
Capítulo 14: ¿El Fin?
Yacía recostado sobre aquella baranda adornada con bellas luces para darle otro profundo trago a la tercera copa de champaña en los últimos 10 minutos. Silver mantenía su vista fija en las olas que rompían a la distancia mientras la música sonaba a sus espaldas junto a un distantes voces en lo que se le asemejaba amenas conversaciones. Soltó un pesado suspiro; ahora entendía a Sonic y la razón por la cual había preferido callar ante sus sentimientos hacia Amy.
–Hola...– escuchó a sus espaldas para así voltear a ver a la felina quien ahora lo miraba con cierta vergüenza.
–¡B-Blaze!– balbuceó nervioso –¡Hola!– soltó dejándose consumir por el pánico.
–¿Puedo acompañarte?– pidió la felina.
–¡Claro!– asintió para hacerse lentamente a un lado, y darle un espacio para posicionarse a su lado.
La vio recostarse sobre la baranda de metal, y así como él, fijar su vista al horizonte. Silver la imitó para permanecer en silencio a su lado, lo cual no era algo extraño, pues ambos compartían muchos silencios, pero este en particular se sentía más pesado que cualquier otro.
–Escucha– rompió Silver la tensión –Por lo de antes, yo... lo lamento.
–¿Por qué?– inquirió estoica la felina.
–Ammm...– murmuró Silver arqueando una ceja, no imaginaba que tendría que darle una explicación a su disculpa –Pues, por lo que dije, es decir no quise...
–¿Te arrepientes?
–¡No me refiero a eso!– corrigió velozmente –Es... bueno, por hacerte sentir incómoda– susurró desviándole la mirada. Silver se apoyó nuevamente en la baranda perdiendo su vista en el horizonte para de pronto sentir la mirada de ella sobre él y así verla de reojo por un momento; parecía que ella aún yacía expectante a sus palabras, a diferencia de su reacción momentos atrás –No te preocupes– soltó con una sonrisa –Nunca espere que me correspondieras o algo por el estilo– habló un tanto animado –Sólo necesitaba que supieras como me siento... lo mucho que me gustabas– completó con un dejo de dulzura en su voz.
–¿Por qué?– inquirió la gata –¿Cómo puedes gustar de alguien como yo?– preguntó desviando su mirada a un lado.
–Eso es lo divertido del amor– dijo Silver para verla al fin –No es cómo que haya una razón para enamorarte de alguien, simplemente pasa– habló jovial. Blaze no pareció conforme con su respuesta, pues un sutil mohín de molestia se marcó en su rostro.
–¿Cuándo te diste cuenta?– insistió la felina.
–Mmm...– murmuró Silver pensativo –Creo que fue el día que descubrí que no te gustaba el agua– respondió al fin con una amplia sonrisa.
–¿Cómo eso podría hacer que alguien te guste?– cuestionó Blaze con un dejo de molestia en su voz –Es un defecto, no una cualidad de la cual enamorarse– puntualizó irritada.
–¡Ese es el asunto!– dijo Silver con emoción –Cuando me lo confesaste fue la primera vez que pude ver una emoción real en tu rostro. Recuerdo que reí divertido al escuchar tu confesión y me viste con la misma expresión de enojo que tienes ahora– relató esbozando una amplia sonrisa –Luego, tus mejillas se sonrojaron sutilmente y una expresión de nerviosismo te invadió al no poder mantener la típica postura inmutable que siempre tienes y pensé: wow... en serio se ve hermosa cuando se avergüenza– confesó ruborizándose por sus palabras. –Después de eso, puse atención a cada pequeño detalle que hacías, a cada pequeña emoción que dejabas salir y empecé a admirarte por quien eras y bueno... no sé... heme aquí.
Silver vio las mejillas de la felina sonrojarse intensamente sin poder sostenerle la mirada, obligándolo a sonreír. Eso había sido lo que lo había cautivado en primer lugar y se sentía afortunado de volver a presenciarlo una vez más. Silver observó a la luna brillar en lo alto sintiendo una sensación de calidez que no pensó que podría disfrutar; al final aquella confesión había hecho un poco más que liberarlo.
