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Capítulo 13: Mis Sentimientos



Llegó a la fiesta a regañadientes. No le interesaba en lo más mínimo tener que pretender un día más. Todo el día había hecho lo posible por estar lo más alejado de Amy y gracias a Silver lo había logrado. Esa mañana habían tenido una extensa conversación sobre las razones de su mentira y qué pretendían hacer ambos ahí; una que él mismo había alargado con tal de no tener que regresar a su habitación, hasta que no pudo quedarse más tiempo afuera.

Sonic suspiró pesadamente, sin poder olvidar las palabras de la eriza "Ya sabes, sólo sexo casual, no tenemos que complicar por nada" rememoró con pesar. Intentaba obviar su creciente enojo respecto a la indiferencia de la eriza ante lo que para él obviamente había sido algo más que una aventura casual; no podía pensarlo de igual forma con Amy... no con ella. Sonic frunció el ceño molesto para así buscar un copa de champaña, realmente necesitaba un buen trago para poder dirigir todas aquellas emociones que pretendían hacer casa en su mente tribulada.

Observó a uno de los camareros que vestían de smoking con charolas de comida y bebidas no muy lejos de él para así ir a su encuentro.

–¿Podrías darme una...– silenció cuando el camarero volteó a verlo para fruncirle el ceño –¡Shadow!– soltó Sonic con un obvio asombro y por inercia ver hacia los lados, rogando que nadie pudiera reconocerlo. Alarmado.

–¿Sorprendido?– soltó el erizo negro al notar el mohín de sorpresa de Sonic.

–Sí...– respondió con una clara expresión de confusión –Es decir, ¿cómo o por qué...

–Estamos de infiltrados para poder detener los planes de Eggman– resumió Shadow anticipando sus palabras –¿Crees que eres el único que ha hecho algo en este tiempo?– dijo en tono de reclamo.

–Oh...– exclamó Sonic, eso tenía sentido para él; después de todo Amy y él serían sólo una facilidad para que Tails y los otros pudieran hacer el verdadero trabajo.

–Hablando de hacer algo– murmuró Shadow con un dejo de diversión en su voz –¿Dónde está tu esposa?

Sonic se ruborizó por las palabras del erizo negro, avergonzado. No sabía por qué su enunciado parecía tener algún tipo de connotación pervertida, casi como si supiera lo que había sucedió la noche anterior. Shadow amplió su sonrisa pícara al ver su clara incomodidad, sonrojándose intensamente ante la mirada divertida del erizo negro.

–Esto es ficticio ¿sabes?– respondió Sonic irritado, obviando sus pensamientos sobre la extraña actitud del erizo negro –No es como que tengamos que estar juntos a cada momento– espetó.

Sonic la buscó con disimulo en aquella fiesta, para ver a lo lejos a la eriza rosa hablando con una amplia sonrisa a la princesa; ella al menos parecía divertirse. Soltó un pesado suspiro para regresar su mirada nuevamente al erizo negro, intentando ocultar sus emociones caóticas.

–Veo que lo que Rouge me dijo era cierto– habló Shadow con un suspiro de cansancio –Todos temíamos que esto pudiera pasar.

–¿Rouge?– repitió Sonic con asombro para ver a sus alrededores ¿quiénes más estaban ahí? –¿A qué te refieres que todos temían que esto pasara?– inquirió con un mohín de molestia –¿Qué es lo que todos dicen que pasó?

–Que tú volvieras a tener sentimientos por Amy y ella no supiera qué hacer con ellos una vez tú los exhibieras– acusó Shadow con una expresión inculpadora.

–¡Yo no...– calló al sentir la mirada intensa del erizo negro, intimidándolo un poco. Era obvio que no creería nada de lo que le diría... y siendo sincero, ni él creía ya en sus palabras. Sonic soltó un pesado suspiro desviando su mirada de la acusadora de él –No pude evitarlo– confesó al fin en baja voz –Pero ella no...– silenció para verla de reojo, quien ahora se encontraba sola observando algo como aquella dulce mirada que siempre le robó el aliento –No importa.

