Capitulo 14
Corría de un lado a otro por los pasillos buscando en donde podía, no entendía que paso pues solo lo deje ahí y al regresar ya no estaba eso era muy raro pero tenía el presentimiento que alguien lo ha agarrado para llevárselo lejos, lo que más me temía era que pudiese salir grave el pequeño conejo a pesar de ser un peluche que solo me habla a mí no se sabe que más puede hacer si puede sentir o no pero prefiero ahorrarme un problema con eso.
Finalmente lo encontré, estaba encima de la máquina de imprimir que al parecer imprimía algo, no le di importancia y lo tomé con cuidado mirando que nadie estuviese allí, era extraño ya que la señora siempre se la pasa por este lugar con unos papeles en manos hasta que note que dejo una nota de que vendría más tarde, suspire un poco y tomé al peluche entre mis manos.
"Me diste un gran susto."
*Lo siento maestro, quería darle una sorpresa pero me atrapó.*
"Ya no te preocupes, con tal que nadie te haya visto no es problema ahora, solo regresemos después de clases ¿de acuerdo?"
*Si maestro.*
Y así con cuidado de no ser visto me lo lleve entre mis brazos saliendo de ese lugar sin que nadie me pillara aunque el pasillo es largo y irme por otro camino era igual o posiblemente empeorar si alguien desconocido nos pilla puede que sea peor que los propios compañeros así que me arriesgaba a ir por los pasillos a caminata rápida.
*¿está asustado maestro?*
Me sorprendió que hablara de repente en medio del camino pero solo respondí con la cabeza, si lo estaba un poco por el hecho de que nos puedan ver era algo inquietante o mejor dicho incómodo pues ¿cuando se ve un niño de mi edad llevando un peluche como si nada? Sin duda sería un azme reír, a mi parecer solo los pequeños pueden llevar... Peluches... Entonces me hice una pregunta en mi mente... ¿Qué hago entonces con este conejo? No es que esté dudando ni nada de eso solo que ahora lo pienso... ¿Por qué este conejo de peluche me sigue? Es realmente extraño, quizás esta noche pueda preguntarle.
Finalmente llegue al salón y no hay nadie, metí al conejo en mi mochila y cerré el cierre de esta para que no volviera a salir hasta que la campana volvió a sonar, me senté de inmediato en mi asiento antes de que los demás llegaran junto a la maestra a continuar las clases, no entendía que era pero sentía unos ojos encima de mi, volteaba a cada momento pero no no había nadie ni nada, debo ya estar algo paranoico...
Al finalizar las clases mis amigos y yo nos pasamos a una heladería a tomar unos helados frescos y pasar la tarde, les conté lo que me había sucedido y solo se rieron un poco al tono de broma, al igual que me dijeron que debía de tomarme un tiempo lejos del peluche o que lo dejara un rato dentro de la casa... No quería decirlo pero igual les conté, les dije que me perseguía a todas partes que iba no importa donde, obviamente se empezaron a reír otra vez y como recurso solo me quede a abrir la mochila y mostrarles que no mentía, aunque luego me dijeron que pude haberlo traído conmigo sin darme cuenta por la prisa que traía... Pero estaba claro que no creyeron...
Regresé a casa y deje la mochila en mi habitación sin decir nada más, fui al comedor a ver que podía preparar ya que al parecer mamá y papá aún no llegarían por lo que aproveche para hacerme el almuerzo con unos dulces y regresar a mi habitación sorprendiéndome al ver al conejo afuera sobre mi cama, cosa que no esperé pues lo había dejado encerrado en la mochila, me acerque sin dejar de verlo y acomode mi comida para que no manche las sábanas.
"Quiero hacerte una pregunta."
*Digame maestro.*
"No quiero sonar algo cruel, ni nada parecido sino que es por curiosidad... ¿Cómo haces eso?"
*¿Hacer que cosa? Maestro.*
"eso de aparecer en lugares diferentes cada vez que te meto en un lugar."
*¿solo eso?*
"así es."
El silencio era aterrador, el pequeño peluche no parecía querer decirme al menos físicamente así que me quede comiendo para pasar el susto y esperar a que me responda.
*Siendo honesto, no lo se.*
"¿Cómo que no lo sabes?"
*No lo sé, maestro.*
"¿Me estas tomando el pelo? Si hace minutos te deje en la mochila encerrado y cuando volví estas aquí afuera."
*Puede que haya abierto el cierre, ¿o no?*
Bien ahora me sentia algo tonto y fuera de sí, era lógico que lo hubiese hecho mientras no estaba y aprovechando esos momentos se acomodó en el sitio, suspire pesado antes de echarme a la cama boca arriba.
"Tienes razón, lo siento, todo esto de tenerte cerca de mi tan seguido me pone los pelos de punta."
*Maestro, ¿acaso le doy miedo?*
"No quiero referirme a eso, es solo que es primera vez que hablo con un peluche..."
No escuche más nada, mis padres llegaron y baje a verlos y a contarles lo sucedido además de que les ayude con algunas cosas hasta que llegando la noche fui apagando las luces y luego giré a ver al pequeño conejo, no se había movido en ningún momento, me sentía algo mal por el pues pensaba que podría estar triste o enojado conmigo así que me le acerque.
"¿Estás bien?"
*No.*
Sonaba como si estuviese llorando.
*Maestro tiene miedo de mi...*
"¿De ti? No, yo nunca dije eso."
*Claro que si, por eso no me quiere...*
"Claro que, te quiero, perdóname por ser cruel contigo, es solo que no sé si puedes respirar, no sé si puedes leer la mente, o que se yo... Quiero conocerte más."
*¿De verdad maestro?*
"Si, para eso vives conmigo ¿no?"
*Supongo...*
"Vamos, todo estará bien, mañana podemos empezar con la conversación ¿que dices?"
Por unos minutos inquietantes no escuche nada más hasta que...
*De acuerdo, si mi maestro lo quiere así entonces mañana hablamos.*
"Eso me alegra."
Dije con calma.
"Bueno, vamos a dormir, mañana nos espera un largo día."
*Buenas noches, maestro.*
"Buenas noches."
Apague las luces y me quede profundamente dormido...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro