El contrato
Se que la portada no tiene nada que ver jajaja pero es mi trauma así que la puse aquí
El siguiente relato espero les guste ya que tiene simbolismos ocultos aun así si tienen dudas solo pregúntenme vale? Un abrazo enorme!!
El Contrato
Despertarte por la mañana y sentir que algo malo va a suceder es una sensación que te cala profundo, se anida en tu pecho y te lo oprime; aparece la angustia, las manos te sudan y estas alerta a todo lo que te rodea. Claramente aquella sensación no te deja tranquilo, no te deja funcionar y desafortunadamente esa es la sensación que me acompañó ese día desde que me levanté, intenté de todo para calmarme, sin lograrlo.
Era un hermoso fin de semana y ya que algo me impedía estar tranquila, decidí salir a dar un paseo. Recorrí las calles, con el aire rozándome la cara comencé a pensar con claridad aunque no tanto como para adivinar lo que podría suceder.
Llegue a cualquier parque y me senté en cualquier banca, una tan común y corriente que no pude adivinar que sería especial al final de todo. Recargué mi cabeza en el respaldo, mire al cielo unos momentos y cuando el viento sopló cerré los ojos para disfrutar de la brisa fresca en la cara.
En algún momento mi mente dejó de estar en blanco, de golpe todos aquellos pensamientos que me perseguían y preocupaban se hicieron presentes, los problemas familiares, académicos, amorosos entre otros y por supuestos esos pensamientos venían acompañados de la culpa y el arrepentimiento, manifestándose con el terrible "hubiera", la peor palabra que puede existir en el mundo, tan terrible que tiene el poder de atormentarnos por el resto de nuestras vidas, si es que no tenemos cuidado.
Ese fue mi caso deseado por dos años de torturas mentales... dejé escapar un suspiro y cuando los pensamientos y recuerdos sobrepasaron mi limite abrí los ojos, de esa manera regresé a la realidad miré el cielo un tiempo más y al final el cielo poco a poco se volvió gris, así como mi ánimo.
-Daria lo que fuera por reparar mis errores –dije mientras posé mi vista al frente y fue cuando lo vi.
Un hombre bastante atractivo permanecía de pie frente a mí; su piel caramelo sus ojos miel ambarinos y su musculatura me dejaron sin aliento aunque algo en él me mantuvo recelosa, tal vez se trataba de su aire misterioso o su energía cargada, no lo supe en ese momento.
-¿Te encuentras bien? –preguntó con su voz profunda.
-Si, gracias –mentí y le regale una sonrisa fingida.
-Tu boca miente mientras que tus ojos no –me contestó mientras se sentaba a mi lado.
Por un largo rato no dije nada, me dedique a mirarlo y él no interrumpió mi inspección, al contrario se unió al juego, me miraba me sonreía y extrañamente no me sentí para nada incomoda y ese aire misterioso y de desconfianza se convirtió en uno de empatía.
-No creas que soy entrometido –colocó su mano sobre la mía –pero escuché lo que dijiste sobre enmendar errores y después vi tu rostro lleno de angustia... no puedo dejarte así
Hubo algo en él no sé lo que fue, si la calidez de su mano, la seguridad que me transmitió, o la dulzura en sus ojos lo que me llevo a contarle mis problemas ¡Todo! A un completo desconocido.
Todo el tiempo me miró atentamente y en ningún momento vi reproche en sus ojos, no me juzgó ni se quiso pasar de sarcástico, hablar con él fue una experiencia agradable. Sus palabras me reconfortaron un poco aunque no del todo, aun así me hizo sentir paz por un segundo.
-lamento no ser tan útil para ti-se disculpó Acongojado.
-No digas eso me has ayudado bastante –le sonreí
-Dime una cosa ¿Qué darías para reparar tus errores?