Shadow advirtió la expresión de desolación en el erizo azul, una que para su gusto ahora conocía demasiado bien. Los recuerdos de cuando Amy lo había dejado y su mirada entristecida que llevó durante los meses siguientes era algo que lo irritaban de maneras que no podía describir; en ese momento había preferido no inmiscuirse, pero era obvio que ahora debía hacerlo si quería que esta misión se completara con éxito y estaban muy cerca para que ahora ambos lo echaran a perder.

–Dime algo– dijo Shadow de pronto –¿Somos amigos?

La pregunta lo tomó por sorpresa para abrir sus ojos de golpe. Sonic observó la mirada severa del erizo y era obvio que no bromeaba con la misma.

–Ah... pues...– balbuceó Sonic rascando la parte trasera de su cabeza, desviando su mirada; incómodo por la pregunta tan directa –No sé si amigos sería la palabra que yo...

–No lo somos– puntualizó el erizo negro –Y por eso escucha bien lo que te diré, ya que a diferencia de tus otros amigos no pienso endulzarte nada– ordenó para verlo severamente –Nadie te culpa por los sentimientos que tienes hacia ella, después de todo, nosotros siempre hemos sabido de tu amor oculto hacia ese eriza desde antes que tú hicieras el primer movimiento.

–¡Yo no...

–¡Calla y escucha!– regañó con inclemencia, provocando que Sonic hiciera un puchero infantil ante su reprimenda –Sin embargo, Rose está en un momento vulnerable donde el miedo puede más que cualquier otra cosa y créeme cuando te digo que si insistes sólo encontraras un camino de sufrimiento y dolor a tu paso.

–Creo que no entiendo... ¿me dices que desista de cualquier intento por acercarme?

–Digo que ella no está en una posición para aceptar tus sentimientos como lo hizo años atrás– explicó –Y si sigues insistiendo te toparas con palabras y acciones que sólo te causaran dolor.

–¡Pero no quiero perderla!– confesó incluso para sí mismo, asombrándose a sí mismo por sus palabras. Ahora entendiendo mejor que nunca su dolor.

–No tienes que hacerlo– señaló Shadow cual hecho obvio –Siempre pueden ser amigos, ¿no es cierto?–. Sonic desvió su mirada con tristeza, no era exactamente el consejo que quería escuchar, pero entendía perfectamente sus palabras. –No siempre se gana– retomó Shadow –A veces puedes apostar por una causa que crees que ganaras con los ojos cerrados y como si nada pierdes 50 rings– habló malhumorado.

–¿50 rings?– repitió Sonic sin entender.

–No importa– obvió el erizo negro –Mi punto es que debes de terminar con esta pelea, al menos hasta que Tails termine de hacer la infiltración a la computadora central de Eggman, después de eso puedes tener tanto melodrama como quieras– indicó Shadow cual orden –No debo de recordarte que está en juego aquí y los riesgos de que ustedes permitan que sus sentimientos los sobrepasen.

–Lo sé...

–Entonces ve a trabajar– dijo Shadow para ajustar aquel corbatín negro del traje de etiqueta que lo habían obligado usar para ser camarero –Yo haré lo mismo– dijo por último para seguir caminando entre los invitados.

Sonic soltó un pesado suspiro; rememorando en qué momento había empezando a sentir algo nuevamente por ella ¿habría sido la primera noche al dormir a su lado? ¿al primer abrazo real? O simplemente desde que la vio sentada en la sala de Tails intentando desaparecer de su vista. Aún recordaba todas las emociones que lo golpearon de pronto con su sola presencia y como había sentido su corazón latir nuevamente, regresándolo por un momento a la vida.

–¿En qué estoy pensando?– se reclamó a sí mismo sacudiendo su cabeza con fuerza –Déjala ir...

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Los ojos de Blaze se abrieron de par en par ante la revelación de Silver, para así soltarse de su agarre rápidamente, retrocediendo un par de pasos, viéndolo confundida.

–¿De qué estás hablando?– preguntó Blaze con un dejo de molestia en su voz –¡Eres mi guardián!

La voz de Blaze acalló la música, para que todo en la fiesta silenciara de golpe y ellos se convirtieran en el centro de atención de la fiesta. Blaze observó a sus alrededores y cómo las miradas curiosas se fijaban en ellos. Apretó sus puños con fuerzas sonrojándose intensamente para así caminar fuera de la pista de baile a toda prisa, corriendo de la vergüenza que la abrumaba.

