Cap. 5
Cuando me desperté a la siguiente mañana revise a como mi vista borrosa toda la habitación hasta que logré encontrar al conejo de peluche aun dormido junto a mi, justo donde lo deje aquella noche, normal me fui a cepillar los dientes. Luego me fui a la habitación a buscar mi ropa y de reojo ver a aquel peluche que estaba tendido en mi cama, supongo que tenía el sueño pesado.
Entrando al baño me metí a la ducha con agua tibia mientras escuchaba a mamá bajar las escaleras hasta la cocina y luego a papá para esperar que el entre igual al baño después de mi. Regresé a mi habitación para vestirme y preparar mis cosas para el día de clases, aunque cuando termine me sente en la cama para ir a tomar y mover un poco al conejo hasta que desperto.
"Lo siento, no quise despertarse así. Pero ya debo irme a clases, prometes que estarás bien?"
*¿porque debo quedarme?*
"Porque no quiero que los otros sepan que tengo un peluche en mis manos, eso sería algo vergonsozo."
*de acuerdo.*
Levantándome de mi puesto bajo los escalones al comedor y saludar a mis padres, me hice un sandwich de mantequilla de maní para llevar aunque sé que en mi escuela hay comedor no todo el tiempo puedo llegar para tomar un postre.
Salí de mi casa junto a mi padre ya que hoy debe dar clases a los de grados mayores para que puedan competir en las ligas, mientras que yo fui entrando al salón antes de que llegue el profesor y esperar a los chicos que como siempre llegban tarde y de paso se salvaban, pero mi tranquilidad no duró mucho cuando el se empieza a acercar junto a sus cómplices.
(Genial, lo que me faltaba)
Alejandro: miren que tenemos aquí.
"Dejame en paz ¿si?"
En ese momento me agarro del cuello de la camisa para levantarme un poco de mi asiento.
Alejandro: mira mocoso, me debes una desde hace tiempo ¿recuerdas?.
"Recuerda que la ciencia no es lo mío..."
Alejandro: no sigas con eso mocoso. Ya tu tiempo libre se acabo!.
Pensé que en ese momento iba a golpearme por lo enojado, pero solo decidió en llevarme jalando del cuello de la camisa hasta llegar a la cancha, lo raro era que sus compañeros tomaron mi mochila y la llevaron conmigo, me lanzaron al suelo con algo de fuerza y me quedé a verlos desde el suelo.
Alejandro: ¿oh vas a hablar o seguirás siendo un cobarde?
"¿de qué estas hablando?"
Alejandro: ya sé que eres bueno en ciencia, no sigas mintiendo.
"Pero... Solo fue porque si la estudie, no es lo mio enserio."
Alejandro: sea o no sea, igual harás mi tarea!!
Comenzó a gritarme con su típico enojo, me levante esperando que este más calmado sin tener más opción que tomar su cuaderno y empezar a hacer su tarea, por fortuna no era tanto y la terminé rápido y me dejaron libre por los momentos, tan solo espero que no vayan a querer molestarme al final de las clases, por lo cual tome mis cosas y me senté en los asientos para revisar si no se llevaron nada.
Para mi alivio no se llevaron nada y todo seguía intacto a excepción que... Casi me caí de mi asiento por la sorpresa que me lleve que dentro de mi mochila... No se como llego allí si juro que lo deje en casa... Ese muñeco estaba dentro de mi mochila tal como si nada, lo que me daba cuerda es que yo ni siquiera lo dejé allí adentro sabiendo que le dije que no debe venir.
"¿porque estas aqui?"
*Es que... Me siento solo.*
"Pero ya te dije que no deberías estar aquí."
*¿acaso no me quiere maestro?*
Aquellas palabras no me las espere, ni siquiera recuerdo que le haya enseñado algo o que le dijera que me llamase de esa forma, no logre decir algo al respecto porque la campana de clases ha sonado y cerrando mi mochila totalmente fui corriendo para no perderme las clases y mucho menos cuando los finales estaban en los siguientes meses, no quiero reprobar.
En fin, llego el receso y todos salieron, yo me quede en mi puesto junto a los demás para luego ir sacando mi almuerzo escuchando los planes de todos para el fin de semana, sin embargo sobresalte cuando escuche a la voz de mi amiga decir que el porque estaba mi mochila tan pesada, yo le respondí que traía conmigo libros para la clase, aunque ella no me creyó y al abrir casi se iba a caer de la risa cuando vio que portaba el conejo de peluche.
"No te rías, tu misma también lo querías."
Ella me respondio que si lo quería pero no para que lo llevará a donde iba, le dije lo que paso en verdad en mi casa ella no me creyó, el resto no entendían nada hasta que ella les explicó, uno de ellos se puso a reir igual pero los otros dos se pusieron a ver al viejo muñeco, ahora que me di cuenta no lo he ni lavado, de seguro me ha seguido para querer decirme que le bañara.
Terminando de comer nos fuimos a escondidas lejos de la escuela para ir al patio trasero y buscar la manguera, se que no era fácil limpiarlo así pero tenía cosas que se lavaban a solo agua, las retiramos con prisa y cuidado para que nadie nos vea o si no las cosas irían peor para mi, si mi amada se entera de esto estare realmente acabado.
"listo, peor es nada."
Dije cuando ya habiamos terminado, subimos al ultimo piso porque es ahí donde el viento es más fuerte y así podrá secarse más rápido, el problema fue que no supimos en donde colgarlo, hasta que me fije en la baranda, de mis zapatos quite el cordón y los uní en un solo nudo en la baranda del último piso para evitar que se cayera.
No nos dio mucho tiempo para que la campana de regreso sonara, mis amigos se adelantaron y yo me quede solo nuevamente con el pequeño peluche.
"Mira, iré por ti después ¿si?"
Fue todo lo que le dije antes de irme corriendo para bajar las escaleras y regresar a mi salón, revise mi mochila y estaba vacía, me alivie y la volvi a cerrar para esperar a que la maestra siguiera sus lecciones. Aunque no hay mucho por contar sobre ello.
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