Capitulo 23. - Almuerzo de negocios.
Al ser una fría mañana de invierno, la tenue gris luz que entraba por la ventaba comenzó a molestar sus ojos, lo que ocasiono que Barry parpadeara repetidas veces antes de moverse de costados, encontrando a Caitlin donde la espalda, pero dormida en su cama. Su respiración era calmada y profunda, como la de él hacia segundos atrás, pero el intentaba concentrarse en algo más. Intento mover el brazo levente pero no pudo removerlo, debido a que la cabeza de Caitlin estaba encima de su brazo.
Claramente, no era la primera vez, que dormían en la misma habitación, pero era la primera vez que pasaban una noche completa en una cama. Usualmente Barry tomaba el sofá después que ella se quedara dormida y viceversa. La ultima vez que paso, antes de la gran pelea, fue cuando ellos estaban en los últimos años de universidad.
Caitlin asustada esa noche, por presenciar una pelea considerablemente violenta en el bar donde se encontraban aquella noche, cuando un tipo demasiado pasado de copas intento aprovecharse de ella y Barry al darse cuenta dejo a la persona con quien estaba y fue al rescate de su amiga, la mezcla de alcohol y emociones intensas fue una bomba para ella. La sensación de tenerla en sus brazos le era tan familiar a aquella noche, aquella noche donde quiso besarla, pero se echó para atrás dejándola dormir, respetando su espacio y siendo su lugar seguro.
Se movió un poco dirigiendo su vista a la ventana, la mañana del viernes no les favorecía en nada, todo lo que podía ver era nubes grises y una lluvia caer fuertemente.
"Buenos días," – escucho decir con su suave voz a Caitlin, dibujo una sonrisa en sus labios y mantuvo los ojos cerrados.
"Buenos días" – respondió con voz ronca admirando su belleza matutina. Su pálido rostro relajado y sus largas pestanas que parecían entreverarse al momento que parpadeaba. Un corriente se aire se coló por ellos dos, haciendo que se acurrucaran es sí mismos y disfrutaran del calor que se daban el uno al otro. "No importa" – respondió tratando de controlar su voz – "Pero..."
"¿Que?"
"Eres una miedosa. Sabes que solo eran truenos ¿no?" – dijo en son de burla intentando molestar a Caitlin. Quien no se tomó nada bien el comentario y con la almohada que tenía detrás lo golpeo en la cara. "¡Y eso por qué!"
"Porque te lo mereces"
"¿Por qué siempre almohadas?"
"Te mereces que te golpee con otras cosas por ser tan fastidioso" – gruño aún echada.
"¿Eso crees?"
Asintió sin mirarlo, ignorándolo. Barry se giró rápido y comenzó a hacerle cosquillas quedando casi sobre ella. "P-pa-ar-a" - Alcanzo a decir, pero la risa no la dejaba hablar, ella también comenzó a hacerle cosquillas atacando su cuello y sus costillas, pero él era más fuerte, en forma de inmovilizarlo Caitlin se subió encima de Barry poniendo sus dos piernas a cada lado de su torso e inmovilizando sus brazos con los suyos.
"No vas a poder" – respondió Barry girando rápido y con fuerza sobre ella, dejándola debajo de su cuerpo. Para evitar que todo el peso caiga encima de ella se apoyó en sus codos riendo con ella. "Eso no fue nada amable doctora Snow"
"Usted comenzó señor Allen" – respondió mirándolo directamente a los ojos, creando esa conexión que hipnotizaba a Barry por completo quien acerco su rostro sin esperar al de ella. Sus miradas conectaron por unos rápido segundos, mientras Barry mojaba sus labios e inspiraba su aroma. No había forma de describir como el suave ahora sándalo y vainilla todavía permanecía en ella.
Pero la lujuria pudo más con Barry, ignorando la voz de su conciencia, acerco su rostro más al de Caitlin, quien mirada sus labios directamente, con la respiración más superficial con el pasar de los segundos.
