Epílogo
Alexey
Me froto la cara mirando el quirófano por donde se la llevaron hace una hora, pero que para mí es una eternidad en la que nos mantienen separados. Sé que fueron muchos los días sin ella en los que pude sobrevivir, podría hacerlo aún más, sin embargo, no saber si esta fuera de peligro me carcome por dentro. La hiel me sube a la garganta solo de recordar el maldito nombre del hijo de puta que la mando aquí.
Se escapó.
El muy cabrón logro salirse con la suya.
No perdió el tiempo porque sabe que es cuestión de tiempo para que lo salga a cazar como el perro que es. No me detendré hasta tenerlo de rodillas a mis pies suplicándome porque lo mate. Mirándome con ojos vacíos y resignados como la vi a ella cuando nuestros ojos se encontraron después de largos días.
No borraré de mi memoria todo el daño que le hizo y lo pagara con creces. Todo a su tiempo. Ahora debe sentirse poderoso y es favorable que lo haga porque cuando menos él espere le daré el golpe de su vida.
Odio el olor de hospital. Me enerva el olor a antiséptico que no me deja respirar a gusto y el llanto de la señora que se coló a este piso que mande a despejar para no tener que lidiar con absolutamente nadie.
Además, estoy en un estado en el que no confío en nadie luego de descubrir que fue el piloto que lleva algunos años trabajando para mi familia que vendió nuestra ubicación y les dio paso para que se llevaran a mi mujer.
Mi respiración comienza acelerarse solo de recordar a ese hijo de puta al que le arranque la lengua para ver con que mierda seguirá hablando cosas que no debe. Le escribí con mi cuchillo muy en grande "traidor" en la espalda y lo mandé a colgar en la plaza de Italia, de donde mágicamente no sabíamos que era.
Natalya ya le informo a la familia de Willow lo sucedido. Por lo poco que escuché que le dijo a Anton la madre esta histérica y el padre ni una palabra ha dicho. Ya le mandamos mi avión privado para que los traiga Rusia.
Me da jaqueca solo de imaginar el numerito que se montaran diciéndome los indignados que están. Principalmente el padre que sin llevar una semana sin conocerme me acepto cosa que nunca obviamente me pasa si me vendo como realmente soy.
Dejo escapar un suspiro y me froto la nuca. Juro que podría dormirme aquí y despertar en una semana. El estómago me gruñe cuando un olor a carne asada me inunda la nariz. Levanto la cabeza y me encuentro con un delicioso bistec con arroz frente a mi cara y a mi hermana con una sonrisa tranquilizadora.
-Joder, gracias. No sé qué haría sin ti, renacuajo-le digo y no pierdo el tiempo y me lo devoro todo.
Pasar días buscando a mi esposa me desgasto más de lo que quiero admitir. Tengo el rostro tan demacrado que mi madre por más que quiso no pudo ocultar la mueca de susto que se llevó al verme. Dijo que parecía un muerto en vida y estoy por creer que es así luego de que esta mañana entre al baño y me vi en el espejo.
-Sé que no es recomendable comer en una sala de espera en un hospital, pero considerando que no te ibas a mover, tuve que rogarle bastante al de seguridad para que me dejara pasar esto-me dice mientras le da un mordisco a una chocolatina-mi cara de ángel por poco y me abandona con ese tipo cara dura.
No le pongo mucha atención y sigo devorándome mi comida. Se siente como si llevara años sin comer y mi estomago agradece encarecidamente que mi hermanita se haya acordado de él.
-¿Cómo te sientes? -interroga curiosa cuando dejo los platos de lado satisfecho y recuesto la cabeza de la pared.
Cierro los ojos por un momento y recuerdo como llegue a Italia.
Ese jodido chip es un peligro y me encargare de hacérselo saber a la listilla porque muchos matarían por él. Me arrojo todo. Desde las voces de los hombres que la capturaron hasta una imagen clara del almacén donde en mis años de rebeldía torturaba y mataba por diversión.
Cuando la encontré en ese bosque hecha mierda casi pierdo la cordura. Se nota que la trataron como un animal o peor. Estaba llena de cortadas, moretones y tan desnutrida que parecía imposible que se mantuviera en pie por mucho tiempo. Mi pobre chica. Sufrió tanto por mi culpa que por un momento creí que me rechazaría y, aunque era su verdugo, seria con Donato solo para destruirme.
Me quedé anonadado cuando la vi añorandome con tanto fervor al igual o más que yo. Tenía tantas ganas de abrazarla y olvidarme de todo, pero primero tenía que terminar con la vida del hijo de puta que me la dañó. Tenía que vengarme y poder saborear su sangre en mis manos. Que puto error. Me deje llevar por mis instintos empeorando la salud de mi esposa y el maldito huyo como rata escurridiza.
