Capítulo 7
El capítulo es +18, si sabes que no te gusta ese tipo de contenido salta el capítulo, pero te aviso que te encontrarás más de una escena de estas y si quieres continuar pues a disfrutar mor🔥
Alexey
Creo que la calefacción fue apagada porque mi cuerpo está en putas llamas. Cierro los ojos y dejo que mi mente vuele a la mujer que llevo tanto tiempo queriendo clavarle la polla. Aprieto y sacudo con más insistencia queriendo sacar lo que me tiene los huevos hinchados. Masturbándome como un maldito crío en la pubertad.
Pienso en el trasero redondo y delicioso que se le pinta en los vaqueros. En el escote en el que inevitablemente me fije anoche con ese vestido provocador que traía y esos labios que deben de acoger tan bien mi polla.
-Joder-los dedos y la palma de mi mano quedan pegajosos cuando me corro con severidad. Consecuencias de media hora de arduo trabajo.
Salgo del baño secando mi cabello goteante luego de darme una ducha fría. Mi paciencia para tener a Willow en mis manos se agota y eso no traerá nada bueno. Otra cosa que me carcome es el amiguito que tiene. Logan Rodríguez. No se me escapo como desde la distancia nos miraba receloso aquella mañana en el café. De no presentir que a la lindura le molestaría que matara a su amigo hace mucho lo hubiera mandado a saludar a mi buen amigo lucifer.
Desnudo bajo al primer piso sabiendo que a estas horas nadie más que yo rondo por aquí. Nana se acuesta luego de preparar la cena y mi gente de seguridad está en puntos estratégicos para no ser notados. En caso de ver algo que no deberían saben que la lengua no la pueden soltar porque eso traería lamentables consecuencias que doy por seguro no quieren saber cuáles serían.
Es por eso que marco el numero de la persona que necesito en este momento y luego de que responde que está cerca y que llegará en pocos minutos voy hasta el minibar que está al fondo de la sala.
Echo un poco de whisky en una copa y le doy un trago saboreando el fuerte sabor que me hace arder la garganta. Cojo la botella y la pongo en el piso cuando me siento en una de las sillas que están en la terraza. No me apena que alguien pueda verme en pelotas. Al contrario. Para lo que tengo planeado hacer me interesa que todos vean. A ella le gusta que la vean.
Escucho el sonido del ascensor y antes de que esté frente a mí siento su olor. El olor a puta costosa y refinada que tanto me pone cachondo.
Sin que tenga que decir nada se deja caer sobre sus rodillas a la vez que se quita provocativo vestido corto negro que no dejaba nada a la imaginación. Me complazco al ver que como me gusta, no lleva tanga debajo. No quiero nada que me impida la vista de lo que mi miembro tanto desea penetrar y castigar. Es por eso por lo que no lleva nada más que un sujetador de encaje que hace juego con su vestido y que aprieta sus tentadoras tetas.
Tiro la cabeza hacia atrás al sentir como sus voluptuosos labios envuelven el grosor y chupan la punta como si fuera un delicioso dulce. Es una experta mamando y eso hay que premiarlo, es por eso por lo que no tomo el mando y dejo que ella haga lo que quiera con el pedazo de carne que comienza a latir.
Escucho sus jadeos y gimoteos y a diferencia de otras no me dan asco provocando que desee cortarle la lengua para que puedan ser callados. Me excitan y esa hija de puta lo sabe perfectamente. Relaja la garganta y aunque no puede llevárselo al fondo por lo grande que es; hace un excelente trabajo con esa lengua que rodea mi glande.
Siento como mis bolas exigen explotar y es por eso que la levanto por la larga cola que lleva y la tiro al piso poniéndola de espalda a cuatro patas. Rompo el envoltorio color aluminio, me coloco la goma y sin perder el tiempo la penetro de golpe sabiendo que hace rato está más que mojada.
-¡Oh, sí!-grita cuando la vuelvo a penetrar y por un momento apago todos los sonidos y pensamientos disfrutando de lo apretada que está a pesar de que anteriormente se acostaba con otros hombres en mi club cada noche.
-¿Te excitó mucho chuparme la polla, puta?-le pregunto soltando el labio que hace rato tengo maltratado. No permito que nadie me escuche gemir, no beso y no follo de frente. No es algo que esté en mi sistema.
-Sabes que sí-dice como puede.
No la dejo tomar respiro. Le azoto el culo y sonrío al ver lo rápido que se le enrojece.
-Dime cuánto, pamela-exijo.