–¿Tienes una idea de lo que sería tu vida si estuviéramos juntos?– inquirió la felina de pronto, provocando que él la viera de reojo –No podrías hacer lo que te apetezca, tendrías que siempre regirte a un código de conducta muy estricto y también cuidar día y noche a las Sol Emeralds. Toda tu vida cambiaría para meterte en un mundo frío e inclemente– murmuró Blaze para así verlo con severidad –Aún sabiendo eso ¿Estarías dispuesto a estar a mi lado como mi pareja?
Silver la vio perplejo por lo que sus palabras parecían querer transmitir, ¿acaso estaba diciéndole que aceptaba sus sentimientos? Y si era así ¿significaba que ella sentía lo mismo?
–E-Espera– balbuceó Silver con nerviosismo –¿Quieres decirme que tú sientes.... Es decir...– silenció para que la felina asintiera febrilmente con la cabeza, sin poder verlo a los ojos. Silver abrió sus ojos de para en par sintiendo un rubor cubrir sus mejillas incandecentemente –¡¿Desde cuándo?!– preguntó confundido. Esta listo para un rechazo, no para algo más.
–Recuerdo que un día me narraste una de los muchos libros que lees– respondió a baja voz –Y relataste tu punto de vista político social sobre el mismo, uno que yo no compartí– explicó –Y me viste intensamente por varios segundos...– acalló para traer a su mente una vez más aquella mirada que le había robado el aliento sin que él se percatara –Y luego argumentaste tan bien tu punto de vista que no pude hacer nada más que aceptarlo– completó. –Aunque jamás lo pensé mucho, es decir... sobre nosotros– murmuró Blaze sonrojándose intensamente –Hasta que Amy lo sacó a colación en una conversación– dijo para recordar las palabras de la eriza rosa: – "Ustedes pasan tanto tiempo juntos y se ven tan bien juntos... como de esas parejas de cuentos de hadas"
–Blaze...– soltó Silver en susurro para suavizar su mirada, a lo que ella insistió en desviarle la misma volteándole la cara. Aunque ella sintiera algo por él, parecía que no sería fácil sacarla de la coraza en la que yacía sumergida.
–¿Qué se supone que se haga ahora?– preguntó la felina con un nerviosismo.
–Tendremos una cita– respondió Silver colocando su mano sobre la de ella, provocando que la felina lo volteara a ver al acto, con sus mejillas sonrosadas –Esa es la forma en que dos personas saben si se gustan realmente, si son compatibles como pareja– explicó.
Blaze desvió su mirada a la mano de él, la cual sostenía con delicadeza la suya. En otro momento de su vida hubiera cubierto en flamas su mano con tal de conseguir distancia, y aunque sentía como un calor abrumante la cubría, por primera vez no quiso prender en llamas nada.
–D-De acuerdo...– asintió febril la felina.
–Mañana– habló Silver con emoción para tomarla con delicadeza, obligándola a verlo al fin –Mañana desayunaremos juntos.
Blaze lo observó con asombro y sin poder emitir palabra alguna asentir lentamente con la cabeza esbozando una sonrisa casi imperceptible. Posiblemente porque era la primera vez en mucho años que realmente se sentía emocionada por experimentar algo que sabía que la retaría como princesa y en especial como mujer... y le encantaba.
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Abrió sus ojos pesadamente, sintiendo el suave latir de su corazón retumbar en su oreja. Amy subió la mirada para ver al erizo azul dormir plácidamente. Esbozó una pequeña sonrisa y así admirarlo en silencio. Cerró sus ojos para recordar el cálido beso por el cual suplicó la noche anterior, uno lleno de una pasión desbordante. Recordó como en algún momento ambos cayeron sobre aquella cama para que ella esperara con impaciencia lo que procedería, pero en lugar de otro beso apasionado, él de pronto se detuvo. La observó con una mirada llena de deseo y una respiración agitada, y sin dar explicaciones acaricio su rostro con ternura y sin previo aviso decirle: "Quiero dormir contigo en mis brazos... nada más" Amy sintió su corazón fuertemente para así asentir en silencio. Permanecieron abrazados uno junto al otro, en completo silencio hasta que el sueño logró vencerla.
Amy lo observó nuevamente para así lentamente librarse de su agarre. Sonic se acomodó nuevamente para abrazar con fuerza una de las almohadas a su alrededor, tomando el lugar de ella. Amy le sonrió dulcemente para así besar su frente con dulzura.
–Regresaré pronto...– le susurró casi inaudible.
