Una cita.
Eh? Aun no podía creerlo, seria posible que en verdad Aomine Daiki me invito a una cita?
La noche anterior no había dormido nada por estar pensando, estaba nerviosa, sobre todo, además de que aún me sentía algo inquieta, cuando él fue y se disculpó como lo hizo, me hizo pensar muchas cosas, sentir demasiadas cosas.
Me mire al espejo, ya estaba bañada y tenía una toalla enredada en la cabeza para no mojar mi espalda, mi ropa interior puesta ya, solo que aún seguía pensando que ponerme, acepto que mi cuerpo no estaba muy bien ejercitado así que no tenía una buena apariencia.
No sabía si ponerme un vestido o una falda, tampoco era tan femenina, tal vez un pantalón corto o un short, rayos, estaba totalmente indecisa.
Mire mi cama, donde tenía cuatro tipos de outfits, descarte el vestido, solo era una salida normal, también la falda ya que tenía tantito vuelo, pero hacia algo de viento, quedaba el short y el pantalón, me decidí por el short color negro, una blusa de tirantes color café claro y una mascada color gris con brillos negros, además de dejar mi cabello con unos rulos bien definidos.
Unas botas con cintillas algo cortas de color café, no use maquillaje solo un poco de brillo, mis mejillas estaban al sonrojadas, bueno había hecho un buen trabajo.
Prepare mi bolso color negro con brillos dorados, metí mi teléfono y mis llaves además de mi cartera, también unos pañuelos, una nunca sabe cuándo podría utilizarlos.
No había nadie en mi casa así que no tenía que decir que ya me estaba yendo, mire el reloj, tenía media hora para llegar.
Salí de casa y me encamine hacia la estación de metro, no quedaba tan lejos, Aomine me estaría esperando en la última estación así que tenía que apurarme. Cuando caminaba por la estación y fui a pagar mi pasaje me di cuenta de que un señor estaba algo pegado detrás de mí, me pareció extraño.
Subí al vagón y me senté en uno de los asientos que estaban libres, miré como el paisaje cambiaba por la ventanilla, me estaba poniendo cada vez más nerviosa.
*Estación XXXXX* *Estación XXXX*
Se escucho, me prepare a bajar, tome un respiro hondo y espere, las puertas abrieron, baje caminando siendo casi arrastrada de nuevo hacia dentro, no entendía como las personas podían ser algo bruscas de esta manera, Salí de ahí como pude.
Baje las escaleras y pase por los anexos, de reojo me di cuenta de que el mismo señor que me había estado siguiendo en la primera estación me seguía, aunque tal vez se dirigía a un lugar que quedaba por donde yo estaba yendo, me estaba volviendo algo paranoica.
Me apresure a salir, busque con la mirada a Aomine, me quede mirando a mi alrededor parada en una esquina, no lo veía.
Alguien tomo mi mano y me jalo un poco.
- ¿Que linda, te había visto pero no te había podido hablar bien, que te parece si vamos a un lugar más privado? -
-Suéltame- forcejee un poco, tenía razón cuando sospeche de este viejo sucio.
-Vamos, acompáñame-
Este hombre enserio quería llevarme a la fuerza, y lo estaba logrando, tenía más fuerza que yo así que, aunque intentara poner fuerza el conseguía jalarme hacia él.
- ¿Qué acaso no te dijo que la soltaras? -
Una voz tan conocida se escuchó, suspire de alivio.
- ¿Quién eres tú? Niño, metete en tus asuntos-
- ¿Qué quién soy yo? Soy su novio y si no quieres que te de una paliza aquí enfrente de todos por acosar a una menor de edad mejor esfúmate pedazo de mierda-
El hombre quien no había mirado a Aomine se giró para hacerlo, el quedo totalmente sorprendido por el físico de este moreno, tan alto como lo pedía el básquetbol, y con un cuerpo que no era normal en un adolescente.
El hombre salió corriendo por patas asustado, yo solo me dedique a mirar.
- ¿Serás idiota, como no te vas a dar cuenta que te estaban siguiendo? ¿Qué hubiera pasado si yo no estuviera aquí? -
Aomine me estaba regañando, lo entendía, había sentido miedo y yo había sido alguien que no había puesto más atención.
- Lo siento mucho-
- Rayos, ese imbécil arruino mi día-
- No te molestes por favor, mejor vámonos a un lugar cualquiera-
- Mierda-
Salimos de ahí, si, creo que había echado a perder esta única oportunidad de tener una cita con él.
- Ven, acompáñame- miro hacia el frente y empezó a caminar, yo lo seguí como pude.
Su espalda era lo único que veía, era grande, creo que por primera vez estaba poniendo mayor atención a su fisiología.
Caminamos por alrededor de unos quince minutos, en los cuales no hablamos.
Me estaba empezando a sentir algo incomoda, pero cuando fui a decir algo él se detuvo, miré donde estábamos, enfrente de un restaurant.
El entro y yo hice lo mismo, me dejo en una de las mesas y fue a pedir algunas cosas, más bien era un restaurant familiar, cuando regreso él venía con una charola en una mano llena de hamburguesas y en la otra traía otra orden, pero con una sola y una malteada, además de papas.
-Comamos, al menos creo que esto si podemos hacer, yo pago-
Asentí, se sentó frente a mí, no hablo solo se dedicó a mirar hacia fuera mientras comía, yo no había logrado probar bocado, me estaba frustrando.
-Lo siento, cualquier cosa que yo hice, lo siento-
-No es eso! No te disculpes!- hablo rápidamente.
-Arruine tu salida con algo tan tonto, dejar que casi me arrastren y no hacer nada fue mi culpa- lo mire a los ojos, si así podía arreglar las cosas lo aria.
Aomine guardo silencio, dejo de comer y solo miro la bandeja, como meditando las cosas.
-Estas equivocada, no arruinaste nada es solo... me preocupe, el echo de que ese tipejo te estuviese tocando, me enfureció- sus mejillas tomaron un color rojizo.
-Eh? Que quieres decir?-
-Ya sabes, me dieron... celos- sus mejillas se encendieron más al igual que sus orejas.
Con su mano cubrió un poco su boca y miro hacia otro lado, claramente apenado.
Aomine estaba celoso, eso quería decir que él...
-No me digas que tu... por mi... - más sin embargo yo no pude terminar las frases, pero el sabia a lo que me refería.
-Y que si lo estoy?- sus palabras sonaban retóricas, no quería repetir las cosas dos veces y hablar de esto lo apenaba.
No pude hablar, no porque no quería sino porque me había quedado sin hablaba
Me sonroje y agache la mirada.
-Gracias- susurre, pero sabia que el me había escuchado.
Esta no había sido una cita, para nada se acercaba a una, pero algo bueno había salido de esto, el me había confesado que le gustaba.
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