-Cualquier cosa –no lo pensé –hasta vendería mi alma
-¿De verdad lo harías? –parecía angustiado
-obv... -me tapó la boca
-iEspera! No lo digas... es mejor que no lo digas nunca
Fruncí el ceño extrañada, lucia realmente preocupado, varias teorías pasaron por mi cabeza, incluso ternas religiosos, de Ser así entiendo que lo que dije es algo terrible para sus oídos aún así, lo que dije fue verdad
-Elisa, ve a casa nunca digas esas Cosas ni en broma
-Perdón si te molesté
-No es eso –no se explicó más- debo irme pero. .. Solo una cosa... no olvides mi nombre "Arthur" podría salvarte cuando lo necesites, Sólo asegúrate de llamarme antes de firmar
-No entiendo –pensé que se le estaban botando las canicas y a pesar de estar convencida de su locura, la seguridad y la seriedad con la que decía aquello, me hizo dudar, sólo que no me explicó más, simplemente se levantó
-Fue un placer conocerte Elisa- dio unos cuantos pasos y enseguida Se regresó -recuerda, todo tiene Solución, lucha Y jamás te des por vencida
Sin permitirme nada se marchó y yo me quedé con unas dudas enormes, Pero al menos ya no pensaba en mis problemas sino en él.
El cielo comenzó a tronar y rápidamente Emprendí mi camino a casa. Durante el camino seguí pensando en Arthur y en lo maravillosa que me sentía su lado y en las cosas extrañas que dijo al final ¡Por favor! No es para tanto, no era cierto eso de vender mi alma eso ni Siquiera se puede hacer.
A pesar de estar absorta en mis pensamientos, me percaté del sonido de unas pisadas, avisando que alguien corría detrás, miré, una chica corría a mil por hora y a cada segundo miraba sobre su hombro; claras señales de ser per seguida, por supuesto me asusté, no quería problemas; lógicamente me hice a un lado pero ella me vio e Inmediatamente se me acercó
–AYUDAME –se me abrazó -¡Por favor! Vienen por mi
Yo quería Zafarme de ella y alejarme pero al mirar sus ojos descubrí desesperación, miedo y angustia aquello tocó una fibra sensible en mi
-iQuieren matarme! –confesó, fue entonces cuando supe que no podía abandonarla
La tomé de la mano, ambas corrimos calle arriba, conocía un lugar excelente para escondernos y entonces la lluvia se hizo presente, en pocos momentos quedamos empapadas. Dimos Vuelta en la esquina, a la mitad de la calle se alzaba la antigua estación de bomberos; la conocía bastante bien, Si nos siguen dentro puedo perderlos, así salvar a la chica
Subimos las escaleras, nos encerramos en lo que fue la oficina; recuperamos el aliento y esperamos; a los pocos segundos en la Planta baja se escucharon voces y ruidos, conté por lo menos cuatro voces diferentes, todos hombres.
-¿Por qué te persiguen? –susurre lo más bajo que pude
-El Contrato –respondió como si se tratara te algo tan común y yo sabría de lo que estaba hablando
Me disponía a interrogarla, cuando escuchamos ruidos arriba; llegó el momento de bajar, me asomé para vigilar la entrada y fue cuando los vi, efectivamente se trataba de cuatro hombres altos y corpulentos. Le indique a la chica que se preparara, pues en cualquier momento nos deslizaríamos por el tubo.
Dos entraron a la habitación continua, los otros dos revisaron el baño. Esa era nuestra oportunidad. Corrimos pero al llegar al orificio entré en pánico pues el tubo había desaparecido nuestra única Salida segura ¡Desaparecida!.
¡Piensa Elisa! ¡Piensa rápido!.. . Se me ocurrió que podíamos distraerlos para poder bajar por las escaleras y eso hicimos, nos escondimos y arrojamos piedras y botellas al cuarto donde hacían ejercicio. Tal como esperaba los cuatro hombres se metieron a ese cuarto, enseguida los encerramos, para ganar algo de tiempo.
