Capítulo 5
Alexey
Es increíble ver como el mundo conspira a tu favor.
No espere en ningún momento que a Damien se le pudiera ocurrir invitar a la amiga de Willow.
-¿A que soy el mejor amigo que algún día has podido tener, eh?-me codea Damien y ruedo los ojos ante el tinte de orgullo que tiñe su voz.
Si bien es cierto que gracias a él Willow está aquí. No me puede venir con el cuento de que todo lo hizo por mí ya que desde el día en el que fuimos a la cafetería no ha parado de hablar sobre el buen culo que tiene la amiga de Willow.
No puedo negar que en mi cabeza se está desarrollando una pequeña obsesión con la lindura y lo que la rodea y por un momento me pregunto hasta donde la llevaría su amiga por un poco de diversión. No solo mandé a investigar a Willow desde el momento en el que la vi; sino que también lo hice con todas las personas que la rodean incluyendo la enfermedad de su padre.
Me entere de la carga que lleva con su familia y que a diario es manipulada por Morgan para hacer cualquier tontería. Aunque al parecer eso a ella no le molesta en lo absoluto. Entre las cosas que descubrí estaba un pretendiente que será una piedra en mi zapato si no me adelanto a quitarlo de mi camino.
Por lo visto Willow no le es indiferente y ese es el jodido problema.
Sin embargo, tengo la seguridad de que me meteré tanto en su cabeza que cualquier pensamiento sobre ese cutre cocinero quedara descartado sin retorno a volver a aparecer.
-No te sientas la gran cosa que lo que has hecho no fue precisamente para caer en gracia conmigo y ser un buen samaritano. Todo lo contrario, lo hiciste para llevarte el gusto de follarte a Morgan esta noche. Y ahí es justamente donde yo debo de entrar para quitar a su amiga del medio. Muy inteligente de tu parte, bastardo-sonrío mirando su cara triunfante descomponerse.
-Maldito, esa mente tuya no deja pasar una-niega con la cabeza dándole un trago a su coñac-Confío en que me ayudaras. Después de todo no creo que quieras seguir vigilando de lejos a tu lindura...
Antes de que pueda terminar de hablar lo encueyo ocasionando que un poco de su bebida se derrame.
Aiko no interviene ya que sabe reconocer que Damien paso una línea que era bastante clara que no se podía traspasar. Puede jugar con cualquier mierda menos con la fijación que tengo con Willow.
-No te la quieras dar en sabio conmigo que eres mi amigo, pero con lo que es mío no te metes ya que no ando usando motes con lo que te quieres tirar-gruño en su cara.
Levanta las dos manos y lo termino de soltar antes de que a mis demonios se les olvide que este imbécil más que mi amigo es mi hermano y que la familia es sagrada y más para alguien que forma parte de la Bratva.
-Ya, perdón. Sabes que solo bromeo-dice a la vez que se sacude el traje que solo cuenta con un saco y un pantalón de vestir.
Me sacudo el cabello y le doy un puñetazo al barandal que termina sacudiéndose ante mi fuerza bruta.
-Creo que llegamos en mal momento-escucho a lo lejos y levanto la mirada encontrándome con unos ojos color miel que me miran con una pisca de miedo y curiosidad.
-Lo que me faltaba-murmuro por lo bajo al darme cuenta de que las dos mujeres que antes estuvieron abajo disfrutando de su noche ahora se encuentran mirando el espectáculo que he montado.
-Señoritas, vengan conmigo-Aiko rodea los hombros de las dos chicas y se las lleva a nuestro cubículo. Aprieto la mandíbula conteniendo mis deseos locos de manotear la mano que rodea a la mujer que me está comiendo la cabeza.
La castaña de ojos mieles me da una última mirada antes de irse con mi amigo.
Me voy a paso rápido a mi oficina que se encuentra al fondo del piso, doblo a la derecha y camino el corto pasillo iluminado por una luz roja. No me molesto en cerrar la puerta y busco en las gavetas de mi escritorio lo único que en momentos como estos me puede ayudar. Encuentro la cajetilla y enciendo el cigarrillo con el encendedor que siempre cargo encima. Salgo a la terraza y miro las luces de la ciudad como cada noche.
Hace unos meses mi padre fue claro a la hora de decirme que para tener el control en EE. UU por completo necesitaba tener un cable a tierra para que cuando me pierda pueda encontrar el camino de regreso.
Al principio esa idea me pareció misógina; pero todo cambio cuando entendí que lo que buscaba era que sentara cabeza con una mujer. El ultimátum de hace un mes me lo dejo más que claro
Mi meta es clara. Quiero más poder del que alguien día he podido saborear. Tal vez no esté de acuerdo con la idea de tener un romance con alguien que lo único que podría darme es molestias, sin embargo, tener una esposa le daría otra perspectiva a mi liderazgo. Todo Bratva tiene una esposa que, aunque solo sea usada para dar una cara bonita ante la sociedad y traer hijos al mundo, es indispensable.
Quiero que mi linaje sea largo y que mi nombre sea recordado. Y, ¿quién mejor que alguien que se, sueña con tener una bonita familia, puede ser la madre mis hijos?