*beep* - Al escuchar el sonido, Barry se alejó de Caitlin sentándose en la cama. Caitlin por su parte, se dio la vuelta a la mesa de noche tomando su teléfono, revisando las notificaciones del día. "Es ... mmm algo de Star Labs" murmuró Caitlin, con la mirada fija en su teléfono.
Barry sólo pudo asentir con la cabeza y una sensación de resignación se apoderó de él. Había estado tan cerca de inclinarse hacia aquel beso, de expresar por fin los crecientes sentimientos que había estado albergando durante tanto tiempo.
Cuando las palabras de Caitlin quedaron en el aire, decidió que lo mejor era interrumpir el momento. "Bueno, debería ir a poner una cafetera y quizá darme una ducha rápida", dijo, levantándose del asiento y dirigiéndose a la puerta. Se detuvo con la mano en el pomo y se volvió hacia ella.
"Sabes -comenzó, con una leve sonrisa en los labios-, me doy cuenta de que no se trata sólo de la tormenta y... Me alegro mucho de que viniera a pedirme ayuda, doctora Snow. En cierto modo me hizo recordar nuestros días de universidad".
En ese momento, Caitlin levantó la vista de su teléfono y sus ojos se encontraron con los de él en un silencioso intercambio de comprensión. Los recuerdos de su época universitaria, las sesiones nocturnas de estudio, las risas y la conexión tácita que siempre habían compartido parecieron inundar la habitación. A Barry se le aceleró el corazón mientras le sostenía la mirada, esperando que tal vez, sólo tal vez, ésta fuera la oportunidad que había estado esperando.
Con una suave sonrisa, Caitlin habló por fin, con una voz mezcla de vulnerabilidad y sinceridad: "Sí, es curioso cómo algunas cosas pueden hacerte recordar quién eres en realidad".
"¿Y quiénes somos nosotros, Caitlin?", preguntó en voz baja, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.
Caitlin lo miró a los ojos y a los labios, y se le cortó un poco la respiración. "Creo que somos dos personas que siempre han estado ahí el uno para el otro", admitió, con la voz apenas por encima de un susurro.
Incapaz de resistirse por más tiempo, Barry le acarició suavemente la mejilla con el pulgar. "Quizá también seamos dos personas que llevan demasiado tiempo dándole vueltas a algo". Los labios de Caitlin se curvaron en una tierna sonrisa y, por fin, Barry se inclinó hacia ella y sus labios rozaron los de ella en un momento en que se sintió como en casa.
***
Tres toques en la puerta, fueron suficientes para que Caitlin corriera a la puerta. "No entiendo cuál podría ser la emergencia, espero que esto sea bueno." – casi grito Linda, entrando en la casa de Barry. Dio una mirada alrededor y soltó un silbido. "Tengo que admitirlo, aunque no me agrade Allen, su casa es...uff."
Caitlin rodo los ojos. "Es solo una casa." – sentencio ella.
"Cierto, una que me gustaría mucho tener. En fin, ¿Con que necesitas ayuda?" – Antes de que Caitlin diera una respuesta ella añadió. "Sabes que tengo cosas muy importantes que hacer."
"Esperar a que te den las noticias del día, no es algo tan importante. Además, me dijiste que estabas aburrida."
"Cierto, pero podía aburrirme en mi oficina." – respondió dejándose caer en el cómodo sofá. "Entonces, ¿Qué necesitas?"
"Un outfit."
"Tienes suficiente ropa."
"Solo ayuda a elegir algo para este almuerzo de negocios. El doctor Wells no va a poder acompañarme, así que tendré que ir sola."
"¿Para eso me llamaste aquí?" – Caitlin asintió. "Cait, te vez hermosamente bien con todo lo que te pongas. Además, un par de señores mayores no saben mucho de moda, no creo que lo noten."
"Estos, son nuevo inversionistas." – le dijo ella, prendiendo el televisor. "Recuerdas que hace unas horas vinieron los hermanos Evans a mi oficina." – Linda, asintió. "Pues, acaban de mover la fecha de nuestro almuerzo para hoy, en tres horas exactamente."