Llegó al muelle de aquella playa y aunque odiaba el mar con todas sus fuerzas, en ese momento parecía ser su mejor amigo, el único aparentemente. Se detuvo al llegar al final del mismo para ver el agua turbulenta bajo sus pies, chocando de manera errática contra los postes de madera, de alguna manera se identificaba. Su dura mirada se suavizó para así soltar un suspiro; nunca imaginó que alguna vez Silver podría sentir algo por ella, que alguien podría verla diferente a lo que ella era. Una princesa.

–¡Blaze!– escuchó decir, para voltear a ver a una eriza rosa correr hacia ella torpemente. La felina frunció el ceño al verla para regresar su mirada al frente. Todo eso había pasado por culpa de ella después de todo –¡¿Estás bien?!– preguntó Amy llegando con su respiración agitada.

–¡¿Tú sabías que él haría eso?!– le preguntó la gata iracunda.

–No, claro que no– negó la eriza con una expresión de consternación –Es decir, sabía que sentía algo por ti, pero...

–¡Entonces lo sabías!– explotó Blaze. No conocía otra forma de manejar los sentimientos contradictorios que ahora la invadían –¡Él es mi guardián!– vociferó –¡¿Cómo pudo ocurrírsele semejante tontera!

Amy la vio con asombro por sus toscas palabras, para que su enojo volviera a guardarse en lo más profundo de su ser, o al menos eso parecía.

–Si no le correspondes creo que hay mejores maneras de decírselo– reprochó Amy. Blaze la volteó a ver iracunda, obviamente ofendida por sus palabras –Rechazarlo públicamente no me parece la forma– señaló.

–¡Esto no es culpa mía!– se defendió –¡Él fue quien lo dijo en medio del estúpido vals, del cual, para empezar, yo no quería participar!– se quejó –¡Esto es culpa tuya y de Sonic!

–¿Cómo dices?– inquirió Amy sin entender –¿Por qué esto sería culpa mía y de...

–¡Ustedes y sus problemas de relación hicieron que Silver pensara las cosas!– dijo al recordar cómo es que ese hecho se había desencadenado –¡Si tú le dijeras a Sonic lo que sientes esto no estaría pasando!– expulsó iracunda.

Amy abrió sus ojos de par en par al escuchar las palabras de la felina, observándola con embebecimiento. Blaze se dio cuenta que había dicho demás; después de todo no tenía idea de las razones de las extrañas palabras de Silver o bien, que fueran culpa de la eriza como había soltado en su ataque iracundo.

Blaze le dio la espalda para así regresar su vista al mar, sin emitir palabra alguna; esperando que así Amy la dejara a solas.

–¿Qué se suponía que le dijera?– murmuró Amy, captando la atención de la felina. Blaze la observó de reojo observándola apretar sus puños con fuerza –Que para mí también fue importante ¿qué no fue una noche más?– habló Amy mordiendo su labio inferior con fuerza –¿Qué cuando estoy a su lado lo único que quiero hacer es tirarme a sus brazos y no soltarlo jamás?– confesó para que la primera lágrimas buscará salida de las emociones embotadas de ella, provocando que Blaze la volteara a ver a intrigada por las palabras que brotaban solas –¡¿Cómo podría?!– dijo quebrándose en llanto –Después de tanto dolor, de tantas despedidas, yo no... no puedo... ya no...

Amy tapó su rostro recordando nuevamente la mirada de Sonic de aquella mañana, realmente quería decirle lo mucho que había significado para ella hacer el amor con él, pero el miedo la invadió ¿Qué pasaría si para él no era más que otra aventura? ¿Si al finalizar aquella misión simplemente decidía regresar con Sally? ¿Qué pasaría si de nuevo callaría a la espera de que él le dijera lo mucho la quería a su lado para sólo obtener otro prolongado silencio?

–¿Lo amas?– preguntó la felina. Amy descubrió su rostro ante su pregunta para así dirigir su mirada a la gata, quien ahora tomaba asiento en el borde del muelle, fijando aquella mirada serena al horizonte –Claro que lo amas, o no estarías como estás.

–¡Y-Yo no... es decir... él y yo...

–Cuando te conocí pensé que él no te agradaba– continuó Blaze sin ponerle atención al intento de negación de la eriza –Fue obvio que aunque no te casaste por amor, éste nació de la convivencia... o eso creo– sostuvo.

Amy no replicó nada ante sus aseveraciones. La observó sentarse en silencio a la par de ella e imitarla, perdiendo su vista al inmenso océano. Blaze la vio de reojo las lágrimas que se derramaban en silencio recorriendo su rostro, fuera lo que fuera que la atribulaba era obvio que llevaba mucho tiempo carcomiéndola por dentro.

–Pero no entiendo– continuó Blaze –Si ustedes se aman... ¿por qué sufres tanto?– preguntó curiosa la gata.

–El amor no es suficiente– respondió Amy en murmullo para así ver al anillo en forma de rosa que adornaba su dedo como una mala broma del amor –Ya no.

–No voy a negar eso– indicó la gata –Pero es la base ¿no es cierto?– inquirió para voltearla a ver –Y una base firme es lo que se necesita para construir cualquier cosa ¿no?– señaló cual hecho obvio –Si el amor que él te da no es suficiente no sé porque insistir en mantener una relación. Déjalo y sigue con tu vida– espetó fríamente.

–¡¿Y por qué tú no aceptas los sentimientos de Silver?!– preguntó Amy de pronto, cansada de escuchar reclamos sobre sus malas decisiones. –¡Sí es tan fácil sólo aceptar el amor y hacer una relación feliz ¿por qué no lo haces tú?!

Blaze se sonrojó con fuerza recordándole por qué en un principio terminaron ahí sentadas frente al mar. Le desvió la vista sintiendo sus mejillas pintarse de carmesí mientras su corazón latía aprisa.

–Porque...– balbuceó la felina para estrujar el vestido que adornaba su cuerpo –Porque no sé cómo– admitió avergonzada.

–¿No sabes cómo qué?– inquirió Amy con un obvio dejo de molestia en su voz.

–Como amar...– explicó para hundirse en su lugar, sintiendo un abrumador calor empezar a recubrirla, temiendo perder el control que necesitaba para mantener sus poderes en calma.

–...Entiendo ese sentimiento– musitó Amy con una triste sonrisa. –¿Alguna vez te has enamorado antes?– preguntó suavizando su mirada. Blaze negó suavemente con la cabeza sin sostenerle la mirada –Es algo hermoso– habló Amy pintando una pequeña sonrisa –Lo único que deseas es estar con ese ser especial en todo momento y acompañarlo a la más loca de toda las aventuras y verlo sonreír– dijo pausando un instante y recordar la amplía sonrisa de Sonic, aquella que siempre lograba cautivarla y sonrojarla –Sólo quieres verlo sonreír todo el tiempo... ser la causa de su sonrisa– musitó borrando lentamente la mueca de felicidad y así traer de golpe aquella expresión de decepción en el rostro de él de aquella mañana –"Es bueno saber tu concepción de mí, Amy"– rememoró sintiendo un intenso dolor en su pecho.

–¿Qué sucede si en lugar ser la causa de su sonrisa soy la causa de su tristeza?– inquirió Blaze atormentada –Nunca he sido nada más que la princesa de Solaris, que la guardiana de las Sol Emeralds... y sabes, jamás me importó no ser nada más que esto– habló con la imponencia que sólo alguien de la realeza podría tener –O eso quise creer siempre...– murmuró Blaze cerrando su mirada con pesadez.

Blaze recordó ver el amor que Sonic le profesaba a ella y como una pequeña parte de ella sintió celos del amor que la eriza recibía; después de todo ella no tenía idea qué podría ser eso, es decir, a excepción de los días en los que convivía con Silver. Adoraba verlo quebrar aquella mascara de guardián para dejar entre ver un puchero infantil al no estar de acuerdo ella en alguna orden o aquella sonrisa divertida cuando decía algo que para él era una broma divertida cuando ella no lograba entender su extraño sentido del humor, o claro, cuando la miraba fijamente haciéndola sentir... única.

Abrió sus ojos de golpe para voltear a ver a sus espaldas y entenderlo todo. Ella gustaba también de él, o eso creía ¿así se sentí el amor? Blaze regresó su mirada a la eriza, quien ahora la observaba atentamente.

–Silver tenía razón– habló Blaze con un dejo de diversión en su voz –El amor puede morir si no lo expresas– citó rememorando sus últimas palabras –Y no quiero que eso pase.

–¿Hablas de que...

Blaze se puso en pie para arreglar sus ropas y así verla con gentileza. –Que quiero saber qué es este sentimiento que ahora siento... uno que me hace temer acercármele y a su vez no me deja alejarme– explicó.

–Pero pensé que tú tenías miedo– le recordó Amy confundida –¿Cómo sabes que funcionara y que no terminara en desastre?– preguntó poniéndose de pie de golpe, proyectando cada una de sus inseguridades en la felina.

–No lo sé– negó Blaze fijando su mirada a aquella fiesta –Pero no quiero un día preguntarme ¿qué hubiera pasado si...?– explicó con un amago de sonrisa –¿Tú sí?

La pregunta tomó a Amy con sorpresa sin poder responderle. La felina colocó ambas manos sobre sus hombros, provocando que Amy la viera con detenimiento.

–Haz lo que creas correcto– aconsejó Blaze con aquella voz serena –Yo sé que yo lo haré– dijo por último para caminar de regreso a la fiesta.

Amy la vio partir admirando el valor que ella ahora exhibía. Soltó un pesado suspiró para observar aquel anillo de diamantes una última vez; ¿qué hubiera pasado si tan sólo hubieran luchado un poco más? ¿Acaso la historia hubiera sido diferente? ¿Acaso ese anillo sería real en lugar del juguete que Tails le había entregado? ¿Era ya muy tarde?

–Sonic...– murmuró al viento para regresar su vista a la fiesta en donde sabía que él debería de estar.

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Las horas pasaron para regresar a su habitación luego de una búsqueda infructuosa. Amy había buscado al erizo azul con ímpetu, sin éxito alguno de su paradero. Posiblemente aún siguiera evadiéndola. Amy abrió la puerta desganada para adentrarse a la misma y una vez adentro escuchar la puerta del baño abrirse y así dejar ver al erizo azul en la misma, quien ahora salía de la ducha con una toalla alrededor de su cuello y unos cómodos pantalones tipo pants.

–¿Amy?– soltó Sonic de pronto al verla entrar a la habitación.

–¡Sonic!– exclamó con sonroje, desviándole la mirada sin poderlo evitar. Su torso desnudo y marcado abdomen la hacían sentir cosas que no sabía cómo manejar. –T-Te estuve buscando– balbuceó febril.

–Oh...– soltó, desviando su mirada –No me quede mucho tiempo en la fiesta– dijo rascando la parte trasera de su cabeza. Poco después de hablar con Shadow decidió que necesitaba aclarar sus pensamientos –Fui a dar una vuelta por la playa para pensar y bueno, creo que perdí la noción del tiempo– explicó vagamente –Regrese antes a la habitación para quitarme toda la arena de encima.

–Claro, claro– asintió Amy con una sonrisa nerviosa.

Ambos permanecieron en silencio de manera incómoda. Amy observó al erizo azul, sintiendo como se formaba un nudo en su garganta atragantándose con sus propias palabras. Intentaba decir el primer enunciado pero al ver su mirada desinteresada éste desaparecía de sus labios. Sentía la ansiedad acrecentando al exponerse ante él una vez más. No es como que no lo hubiera hecho cientos de veces antes, pero antes simplemente no le importaba la respuesta de Sonic, la cual generalmente era condescendiente para evitar lastimarla, rechazándola sutilmente; ¿Por qué ahora le era tan difícil volver a decir sus verdaderos sentimientos?

–Yo...– musitó Amy lanzando su mirada al suelo, sabiendo que si insistía en mirarlo de frente no podría expresarse –Yo...

–Creo que te debo una disculpa– habló Sonic al fin, interrumpiendo su vago enunciado. Sonic soltó un pesado suspiro, provocando que Amy elevara su mirada al acto, viéndolo con sorpresa –Por lo de hoy en la mañana– se explicó –Tienes razón, es mejor no complicar las cosas y dejarlo como está ¿no crees?

–¿Eh?...– soltó Amy para ver al erizo azul con un amago de sonrisa en su rostro. Sonic la vio fijamente para empezar a borrar aquella sonrisa y verla expectante –¡Quiero decir, claro!– asintió rápidamente, reaccionando a sus palabras –Es decir somos buenos amigos ¿no es cierto?– concordó Amy con una sonrisa forzada –No es necesario que pensemos mucho sobre lo que pasó o... como nos sentimos– soltó cabizbaja.

