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Capítulo 32

Capítulo un poco largo, espero lo disfruten y dejen mucho amor con votos y comentario para la parejita❤️

Willow

Me levanto de la cama adormilada y miro por el ventanal viendo como la niebla cubre la montaña y sintiendo como el frio sigue dejándome con escalofríos.

Hoy me casaré.

Hoy firmare ese papel donde legalmente seré la señora Volkova esposa de Alexey Volkov.

Ayer en la tarde todo estaba bien.

Natalya se disculpó millones de veces por no decirme la verdad y la perdonen porque, aunque intente ser dura; no tengo la fuerza para ser una rencorosa y menos con ella que ha sido tan dulce y amable conmigo desde que me conoció.

Nos bañamos en la piscina calientita y pase una de las tardes más divertidas que he vivido en todos estos meses y aunque por un momento quise que Morgan estuviera ahí con nosotras, eso no bajo mi felicidad.

Pero el sí descendió cuando él me dijo que nos casaríamos mañana, o sea hoy.

Sé que algo paso.

Alexey no es el tipo de hombre que comete acciones impulsivas y si ahora lo hizo fue porque algo muy grave paso y vienen cosas peores. Lo presiento en mi ser. Y yo seré arrastrada porque ahora estaré encadenada a el de la forma más cruda que existe.

El matrimonio.

Su madre entra con el tumulto de estilistas que anoche me pasaron de una simple patito feo a un cisne y ruedo los ojos porque la misma tortura ha iniciado.

-Buenos días, querida-saluda mirándome como si no fuera digan de su hijo, pero aun así se me ve obligada a aceptarme. Valla, gracias suegra-Es hora de que te alistes. En dos horas llegaran todos los invitados y tú debes estar radiante media hora antes.

Me pierdo en sus palabras cuando veo camiones entrar y rápidamente mucha gente comienza a moverse por el jardín organizando todo. Sin exagerar. Realmente mucha gente comienza arreglar en tiempo record todo lo de la boda: traen flores, mesas y sillas, manteles y comida gritando de un lado a otro.

Un hombre que parece encargado de los preparativos comienza a gritar que todo debe estar arreglado rápido porque si no vivirán para contarlo y me erizo ante eso porque no tiene nada de broma.

-Siéntate-me ordena mi futura suegra y obedezco cansada de todo.

Lo único que me apetece en este momento es acostarme a dormir en la oscuridad y en el silencio que aquí no hay y durar así por lo menos dos semanas.

Comienzan a hacerme el maquillaje y no es mucho lo que hay que hacer porque ya ayer me pintaros las uñas, dieron masajes y arreglaron mi cabello. Por suerte. No soportaría toda esa charada un día más.
Cuando terminan conmigo me llevan a cambiarme y no me molesto en mirar el vestido, sino que actúo en modo automático.

No soy yo quien me visto. Una chica entra y no le doy molestia porque no tengo fuerzas para eso. Cierro los ojos descansando del dolor de cabeza que me embarga.

-Esta lista-me dice la chica seria.

Una sonrisa no le vendría mal, pero tampoco me molesto en decírselo.

Se supone que hoy debería ser el mejor día de mi vida, mas sin embargo, no hay ni rastros de que así sea.

Salgo y Svetlana me hace una seña para que me ponga frente al espejo y así ella ayudarme a terminar lo poco que me falta.

Dejo salir un largo suspiro.

-¿Qué es lo que acabas de hacer?-pregunta Svetlana.

Me está ayudando a abrochar el vestido ya que según ella no puedo tocar nada y no discuto porque sí que sería incómodo.

-Solo extraño que mi familia esté aquí-respondo desanimada-es mi gran día y no lo puedo disfrutar al máximo.

Rueda los ojos.

-Ustedes y sus locuras de chiquillas- me coloca el velo y hace una mueca de satisfacción- Mi padre no fue a mi boda y mi madre por no llevarle la contraria tampoco asistió. Según él mi futuro esposo no era un hombre que una Müller mereciera. Ser la sombra de un mafioso. Pero cuando uno está encaprichado ¿a quién le importa? hoy en día mi padre y esposo son los mejores aliados, claro, por lo legal-se encoge de hombros-Admito que quería que Alexey se casara con Gianna ya que mi madre era italiana y yo en parte también. Mi padre es americano. Sin embargo, ella ha sido una malagradecida. ¿Cómo se atreve dañar a mi bebito que es un amor?

Frunzo el ceño, «¿De quién habla?»

-Alexei es un pan de Dios comparado a su padre y hermano, créeme-dice terminando conmigo y sostengo las dos manos frente a mi vientre.

Estoy tan hermosa que por un momento me olvido de que mi boda no se está dando como yo quería que fuera. Por primera vez me fijo en mi vestido y mis ojos se encharcan. Estoy como siempre planeé verme cuando llegara este día, ¿Cómo pude ser tan tonta como para no verlo antes? mi vestido es en corte princesa, esponjoso y con pequeños cristales incrustados.

Es mi vestido de ensueño. Mi cabello está envuelto en una cola perfectamente hecha. Ni una hebra reluciendo fuera de su lugar. Y el maquilla sencillo me da un toque de elegancia, pero una sencillez preciosa. No tengo palabras correctas para describir el cúmulo de sentimientos que habitan en mí en este momento.

-Claro, no he dicho lo contrario-respondo sin poder apartar la mirada de mi reflejo en el espejo.

«Pero si apenas lo soportas» me dice mi subconsciente, «¡ella no tiene por qué saberlo!»

Ayer conocí formalmente a algunos integrantes de su familia. Annika y Reina fueron las que más me llamaron la atención. Realmente son... cruelmente interesantes.

Igual que todos los Volkov.

Annika no es una Volkova, pero prácticamente sí. Su padre es el consejero de Anton, otro interesante, y su esposa es hermana de Mijaíl. Su padre no es que le presté mucha atención ya que siempre está ocupándose de los asuntos de la organización y desde pequeña los Volkov la adoptaron como suya.

-¡Pero qué guapa estás, tía!- exclama Natalya entrando con un largo vestido color lila ajustado en su cintura y suelto de ahí para abajo reluciendo su cuerpo sin una pisca de grasa.

-Tú también-alago sonriendo ya que se ve increíblemente guapa.

Svetlana se cruza de brazos.

-¿Qué es esa forma de hablar, Natalya? ¿Eres rusa o española

Su hija rueda los ojos con dramatismo y enrolla uno de sus rulos rubios en sus dedos.

-Madrecita, soy una chava normal. No tienes que preocuparte por mí.

Svetlana hace cara de horror.

-Dios mío-se encamina a la salida renegando con la cabeza -En un momento te vendrán a buscar, no dañes el arduo trabajo -se detiene mirando a la hija y la mira con escepticismo-Camina, niña.

Natalya me tira un beso y sigue a su mamá.

Mijaíl se postuló para ser el que me llevará al altar por lo que ahora solo me queda esperar que venga por mí. Bajo la cabeza mirando mis pies. Los tacones de cristal transparentes roban mi atención haciendo lucir mis pies más pequeños y delicados de lo que son. No sé porque, pero de forma automática busco el collar en mi cuello moviéndolo de un lado a otro.

Svetlana me lo ha escondido debajo del vestido ya que según ella el diseño del collar no va con el vestido.

-Si te soy sincero, luego de tu madre, eres la novia más hermosa que mis ojos han podido apreciar-levanto la cabeza cuando escucho esa voz tan reconocida para mí.

Eso es porque crecí escuchándola.

Me tapo la boca sorprendida al verlo ahí. Parado en la puerta mirándome con esa tierna adoración que siempre me encantaba ver en sus iris.

-Joder, estás aquí-susurro sin poder creerlo.

Hace mala cara y entra a la habitación reprendiéndome con la mirada.

-Willow Jones, ¿no has aprendido algo bueno en estos días? -reprende en broma.

Sé cuánto le molestan las malas palabras, solo que con la emoción no me pude contener.

-Papi-lloro y corro a sus brazos enterrando la cabeza en su pecho Pensé-en ningún momento imaginé que vendrían, ¿los demás también vinieron?

Me separo de él y lo miro con ilusión y agradezco al cielo que este maquillaje también sea a prueba de agua porque estoy como

-Tu prometido nos llamó y medio explicó cómo iba la cosa. Aún no estoy convencido de que estés ligada a esta gente y tu madre anda con el rosario entre los labios, pero ya eres lo suficientemente grandecita para saber que cada acto trae su consecuencia, buena o mala-dice mirándome con los ojos aguados y llenos de amor dejando de lado ese carácter de hombre de la milicia de lado-Aquí estamos para apoyarte, mi bebita. Siempre-se seca las lágrimas y me acaricia el cabello dándome una sonrisa de boca cerrada-Debemos salir. El novio parece que quiere matar a todo el mundo y no quiero ser una de sus víctimas, así que vamos.

Asiento y plancho su traje de la milicia apreciando lo guapo que se ve.