Corrimos para alcanzar las escaleras pero entonces algo insólito sucedió un fuego inundó las escaleras ¿Cómo puede haber un incendio? Nos fue imposible bajar, nuestra única salida segura seguía siendo aquel orificio, nuestra única alternativa era saltar Sin embargo, si lo hacíamos nos romperíamos los huesos
El fuego Se propagaba rápido, el humo comenzaba a asfixiarnos y los hombres Intentaban salir, los dos escenarios no nos favorecían por lo tanto, nuevamente espere a que el cerebro se me iluminara y afortunadamente una idea apareció pronto.
Busque en las habitaciones, para mi buena suerte Si Encontré una manguera, la até a la barandilla Y me aseguré de que soportara nuestro peso
-Ve tú primero –le dije
-No, tu ve-por supuesto no me puse a discutir con ella, bajé y no fue tan difícil.
Abajo esperé a que ella se deslizara, más no lo hizo, ni se asomaba
-¡Vamos! –grite. Lo siguiente que mis ojos vieron me dejó en Shock, los hombres la capturaron- suéltenla –les ordene
-Tiene un contrato que cumplir –contestaron al unísono –Se le ha acabado el tiempo, debe morir como eligió morir
La chica tenía miedo, lógicamente, pero aún así no hizo nada para salvarse, cualquier cosa para huir. Simplemente se quedó ahí inmóvil, aquel que la sujetaba la dejó libre y ni siquiera en ése momento, corrió.
Los cuatro tipos saltaron, llegando al piso con la gracia de un gato Y sin romperse ningún hueso; De la impresión Yo tampoco me moví. Las llamas que antes nos impidieron el paso la alcanzaron, escuché sus gritos desgarradores. Yo quería hacer algo, no podía dejarla
Busqué alguna toma de agua o un extintor y cuando lo encontré uno de los tipos me abrazó de la cintura pava evitar que pudiera rescatarla.
No paso mucho tiempo; en cuanto los gritos cesaron las llamas mágicamente SE apagaron; el silencio me hizo recobrar la cordura. Al hombre que me Sujetaba le propine un pisotón seguido de un cabezazo en la nariz, en cuanto me Soltó Corrí para salvar mi vida. Alcancé a llegar al parque de la Siguiente cuadra, ahí otro de los tipos me tacleo tumbándonos en el piso, intenté quitármelo de encima aunque fue Imposible
-i Déjame tranquila!
-Intentaste evitar que cumpliera su contrato debes pagar por ello.
-No se dé qué contrato me estás hablando
El líder o quien me parecía que lo era se acercó a mí, me miró a los ojos, dejándome muy perturbada, Sentí como si me leyera la mente Y el alma
-Permíteme explicarte
Dijo todo un monologo que me llevó a creer que estaban locos o me encontraba en un show de cámara escondida. Aquellos tipos Se hacían llamar los "recolectores", su trabajo consistía en elaborar contratos, donde las personas Venden sus almas a cambio de un deseo, después de determinado tiempo (no especificó cuanto exactamente) ellos hacían cumplir el contrato, es decir debías morir para poder llevarse el alma; al parecer la chica firmó uno de esos contratos y al entendimiento de los recolectores, yo me interpuse en el cobro y eso merecía un castigo.
Al final de su explicación me permitieron ponerme de pie
-Están locos, no pienso hacer nada, no venderé mi alma, no quiero un deseo.
-Oh no, ¿Quien dijo que obtendrías algún beneficio por tu alma? La que por cierto está muy quebrada
Quise soltarle un golpe que le quebrara la mandíbula por hablador; pero mi tacleador me lo impidió
-Así es como lo haremos.-el líder ignoró mi arrebato- mis amigos y yo te lanzaremos esferas, en su interior encontraras la manera en que morirás y cuando, la primera que te pegue es la que abriremos
-iNo puedes hacerlo!- me sentí impotente –No si no estoy de acuerdo, no SI no me vendo
-¿Quién Sabrá que no lo has hecho? –Habló muy enserio y temí por mi vida.