Cuando pudimos trasladarla al avión y darle los primeros auxilios creía que iba a morir ahí con ella. No por las heridas que me lleve, sino porque no veía esperanza por ningún lado. Gracias al cielo lleve al médico de la organización y el la atendió de inmediato impidiendo que pase a mayores. Sin embargo, cuando llegamos aquí no pude evitar seguir preocupado porque tenían que abrir su piel y sacarle la bala y en la condición que se encuentra es difícil que aguante.
Mas rabia inunda mi sistema y aprieto las manos en puño impidiendo explotar y cometer alguna estupidez.
-Bien.
No puedo dar otra respuesta hasta que vea a mi mujer abrir los ojos y poder llevármela a la casa que mi hermano mando a preparar para nosotros. Natalya me frota el brazo y se levanta al mismo tiempo que yo cuando una de las enfermeras sale después de lo que parece una eternidad.
-Buenas noches-saluda y mira la tabla en sus brazos-La señorita ya está fuera de peligro. Gracias a Dios soporto la cirugía y ella y el bebé están bien. La llevaran a su habitación en este momento y podrá entrar a verla y hablar con ella cuando haya descansado esta noche...
Su voz se pierde por algún lado porque yo me quede en la palabra "bebé".
Trago saliva en seco y la agarro del codo cuando intenta irse. Puedo sentir sus nervios cuando mira mi fuerte mano en ella y yo no soy la puta excepción.
-¿Dijiste "bebé"? -inquiero y ella temblorosa asiente.
Mi mandíbula se contrae y la froto dándole la espalda. Miro al vacío y me pinto mil formas de como matar al hijo de perra Donato D' Luca.
-Cuéntame todo-le digo aun sin mirarla y puedo sentir la tensión del cuerpo de mi pequeña hermana irradiando hacia mí.
Sabe lo que esto conlleva y si antes Willow estaba encadenada, ahora esta sellada y marcada por el diablo sin retorno a la luz. Natalya quiere hablar, pero la detengo y ya no me siento el sillón que se ha convertido en parte de mi cuerpo, sino que me arrimo en el suelo contra la pared pensando en todo lo que acarrea este nuevo acontecimiento.
«¿Un embarazo?»
Lo que faltaba en medio esta contienda que no sabía a dónde nos llevara y que ahora con el pequeño intruso tengo que ganar sí o sí. Cierro los ojos por un momento y me espanto cuando escucho un bullicio que me amarga la mañana. Abro un ojo primero y rápidamente el otro poniéndome de pie cuando veo a los padres de Willow entrar a la sala. Su madre clava los ojos rojos y llorosos en mí y si no es por su esposo estoy segura que me sacaría los ojos con las uñas.
-¡Todo esto es por tu culpa! -me señala y empeora mi dolor de cabeza con su voz chillándome-Mi hija estaba perfecta hasta que tú llegaste. Estoy segura que no solo causaste que me la molieran como si fuera un objeto sin valor, sino que también acabaste su amistad con Morgan. ¡Pagaras esto que nos has hecho!
No deja de acusarme y querer llegar hasta mí y ruedo los ojos molestos ante la situación. No menciono nada del embarazo y prefiero irme hacia la habitación de mi esposa para no tener que escuchar su gallareta.
-Que nadie entre-le ordeno Dmitri que se queda frente a la puerta de la habitación haciendo guardia.
Willow no me mira a la primera. Su cabeza esta girada hacia el ventanal que le da una buena vista de la nieve bañando la ciudad. Sus heridas fueron cubiertas y está conectada a varios cables que por lo que veo es suero.
Apoyo mi frente en la suya cuando gira para mirarme directamente a los ojos y siento como salen algunas lágrimas de sus ojos recordándome a cuando llore frente a ella en el bosque.
-Buenos días, cariño-le susurro.
Me separo y la miro a los ojos que tanto extrañé notando que el brillo que tanto me fascinaba ver en ella ya no está. Parece una persona completamente diferente. Es como si fuera un caparazón vacío y me veo tentado a sacudirla para ver alguna emoción que no estoy tan seguro de si en algún momento llegara.
Hay innumerables cosas que lastiman en este mundo. La hambruna, los niños pidiendo en las calles sin un hogar, personas sin salud mental en las calles ser abusados, sin embargo, llámame como te dé la gana, pero lo que más me ha jodido entre todas esas cosas es ver como alguien que solo ha traído luz a este mundo se la arrebataron como si no valiera nada.
Los ojos de Willow ya no brillan como los de alguien que quiera seguir viviendo.
-Hola-su voz se escucha rasposa y forzada-Gracias por salvarme.
Frunzo el ceño porque lo dice como si le hubiera hecho un favor y no que este haya sido mi deber.
-No tienes que agradecer, sabes que...
-Quiero que nos separemos.
Me detiene cuando quiero tocarla y es como si fuera una puñalada contra mi tórax.
Ya no está vacía. No. Está llena de algo bastante conocido y comienzo a preocuparme porque no es nada agradable y mucho menos aprecio lo que percibo y escucho.
Es odio puro incendiando todo de ella.