Entrelazamos nuestros brazos y despacio caminamos hasta donde está la multitud y el altar donde me espera mi futuro esposo.

Estamos en el primer piso cerca del espacio que se escogió para la ceremonia y agradezco no tener que bajar escalera con este vestido tan pomposo.

-Recuerda, siempre tienes una casa donde correr si las cosas se ponen feas-cuchichea papá mientras avanzamos hacia donde espera la multitud sin quitarme la mirada de encima-A la primera y te le vas.

-Que consejos más buenos que das, papito-sonrío nerviosa.

La canción que anuncia mi entrada comienza y avanzamos.

Desde aquí puedo ver a madre acompañada de mis hermanos en primera fila y les sonrío cuando me miran. Es bueno que hayan dejado a mi sobrina, no quiero que ella vea absolutamente nada de esto. Mi familia no se ve muy cómoda a excepción de Katty que no le importa anda, pero de todas maneras me muestran que están aquí conmigo y eso me hace feliz.

Alexey está esperándome en el altar con las manos perdidas en los bolsillos de un esmoquin negro con camisa blanca y chaleco. A su lado derecho está Damien y el izquierdo Natalya haciendo de padrinos y los ojos me vuelven a escocer. La ausencia de Morgan me pesa más que nunca.

Damien se apareció sin ella ayer en la madrugada. Me rompió tanto que no la haya traído porque mi felicidad estuviera completa si ella estuviera aquí acompañándome en lugar de Natalya. No me quejo de la rubia, pero Morgan nunca abandonara su lugar en mi corazón.

Sacudo la cabeza sacando todo pensamiento negativo y uní los dedos con los de mi prometido, pronto esposo, cuando al fin llegamos luego de la lenta caminata en la que sentía que mis tobillos fallarían y me caería de culo dando un mal espectáculo delante de todos.

-Cuídala, puedes ser muy macho. Pero tiene un hermano que la adora y un padre que daría la vida por ella- advierte mi padre sin importarle las represalias que pueda traer su atrevimiento-Su hermano sabe boxeo y yo tengo una escopeta en casa para los malos maridos que doy por seguro te encantaría conocer.

-Papá...-digo entre dientes.

El padre que nos casará frunce el ceño escuchando todas las amenazas que mi padre le hace al novio.

-Señor Jones, tranquilo. Willow queda en buenas manos-Demian interviene y le agradezco internamente.

Papá asiente poco convencido y se va a sentar en los primeros asientos donde mamá lo regaña.

-Muy amable tu padre-dice con sarcasmo Alexei.

-Agradece que no te rompió los huevos.

Frunce el ceño queriendo seguir con la pero el padre lo interrumpe.

-Queridos hermanos. Estamos aquí para presenciar la unión de esta feliz pareja que Dios ha decidido juntar.

-O yo a las malas querrá decir-susurra el hombre a mi lado.

No le hago caso porque me concentro en lo que el padre dice.

El padre da un breve discurso sobre la unión entre parejas y luego nos giramos quedando de frente para decir nuestros votos matrimoniales.

-Yo Alexey Volkov te quiero a ti Willow Jones como mi esposa y me entrego a ti, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza-dice mirando fijamente mis ojos mientras coloca el anillo en mi dedo anular y sonrío mordiendo mi labio inferior que tiembla. Puede que en realidad esas promesas no se cumplan, sin embargo, no me importa. No puedo evitar imaginar que me quiere igual que yo a él y que todo será diferente entre nosotros-Quiero amarte, respetarte y permanecer a tu lado todos los días de mi vida.

Con los nervios por las nubes también le pongo la alianza sintiendo el peso de lo que es estar unida a él.

El hombre que me destruye y construye con solo una palabra.

-Yo Willow Jones te quiero a ti Alexey Volkov como mi esposo, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Quiero amarte, respetarte y permanecer a tu lado todos los días se mi vida.

El padre extiende las manos y sonríe como si este fuera el matrimonio de una pareja normal que se ama y estarán uno para el otro todo toda la vida.

-Que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre. Los declaro marido y mujer.

Un roce.

Un beso.

Una promesa de que nuestra historia apenas comienza.

Es sorprendente la manera en la que a través de un beso se pueden decir tantas cosas que con las palabras somos incapaces de atrevernos a hablar.

«Te amo» le digo a través de mi mirada y él sonríe de lado como si lo supiera desde mucho antes de que yo chocara con la pared de la realidad.

El sentimiento es incorrecto, pero no deja de sentirse dolorosamente bueno.

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