"¿Es una broma?" – Caitlin negó. "¿Vas a almorzar con ellos?"
"Sigue gritando, creo que Jeff no te has escuchado por completo." – sentencio ella, mirando al pequeño perro blanco que se cubría los oídos con sus patas.
"Lo siento, Jeff," – se disculpó ella, volviendo el rostro hacia Caitlin. "Pero, estoy asombrada. Tan solo ayer te hicieron la oferta."
Ella asintió. "También me pareció extraño, pero al parecer así de rápidos son los negocios con los señores Evans. Además, quiero tomarme este fin de semana para mí, estoy cansada y quiero salir de aquí. Planeo ir a...."
"¿Nueva York?"
"Solo, quiero ver como esta, eso es todo." – Caitlin dejo caer su cabeza en uno de los cojines del sofá, pensando en lo mucho que extrañaba a esta persona.
"¿Sabes que puedes hablarle en cualquier momento, ¿no?"
Ella negó. "Con Barry cerca, prefiero tomar mis precauciones."
"¿No sé lo has dicho?"
Volvió a negar. "Esto no es algo que él necesite saber, recuerda que esto es un contrato."
"Caitlin, pero no parece un contrato esto."
"Es una parte de una diversión nada más." – explico ella. "No me puedo enamorar de él y mucho menos debelarle esta parte de mi vida, esto es algo que él no necesita saber y punto. Además, dentro de unos meses ya no estaremos juntos."
"¿Cómo explicaran la ruptura?"
"No lo sé, Barry solo necesita que su padre le transfiera la compañía y luego veremos los detalles."
Linda asintió, no convencida del plan de su amiga. "Bueno, volviendo al tema. ¿A dónde planeas ir con los Evans?"
"Sugirieron un restaurante en el centro de la cuidad. Es uno muy bueno."
"¿Enserio no planeas decirle a Barry sobre Nueva York?"
"Como te dije, no es algo que necesité saber y tampoco lo entendería, Ronnie no lo hizo y mira como acabo eso."
"Estas volviendo a ser misteriosa de nuevo." – Linda, la molesto, "Bueno, te ayudo con el outfit y luego regreso a la oficina."
"¿Puedes acompañarme?"
"No cariño, voy a entrevistar a un político más tarde. Pero te ayudo a alistarte."
Horas más tarde, Caitlin se encontraba en la puerta de este lujoso restaurante.
"Bienvenida a Alain Ducasse." – saludo el mozo en la entrada. "¿Cómo puedo ayudarla?"
"Tengo una reservación a nombre de Evans, Henry." – respondió ella admirando el lugar. Era uno de los restaurantes más finos de la cuidad y todo a su alrededor se veía increíblemente caro y fabuloso.
"Doctora Snow, por aquí por favor."
Las luces y la decoración del lugar podrían dejar a cualquiera sin palabra alguna. Caitlin siguió al mozo, entre la multitud de mesas hacia el segundo piso donde en el fondo encontró a los dos hermanos conversando.
"Su mesa doctora." – dijo el mozo retirándose. Alertando a los dos hermanos quienes se pusieron de pie al verla.
"Caitlin, que agradable volver a verte." – saludo Henry, dándole un suave apretón de manos.
"El justo es mío señor Evans...hmm Henry"
"Ah... mucho mejor."
"Es un lugar muy acogedor."
"Doctora Snow," – saludo Christian, volviéndose a sentar. "Pensamos que sería de su agrado hacer negocios en este lugar."
"¿Trae a todos sus clientes aquí?"
Christian miro a Henry con una ceja alzada antes de contestar por su hermano. "No, solo a los importantes."
"Claro" – contesto Caitlin viendo a los dos hermanos. "Bueno entonces comenzamos con el presupuesto y...." – una sonrisa en los labios de Christian quería escaparse, pero él no dejaba que saliera.
"Le parece si pedimos primero" – propuso Henry mirándola, con sus ojos azules brillando como dos cometas. El calor se extendió sobre las mejillas de Caitlin haciendo que se sonrojara un poco. "Los negocios pueden esperar"
Le hizo una seña al mozo que apareció listo para tomar las órdenes.