Amy se puso en pie y así dirigirse a la puerta, no sin antes verlo una vez más. Blaze había tenido razón, tal vez, tan sólo tal vez, esa relación aún merecía una última oportunidad.
Caminó por el pasillo con una gran sonrisa, no podía evitarlo. Se dirigía al restaurante del Ressort, para conseguir el desayuno de ambos; lo sorprendería con un desayuno en la cama y por fin hablarían de lo acontecido ayer; le diría que no estaba de acuerdo con su premisa de dejarlo todo atrás. Ese último pensamiento detuvo su feliz marcha .
–"Tienes razón, es mejor no complicar las cosas y dejarlo como está ¿no crees?"– recordó con amargura. ¿Acaso él ya se había rendido? Amy apretó sus puños con fuerza para lanzar una mirada decidida. –No importa– soltó decidida –No volveré a cometer el mismo error, esta vez no me daré por vencida tan fácil.
Hace 3 años había dejado en sus manos el curso de su relación y era obvio que esa había sido una terrible idea, aún recordaba la conversación con Rouge:
–Él pensó que no lo querías de regreso, él quiso verte muchas veces, pero...
–¡Nunca llegó!– interrumpió Amy dolida.
–Pues...– musitó Rouge –Tú tampoco fuiste por él– puntualizó.
En ese momento pensó que dejar que Sonic luchara solo había parecido la mejor de las ideas, pero ahora entendía que tal vez había sido aquello que había condenado su relación. No estaba segura que si él sería capaz de luchar por ella, pero debería de intentarlo. Tal como Blaze lo había dicho, no quería quedarse con el ¿Qué hubiera pasado sí...?
Siguió su camino cuando de repente el lugar se sacudió sutilmente. Amy se detuvo al acto para ver como las lámparas colgantes se sacudían a compas. Parecía que un temblor había llegado hasta ellos. No le dio importancia para ver las puertas del restaurantes a unos cuantos metros y así seguir cuando un gran estruendo se escuchó y de repente todo se sacudió. Amy cayó al suelo para ver como las paredes empezaban a desquebrajarse y las luces parpadeaban de manera intermitente mientras escombros y adornos caían por doquier. Cubrió su cabeza con las manos para evitar que los escombros cayeran sobre ésta.
Amy escuchó el sonido de una explosión a sus espaldas, la cual sacudió todo para que la onda expansiva de la misma la llevara contra el extremo opuesto de la pared y de repente todo se volviera negro.
–¡¿Estás bien?!– pudo percibir un grito a la distancia junto a lo que era un incesante zumbido.
Amy abrió sus ojos con pesadez para que su mirada se viera borrosa; escuchó una voz familiar ahogada por el zumbido en sus oídos, y así una mirada dorada se topó con sus ojos desorbitados. Amy sintió su cabeza palpitar mientras los sonidos ausentes por el persistente zumbido empezaban a aclararse lentamente. –¡Amy!– llamó la felina para tomarla de los hombros, obligándola a verla. La gata tenía pequeñas cortaduras en su rostros, ahora con los rastros de sangre seca; parecía que ella no había sido la única en salir lastimada.
–¡Amy Rose!– llamó Blaze con urgencia –¡¿Dime si estás bien?!
–Umm...– murmuró apenas la eriza para intentar sentarse –Sí...– logró expresar al fin.
–¡Tenemos que salir de aquí!– ordenó Blaze para ver a sus alrededores. Un pasillo colapsado frente a ellas y a su derecha los restos de lo que alguna vez fue un restaurante, a penas manteniéndose en pie. –¿Puedes caminar?– preguntó mientras la eriza palpaba su cabeza al sentir una constante palpitación en la parte posterior de su cabeza y toparse así con una herida que ahora había manchado su guante de color carmín.
–E-Eso creo– respondió para ponerse en pie algo tambaleante.
Amy observó los alrededores y así comprender qué había estado en medio de una explosión, algo a lo cual se había desacostumbrado luego de haber dejado la compañía de Sonic y sus viejo amigos –Eggman...– murmuró Amy para fruncir el ceño.
–¡Sí!– asintió la gata para tomar del brazo de Amy incitándola a caminar –¡Él y su invitado utilizaron este lugar para sacar un extraño robot que apareció de la nada sobre el mar!–
–¡¿Qué?!– exclamó la eriza para soltarse de su agarre. Deteniéndose.
