Capítulo 4: Recuerdos Indeseados
Llegaron al comedor para que la comida fuera servida por la servidumbre de la mansión. Ella aún no lograba acostumbrarse a que eso fuera su vida por los siguientes meses, o lo que durara la misión. Amy suspiró pesadamente mientras jugaba sin interés con la avena frente a ella, queriendo distanciarse mentalmente de ese lugar tanto como fuera, si su cuerpo debía de permanecer ahí al menos su mente sería libre.
Amy mantenía su mirada sobre su plato cuando su teléfono sonó de pronto para regresarla a esa mesa, y así buscarlo sin interés; observó un recordatorio aparecer en la pantalla el cual borró aquella expresión estoica que había mantenido hasta entonces.
–¡Lo había olvidado!– exclamó la eriza rosa con angustia para que Sonic y Blaze la observaron con asombro –¡Tengo que entregar un reporte hoy!– explicó en pánico abriendo la aplicación de calendario y ver el apretado itinerario, el cual, gracias a esa boda, había olvidado por completo –¡Maldita sea, yo...
Amy calló al sentir las miradas sobre ella, percatándose que su necesidad de aislarse mentalmente la habían hecho olvidar que si bien su mente yacía en otro lugar, su cuerpo aún debía de cumplir un rol inquebrantable. Observó la intensa mirada de Sonic sobre ella, sintiendo como un escalofrío recorría su espalda. Esta vez él tenía toda la razón para estar molesto.
–¿Reporte?– habló Blaze fijando su mirada sobre ella –No imagine que alguien casada con un erizo como Sonic le dedicara tiempo adicional a los estudios– dijo con sospecha la felina para que una mirada intensa se posara sobre ella, obligándola a tragar pesado –¿Es que acaso no lo acompañas durante sus aventuras?
–Y-Yo...– balbuceó Amy desviando su mirada a su regazo, sintiendo el incesante latir de su corazón en sus oídos. –E-Es que...
–Aunque parece un poco alocado– habló Sonic de pronto, provocando que ella subiera su mirada –De alguna manera funciona– respondió con una amplía sonrisa –Cuando Amy decidió iniciar sus estudios ella sabía que contaría con mi apoyo incondicional – continuó Sonic para ver a la eriza con una dulce y fingida mirada –¿No es así, hermosa?– preguntó con una mirada que ocultaba una obvia molestia, pero que a simple vista parecía llena de ternura.
–Umm... Sí– asintió Amy sin poder evitar hundirse en un recuerdo.
Inicio del Flash Back
–Lo he pensando mucho– empezó a hablar mientras él mantenía su vista en el plato de comida jugando con el mismo, sin realmente prestarle atención –Verás... yo...– calló por unos segundos tragando pesado; su actitud no le facilitaba las cosas –Quiero iniciar la universidad– soltó Amy al fin.
–¿Universidad?– repitió Sonic para subir su mirada y verla confuso –¿Por que harías algo como eso?– reprochó.
–Pues, últimamente estás mucho tiempo fuera y yo pensaba...
–Tener aún menos tiempo del que ya tenemos– completó Sonic con molestia, frunciendo el ceño.
Amy lo vio con perpleja por su obvia negación, desviando la mirada a sus pies, soltando un pesado suspiro y con decepción preguntarle: –¿Eso significa que no quieres que lo haga?
–Haz lo que quieras Ames– espetó poniéndose de pie dejando el palto a medio comer –Si lo que quieres es vernos menos, claro, por qué no, asígnate– dijo por último para salir de la habitación.
Fin del Flash Back
El amargo recuerdo le cayó como un balde de agua fría. Sonic había sido todo menos apoyador con su decisión de estudiar. Realmente este Sonic que él presentaba como su esposo hubiera sido el novio perfecto... era una lastima que ese erizo no existiera en el mundo real.
–¿No te hace falta tiempo con ella debido a esto?– preguntó la gata, para ver al erizo, aún suspicaz.
Sonic le tomó por sorpresa su pregunta tan certera, sintiendo una pequeña opresión en su pecho, pues sintió esa pregunta más personal de lo que le hubiera gustado. Trayendo a su memoria esa faceta de su relación.
Inicio del Flash Back
Llevaba dos horas sentado en aquel parque, esperando pacientemente por ella con una ramo de rosas blancas. La luna se posicionaba en lo más alto sin dar señales de ella.
–Vamos Ames– dijo para sacar su celular y llamarla nuevamente.