"Pero la disposición de mi tiempo no Henry." – respondió Caitlin tomando la carta. Viéndolo todo lo que había en el menú. Henry no se inmuto por la respuesta, simplemente sonrió de lado volviendo los ojos a la carta. "Debo tener una respuesta para el final del día o sino veremos a más inversionistas mañana."
"¿Coq au vin?" – pregunto Christian, con un natural acento francés.
"Por mi suena bien pero prefiero algo más simple." – sentencio Henry, mirando a Caitlin. "Por favor doctora Snow, pida algo y volveremos a hablar de negocios."
Caitlin levanto una ceja, mirando el menú. "Un Soupe à l'oignon, para mí. Y una copa de Recioto della Valpoilicella"
Henry miro impresionado a Caitlin, "¿Christian que piensas pedir tú?"
"Calabazas con crema y linguini" – sentencio él. "Y en vez de una copa, traiga la botella de Recioto della Valpoilicella"
"Para mí, lo mismo que la señorita por favor."
"En seguida señores."
Caitlin sonrió de forma casual al ver a la gente alrededor suyo, su teléfono vibro dejando ver un mensaje. Era Barry, preguntando a qué hora pasaba por ella. Ya que ese día no había llevado auto.
"¿Algún inconveniente?" – pregunto Christian al ver a Caitlin.
Negó mirando a los dos hermanos. "Ninguno."
"Continuamos con nuestra charla sobre..."
"No es necesario" – hablo Henry
"¿Por qué?"
"Es una comida de celebración, aceptaremos." – sentencio Christian.
"Christian, Henry... aún no he terminado de..." – regaño Caitlin sacando una risa en ellos. "Tengo algunas preguntas"
"Tranquila doctora, cuando vemos una buena oferta no dudamos dos veces en hacer el trato y su proyecto es una oferta que beneficiaría a mi empresa en muchas maneras, y por no decir en muchas más a nuestro nombre"
"Sigo preguntando lo mismo, ¿Por qué?" – soltó un suspiro mirando a los hermanos. "Además ¿Cómo saben que yo si voy a aceptar la oferta?"
"Porque vino hoy."
"Y que le hace pensar que no tengo a otros inversionistas en la búsqueda. Hasta ahora, solo necesito un inversionista más y no estoy del todo convencida con ustedes."
La mirada de los hermanos paso de alegre a seria en unos segundos. Christian miraba de forma dura a Caitlin.
"Señorita Snow..."
"Doctora" – recalcó Henry.
"Cierto Henry, disculpe doctora" – dijo la última palabra con una sonrisa burlona. "Los negocios tienen que ver con las personas y yo soy muy bueno analizándolas, sé cómo funcionan, sé que les hace ser mejores, lo que no, lo que las inspira y cómo incentivarlas. Cuento con un equipo excepcional, y les pago bien" – se detiene un segundo haciendo una pausa dramática y clava su mirada gris en Caitlin. "Creo que para tener éxito en cualquier ámbito hay que dominarlo, conocerlo por dentro y por fuera. ¿Qué creen ustedes?"
"Que sigue sin contestar la pregunta o simplemente no la entendió. Asumiendo claro que evitemos todo lo que dijo hace unos segundos" – contesto Caitlin, con una sonrisa simple. "Oh quizás quería decir otra cosa con esas palabras...y quizás que es lo mejor de todo solo han tenido suerte"
La sorpresa se extendió por los ojos de Christian.
"Doctora Snow, que es lo que piensa usted." – pregunto Henry, al ver como su hermano trataba de mantener su expresión dura.
"Que no respondió a mi pregunta, y como científica no creo en la suerte ni en la casualidad. Como persona no está demás la verdad, pero todo es una simple cuestión de hechos y elecciones. "
"Ilústrenos doctora" – Respondió de una manera arrogante Christian, lo que le recordó a Caitlin de quien eran hijos ellos.