–Sí, Silver y Sonic están allá en este momento– explicó.
–¡Pero Sonic no puede nadar!– reveló Amy consternada.
–Y mis poderes no tienen efecto cerca del agua– apoyó la felina con un dejo de molestia en su voz –Eggman eligió este lugar para tener una ventaja considerable.
–¡Debo de ayudarlo, debo de...
Amy silenció al sentir el piso moverse a sus pies, pero esta vez no era causa de Eggman o de algún temblor, esta vez era ella. Se recostó sobre una pared sintiendo todo darle vueltas mientras un intenso dolor de cabeza empezaba a anular sus sentidos poco a poco. El golpe recibido le había afectado más de lo que le gustaría y no estaba en condiciones de caminar sola, mucho menos de combatir.
–Por ahora debo de ponerte a salvo– insistió Blaze para tomar de su brazo colocándolo alrededor de su cuello y ayudarla a caminar –Le prometí a Sonic que te llevaría lejos de todo esto.
–Pero es nuestra misión, nosotros...
–Tus amigos ya están aquí ayudándolo– cortó Blaze al recordar al erizo negro, zorro y murciélaga que habían aparecido de la nada después del primer temblor –Por ahora, lo único que puedes hacer es no hacer más pesada su tarea.
Amy asintió desganada. Por mucho que quisiera ayudar en este momento con suerte podía ayudarse a ella misma. Vio de reojo a la felina, que al igual que ella tenía moretones y rasguños sobre diversas partes de su cuerpo.
–¿Tú estás bien?– preguntó Amy. Blaze la vio de reojo a ver con un claro mohín de molestia; estremeciéndose bajo su mirada.
–¿Por qué no me lo dijeron?– soltó de pronto.
–¿De qué hablas?
–¡Sobre Eggman y su plan de conquistar el mundo!– explotó la princesa para voltearla a ver sulfurosa.
–Amm...– murmuró Amy guardando silencio. Ahora que lo pensaba no estaba muy segura por qué Tails y los demás no habían hablado con ella y explicado la situación. –No pensamos que nos creerías– respondió al fin –Es decir, se volvió una gran influencia dentro de Cristal Empire.
–¡Aún así, debieron intentarlo!– se quejó sulfurosa.
–¿Nos hubieras creído?
Blaze desvió la mirada. Aún recordaba cuando Eggman había llegado con ella para hablarle de la infiltración de Sonic y Amy en un intento de robarle sus preciosas Sol Emeralds y como ella creyó en ello ciegamente. Si Sonic y Amy o cualquier otro hubiera planteado una idea absurda como que Eggman complotaba un plan para conquistar al mundo, seguramente hubiera considerado que era una confabulación para robarle.
–Tal vez...– alcanzó a decir.
–Bueno, por eso es que decidimos hacer este loco plan– se excusó Amy.
Blaze no podía negar su lógica. Observó de reojo a la eriza prestando atención al anillo en forma de rosa que aún adornaba su dedo para así subir la mirada al rostro de la eriza, el cual mantenía aquella expresión de fatiga en éste.
–¿Por eso te casaste con Sonic?– inquirió Blaze de pronto, captando la atención de Amy. Una cosa era ver de infiltrarse otra era casarse con alguien, y ella sabía de primera mano que los papeles de matrimonio entere ellos dos eran reales, pues lo había verificado –¿Cuál era su relación antes de todo esto?– preguntó curiosa.
–Oh...– murmuró Amy cabizbaja –Sonic y yo... bueno...– silenció para así soltar un pesado suspiro –Sonic y yo no nos habíamos hablado en los últimos tres años antes de que todo esto sucediera– confesó.
–¿Por qué?– cuestionó arqueando una ceja, intrigada.
–Tuvimos una ruptura y no quedamos en los mejores términos, si sabes a qué me refiero.
–¡Por eso es que actuaban tan raro!– soltó cual epifanía.
–Sí...– murmuró Amy desviándole la mirada.
–Ahora la conversación de ayer tiene sentido– dijo la gata para ver la expresión cabizbaja de la eriza. –Lamento que hayas tenido que sufrir todo esto en silencio– habló Blaze con cierto dejo de culpa en su voz, aunque no sabía por qué; tal vez porque no imaginaba lo difícil que debía de ser convivir con un viejo amor bajo el mismo techo pretendiendo sentir algo que no sentían o tal vez, por las emociones que habían florecido bajo aquella mentira elaborada –Sobre mi consejo de ayer...– continuó Blaze –Aún creo que si realmente lo amas y si él siente lo mismo que tú, que creo que así es, considero que no debes de renunciar a él.
