Como si el tiempo fuera una ilusión, los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. No tuvieron tiempo de darse cuenta que ya se encontraban cerca de la mitad del mes. Barry se encontraba algo agitado esa gris mañana, mientras se apresuraba a estacionar el auto. Su corazón latía con urgencia, resonando en sus oídos. Movió su corbata en el reflejo del ascensor, mirando la hora.

Su padre le había pedido que llegará temprano, que tenían una reunión importante con un cliente, pero lamentablemente la mañana se le había ido, y ahora cada segundo que pasaba era un segundo menos con el cliente.

Esa misma mañana, había estado cuidando a Caitlin, quien se encontraba un poco mal. A pesar de la montaña de trabajo que tenía, se ofreció a quedarse en casa con ella, sintiendo una punzada de culpa al pensar en dejarla sola. Pero Caitlin, siempre considerada, le había insistido en que fuera a trabajar. "No te preocupes, seguro tengo que dormir más" – resonó en su mente.

Una vez la puerta del ascensor se abrió, dejo salir una respiración profunda.

"Lily, dile a mi padre que..." comenzó, pero se detuvo al escuchar una voz familiar detrás de él.

"No hace falta," interrumpió su padre, su voz llena de autoridad. "Te estaba esperando, hijo. Necesito hablar contigo. Vamos a mi despacho."

Barry asintió, siguiendo a su padre a través de las puertas de la gran oficina que Henry Allen poseía en el edificio central de la ciudad. Se sentó, desabotonando su chaqueta con manos temblorosas. Pasó una mano por su rostro, sintiendo el peso de la situación. Miró a su padre y preguntó, "¿Qué pasó ahora, papá?"

"Solo quiero hablar contigo sobre este proyecto," respondió su padre, mostrándole un folder lleno de documentos. Barry abrió el folder, dejando escapar un suspiro frustrado. "Las estadísticas muestran que los números de esta compañía están incrementando desde la última vez que manejaste los libros de balance."

"¿Eso significa...?"

"Que todo está en viento en popa," interrumpió su padre, una sonrisa orgullosa en su rostro. "Tienes que entender, Barry, en los últimos meses has demostrado que puedes hacer lo que te propones y dejar de lado esa actitud que tenías tomándote las cosas enserio. Has demostrado que tienes lo que se necesita para dirigir esta empresa."

Meses atrás eso lo hubiera hecho sentirse feliz, pero por alguna razón, no lo estaba.

"Papá, yo..."

"No, déjame terminar," interrumpió su padre, levantando una mano. "Me equivoqué al pensar que no podías, pero claramente puedes. Y quién soy yo para decir que no. Así que aquí está tu última prueba. Atlanta Cable News necesita nuestra ayuda en un caso. Un productor ha demandado a la empresa y están perdiendo dinero por todos lados. Vas a trabajar conmigo de cerca. Es un caso que puede tomar varias semanas."

"Está bien, me pondré a revisar el papeleo ahora mismo," respondió Barry, tomando los folders que estaban sobre la mesa.

"Barry, toma esto en serio, por favor. Es tu última prueba."

"Lo haré, papá. Lo haré." Y con eso, Barry se sumergió en el trabajo, mientras la imagen de Caitlin sola en casa pasaba en su mente, añadiendo una capa extra de determinación a su resolución.

Sabía que tenía que hacer esto, no solo por su padre, sino también por Caitlin. Tenía que liberarla pronto de ese contrato, pero verdaderamente quería eso.

***

"Cait! Cait, no vas a creer el día que tuve" – dijo mientras entraba a casa con bolsas de comida china. La sala solo se encontraba con el televisor prendido, un vaso de agua y una cobija recién usada, pero ella no estaba ahí. "¿Cait?"- llamó buscándola. " No vas a creer lo que paso hoy día en la oficina..."

La busco por el primer piso, pero no la encontró, las luces del lugar estaban todas prendidas y en la cocina encontró un plato de la avena servido en la encimera, lo toco y ya estaba frio.

"¿Caitlin?" – volvió a gritar en la casa y no hubo respuesta.

Pensó en llamarla, pero su celular se encontraba en la sala, junto con la televisión prendida. Barry se quitó el saco, comenzando a sentir demasiado calor, dejo la pieza de tela sobre el sofá mientras se encaminaba a subir las escaleras, sin pensarlo dos veces subió a la habitación de Caitlin.