–¡Soy Amy! En este momento no puedo atenderte, deja tu...– colgó la llamada al toparse con su máquina contestadora por séptima vez.
Observó las flores nuevamente junto con aquel pequeño regalo que llevaba para ella. Había planificado la noche entera y seguramente la reservación en el restaurante y las entradas al cine se habían perdido para ese momento.
–¡Maldición!– soltó para lanzar aquel ramo lo más lejos posible y ver los pétalos regarse en el aire en una danza suave y sutil. –Feliz aniversario...– murmuró guardando aquel regalo en su bolsillo y caminando desganado de regreso a casa. Tal vez mañana podrían verse... o la semana siguiente.
Fin del Flash Back
–Claro que no– respondió forzando su sonrisa tanto como pudo. No sabía por qué ese recuerdo había aparecido en su mente, pero sin lugar a dudas había sido el peor momento para hacerlo. –La ayudo tanto como puedo– indicó para empezar a comer y esperar que ese fuera el fin del tema.
–De ser el caso, por qué no ambos van a la universidad a dejar tu tarea; mi chofer puede llevarlos– ofreció Blaze, retomando la conversación.
–¿Ambos?– retomó Amy.
–Claro, asumo que Sonic no permitiría que su esposa esté sin su compañía– asintió Blaze .
–¿Podemos salir de Cristal Empire?– inquirió Sonic perplejo y con un dejo de emoción en su voz.
–Claro que pueden, esto no es una prisión– sonrió sueltamente la gata –Además, mi guarda espaldas los acompañara en todo momento– completó con una sonrisa un tanto más arrogante.
–¡Ah, puedo hacer esto yo sola!– se apresuró la eriza –Él no tiene que...
–No pensarás dejarlo a solas por esta gran mansión ¿o sí?– inquirió la gata cual amenaza –Imaginó que lo último que querrás estar lejos de él– espetó con una mirada fría hacia la eriza, quien se estremeció bajo la misma.
–Princesa, no es necesario que...
–Insisto– cortó Blaze cual ultimátum, a lo cual Sonic captó inmediatamente, asintiendo con desgano. –Se irán después de desayunar– dijo cual orden para continuar su comida.
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Blaze esperó en la gran entrada mientras miraba a la pareja caminar hacia el auto que ahora los esperaba afuera. Algo le indica en sus adentros que había algo extraño en esa relación, no había un solo desacuerdo o conversación real entre ambos, podría decirse que ninguno se decía nada a menos que ella iniciara una conversación. No era normal.
–¿Me llamaste?– escuchó decir al erizo plateado de pronto, apareciendo detrás de ella.
–Los acompañaras– indicó cortante con su mirada fija en la pareja que ahora montaba una limusina.
Silver siguió la mirada de a felina para ver a ambos erizos cerrar la puerta de la limosina y con cierta sorpresa voltearla a ver.
–¿Por qué?– preguntó Silver disconforme.
–No quiero que estén sin supervisión en ningún momento– explicó la gata –Intenta pasar desapercibido tanto como puedas– indicó para verlo al fin –Que tu presencia sea casi ausente, quiero que seas mis ojos y oídos cuando yo no esté cerca.
–Pensé que el punto que no me vieran era ese.
–Cambio de planes– habló Blaze para regresar su vista a la limusina que aguardaba –Eggman me ha dicho sobre lo peligroso que pueden llegar a ser estos intrusos.
–Princesa...– llamó Silver para que Blaze volteara a verlo nuevamente con una expresión severa, rodando sus ojos debido a eso –Blaze– corrigió, suavizando la mirada de la felina –Realmente crees que un héroe del calibre de Sonic the Hedgehog se infiltraría aquí bajo un matrimonio "arreglado" con el propósito de adueñarse de las Sol Emeralds?
–Tú misión será averiguarlo– espetó la gata, sin ánimos de discutir sus decisiones –Si es así yo misma me encargaré de eliminarlos– dijo con severidad.
–Bien, bien– concluyó Silver el tema para empezar a caminar –Como quieras– respondió sin interés –Pero que te quede claro que no me pagas lo suficiente para ser niñero de esta pareja– reprochó para verla de reojo.
–Velo como un favor hacia mí– le sonrió la gata dulcemente.
Silver dirigió su mirada al frente con un rubor notorio en sus mejillas, sin decirle nada más se apresuró a realizar el trabajo que ella le había indicado.
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Sonic y Amy se adentraron a la limusina, la cual yacía en la espera por el guardaespaldas personal de la princesa. Una vez dentro una intensa mirada por parte del erizo cayó sobre ella, sin poder huir de ella.
