A la mañana siguiente me costó para levantarme un poco, tenía un sueño pesado pero no lo recordaba, no le tome mucha importancia y como siempre me levante, busqué con la mirada al conejo y vi que estaba en donde lo deje, le di sus buenos días antes de hacer mi rutina, esta vez iba preparado con libros de ciencias y demás que metí en la mochila dejándola muy pesada y a la vez necesaria, tal vez así haga ejercicio y me ahorre tener que ir a educación física a hacer deporte como lagartijas o las barras, como sea salí caminando algo apurado para llegar temprano a la escuela, rezaba porque no vaya a pasar algo malo.

Por fin llegué a la puerta, estaban empezando a abrir y sin dudarlo entré a apartar mi puesto y a buscar a Alejandro, hoy debe reparar si no estoy mal, no era sorpresa pues el siempre repetía exámenes a último minuto y es normal, al menos para mi, que se aproveche de los otros para hacer su trabajo sucio, así que mientras caminaba por los pasillos buscaba con la mirada a Alejandro pero no lo encuentro, decidí esperar hasta que la campana suene y recibir las clases, el profesor después de entrar vino con una cara de preocupación y unos papeles en las manos.

Profesor: queridos alumnos, debo informarles que el compañero Alejandro no va a venir hoy a clases por un tiempo.

Todos en la clase nos confundimos y sorprendimos.

Profesor: sus padres informaron que está en el hospital debido a que a sufrido una caída de gravedad mientras andaba en patineta dentro de su casa.

Todos nos sorprendimos, aunque eso era muy raro hasta para mi, luego pensé que eso de patinar en su casa sea un fetiche de él.

Profesor: aparte de eso se ha quebrado varios huesos, está en tratamiento hospitalario hasta que le den de alta, hasta entonces es todo.

Carlos: ufff, que bueno amigo, te salvaste jajaja

Mario: oye, con la salud no se juega ¿eh?

Fernado: cierto, aunque igual se lo tenía merecido.

Leslie: ¿porque ustedes son tan estúpidos? Pobrecito...

"Bueno, sea como sea... Al menos estoy haciendo ejercicio."

Nos reimos un poco, toda la clase fue bastante tranquila hasta el receso, me quedé en mi puesto ya que no tenía ganas de salir, espere a mis amigos y justo cuando fui a revisar donde estará mi comida casi caí hacia atrás cuando veo que estaba ese conejo nuevamente dentro de mi mochila, miré a todos lados y cerré la puerta con seguro para que nadie entré y interrumpa nuestra charla, lo saque de mi mochila y lo puse en mi asiento.

"¿que haces aquí? Te dije que te quedaras en casa."

*La mujer del maestro salió, igual el hombre.*

No entendí nada de lo que quiso decirme al principio hasta que me di cuenta de que se refería a mis padres.

"Pero, ellos cierran todo."

*No me gusta estar solo...*

No me espere eso, pero en una parte de mi sintió lastima por el pues estando solo en una casa tantas horas no es muy cómodo que digamos, entonces suspire con algo de pesadez y acomodarlo mientras que sacaba mi desayuno y lo deje a mi lado.

*¿Que hará hoy maestro?*

"Pues... No lo sé, quizás ir a educación física."

*¿Que es eso?*

"Es una materia en donde uno debe hacer jercicio."

Si, parecía un lunático hablando solo, pero si supieran que este peluche puede hablar no se como reaccionarán, si parezco lunatico con repetir eso cada vez que lo tengo cerca pero puede que no sea por los nervios, o algo así, como sea cuando termine de comer abri la puerta y vi como entraban mis amigos preguntándome sombre ese muñeco que porque lo traje otra vez.

Leslie: ¿no que lo dejaste en tu casa?

"Al parecer mi mamá lo colocó por accidente o por no se que..."

Fernando: es raro, desde cuando ella hace eso?

"Supongo que desde que el conté sobre que lo adopte."

Carlos: jajaja y como lo llamaste?

"Mmhh... Aun no pensé en un nombre"

Mario: ¿que tal si le llamas pancito?

Este se quedo a reirse por su broma, pero se ganó un golpe suave en la cabeza por parte de Leslie.

Leslie: piensen bien, niños.

"Ya sé, podemos llamarle Plush."

Fernando: ¿y eso?

"Pues puede ser tanto hembra como varón, ademas no todo el tiempo le podemos llamar muñeco o conejo."

Leslie: será señor conejo para mi.

Ninguno de nosotros dijimos nada más, nos fuimos del salón antes de que llegara el profesor con su comida y nos dirigimos al patio de atrás y tomar una manguera para bañarlo un poco y quitarle la suciedad ya que hace tiempo no lo hemos limpiado desde que lo traje de ese lugar, cuidando nadie nos viera hasta terminar, lo secamos y fuimos a ponerle cosas nuevas como un nuevo listón y demás, al decir verdad su color es muy bonito, es muy brillante y es único.

regresamos al sonar la campana, realmente todo estaba raro sin Alejandro merodeando por ahí pero por fin podíamos estar en paz por un día sin que alguien salga lastimado, eso es realmente reconfortante que no duramos en tardarnos mucho más en clases incluso en el recreo. Terminando las clases salimos a dar un paseo en grupo sin preocuparnos de nada, así que decidimos pasar un rato por el puesto de churros un momento.

Dejé al conejo sobre la mesa para guardar los puestos en la mesa mientras hacíamos la fila para comprar, realmente estaban deliciosos por como huelen, cuando los tuvimos regresamos a la mesa para empezar a comer, deje mi caja medio vacía a un lado frente al muñeco para ir conversando sobre los planes para estos días en donde nuestra libertad esta a nuestro llamado, la gente pasaba y algunos niños preguntaron por el peluche, yo solo pude decir que no era mio, o lo escondía de los mas grandes, pues no sabía lo que podrían hacer si ven a un grupo de niños con un peluche que ni conocen pueden que hasta quieran comprarlo, eso era fastidioso.

Carlos: hey, como cuantos años lleva el peluche?