Prepararon todo, quise huir ¡Por supuesto que sí! Sin embargo no lo hice, al correr les sería fácil pegarme con cualquier esfera así que me quedé ahi, ellos se colocaron frente a mí, las esferas aparecieron en sus manos y temblé; se retiraron por lo menos unos Cinco metros de mi
-Cuando esquive todas las esferas, me dejaras ir
-Hecho, -me sonrió burlándose de mi –serán 15 minutos
-Haces trampa ¡Es mucho tiempo!
-10 minutos, no reduciré ni un Segundo más
-Hecho –no tengo otra alternativa
Lo lograre ise que puedo! Esto es como jugar quemados Si En la escuela lo hice por una calificación, más aún si es por mi vida ¡Puedo hacerlo!
Respire hondo; sobre sus cabezas apareció un reloj marcando 10 minutos. di la señal. Inmediatamente las esferas Salieron disparadas, gracias a que eran de colores pude esquivarlas una a una, hasta yo misma estaba sorprendida por poder moverme en el momento indicado. Las esferas intentaban golpearme sin pausa
Miré el reloj, solo cuatro minutos habían transcurrido y las piernas ya me pesaban, mis brazos ya eran torpes y la cintura me dolía cada vez que me agachaba, Sudaba y las gotas que se deslizaban por la frente me nublaban la visión y las gotas que al principio se anidaban en mis pestanas, siempre terminaban por meterse en mis ojos, provocándome ardor.
Los segundos pasan tan lento y las esferas me atacan como ráfagas interminables de balas. Afortunadamente una tras otra logré esquivarlas y eso a ellos les enfadaba, podía sentir su furia en la fuerza con la que me arrojaban las esferas que decidirían mi destino.
Hubo momentos en los que pensé que no lo lograría, hubo instantes donde casi me doy por vencida pero al mirar el reloj, y mirar lo poco que Faltaba encontré mi voluntad e hice uso de ella 5... 4... 3... 2...
Me tumbé "pude hacerlo" "me salve" fue lo que pensé; sentí que algo me pegó en el pecho: una esfera, miré el reloj apenas el contador llegaba a 0 la esfera me golpeo en tiempo me tumbe antes de tiempo y ahora lo he perdido todo
Mire al líder, este me Sonreía triunfante, se acercó para tomar la esfera, le dio un pequeño giro para poder abrirla, del interior Sacó un papel y eso me recordó a las galletas de la suerte en el fondo rezaba para que no fuera una agonía mi muerte: Leyó para sí mismo y la mueca que hizo no supe interpretarla no supe si era algo bueno o malo para mí por Supuesto el muy maldito no me dejó verlo, Sino que se lo mostro a sus amigos los cuales hicieron la misma mueca
-Preparen el contrato - les ordenó
Me senté en el pasto, por dentro estaba abatida, quería gritarle al mundo, reclamarle al destino, golpear a alguien o hacer cualquier cosa para sacar mi frustración y miedo.
-Sera una muy noble –dijo arrojando el contrato
Tome el papel, inmediatamente lo leí "Al dar a luz" decía
No Supe cómo reaccionar, si alegrarme por que definitivamente faltaban años para ESO o entristecerme por todo la que me perdería o ser feliz porque podría evitar ser madre el resto de mi vida y así vivir y morir sola cuando sea mi momento, tal vez, llegue a ser una anciana amargada y decrepita. Por supuesto eso no Suena tan alentador quizá sea mejor morir joven pero feliz
Miles de pensamientos iban y venían mientras leía cautelosamente, no me gusto ver mi fatal destino ahí plasmado y mucho menos firmarlo Como si estuviera de acuerdo, pero lo hice, firme, los fulanos me dejaron una Copia, llevándose el original consigo. Me quede tumbada en el parque y por primera vez me di cuenta que seguía lloviendo me quede asi, no me moví, tenía que reflexionar sobre mi vida
Los años pasaron y desde el momento que regresare a mi casa Ese día, me Dedique a solucionar todos mis problemas, a vivir, a divertirme, a esforzarme por alcanzar mi autorrealización y fui feliz muy feliz, en todos estos diez años no me arrepentí de ninguna de mis decisiones, deje de ver mi vida y el mundo como algo catastrófico pues lo único que no tiene solución es la muerte y la mía llegara en solo unas horas
Sí me Enamore y me cacé, ahora Espero a un pequeño niño. Por mas que jure. Que No me embarazaría no pude cumplirlo pues llegó un momento en el que deseaba tanto Ser madre y vencí mi miedo, por ello ahora estoy esperando para mi cesárea
El cuarto le sentí bastante frío desde que ingrese, tal vez lo percibo así porque se lo que me espera o solo es la temperatura normal de cualquier hospital pero no tengo miedo, morir dando a luz a otra vida Efectivamente es una forma noble de morir, ese fulano tenía razón
Tocaron a la puerta
-Adelante
Quien entro definitivamente no lo Esperaba era el chico que me dio consuelo en aquella banca del parque ése día: Arthur
-Hola, -lo salude aunque me sorprendió verlo exactamente igual que hace 10 años, un joven de 22-23 años, igual que yo en esa época.