–Sé lo que vas a decir– habló Amy ignorando la mirada acusadora –No fue mi intención.
–¿Tú intención?– repitió el erizo azul molesto –¡Sabes lo que pudo costarnos tu pequeño olvido!
–Claro que lo sé Sonic– reprochó molesta por igual –Pero todo salió bien al final– dijo para dar por terminada la absurda pelea.
–¡Sólo porque intervine para salvarte!– se quejó. Era obvio que él no estaba listo para soltar el tema.
–¡Nadie te ha pedido que me salves!– vociferó Amy de regreso –¡Si no lo hubieras hecho en un principio no nos conoceríamos y nada de esto estaría pasando!
El enojo inicial de él se borró para que una expresión diferente se pintara en su rostro. Ahí ella se percató que había hablado demás. Amy conocía esa expresión de dolor ante sus palabras, después de todo no había sido la primera vez que había logrado herirlo con alguna de ellas.
–Yo no quise...– murmuró la eriza, acallando sin saber cómo arreglar lo que acaba de decir. No es como que no lo hubiera pensado más de una vez en sus peores momentos, sin embargo, era muy diferente decírselo frente a frente –No fue...
Escucharon la puerta abrirse para que un erizo plateado se uniera junto a ellos en la extensa limosina.
–Lamento la tardanza– habló Silver desganado para así tomar asiento y observar a ambos erizos, quienes yacían de extremo a extremo con una peculiar expresión en sus rostros, una que no pudo descifrar en ese momento. El vehículo empezó a moverse para que ninguno dijera nada, tal y como Blaze le había indicado había algo raro en su relación. –Creo que no nos han presentando– dijo el erizo plateado en un intento de ahogar la tensión que ahora caía sobre ellos –Mi nombre es Silver the Hedgehog, soy el guardián de la Princesa.
–Sonic– se presentó el erizo azul cortante, desviando la mirada a la ventana.
Amy volteó a ver a Sonic con asombro por la falta de actuación, parecía importarle en lo más mínimo lo que el mayor confidente de la princesa pudiera pensar de su ruda actitud. Sintió la mirada intensa del guardián para recordarle que ella aún no se había presentado.
–¡Ah! Soy Amy– dijo de pronto –Es un placer– habló condescendiente
–Un placer– saludó Silver terminando así su breve conversación e imitar al erizo azul, desviando su mirada hacia la ventana y observar el camino. En silencio.
Amy regresó su mirada a Sonic quien, mantenía aquella mirada perdida en el cristal, una notoria mirada de desinterés o eso aparentaba. Ella conocía esa mirada. Resopló molesta para dirigir la propia al cristal a su par y ver las ostentosas casas ser dejadas atrás para poco a poco regresar a su antigua vida, o el recuerdo de la misma, pues la nueva la acechaba a cada momento, aunque fuera una mentira, era imposible en no pensar en nada más que no fuese su unión obligada hacia el erizo; Amy observó de reojo al erizo, quien aún permanecía con esa mirada estoica, haciéndola fruncir el ceño; no era como que él no hubiera dicho algo que la lastimara en los últimos días, y él no parecía preocuparle en lo más mínimo si a ella le dolía o no, ¿por qué debería a ella?
Llegaron a la universidad para que así el chofer les abriera las puertas. Salieron de la limusina para ver el gigantesco edificio frente a ellos. Amy regresó su mirada al erizo quien ahora mantenía su vista en el cielo, sintiendo de nuevo la culpa recorrerla.
–Será sólo un momento– habló Amy con una sonrisa forzada –Iré y...
–¿Tú no irás?– cuestionó Silver interrumpiendo a la eriza para dirigir su mirada a al erizo azul.
–Claro– respondió Sonic sin interés desviándole la mirada empezando a caminar hacia el edificio dejándolos a ambos atrás.
Amy lo observó con sorpresa por su trato frío mientras caminaba sin reparo y adentrarse al edificio educativo, provocando que su mirada se endureciera ante su rabieta infantil. Sintió la mirada de Silver sobre ella, recordándole que no estaba sola. Lo volteó a ver avergonzada por el comportamiento de su "esposo" y así ella le sonriera nerviosamente.
–E-Está de mal humor– excusó su actitud –¿Nos podrías dar un momento?– pidió gentilmente la eriza rosa.