Amy la volteó a ver para esbozarle una amplia sonrisa ante sus palabras, borrando cualquier rastro de fatiga o dolor –Yo también lo creo– musitó para que sus mejillas se ruborizaran suavemente. Blaze se contagió de su espíritu para devolverle la sonrisa. A veces se sorprendía de lo cálida que Amy podía volverse, abriéndose cual flor tocada por los primeros rayos de sol de un día de primavera. Posiblemente ese era el poder del amor que tanto Silver le había dicho aquella mañana antes de ser interrumpidos por Eggman.
Amy y Blaze salieron de lo que alguna vez fue un resort exclusivo y elegante para ver las ruinas detrás de ella. Ambas fijaron su vista a la distancia donde podía verse la última arma de Eggman y pequeñas explosiones sobre ésta maquinaria. Amy agudizó su vista para poder distinguir un halo de luz azul ir y venir. Era Sonic. Odiaba ese momento en las batallas, en donde ella debería de esperar a que su héroe lograra vencer al villano y regresar a su lado. Se soltó de Blaze para dar un par de pasos adelante con su vista en él para de repente verlo caer abruptamente gracias a un golpe de la maquina y así caer al agua.
–¡SONIC!– exclamó con horror y sin pensarlo correr hacia él escuchando a Blaze clamar su nombre.
Tal vez no pudiera luchar contra el robot, pero bien podía nadar y evitar que algo malo le pasara. Sintió su cabeza empezar a palpitar fuertemente y el aire faltarle; sus piernas flaquearon para así caer de bruces sobre la tierra. Su vista empezó a apagarse lentamente buscando con desespere al erizo azul en el campo de batalla que cada vez empezaba a verse más y más borroso.
–¡Amy!– llamó Blaze llegando a ella, bloqueando su vista.
Amy sintió sus ojos llenarse de lágrimas, no quería pensar en perderlo, no después de todo lo que le había costado recuperarlo –Ayu... ayúdalo...– murmuró con dificultad sintiendo el dolor de cabeza apagando todo a su alrededor y de repente, todo apagarse.
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Los estados de conciencia iban y venían. Recordaba abrir los ojos para ver a la felina hablando con alguien muy preocupada y luego nada ¿Acaso había visto a Shadow en un intento de hacerla reaccionar? ¿Acaso Tails había llegado a ayudarla?
Luces rojas y azules que brillaban golpearon su mente para luego una mirada conocida toparse con sus ojos, era él, era Sonic... y luego todo se borró en un hermoso sueño. Soñó con ellos, con un futuro juntos y cómo hubiese sido todo sin en aquel día ella no hubiese tomado esa decisión. Serían compañeros de aventuras y misiones para salvar al mundo; tendrían tontas peleas para luego reconciliarse con una vaga disculpa y un dulce beso; disfrutarían de una tarde soleada en silencio sólo gozando con la compañía del otro y tal vez... una boda real con un anillo real.
–Todo estará bien Ames...– escuchó su voz en la distancia. Era su voz.
Amy abrió sus ojos lentamente para escuchar un bip incesante. Focalizó su mirada para ver una máquina que medía sus signos vitales y así percatarse de las sabanas y paredes blancas a su alrededor. Observó que yacía sobre una pequeña cama y a su lado un pequeño ramos de rosas blancas en un florero sobre una mesa de noche.
–¿Un hospital?– se dijo para sentarse con esfuerzo y palpar su cabeza, la cual yacía vendada. Parecía que su golpe había sido más severo de lo que imaginó.
Amy escuchó la puerta de su habitación abrirse para reconocer a Shadow y Rouge entrar a la misma mientras mantenían lo que parecía ser una acalorada discusión.
–¡¿Cómo se te ocurrió decirle eso a Sonic?!– reclamó la murciélago.
–¿Querías que le dijera que siguiera esperando por algo que tal vez jamás pasaría?– se defendió el erizo negro.
–¡Sí, ella lo ama y por tu culpa ahora....– Rouge calló al ver a Amy sentada sobre la cama prestándoles atención atentamente. –¡Amy!– exclamó para correr hacia ella con una amplía sonrisa –¡Por fin despertaste!
