no creo que la recuerdes o si, es mi nana desde que tengo memoria y también secretaria de confianza de mi padre más la única mujer a la que le tengo miedo en verdad" – la señora rodó los ojos

"Me haces sonar como algo aterrorizador querido"

"Solo cuando te molestas, pero, en fin. Nana, ella es de la chica que te hable hace semanas Caitlin Snow"

"Un gusto en conocerla Señora Ford" – dijo pausadamente, mientras estiraba la mano para estrecharla con la de ella.

"¿Disculpa tu no trabajas en S.T.A.R. Labs?, ouh y cariño solo llámame, Rose" – dijo eufórica mirando a Barry

"Sí, Señora Ford... digo Rose, disculpe estoy acostumbrada a las formalidades"

"Debe ser por tu jefe querida"

Caitlin soltó una risa suave "Muy al contrario, ser una de las directoras de S.T.A.R. Labs requiere de demasiadas formalidades"

Rose, le dio una mirada a Barry de la que dicen Tu-jovencito-hablas-conmigo-más-tarde. Antes de retirar el brazo de Barry y sentarse en su escritorio – "Bueno directora Snow fue un gusto conocerla"

"Caitlin, solo Caitlin"

"¿Vamos?"

"Si" – respondió ella, entrando detrás de él a su oficina. Era igualmente de hermosa que la estancia de afuera con la vista impresionante de la cuidad.

Una vez sentados, abrió su bolso y saco la copia del contrato que Barry le había enviado.

"¿Por qué?" – pregunto directa mientras cruzaba sus piernas sentadas. El la miro confusa – "¿Por qué después de todos estos años insistes en algo tan absurdo como este viejo trozo de papel?"

"Pues, está claro ahí. En ese viejo trozo de papel" – repuso. Caitlin tenía cierta fiereza una su mirada. No era como la recordaba

"Hablo enserio Barry"

"Igual yo Caitlin"

"No hablas enserio, cuando hicimos esto los dos habíamos bebido demasiado alcohol" – sentenció siendo firme en sus palabras. Barry miró el papel y luego a ella.

"A decir verdad Caitlin..." – se detuvo a sí mismo en plena oración y saco una rosa que estaba debajo de su escritorio. Tendiéndosela – "Para ti" – dijo sonriente – "Una rosa escarlata, tu favorita ¿No?" – no hizo ademán de tomarla, por lo tanto, el dejo la rosa en la mesa – "Bien como decía es un contrato, yo estoy dispuesto a cumplirlo ¿Qué me dices tú?"

Un escalofrío recorrió su espalda y su resolución, de mantenerse firme, vaciló por un segundo. Solo tenía que sonreír y seguir con sus preguntas, pero sus fantasías regresaban con fuerza.

"Que vas a necesitar más que un simple rosa y este ridículo contrato para conseguir algo de mí"

En sus ojos no había duda, sino esa mirada fría que hizo atracción a los ojos de Barry más su voz fría.

Se levantó sin abandonar la sonrisa dibujada en su rostro - "Entonces, ¿Qué es lo que quieres? Porque has venido aquí por algo, ¿No?"

No se arriesgó a mirarlo con detenimiento, por el contrario, permaneció dura en su asiento. Sin cambiar solo musculo de las facciones que había tomado. Pero podía verlo por el reflejo de los vidrios, estaba detrás de ella, sus rasgos seguían como antes solo que ahora tenían cierta dureza en su mirar. Parecía poderoso, decidido. Si de verdad se había empeñado en ese estúpido papel, ella de por si estaba en apuros. Porque, cuando Barry Allen quería algo, no paraba hasta encontrar el modo de conseguirlo.

Maldijo en silencio su idea de haber ido a la boca de lobo, pero ese juego no solo Barry lo podía jugar.

"Supongamos, por un breve instante que este contrato es legal, cosa que dudo. Tú estaba abrió y yo simplemente te seguí el juego" – dijo con voz monótona – "¿Por qué quieres casarte conmigo? Dame unos motivos fuertes, porque según lo que yo recuerdo hasta ahora no hemos hablado desde ese día"

"¿Desde que terminó la universidad?" – preguntó él, sabiendo exactamente a qué día Caitlin se refería – "Puede que no, no lo pongo en duda. Pero eso no significa que no haya pensado en ti."