–Claro, esperaré aquí– dijo sin interés para que ella asintiera velozmente y corriera detrás del erizo azul para que Silver la siguiera con la mirada. Recordando las palabras de la felina: –"Que tu presencia sea casi ausente"– suspiró pesadamente, rodando sus ojos en señal de cansancio, sin embargo, ella se lo había pedido, y eso haría.
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Amy corrió hasta Sonic para lograr alcanzarlo, quien no se detuvo por su presencia continuando su paso apresurado; lo vio con una mirada desaprobatoria a la cual él no pareció prestarle atención.
–Por aquí, ¿no es cierto?– habló Sonic para cruzar en uno de los pasillos.
Pensó en reclamarle su actitud hasta que vio aquellos ojos vacíos nuevamente, sabiendo del causante de su comportamiento. Amy desvió su mirada para así morder su labio inferior apretando sus puños con fuerza; y así, sin pensarlo mucho adelantársele deteniéndose frente a él, obligándolo a parar.
–¡Lo siento sí!– exclamó de pronto, para que la expresión estoica de Sonic desapareciera y una de asombro tomara su lugar –¡No quise decir lo que dije!– soltó sintiendo como el alivio caía sobre sus hombros.
Sonic la observó asombrando. Era la primera vez que ella se disculpaba por algo, al menos desde su ruptura años atrás. No estaba seguro a cómo reaccionar ante eso, nunca lo había hecho antes.
–Es sólo que...– murmuró Amy rascando la parte trasera de su cabeza, avergonzada –Siempre estás molesto conmigo y me reclamas por todo lo que hago o dejo de hacer y...– silenció al ver al erizo azul quien ahora mantenía su vista en su reloj de pulsera provocando que su culpa se disipara para que el enojo tomara su lugar. –¡Y luego haces cosas como estas y me enfureces nuevamente!
–Si no nos apresuramos el guardián de la princesa vendrá– evadió el erizo para continuar su marcha y así llamar al elevador que los llevaría al nivel deseado. Se conocía esa universidad mejor de lo que le gustaría.
–¡¿Tienes que estar bromeando?!– soltó Amy molesta para alcanzarlo frente a los ascensores –¡¿No piensas decirme nada?!
–Yo jamás me he arrepentido de salvar tu vida Ames– dijo con tal calma que la furia que llevaba consigo empezó a disiparse, para que la culpa retomara su lugar en su pecho –Ni en los momentos en donde más te he odiado...– murmuró él pensativo escuchando las puertas del elevador abrirse, entrando al mismo, seguido por ella –Jamás me he arrepentido de conocerte– completó para pulsar el botón del nivel correspondiente con un obvio dejo de dolor en su voz
El elevador empezó a subir para que una eriza rosa mantuviera su vista sobre el erizo quien ahora no hacía nada más que desviarle la misma. Amy lo observaba con asombro, eso era la primera cosa dulce y real que le decía desde que se habían vuelto a ver. Ahora se sentía peor que antes; parecía que sus palabras realmente lo habían herido ¿cómo solucionarlo? ¿existía algo que pudiera decir?
–Sonic...– murmuró soltando un suspiro imperceptible –Escucha, en serio yo no quise...
El elevador paró abruptamente interrumpiendo su disculpa para que una luz roja se encendiera y el sonido de alarma sonara por el elevador junto a un mensaje grabado.
Estamos experimentando dificultades técnicas, por favor, permanecer calmados hasta que el personal especializado llegue.
–¿Averiado?– dijo Sonic pulsando el botón del nivel 8 insistentemente –¡Tiene que ser una broma!– exclamó molesto para intentar abrir la puerta del elevador, sin éxito.
–... ¿Estamos atrapados?– murmuró la eriza rosa para ver a los alrededores erráticamente.
–¡Genial!– exclamó Sonic resoplando frustrado, presionando nuevamente el botón sin éxito –Estaremos aquí hasta que alguien venga por nosotros– masculló viendo a la puerta con el ceño molesto. Podría derribarla si se lo proponía, pero podría provocar que el elevador cayera en picada –Espero hayas traído algo que leer porque...– calló al ver a Amy sentada en un rincón hiperventilada –¡Amy!– exclamó para llegar hacia ella y verla tan pálida como un fantasma –¡¿Qué sucede?!
–¡Estamos encerrados!– gritó sintiendo como el pánico empezaba a consumirla –¡T-Tienes que sacarme de aquí!– pidió.
–No puedo– se negó –El elevador...