"No veo que sea necesario señor Evans, lo mejor será que nuestra reunión llegue hasta este punto." – sentencio Caitlin. "Solo necesito unos inversionistas más y mi proyecto saldrá a flote."
"Doctora Snow."
"Señor Evans, gracias por la invitación, pero prefiero desistir de su oferta."
Todos en la mesa se quedaron callados al escuchar a Caitlin "Tienen razón en lo que dicen de ti." – susurro Henry.
"¿Qué es lo que dicen?"
"Nunca deja de sorprender a las personas" – sonrió Henry mientras Christian tomaban de su copa de vino que el mozo había traído. "Doctora la verdadera razón para apoyar su proyecto tiene dos partes"
"¿Cuales?"
"La parte humanitaria y la parte económica"
"¿En qué sentido?"
"Pensamos tomar la inversión completa, no un grupo de 4 o 5 inversionistas, solo nosotros dos en el proyecto, duplicar lo estimado"
"La caridad doctora suele ser beneficiosa, sino en que cree que gastamos nuestro dinero"
"Fiestas"
"Yates, también." – sentencio Henry.
"Chicas"
"Autos" – volvió a decir Henry– " Pero, existen demasiadas cosas en las que se puede gastar"
"Uno nunca sabe, pero lo que no se puede comprar es la buena reputación de una empresa y un plan maestro de imagen. Es difícil obtenerlo, si no es analizado bien, y ahora nuestro Holding requiero de un clean slate, digamos mi padre no era la imagen más inmaculada de la empresa."
Su teléfono comenzó a vibrar repetidas veces, pero ella no quería interrumpir la conversación.
"¿Problemas?"
"Eso parece" – respondió levantándose – "Si me disculpan"
Camino hacia uno de los balcones siento el golpe del frio aire sobre ella. Miro el contacto y era Jace llamando repetidas veces a su celular. Algo en ella salto y la preocupación se volvió mil devolviendo la llamada.
"Doctora" – contesto, se oigan voces atrás de ella haciendo eco.
"¿Qué paso Jace? ¿Te encuentras bien?"
"Si está bien Cait" – escucho la voz de Cisco contestar. "Es solo que se resbalo y tiene una herida abierta"
"Nada de lo que tengas que preocuparte" – escucho la voz de Wells. "Vamos a solucionarlo"
"Es mucha sangre" – escucho a Barry. "¿Porque me pegas?"
"Do-oc-c-tora y-yoo"
"¿Dónde estás Caitlin?" – escucho decir al doctor. Todo era un enredo de voces que no entendía.
"En un almuerzo con los señores Evans. ¿Jace? ¿Estás bien?" – susurro preocupada
"Tranquila Caitlin nos encargaremos de él" – escucho decir a Cisco
"Bueno, solo... sean amables por favor"
Volvió dentro con una sensación preocupada en su pecho. Jace en los pocos días se había convertido en alguien que ella trabaja con mucho cuidado. Muy parecido a él.
"¿Problemas en S.T.A.R. Labs?" – pregunto Christian, ella negó y se sentó tomando de su copa.
"Todo en lo usual"
"Qué bueno, doctora Snow." – sentencio Christian mirando de nuevo a Caitlin. "Tiene un aire a su padre."
"¿Disculpe?"
"Sabía que Henry fue a la misma universidad que su padre, Princeton."
Henry asintió. "Negocios al igual que mi hermano aquí y bueno..."
"¡Medicina en Harvard!" – sentencio Christian.
"Empresario de día, médico de noche"
"No por preferencia propia," – sentencio Henry, mirando a Caitlin. "Al revés médico de día, empresario en mi tiempo libre" – contesto – "Pero eso funciona también"
El teléfono volvió a sonar, abriéndose en Jace como el llamante.
"¿Caitlin?"
"¿Todo bien?"
"Es mucha sangre perdida señor, tenemos que llevarlo de inmediato" – se escuchó cuando lo puso en altavoz.
"¿Es S.T.A.R. Labs?"
"¡Tengo que irme!" – sentencio ella tomando su bolso, "Algo salió mal." Urgió Caitlin saliendo del lugar.
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