"¿Cait?" – pregunto suave, tocando la puerta, antes de abrirla de golpe. Caitlin, estaba sentada sobre su cama, con la cabeza entre las piernas. "¿Cait?"

"Hola, Bar..." – murmuro ella, con una voz débil. Barry se acercó a ella, pero no emitía más sonido que las dos palabras que había murmurado, solo unos pequeños gruñidos salían de su boca.

Acercándose un poco más, Barry tomo su mano derecha, estaba totalmente helada y lo mismo su rostro, el cual estaba cubierto por una ligera capa de sudor frío. A pesar de estar algo abrigada.

"Hmm...Barry...yo..." – Barry estaba por poner una mano sobre su cabello, pero ella lo alejo de manera imprevista, tocándose el cuello, el cual se había puesto algo duro.

"Caitlin, me estás asustando..."- Antes de poder emitir otra palabra, corrió hacia el baño, dejándose caer sobre el retrete mientras vomitaba lo poco que tenía dentro. Barry solo atino a recoger su cabello, mientras ella terminaba. Por su parte ella trato de empujarlo con una mano, pero en ese instante vomitar requería de más energía.

"No ...veas..." – no pudo terminar porque las ganas de vomitar le ganaron totalmente.

Después de unos minutos, con la cabeza apoyada en el borde del retrete, alzo la mirada hacia Barry. Sus ojos estaban rojos, al igual que su rostro, debido al esfuerzo de su garganta, no estaba en el mejor de los aspectos. "No deberías ver esto"

"Tranquila," - respondió Barry acercándose a ella para ayudarla a que se pusiera de pie. "No es la primera vez que pasa esto entre nosotros"

"Si, pero usualmente... eres...tu...quien...se encuentra de rod..."- rodillas, era cierto. Caitlin había ayudado a Barry en sus resacas incontables veces, pero esto era totalmente distinto. "Me duele"- emitió ella un quejido, con voz rasposa y gangosa.

"Debe ser por vomitar" - dijo, dejando su cabello de lado. Después de que Caitlin se refrescara un poco el rostro, con Barry cogiéndola por detrás. Intentaron regresar a la cama, pero ella no podía mantenerse de pie por su misma por lo que tuvo que cargarla, notando lo poco que pesaba.

"A-agua...un vaso de agua por favor" - murmuro hacia Barry.

"Bien, ya te lo sirvo"

Emitió pequeños quejidos alertando a Barry. "¿Caitlin? ¿Cait, reacciona?"

"Es una estúpida infección ya se me pasara" Farfulló con voz débil, mientras alzaba el vaso de agua. "Definitivamente no vuelvo a comer tacos de ese lugar. "

Pero antes de poder terminar el vaso de agua, corrió de nuevo al retrete, juntando la puerta detrás de ella. Barry se acercó a ayudarla levantando su cabello, pero se dio cuenta que de los labios de Cait estaba saliendo un poco de sangre mezclada con el vómito.

Barry se llevó las manos a la cabeza viendo a la doctora. "¿Qué hago? ¿Qué hago?" - se preguntó a si mismo mordiendo su puño al verla tan mal.

Sin pensarlo dos veces tomó su teléfono marcándole a su hermana.

"Al fin te acuerdas de tu hermani..."

"Hale, escúchame. Caitlin está, está mal y no sé qué hacer. Pediría un doctor, pero demorarán 40 mins en llegar y yo 30 mins en ir..."

"Mierda. ¿Cuánto tiempo lleva así?"

"No lo sé" - casi grito. Acercándose a Caitlin. "Está muy pálida, helada, se queja de un dolor abdominal y está comenzando a vomitar con sangre..."

"Es solo una infección Barry" - murmuro Caitlin, tratando de recuperar el aliento. "Y la sangre por..."

"Si fuera algo como eso no estarías así Caitlin" - respondió. Poniendo la llamada en altavoz, mientras ayudaba Caitlin a ir a cama.

"Primero cálmate, se nota que estas muy alterado" - dijo Hale por él. "es importante que te mantengas calmado, segundo voy a llamar a alguien para que vaya a verla"

"Bien, pero se ve muy mal y...."

"Oye, oye, oye cero pánicos entendiste. Tengo un conocido que se encuentra a 10 minutos de tu casa seguro que ya llega."

Barry asintió, aun sabiendo que su hermana no podía verlo. "Que sea rápido Hale."- respondió sin saber a quien esperaba.

"Barry" - le llamo con voz débil. "Quiero agua"

Su respiración se estaba volviendo lenta, estaba quedándose demasiado débil. "Claro" - respondió Barry, tomando en sus brazos y dejando que se apoyara con mucho miedo para poder tomar agua.