–¡N-No entiendes, no soporto los lugares cerrados!– explicó hiperventilándose. Amy vio a sus alrededores sintiendo como las paredes empezaron a estar cada vez más cerca de ella, el aire se sentía más denso y la temperatura de la habitación parecía haber aumentado. Su vista empezó a nublarse y todo a su alrededor darle vueltas hasta que sintió como él la tomaba con fuerza para rodearla en sus brazos para ocultar su rostro en el pecho de él. –¿Eh?– soltó confusa.
–Cierra los ojos– pidió el erizo azul, intensificando su abrazo –Sólo escucha mi corazón.
Amy yacía confundida por la inesperada muestra de afecto, sin embargo, no le dio mucha importancia, para así seguir sus instrucciones, escuchando el suave palpitar del erizo azul, uno que la arrulló en un capullo de seguridad; de pronto todos aquellos miedos que la envolvieron empezaban a dejarla. Sus músculos previamente tensos, empezaron a relajarse pudiendo sentir de nuevo aire en sus pulmones; titubeante, Amy abrazó al erizo azul de regreso fundiéndose en un cálido abrazo. Había olvidado lo segura que se sentía en sus brazos.
–Todo estará bien– murmuró Sonic a suave voz –Quédate conmigo– expresó con una mirada estoica.
Sonic no quiso ponerle sentimiento a dicho momento. No era la primera vez que veía un ataque de pánico de Amy, aunque había olvidado su aberración por los lugares cerrados luego de un fallido secuestro de Eggman años atrás. Simplemente debería de esperar a que recobrara la compostura y luego podrían esperar en silencio a que alguien llegara por ellos.
–¿Por qué...– la escuchó murmurar captando su atención, sintiendo como el agarre de ella se intensificaba. –¿Por qué nunca lo dijiste antes?– preguntó Amy con un sollozo ahogado.
Sonic abrió sus ojos de par en par ante su cuestionamiento. La tomó de los hombros para así separarse de la eriza lentamente y dirigir su vista a la mirada en penumbra de ella, quien ahora permanecía en silencio con un labio tembloroso.
–¿A qué te refieres?– inquirió Sonic sin entender.
–Tú jamás me...– el elevador se sacudió suavemente silenciándola para que así retomara su curso y por fin llegara a su destino. La luz roja se desvaneció para que así las puertas se abrieran de par en par, dejando ver a un técnico en overol azul y caja de herramientas.
–¿Están todos bien?– preguntó un hombre de mantenimiento. –Estos elevadores han estado atascándose en las últimas semanas– explicó.
Amy se puso de pie velozmente para hacer al erizo a un lado y salir tan rápido como pudo de aquella pequeña habitación.
–¡Espera Ames!– intentó detener el erizo azul con su llamado, pero era obvio que ella no quería pasar ni un minuto más en ese elevador. Sonic resopló desganado.
Sonic se levantó del suelo para sacudir sus ropas y notar en el suelo el reporte que la eriza debía de entregar, razón por la cual él estaba ahí en contra de su voluntad, en el suelo. Rodó los ojos y de mala gana recogió el mismo cuando algo llamó su atención, el título de aquella absurda tarea: "Sonic the Hedegehog: Héroe de Mobius".
–¿Es sobre mí?– dijo el erizo para ver las páginas escritas por el puño y letra de ella. Sonic salió del elevador para agradecer al técnico con una corta reverencia y caminar por el pasillo ojeando aquel reporte y así leer las partes que le fueron más interesantes: –"Siempre puedes contar con que Sonic llegue a tu rescate sin importar el problema (...) jamás te decepcionara, con una sonrisa triunfante te hará sentir que no hay nada que temer (...) A pesar de su actitud desinteresada no hay otro héroe que tome más en serio la seguridad de cada uno de nosotros, esa es la razón por la cual..."– se detuvo para leer aquella la última frase, anonadado por la misma la cual decía: –"...siempre lo admirado y siempre lo haré".
Sonic observó el pasillo frente a él y sin pensarlo correr velozmente para alcanzarla.
Poco a poco los recuerdos de qué fue lo que pasó empiezan a venir y el odio que antes parecía imborrable empieza a abrir la parte más dulce de ambos, pero aún hay muchas heridas por sanar.
Gracias a todos por sus comentarios y el apoyo, y no se preocupen, las cosa irán mejorando de poco a poco. A su vez, quiero pedirles una disculpa si existen inconsistencias para actualizar, pero estos siguientes dos meses estaré un poco ahogada entre trabajos de universidad y trabajo T___T pero intentaré actualizar a la brevedad posible. Hasta entonces su autora se despide.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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