Si bien Willow por lo que tengo guardado en una carpeta no es el prospecto de mujer sumisa. Estoy más que seguro de que haría lo que sea por su familia y es ahí donde ella entra en mis planes. Ella será lo que busco por las buenas o por las malas porque ya estoy encaprichado con ella y no me detendré hasta tenerla en donde la quiero y es a mi lado.
-Disculpa, pensé que aquí estaría el baño-sonrío al escuchar su suave voz agradeciéndole una vez más al jodido destino.
-No te preocupes, también hay uno aquí-respondo girándome y mirando a la chica provocativa que tengo frente a mí.
Se remueve incomoda y se soba los brazos supongo que por lo fresca que esta la noche. Boto el humo por última vez y dejo el cigarrillo en el cenicero que se encuentra en la mesita que hace juego con las dos tumbonas que amueblan el lugar.
Entro a la oficina y cierro las puertas corredizas.
-Está allá-señalo la puerta que está al lado de del sofá. En la pared cuelgan tres pinturas que madre me regaló de cumpleaños, la del medio es la que parece llamar su atención. Si supiera el significado detrás de ellas quedaría aún más atrapada en las pinturas.
Sacude la cabeza y luego mira mis ojos fijamente sin parpadear.
-Tienes unos ojos muy hermosos-dice inesperadamente-No esperé volver a encontrarme contigo.
Enarco una ceja porque era lo que menos esperaba de ella. Si bien por el informe que Ugo me hizo llegar hace un tiempo y porque la he estado viendo desde la distancia como un maldito acosador, sé que ella puede llegar a ser una rebelde, también sé que no es el tipo rebelde que va halagando a todo espécimen masculino.
-Gracias-respondo, y cuando noto lo tosco que pude haberme escuchado añado-El mundo es pequeño.
Parece esperar algo, y cuando no llega, asiente una vez más y va a donde le señale que se encuentra el baño.
Una vez que sale de mi vista tomo asiento en la silla giratoria detrás del escritorio y comienzo a tamborilear los dedos en la madera maquinando mi próximo movimiento.
Debo de andarme por las esquinas porque propuestas como estas no se sueltan, así como si nada. Es cierto que no cuento con una paciencia extendida sin embargo se, como todo estratega, en qué momento atacar. Por el momento Willow no está en sus cinco sentidos por lo que por ahora solo puedo hacer una cosa para ir ganando terreno. Al diablo con los planes de Damien. Tendrá que ir a coger para otro lugar.
Sale dando pasos lentos con la cabeza cabizbaja y mordiendo su labio inferior con timidez. Parece más cuerda que cuando entro.
-¿Puedo llevarte a tu casa cuando des por terminada la noche?-pregunto.
Levanta la mira tan rápido que me pregunto si se podría haber hecho daño.
-¿Qué?-pregunta descolocada y luego comienza a hablar tan rápido que apenas la entiendo-No quise decir lo que dije antes, si tienes ojos hermosos pero no era mi intensión que pensaras que era una lanzada. Estaría loca de no hacerlo, sin embargo, no quiero que malinterpretes las cosas y pienses que me le ando insinuando a las personas que no conozco...
Levanto una mano e inmediatamente mis oídos descansan de semejante explicación de algo que no viene al caso.
-Lo único que busco es ser cortes, en ningún momento malinterprete nada y no creería tal cosa y de hacerlo sería tu decisión algo en lo que yo no debería interponerme. Todo el mundo es libre de hacer lo que le venga en gana. No me importa quedar como un mujeriego come mierda si te coqueteo ahora, a ti tampoco debería importarte quedar como una puta.
Pare que me contradigo al decir que ella toma sus propias decisiones, sabiendo que ella no tiene voto a la hora de elegir estar conmigo o no. La cosa es que para cuando llegue el momento indicado le daré la opción de elegir. Si elige la respuesta incorrecta será un gran problema del que no podrá escapar.
Es exactamente como debe de sentir que pareció. Me refiero a lo de puta.
Conozco esa expresión en su cara. Fue la misma que mi hermana Natalya tuvo la vez que beso a un chico en una fiesta. Esa noche vino llorando porque él le había dicho que ella era una maldita puta ofrecida. Al diablo con las personas que piensan esa porquería. No hay que decir que ese imbécil al otro día fue encontrado mutilado como un cerdo listo para la cena de noche buena.
-Oh, valla gracias. Fue un gusto volver a verte-se encamina a la puerta y en mi mente ya estoy buscando algo que me ayudara a que acepte mi propuesta de llevarla a casa.
No termina de salir porque su móvil suena anunciando una notificación y hace mala cara al leer lo que aparentemente es un mensaje. Se gira lentamente y siento el triunfo inundado mi ser malicioso.
-¿Aun quieres llevarme a casa?
***
¡Holaaaaa!
Feliz domingo.
¿Qué les parecio el capítulo de hoy?, por favor si les gusta la historia no olviden votar y comentar.
Quiero anunciarles que desde ahora las actualizaciones serán los domingos y viernes. En caso de que no se pueda uno de estos días lo estaré informando por Instagram.
Otra cosita, es posible que algunas palabras se repitan en algunos y que ni cuenta me de. Que no cunda el pánico. Más tarde estaré revisando y arreglando en caso de que así sea.
Hasta el próximo capítulo ✨
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