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Capítulo #7. Parte 3.


Sus expresiones y acciones solo aminoran mis pensamientos sobre la opción de matarlo.

-Hagamos esto.

-¿De qué planeta vienes? ¿Es como la tierra?

-Del planeta de los sueños -respondo serio, mientras que por dentro estoy al borde de morir de un ataque de risa.

-¿Cómo La tierra de nunca jamás? -eleva la voz emocionado.

-¡Sí! -esto es tan divertido.

-Esto es increíble -ahora me siento mal. Él está tan serio y yo aquí haciendo bromas.

Creo que se me están pegando las mañas de los seres humanos "sarcasmo", para evadir el dolor.

Suelto una carcajada y él eleva su rostro para mirarme, totalmente serio.

-Te estás burlando, ¿verdad?

-Nada más un poco.

Se cruza de brazos y eleva el mentón serio. Cuando pienso que lo molesto que está no podrá cambiar yo decido ponerme serio también y me sorprende, eleva las esquinas de sus labios y ensancha una enorme risa, empieza a reírse estruendosamente mientras yo estoy serio, lo cual me hace descubrir algo y es que tal vez, ¿así se siente tener un amigo?

>>Ginebra, se llama Ginebra.

Buscó acomodo en el mueble frente a él para contar la historia jamás descubierta, queriendo decir que jamás contada. Es decir, no mirando al oyente al que va a ser exhibida a los ojos.

>> Era un mundo... igual a la tierra. Sí, igual a la tierra. A cuando la tierra era el supuesto "paraíso", pero muchas cosas sucedieron y esa primera cosa lo hizo hace más de un millón de siglos. Mi madre era sirvienta de la reina, de una que gobernaba una parte de Ginebra. La reina quedó en cinta un año después de que mi madre diera a luz a mi hermana, después de tenerme a mí. La reina quería que su hija creciera conociendo a su pueblo y que siempre fuera la luz en medio de nosotros, una luz en medio de tanta maldad disfrazada de bondad. La hija de la reina dio sus primeros pasos con nosotros, la servidumbre, tenía solo dos amigos: mi hermana y yo.

David asiente.

>>Yo me prometí a mí mismo cuidarla, no dejar que nada le pasará. Ella crecía conforme su madre quiso, su padre fue el mejor rey que nuestra tierra pudo llegar a conocer. Mejoró las leyes, para mejorar la vida de cada uno en los pueblos, permitiendo que todos fuéramos igual y tuviéramos la misma cantidad de respeto, no permitía delito alguno.

¿Cómo cuentas algo que te ha hecho daño? ¿Un daño irreversible? ¿Un daño que jamás podrá opacar sus llamas o aminorar su frío? Eso que hiere el alma y no el cuerpo. Eso que no cesa y se esparce en el aire que respiras, se filtra por tus fosas nasales y adhiere a tus órganos. Esa enfermedad que no te mata, pero te va comiendo de a poco, saboreando gustosamente tus alientos y suspiros. Llevándose la vida que te corresponde; tus sueños, metas, anhelos, ilusiones, emociones y finalmente tu amor. Dejándote con la simple masa que es tu cuerpo, el cual viaja sin rumbo, ni motivo. Eso que te hace llorar en las noches, que te hace sentir ese dolor y a la vez un vacío en tu pecho. ¿Eso? ¿Cómo lo expresas?

>>Recuerdo que pasó cuando la princesa Anleslines tenía nueve años, el rey empezó a buscar un buen esposo para ella y que a la vez fuera un buen rey para su pueblo. En una de las otras partes de Ginebra había un rey que tenía un hijo llamado Helega, de doce años, ellos vinieron a conocer a la princesa, pero su mamá la reina Scarlalin vio que el príncipe Helega no se molestaba en conocer a su hija para que ella lo aceptará como futuro esposo, sino que él creía que ya se había ganado ese puesto como esposo de la princesa Anleslines y dueño de otro reino. La reina se lo dijo a su esposo, pero él solo pensó que eran escusas para no perder a su amada hija. Varios días después, recuerdo que ese día llovía. Mi padre y yo habíamos ido a cazar, cuando llegamos fuimos al castillo a llevar ofrendas a la reina y subiendo las escaleras para buscar a Anleslines y mostrarle lo que habíamos cazado mi padre y yo, escuché unos gritos, los cuales casualmente se escuchaban más fuerte hacia la dirección donde me dirigía: el salón de juegos de Anleslines, ella se encontraba acurrucada en una esquina y estaba temblando de lo asustada que estaba. -TE HE DICHO QUE ME DEBES OBEDECER, SOY TU FUTURO REY -escuché cómo le gritaba Helega. La había golpeado por qué ella se negaba a no estar con la servidumbre.