No la dejo girar el rostro al ver su intención y la hundo más en el suelo agarrándola por la nuca. Es un castigo. Sabe que no debe mirarme a la cara cuando la estoy follando y debe recibir algo por su osadía.
-Tanto como para querer toda la noche-contonea la cadera y me pregunto que la hace tan atrevida hoy.
No le respondo y sigo rompiendo sus paredes, grita mi nombre dejándose ir por el squirt a base de azotes que le saco. Mis pelotas se contraen y salgo de su interior rápidamente permitiéndole el placer de saborear mi semen en su boca al quitarme el condón y girarla sin que se lo espere. una gota cae en sus tetas y no la desperdicia ya que la recoge y se gana una bofetada al chuparse el dedo mirándome a los ojos.
La dejo tirada y me levanto subiendo a mi habilitación para ducharme otra vez. Ya cuando estoy limpio y con ropa de andar por casa vuelvo a bajar al primer piso.
La encuentro saliendo del pasillo donde están las habitaciones de visita, biblioteca y billar. También se duchó y colo una de las ropas que deja a propósito cuando viene. Voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua. Me recuesto de la encimera y ladeo el rostro mirando su pequeño ser.
-¿Qué ha pasado hoy?-pregunto y me cruzo de brazos.
Se sienta en una de las butacas detrás de la meseta y rasca su cabello mojado.
-Nada-esquiva y me acerco sentándome a su lado.
-Escupelo-le ordeno y debe notar la advertencia en mi voz porque comienza a hablar.
-Escuche por los pasillos de Perverse que habías terminado con Gianna-responde y voy entendiendo el comportamiento insolente de antes.
-¿Ahora te dedicas a escuchar chismes?
-¿Por qué no me lo dijiste antes?-pregunta frunciendo el ceño.
-No sabía que tenía que darte explicaciones sobre lo que hago o no con mi vida-sonrío y no es agradable porque traga saliva nerviosa y retuerce sus pequeños y delgados dedos.
Pamela y yo cogemos desde que vine a vivir a New York. Trabajaba en el club que abrí junto con mis amigos y me llamó la atención inmediatamente la vi. Era difícil ignorar a la pelinegra que no me apartaba los ojos y que movía las caderas tan malditamente bien en el escenario.
Luego de un tiempo me enteré por Aiko de que era hija de un pandillero del gueto y que tenía una que otras habilidades que nos servirían. Siempre se mantuvo en su lugar sabiendo que estaba comprometido con la loca de Gianna, pero nunca le interesó mientras me la siguiera follando y le diera los gustos que ella busca ganarse con creces.
Todas en Perverse la envidian porque ella entre todas tiene la oportunidad de cogerse al jefe de la mafia rusa de New York y eso la complacía hasta hace un tiempo que comienzo a dar señales que no fui el único en comprender.
-No, pero por un momento creí además de amantes y compañeros de pelea éramos amigos-musita con una valentía que no presentaba cuando estábamos solos.
Una de las cosas que más me gustó de ella es lo fácil que puede convencerte de que eres lo mejor que existe y a la vez el infierno que puede hacerte pasar si así lo quiere. Es por eso por lo que está en mi equipo. Además de que pelea como una puta loca.
-Eso no incluye que deba informarte sobre lo que hago-repito apretando la mandíbula-¿Por qué estoy explicándote esto cuando ya deberías saberlo, Pamela?
Su semblante cae por un momento, pero se recompone rápido.
-Claro disculpe, jefe-se levanta y agarra el bolso que antes no habría notado de la encimera-Cuando me necesites puedes llamarme.
Yo también me levanto cuando ella lo hace.
-¿Dije que puedes irte?
Niega y chasquea la lengua. De no ser porque estoy en un estado de relajación ya la tendría estrangulándola en el piso.
-¿Puedo irme, señor Volkov?, tengo cosas que hacer.
Asiento y señalo la entrada, me besa la mejilla y sale a paso rápido.
Me sacudo el cabello que ya antes estaba alborotado y levanto el teléfono de la encimera cuando lo escucho sonar.
-Volkov-respondo.
-Señor, su madre le manda a decir que haga los preparativos necesarios para recibir a su hermana que mañana estará aterrizando en la ciudad-la voz de Dmitri me recibe y aprieto la mandíbula ante la noticia que debió ser avisada directamente de mi madre y que me tomó por sorpresa-Ah, y casi se me olvidaba. Dijo que cero putas. Que lo estará vigilando.
Esto solo anuncia problemas porque donde hay dos Volkov nada bueno puede pasar. Menos cuando el terremoto Natalya es la que hace acto de presencia
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