No pasaron más de 8 minutos cuando el timbre de la casa comenzó a sonar. Encontrándose con Henry Evans, quien tenía una mochila. "Claro, me imaginaba serías tu..."

"Buenas noches para ti también Barry" – contesto el doctor. "¿Dónde está Caitlin?"

"Arriba" – dijo él dándole paso para que pueda examinarla.

Minutos después, Henry termino de instalar la vía intravenosa, dándole el mismo diagnostico que Caitlin le había dado. Era una simple infección, que había tratado con un intravenosa..."Se sentirá mejor en una hora" - dijo el doctor. "De todos modos, vengo a ver la más tarde."

Pero las horas había pasado y Caitlin seguía igual, tenía una mano en su abdomen y su puño derecho se apretaba de vez en cuando ya que el dolor volvía.

"Tiene que actuar la medicina Barry"

"Ya pasaron dos horas Caitlin" - respondió preocupado.

***

"¡BARTHOLONEW ALLEN!" – casi grito Linda con voz autoritaria. "¡Porque no me llamaste antes!"

La voz de Linda se escuchó, por toda la casa. Dejo su cartera tirada en el sofá. "Cuando ella te dice que es solo algo simple. Usualmente no lo es."

"¿Llamaste a un doctor o algo así?" – pregunto Cisco preocupado. "Barry"

"Si, si hace un rato vino Evans y le dio el mismo diagnostico"

"¿Le dio algún medicamento?"

Asintió mostrándole las medicinas que estaban en la mesa de centro. "Dijo que deberías descansar, que las medicinas actuarían solas bajando el dolor. Pero ya han pasado tres horas y no pasa nada."

"¿Medicina?" - pregunto Linda alzándola la vista. "¿Qué medicina? ¿Qué medicamentos?"

"Hace tres horas le dio una toma"

Los dos, Linda y Cisco se vieron entre ellos de manera preocupada. "¿Crees que sea lo que comimos en Annie's?"

"Linda, vamos ahí siempre. No creo que sea eso." - Cisco siguió examinando los jarabes. "No veo nada fuera de lo normal, ¿Solo esto le dio?"

"No ha comido nada en lo que lleva del día, solo tomo un vaso de agua y vi algo de avena en la cocina."

"Rayos, ¿Tienes yogurt o algo ligero?" - Barry asintió saliendo a la cocina. "Quedate con ella, Cisco" - escuchó decir a Linda. "¿Cuánto tiempo lleva sintiéndose mal?"

"No lo sé, ayer la note decaída y hoy que regrese del trabajo la encontré aquí y...."

"Espera, espera" – Linda, alzó sus manos. "¿Vómito?"

"Sí"

"¿Y no ha comido nada desde ahí?" - Barry negó

"Cait, cait" - la movió Cisco, pero solo emitía sonidos más no hablaba. "Venga Caitlin despierta."

"Caitlin" - Linda tomo su mano. "Cait soy Linda, estoy aquí"

"¿Linda?"

Asintió al escuchar su voz rasposa. Barry se acercó a ella y con su cuidado la ayudo medio sentarse, usando de apoyo el cuerpo de Barry. "Vamos, tienes que comer algo." - dijo este.

Ella trato de sentarse, pero el dolor volvió a golpear fuerte. "No, no, no p-para" - dijo.

Los tres chicos se miraron preocupados. "¿Caitlin?" - comenzó Linda. "¿Qué te dio Henry?" – tomando sus manos y viendo sus síntomas dijo. "¿Puede levantar la pierna derecha?"

"Enserio Linda" - gruño Barry. "No vez lo débil que esta."

"Shh Allen" - gruño ella de regreso, poniendo una mano en el abdomen de su amiga. "Dime donde te duele".

Punteo un par de lugares, se quejaba pero era un dolor soportable pero cuando todo la parte inferior derecha de su abdomen casi lloro encogiéndose de inmediato.

"¡Linda ten cuidado!" - grito Cisco al ver a Caitlin.

"Cisco es lo que dijo C..."

"¿C?" – pregunto, pero Linda solo atino a ignorarlo, corriendo a su cartera. "¿Qué haces?" - preguntó Barry.

"Por lo poco que Charlie..." - miro a Cisco - "Por lo poco que sé, eso podría ser una apendicitis así que voy a llamar a una ambulancia esto es más grave de lo que pensaba"