>>La reina Scarlalin acababa de ver lo mismo que yo, solo que yo no me aguanté y golpeé al príncipe Helega, el pobre solo sabía esgrima. El rey Raziel, no logró llegar a tiempo para ver lo que Helega le había hecho a Anleslines. Pero cuando llegó la reina se lo dijo al frente de Helega, el rey Darío y de mí. El rey estaba furioso, creo que nunca lo había visto así. Ese mismo día el rey Raziel rompió todos los acuerdos, tanto como de matrimonio y ayudas entre ambos reinos, decidió no tener más contactos con el rey Darío. Años después hubo un ataque al castillo, contra el rey y ese mismo día se anunció que fue asesinado. La reina Scarlalin se encargó del reino y de su hija. Ella siguió creciendo con nosotros. Anleslines siempre fue muy hermosa, demasiado hermosa. Tenía humildad, amabilidad, honestidad y después de haber vivido lo que vivió con el príncipe Helega se convirtió en una fiera. Me pidió que la enseñará a luchar, a montar a caballo y a cazar. Y me enamoré, la amé con toda mi alma -una pequeña sonrisa se escapa de mis labios-, y ella a mí también. Corríamos a la pradera con mi hermana y jugábamos, veíamos el atardecer juntos.

La voz de David me extrae de los recuerdos, de esos que sí fueron maravillosos recuerdos.

-¿Y tú y la princesa...?

-No, yo la amaba, por tanto, la respetaba más que a nadie -expresé molesto-. ¿Sigo?

Asiente.

>>Después empezaron los días oscuros. La reina enfermó y murió. Un tío lejano de la princesa se hizo a cargo del reino, lo que no sabíamos es que él tenía tratos con el rey Darío. El tío de la princesa la quería casar obligada e invitó al rey Darío a su cumpleaños número quince y se apareció con el príncipe Helega, el cual se había convertido en todo un guerrero, ¿y adivina qué?

-¿Qué?

-Rencoroso. Meses después del cumpleaños Helega trato de obligar a Anleslines a estar con él, ella lo golpeó y yo intenté defenderla.

¿Cómo puede doler tanto? ¿Nunca cesará? ¿Siempre presente estará? ¿Yo lo resistiré? Sí, lo he hecho por más de un millón de siglos, lo seguiré haciendo por la eternidad. La diferencia es que ya no estaré solo.

>>Ese día por mandato del príncipe me iban a matar, mis padres se opusieron y mataron a mi madre -las lágrimas amenazan con ver luz-, y a mi padre. A mí mi hermana el tío de la princesa la obligó a ya sabes qué, luego la ahogó en la fuente al frente del castillo, mientras me azotaban todo el pueblo estaba presente.

Levanto mi vista para ver a David, su mirada es triste.

>>Nadie dijo nada, el pueblo nunca hizo nada para proteger a la princesa o ninguno de nosotros y cuando Helega decidió que ya era suficiente de darme latigazos delante de Anleslines, empezó a llevarla dentro del castillo. Y recuerdo que hubo una fuerte luz blanca y desapareció.

David estaba tan inmerso en lo que le estaba contando que tenía la vista fija en mí, con demasiada atención en ella.

>>Amé eso, que ella desapareciera. Antes de que ella lo hiciera ya yo sabía que ella era mágica. Cuando la besaba o la hacía sentir muy feliz sus ojos ya no eran de un verde claro y transparente, se volvía de colores, incluso a veces podía ver el mundo detrás de ellos, ver lo que ella deseaba. Era como lo que llaman aquí una película, solo que a través de sus ojos.

-¿Cómo te sientes?

¿Acabo de escuchar, lo creo que acabo de escuchar? Miró directamente a los ojos verdes de David, tiene un verde muy fuerte, muy llamativo: esmeralda.

-En este momento bien -sonrío-. Pero déjame seguir.

Asiente.

>>La noche después de que me azotarán me iban a llevar a la orca, pero ella pareció de la nada. Me dolían hasta los párpados y en cuántos los abrí, estaba en frente de mí. Me desató y comenzamos a huir...

Me detengo en seco mirando mis manos, porque al llegar a esta parte por más que lo intento día tras día, no lo consigo. Considero que en ese momento me he desmayado por los golpes.

-¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?

-He ahí el problema -lo miró-. En ese momento todo para mí se apaga, no se que pasó en el tiempo que estuve dormido o desmayado. Al despertar estábamos los dos bien, juntos y todo estaba en una inmensa paz. Pasaron cosas que no te interesan y luego me quedé en una especie de sueño profundo y cuando abrir los ojos de nuevo sentí como si hubiese pasado mucho tiempo.

-¿Por qué? -pregunta un poco más confundido que yo.

-Porque cuando los dos estábamos en ese lugar no había árboles, solo una cascada hermosa, al despertar si los había y ella no estaba. Empecé a buscarla por todos lados y todo era diferente ya no había gente, no gente normal. Eran gente con aspectos horribles, monstruos. Era como un castigo, un caos total. La voz de muerte se escuchaba por todas partes y lo más extraño es que cada vez Ginebra se duplicaba en belleza. Me sentía tan perdido que hubo una noche en dónde no lo soporte más, el peso de los recuerdos y todo lo que sucedió, y que Anleslines ya no estaba me consumió. Volví a ese sitio en donde me dejó, fue la primera vez que me transforme. El dolor era insoportable, mis uñas, mi piel, mis dedos y los huesos. Creí que me volvía loco, pero entonces vi mi reflejó en el agua y no era yo.

¿Cómo describiría la expresión de David? ¿Cómo lo está tomando? Supongo que bien, eso creo.

-¿Desde cuándo estás así? -en su mirada había temor.

-Por mucho tiempo y ya te dije cuánto.

-Más de un millón de siglos.

Asiento.

-Hemos estado estancados y convertidos en monstruos, he pasado todo este tiempo buscándola y tratar de entender, ¿por qué yo? Hasta que hace unos dieciséis casi diecisiete años atrás pude sentir algo aquí, es como si me llamara -lo miró esperando una reacción de su parte-. Entonces ya sabes lo que soy y de dónde vengo.

-Esa princesa, ¿es Saríf? -woow, al parecer no es tan ignorante.

Lo pienso un rato, mirando y escudriñando sus ojos, su olor.

-Sí, solo que cómo era de esperarse, no recuerda nada -él asiente-. Pero, ¿sabes algo? No me importa, creo que por algo esto pasó, por fuerzas mayores, ¿y quién soy yo para intentar cambiarlo? Yo ahora solamente quiero estar con ella y ser feliz.

-Esto... esto es más grande de lo que creí -se queda un rato mirando a la nada y luego levanta el rostro para mirarme a los ojos-. Te admiro.

-Soy una bestia, no puedes hacerlo.

-¿Quién dice que no? Eres tenaz y valiente, y has hecho cosas increíbles por amor, no te has rendido y dudo mucho que lo hagas ahora. Tal vez si algunos de nosotros tuviera eso que tú la realidad fuera otra.

¿Les he dicho que los seres humanos son seres extraños? Sí, lo son, pero eso es lo que considero que más los caracteriza: su extrañeza es formidable y espectacular. Por dentro son malos, pero también son buenos y en Ginebra no se ve así, allá es diferente. Ustedes son extraños de una manera que enamora y asusta.

Me pongo de pie y David lo hace igual es un poco más alto que yo, aquí. En Ginebra él sería una hormiga de las que existen aquí en la tierra y yo sería un ser humano. Sus ojos verdes me recuerdan a los de Anleslines diferentes tonalidades e intensidad. Es extraño que ahora ella sea una chica de un metro cincuenta y seis, de cabello castaño oscuros, ojos marrones, es tan diferente físicamente, pero en el fondo es la misma y eso es lo que verdaderamente me importa. Tampoco voy a negar que de esta forma físicamente consigue toda mi atención de una manera en que no puedo explicar.

-Entonces, ¿puedo confiar en ti?

-Claro que sí. ¿Yo puedo ser tu amigo?

La palabra que rodaba en mi cabeza hace un buen rato.

-Sí, mi primer amigo.

Él extiende su mano y yo la tomo, sonreímos (sí, de este modo se siente tener un amigo).

-Amigos.

Me aparto de él, me mira extraño.

-¿Cuánto crees que llama tú atención mi vecina?

-¿Qué?

-Ustedes los humanos desprenden un olor cuando...

-Espera... espera.

Me detengo. ¿Por qué simplemente no aceptan cuando alguien llaman su atención? Eso es algo normal.

>>En este momento no estoy para conocer a alguien... me refiero a mujeres.

El aire huele a decepción.

-Solo quería decirte que se llama Amelia Solano, está soltera, no tiene eso que le llaman aquí, ¿amigos con derechos? Siempre llega temprano, solo fuma uno o dos cigarros por semana, tiene unos pequeños problemas con su padre, no tiene hermanos, le gusta el café negro y...

Él me mira sorprendido, ¿será de mala educación si le digo que cierre la boca?

>>Y también desprendió el mismo olor que tú cuando te vio, nada más que ella huele mejor.

Sonrío.

-¿Cómo sabes todo eso?

-Tengo buen oído, buen olfato y... en algunas ocasiones mi vista es... Favorable.

No le diré que a veces mi vista es una mierda y puedo ver más de lo respetable (a veces no lo puedo controlar).

>>Ahora necesito espacio, tengo que preparar una cita.

Miró mi reloj, okay, nos hemos pasado. David está como en un estado de shock, ¿no se murió con todo mi pasado, le va a dar un ataque al corazón por esto? Sale de sus pensamientos y me mira.

-Si quieres te puedo ayudar.

Sí, sí es bueno tener un amigo.

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