-tú también eres. Un recolector ¿verdad Arthur? -Finalmente sus palabras cobraron sentido, sonrió al escuchar su nombre
-si ése día quería tu alma, pero al hablar contigo supe que aún tenías mucho que dar en este mundo –Se Sentó en la cama Junto a mí. Tomando mi mano al mismo tiempo –pero tal vez me equivoque
-He vivido mi vida sin arrepentimientos, Arthur, puedo irme tranquila y no lamento decepcionarte estoy satisfecha, soy plena –me molestó su comentario.
-¿Por qué firmaste? –quise Contestar pero Posó su dedo índice en mis labios, aún no terminaba su pregunta –¿Porque no luchaste? Ellos no podían obligarte, no hiciste el Juramento ¿Por qué te rendiste tan fácil?
-iluche! Estuve esquivando las esferas hasta el final
-No, eso no es luchar, te dejaste llevar por la corriente, saltaste los obstáculos, mas no los enfrentaste
-Yo...
_¿por qué entonces no pediste mi ayuda? ¿Por qué decidiste enfrentarlos sola?
-¡por qué estaba sola! No había nadie, ni siquiera tú
-No, nuevamente te equivocas, tú decidiste estar sola, tenías a tus padres a tú hermana y amigos ¿Eso no era suficiente?
-Tienes razón, tuve alternativas ese día, deje que el miedo me nublara y simplemente decidí rendirme... en esos días fui alguien diferente Vulnerable, estúpida y ególatra creí que yo podía con todo
–Elisa ¡Me alegra que lo entiendas! Ahora puedo volver el tiempo atrás y darte una segunda oportunidad. –Se puso de pie
-No –no le solté la mano y Volvió a sentarse –no quiero Volver atrás, no hay nada de lo que me arrepienta, ese día, ese acontecimiento me hizo cambiar, me hizo la mujer que soy hoy, de no ser por ello, todo lo que tengo. Pienso. Y Siento no lo tendría –le tome la mejilla con ternura –Arthur gracias.
-¿Te rindes de nuevo?
-yo no lo veo así y sé que tú tampoco –me sonrío y me dio un beso en la frente
-Esa es mi chica
La puerta se abrió de golpe, mi esposo entró emocionado el momento al fin llegó, me llevaron al quirófano no sé dónde está Arthur pero me alegró encontrarlo por última ver. Cerré los ojos y me perdí en la oscuridad con una sonrisa
-Elisa... Elisa- abrí los ojos con lentitud, regresando de la oscuridad
Me encontré con los ojos miel de Arthur quien me acariciaba el cabello con ternura, sonreía, mire alrededor volvía a estar en el cuarto de hospital, la puerta volvió a abrirse, la enfermera entraba con mi bebe en brazos, lo tomé, al mirar aquel pequeñito la dicha me Inundó
-pero... -mire a Arthur interrogándolo
-Te dije que podía ayudarte si lo necesitabas, antes quería asegurarme de que aprendiste algo de esto.
-lo hice
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