"Eso no cuenta" – repuso ella, que si había pensado en él – "Entonces no hay razón aparente para este contrato"

"Vamos Caitlin, antes éramos amigos. ¿Por qué no volver a serlo ahora? Nos llevábamos muy bien"

Sí, yo suspirando detrás de ti y tú sin darte cuenta, pensó – "¿Has sufrido un golpe últimamente?" – preguntó irónica.

"No que yo recuerde"

"¿O estabas bajo los efectos de alucinógenos? Barry, tú y yo nunca estuvimos juntos. Tú por el contrario estuviste con la mitad de las chicas en tu facultad" – respondió sin antes tomar su bolso para pararse

"Bueno, pero eres la única chica con la que he tenido una amistad" – soltó de golpe, casi desesperado.

"Seamos sinceros"

"Estupendo" – repuso Barry – "Estoy a favor de la sinceridad"

"Veamos, por alguna razón sientes la necesidad de casarte conmigo. Tal vez una crisis existencial o algo sea lo que sea. Supongo que pensaste que te recibiría con los brazos abiertos dispuesta a aceptar ayudar ¿No? Claro, porque quién es su sano juicio rechazaría una oportunidad como esta"

"¿Qué quieres decir?"

"Que no me voy a casar Barry, ya ni siquiera nos conocemos"

"Claro que, si no conocemos, tú eres Caitlin Snow, directora de S.T.A.R Labs y yo Barry Allen vicepresidente de esta compañía"

"No recuerdo haber firmado eso"

"Mientes" – ella negó, caminando hacia la puerta de la oficina pero Barry la tomó del brazo haciéndola girar para que quedara cerca de él a solo centímetros de distancia. El respiro hondo y soltó el aire con lentitud. "Has cambiado, más cambiado mucho no eres la Caitlin que recordaba" – dijo acusatoriamente

"¿Tímida, débil o patética así me recordabas?" – respondió poniendo una de sus manos, heladas, sobre las de Barry soltando el agarre.

"No iba a decir eso Caitlin, solo que ya no eres la chica que conocí. Ahora eres diferente, hermosa y... " – tragó saliva con fuerza cuando sus ojos conectaron con los de ella. Lo hacía sentir tan pequeño

"¿Qué quieres Barry?"

"Por ahora nada, bueno solo que olvides el pasado y vengas a cenar conmigo esta noche. Quiero que tomemos algo y aprendamos a conocernos" – Caitlin apretó los dientes, ¿Por qué ella?

"Suena tentador, pero rechazó la oferta tengo mejores cosas que hacer que estar con una de las pocas personas que conocí en la universidad"

"¿Por qué no?" – Pregunto frustrado – "¿Qué tengo de malo? Soy un buen partido y te portas como si fuera un..."

"No tienes nada de malo, simplemente no compenetramos"

Barry soltó una risa

"¿Cómo puedes saber eso?"

"Y como no saberlo Barry, no eres el primero que me viene con esa oferta" – tres dagas al corazón, tres dagas fue lo que Barry sintió – "Políticos, empresario ¿crees que no lo sé? No eres el primero, pero tampoco serás el último" – se alejó de ella, sentándose en su silla.

"En ese caso Dra. Snow, nos veremos en los tribunales" – Caitlin cerró los ojos para reprimir la ira que sentía, en lugar de solucionar las cosas estaban yendo a peor.

"¿Qué has dicho?"

"Ya me escuchaste, nos veremos en los tribunales a menos que lleguemos a un acuerdo"

"Ni en tus sueños" – se giró de nuevo – "¿Y si el matrimonio no es la respuesta? No sería más fácil solo tener citas, con otras personas"

"No" – respondió, mirando el celular que tenía en la mano – "Ya me cansé de salir quiero dar un paso más adelante, si es que no te importa"

"No me casaré contigo, no saldré contigo. No quiero que te acerques a mi vida de nuevo, y si crees que puedes imponer ese estúpido contrato diciendo que te ayude no lo conseguirás sé que tramas algo, no solo por recuerdos te casas con alguien."

"No vemos en los tribunales, querida"

"Te reto"

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