–Eso pensé yo también– acordó Sonic con un dejo de tristeza en su voz –Es decir, es más fácil de esta forma.

–Sí, claro...– asintió la eriza con una falsa mueca de alegría.

Sonic le regaló una amplia sonrisa, para mostrarle aquellos perlados dientes y una expresión gentil pintara su rostro. Amy sintió como sus mejillas empezaban a bañarse de un suave color carmín para ver embobada al erizo azul. Observó las gotas de agua aún recorrer su bien formado cuerpo, acariciando cada centímetro del mismo y un trago pasado pasó por su garganta, intensificando su sonroje. Amy vio de reojo la cama que ahora compartirían trayendo recuerdos lascivos a su mente.

Sonic se quitó de aquella toalla que tenía en el cuello para terminar de secar los rastros de agua sobre su torso desnudo.

–Pensaba que podríamos buscar a los otros, parece que están por aquí– dijo para lanzar la toalla al cesto de ropa sucia –Tal vez habrá algo que podamos hacer para...

–S-Sabes– interrumpió Amy, captando la atención del erizo azul –No todo tiene que acabar– murmuró la eriza rosa, sintiendo su cuerpo ser abrumado por un intenso calor. Mantuvo su mirada a sus pies, sin poder ser capaz de enfrentar la mirada de Sonic –Quiero decir... para propósitos de esta misión hay cosas que aún tenemos que hacer– musitó jugando con sus manos nerviosa.

Amy escuchó su corazón latir en sus oídos mientras su rostro ardía intensamente sabiendo que su sonroje si antes no era notorio, ahora lo seria. Quedó a la espera de alguna negación por parte del erizo, como siempre había pasado. Elevó la mirada lentamente para observar al erizo azul con un sutil rubor en sus mejillas.

–Hablas de que...– habló Sonic para romper el silencio –Si hiciéramos algo, ¡y no digo que lo hagamos!– dijo apresurado para verla con nerviosismo –Pero si hiciéramos... cosas– murmuró Sonic sonrojándose intensamente –Siempre y cuando sea por la misión, no sería un problema ¿no es cierto?

–¡Sí!– exclamó Amy animada. Se acercó a él lentamente, acortando la distancia entre ambos y así regalarle una mirada seductora quedando frente a frente –Podemos hacer cosas como...– acalló para con gentileza tomar la mano del erizo azul, quien al sentir su tacto estremeció ante el mismo. Amy entrelazó lentamente sus dedos con los de él dejándose abrumar al sentir la calidez de su tacto una vez más, una sensación que su cuerpo parecía pedirle a gritos.

Sonic observó la mirada de ella perdida sobre su mano y como mordía su labio inferior de manera traviesa, sintiendo su corazón acelerarse ante su mirada juguetona y firme tacto. Sonic tragó pesado mientras sus ojos recorría el cuerpo de ella una vez más, sintiendo como la corta distancia entre ambos ahora parecía insufrible. La tomó de la cintura velozmente para así pegar su cuerpo contra el de ella, sorprendiéndola por la repentina acción de su parte.

–O abrazarnos...– murmuró Sonic en ronca voz y así envolverla lentamente entre sus brazos recorriendo sutilmente cada curva de su cuerpo, afirmando su agarre. Los ojos de ella se prendieron en los de él, para ver como su respiración se aceleraba sutilmente –O...

–Bésame– ordenó Amy con desespere.

Sonic le sonrió pícaramente para sujetar la parte posterior de su cabeza para así fundirse con ella en un beso. Deseaba fervientemente poder sólo dejarla ir como Shadow le había dicho, y lo haría, pero no hoy. Amy rodeó su cuello con sus brazos y así dejarse fundir en un beso silencioso... uno que parecía gritar todo lo que ambos se negaban a admitir.


El capítulo 14 ya está en proceso y el final a la vuelta de la esquina. ¡Así que lectores no se pierdan los últimos capítulos de esta historia, el cual tiene proyecta de ser 15 capítulos en total, pero veremos si no se alarga un poco más. Hasta entonces, su autora se despide, Kat fuera.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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