–Amm... sí– asintió Amy para dirigir su mirada al erizo negro, casi como esperando el resto de la conversación.
–Tenías a todos muy preocupados– habló Shadow al fin al sentir la mirada insistente sobre él.
–Sí, sí– asintió Rouge –Estuviste durmiendo casi una semana.
–¡¿Una semana?!– soltó Amy obviando cualquier conversación previa.
–Te lastimaste gravemente la cabeza– expuso Rouge. –Todos estábamos preocupados... en especial Sonic– murmuró con una sonrisa pícara.
–Sonic...– repitió recordando la caída en el agua y la pelea con Eggman –¡¿Cómo está él?!– preguntó consternada. –¡¿Qué pasó con Eggman y la pelea y...
–Ganamos– interrumpió Shadow secamente –Como siempre– dijo arrogante –Y por el faker de tu novio no te preocupes, salió sin heridas importantes de la pelea... a diferencia tuya.
–Pero el agua... es decir...
–Eggman nos lo hizo cansado– habló Rouge para clarificar la vaga respuesta del erizo negro –Pero íbamos preparados, y aunque no fue fácil Tails logró develar el código de la base lunar y así frustrar sus planes– explicó –Y cuando se percató de eso sacó este robot para atacarnos en desventaja, pero Shadow atacó antes que pudiera destruir el resort snob donde se hospedaban, aunque aún así hubieron varios heridos.
–Atacó antes de lo previsto– se excusó el erizo negro con un mohín de molestia.
–En fin, lo demás fue como las viejas batallas– concluyó Rouge alzando los hombros al aire –Con el mismo final– dijo con una sonrisa.
–Entonces todos están bien– dijo Amy suspirando con alivio. –Me alegra saberlo.
–Y sabes...– continuó Rouge –Sonic ha venido a verte todos los días desde que estás aquí– reveló para dirigir su mirada a las flores blancas a la par de su cama. Amy siguió su mirada para ver a las flores a medio florecer –Estoy segura que no tardara en venir– dijo con una suelta sonrisa. Amy vio los diferente aparatos sobre ella para así arrancarlos sin cuidado. –¡¿Qué haces?!– exclamó Rouge alarmada.
–No puedo esperar más– explicó Amy –Iré a buscarlo– dijo decidida.
–P-Pero, tu cabeza, deberías de...– Shadow colocó una mano sobre su hombro para hacerla callar y así verlo de reojo, entendiendo su silenciosa mirada. Rouge soltó un suspiro pesado, conociendo a Amy no habría nada que pudiera hacer para detenerla, era una de las cualidades que sabía que Sonic adoraba de ella –Bien, te ayudaré.
Corrió a toda prisa por el hospital, según Rouge él estaba en camino cuando le había hablado hace unos 15 minutos, para ese momento él debería de estar por llegar en cualquier momento. Amy le diría lo que sentí por fin y esta vez no le importaría su pensar o reaccionar.
Llegó a la puerta del hospital vistiendo aún una blusa blanca suelta y un par de pantalones del mismo color junto con una pantuflas que la delataban como interna, pero logró evadir la seguridad sin problemas, después de tantas bases de Eggman, eso ya era un juego de niños para ella.
Amy salió a los jardines del hospital para así ver a la distancia a Sonic. Esbozó una gran sonrisa para correr hacia él, quien aún no se percataba se su presencia, siguió su carrera hasta que vio algo que la hizo detenerse. Era Sally, quien conversaba con él amenamente mientras él le entrega un ramo de flores.
–Sonic...– murmuró.
Gracias por los comentarios y bueno, hubo uno en particular que me llamó la atención. Me dijo este lector que por fin había conseguido desesperarlo con la actitud de ambos porque era una historia demasiado real!!! Jajajajaj y bueno, ese era el objetivo, sé que el va y viene de la relación de ellos puede ser tedioso pero así son las relaciones, más complicadas de lo que nos gustaría. Aún así, para los que consideran que la relación es tediosa y aún así han seguido conmigo hasta los últimos capítulos ¡les agradezco muchísimo! <3
Queda un último capítulo mis lectores y las cosas no siempre son como aparentan. Esta historia aún tiene un último capítulo que contar; así que no se pierdan el capítulo final: Tú y yo. Hasta entonces, su escritora se despide.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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