-No quiero nada que tenga que ver contigo y tu organización. Olvídate de que existo y este bebe también. No te quiero en nuestras vidas y si te rehúsas a no dejarnos juro que buscare una peor forma para alejarte de nosotros. Se que la enfermera te dijo de mi embarazo.
Doy un paso atrás y siento como si me pondré a llorar como un niñato al que nunca le dejaron hacerlo y ahora es la perfecta oportunidad porque sus padres no lo ven.
-¿De qué hablas? No sabes lo que dices. Sabes que nunca te dejaré y menos ahora que llevas a mi hijo en tu vientre-gruño sintiendo como la decepción corre por mis venas.
Esto no fue lo que imaginé que diría cuando abriera los ojos.
No es la necesidad que ví en sus ojos cuando nos reencontramos.
-Lo sé perfectamente-me corta y sorbe su nariz secándose las lágrimas rabiosas-Te juro que este no era mi plan. Pero me orillaste. Me llevaste a esa isla sin gente que nos cuidara confiándote de que tú eres un dios todopoderoso y sufrí cruelmente las consecuencias. Yo sabía que en algún momento lo haría, pero no que tan rápido-sonríe sin una pisca de gracia con la mirada llena de tuna tristeza demoledora-Ellos me buscaron desde que te conocí. Sabía que este juego sería peligroso. Incluso al principio no pensé que fuera tan fácil y resulto que en menos de lo que canta un gallo tu ya estabas proponiéndome con ese maldito contrato que me casara contigo como ellos dijeron. Quise cumplir mi sueño de ser la heroína por un momento y lo pague caro al ayudarles y hoy, mirándote tan devastado me siento una perra infeliz porque lo estas sufriendo por mí y me odio por eso.
No entiendo nada de lo que dice.
«¿Los hombres de Donato la buscaron antes?» No, me habría dado cuenta
Pero claro, tampoco me di cuenta de que el piloto era un asqueroso italiano.
-No entiendo absolutamente nada de porque vienes con eso ahora. Se que estas dolida, pero no cometas el error de alejarme. Podemos empezar desde el inicio y establecer nuevas reglas en el contrato. Pero me jodas esto-le ruego mi cuerpo entrando en ebullición en el proceso.
Siento que esta mierda no traerá precisamente cosas buenas.
Algo muy sucio se trae y no entiendo como la dulce Willow me oculto algo de tan alta magnitud.
-No, mi peor error fue enamorarme de ti como lo hice-me clava cuchillos con cada palabra que dice y siento como patéticamente las lágrimas que quise contener me abandonan-¿Sabes por qué?, porque si no lo hubiera hecho ahora mismo no sintiera el dolor que tengo tan arraigado al alma por tener que perderte.
Doy un paso al frente y no logró hacer más movimientos porque la puerta cae agresivamente frente a la camilla y todo pasa demasiado rápido.
Unos encapuchados entran en tumulto con ametralladoras apuntándome y aprieto la mandíbula con la mirada prendida al título que se lee claramente en el uniforme de uno de ellos.
FBI.
Ella se mira destruida cuando clavo los ojos en ella sin todavía poder creer lo que está pasando.
Solloza con tanto dolor como si fuera a ella a la que van a encerrar por largos años prohibiéndole conocer a su hijo.
-Alexey Volkov Müller, queda detenido por tráfico de drogas, armas, y asesinato a mano arma entre otros crímenes que más adelante le serán desvelados. Tiene derecho a un abogado. Todo lo que diga a partir de este momento puede ser usado en su contra-me dice alguien detrás de mí y sin que yo ponga la mínima resistencia; me esposa las muñecas mostrando su desagrado hacia mí.
Podría rehusarme matándolos a todos. Pero eso acarrearía una balacera y mi hijo, que alberga la traicionera postrada en la camilla, podría salir perdiendo aquí. Puedo escuchar a Dmitri quejándose a fuera y solo ruego que mi hermana haya podido huir a tiempo.
Me agarran con fuerza y antes de salir le hago una promesa a la mujer que por El contrato que con descaro en el pasado le propuse porque sabía que no se rehusaría, ya que, estúpidamente se perdió en su "enamoramiento" de príncipe azul idealizado y ahora esta manchada con lo que más detesto.
Las mentiras.
-Nos volveremos a ver las caras, Willow Jones.
Tiembla.
Si. es mejor que lo haga. Porque cuando menos lo espere, yo regresare y esta vez para quedarme como la mancha de lo que representa ser El Deseo que por más que quiera no se borrara de ella nunca.
***
Holaaa
Súper emocionada por llegar a este momento y a la vez triste por tener que despedirme de este primer libro que tanto me ha enseñado. Gracias por llegar hasta aquí y todo el grandioso apoyo que me han dado. Ustedes son los mejores lectores del mundo♥️
Recuerden dejar su voto y comentario que estoy que me como las uñas por que dejen sus opiniones 🏃🏽♀️🏃🏽♀️🏃🏽♀️
No me odien pliiiiis.
No leemos en El Deseo 😏
Hasta el próximo libro ✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro