Cap. 20
Llegué de nuevo a la sala encontrándome de nuevo con el peluche en el sofá mirando prácticamente la nada, el cansancio era grande y no tenía idea del porque así que me estire levemente antes de ir directamente al sofá a recostarme mirando el techo y con el conejo encima de mí para que me hiciera compañía
*¿Está cansado maestro?*
"Si, tal vez no dormí bien anoche o el sueño me está nuevamente llamando."
*Puede descansar ahora maestro, yo lo cuidare.*
"Está bien, si viene alguien me avisas ¿sí?"
*De acuerdo...*
Finalmente me había quedado dormido, no tenía idea de cómo pero el sueño era el mismo de anoche solo que con la excepción de que esta vez los susurros eran más constantes y más audibles para mi ¿Qué trataban de decirme? No lo sé puesto que eran inentendibles al menos para mí ya que otros parecían entender lo que yo no, las sombras dejaron de moverse y me miraron fijamente a los ojos sin decirme algo, solamente se quedaron parados ahí mientras que yo por el miedo me intente alejar pero me rodearon.
Les pregunté que querían y nada que me responden, volví a preguntar y fue lo mismo, como si quisieran que solo lo averiguara por mí mismo, de repente escuché la risa de unos niños que me dejaron confundido pero con un miedo enorme que no pude moverme, seguían las risas más constantes y fuertes, giré la cabeza para ver donde podrían estar y me encontré que estaban un grupo de niños reunidos haciendo un circulo, sus risas sonaban con gran fuerza, parece que si se divertían, me acerque un poco a ellos y uno en específico totalmente lastimado pero sonriente cargaba algo entre sus manos, me dio curiosidad porque era el único que portaba algo en sus brazos pero poco a poco se fueron desapareciendo como arena llevada por el viento y la oscuridad volvió a hundir todo el ambiente, si no fuese porque una pequeña luz alumbraba y apartaba todo seguiría con ese sueño tan raro.
Suspire un poco notando que aún nadie llego a la casa, lo que me extraño, me levante y el conejo no estaba conmigo, pensé en irlo a buscar primero aunque seguramente estaba en la cocina o cerca por lo cual fui a buscar mi teléfono y marcarle a mi amigo que por que tardaba tanto o que había pasado, para mi suerte ya no había cobertura cuando le encendí, fue muy extraño, demasiado extraño... Salí de la casa para buscar señal y la pude obtener en el sótano, esperando la respuesta de él mire de casualidad que algunas cosas estaban regadas de nueva cuenta, las mantas que coloque en su sitio ya no estaban en ninguna parte, para dar más miedo el silencio traía susurros de nuevo ¿estaré delirando? Baje de inmediato para buscar al conejo que de nueva cuenta lo encontré en el sofá.
"¿dónde estabas?"
*En la habitación, tenía sueño.*
"¿en la habitación?"
*así es.*
"¿entonces tu no moviste las mantas del sótano?"
*¿Por qué lo haría, maestro?*
"Porque las encontré regadas por el suelo..."
*Debió ser el viento maestro.*
Aunque suene una idea bastante absurda suspire pesado, no iría de nuevo a recogerlas y solo lo tomé entre brazos para ir caminando sin rumbo por la casa.
*¿Qué le ocurre maestro?*
"Es que cada vez que te dejo solo cosas raras suceden en el sótano."
*¿Me está culpando?*
"¿Puedes dejar de ser tan directo? Claro que no te estoy culpando."
*Si lo está haciendo...*
Sonaba en tono cortado, como si de verdad le hubiese afectado.
"No te estoy culpando, solo que no entiendo que está pasando y tú como que no me quieres decir."
*Le estoy diciendo que es la brisa maestro.*
"Pero si cerré la ventana bien, ¿cómo pudo ser la brisa?"
*Sería una brisa muy fuerte...*
Esa vez su tono de voz cambió, sonaba más grave.
"Lo preguntaré de una vez ¿tú puedes saber qué está haciendo eso? No quisiera que mi amigo al llegar vea este desorden."
No recibí respuesta de su parte, solo un silencio, lo alcé un poco para verlo a sus botones de ojos.
"¿Me escuchaste?"
No recibí respuesta
"Dime, por favor, no quiero tener problemas..."
*Si no quieres, entonces ve y arréglalo...*
Lo deje caer al suelo del susto, su voz era más grave cada vez ¿de verdad estará enojado? Retrocedí un poco pero luego me volví a acercar.
"O-oye... ¿Estás bien?"
No volví a tener respuesta alguna, solo sentí que me miraba fijamente a los ojos.
*Lo estaré, maestro.*
Siguió en ese tono y un escalofrío me recorrió el cuerpo entero, empecé a retroceder levemente sin dar la espalda o mejor dicho voltearme mientras seguía mirándolo
*Pensé que podría confiar en mí, maestro.*
Y de un momento a otro las luces comenzaban a parpadear, sin darme cuenta me detuve con la mesa y me aferré a ella, las luces seguían parpadeando y solo sombras se mostraban tras la luz sin moverse para nada, sin saber que hacer fui corriendo a la habitación a cerrar la puerta y respirar hondo ¿por qué ahora está así? No es que le haya dicho algo malo pero no imaginé que se pusiera de esa forma por ese regaño, tomé el teléfono y empecé a marcar a mis padres, ambos tenían sus celulares ocupados y la cobertura era pobre, opté por mandar mensaje a mis amigos con la esperanza de que me respondieran. No escuche nada detrás de la puerta ni por los pasillos de abajo, ¿se habrá calmado? Tenía miedo de asomarme pero no tendría de otra que hacerlo por lo que me armé con una linterna y abrí un poco la puerta para darme cuenta que todo estaba ahora a oscuras y nada aparentemente se movía desde mi distancia, estaba en un debate si salir o no, me quedé adentro de la habitación por seguridad mientras trataba de controlar mi respiración acelerada por el susto que he llevado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro