Második rész
-Está todo listo, majestad-la mujer que se encargaba de vestirlo termino por darle los últimos retoques a su vestuario, un fino traje negro con capa portando el escudo de su familia-¿Necesita algo más?-
-Mmm...-el conde se miró en el espejo, sentía que le falta algo, pero no sabía qué es lo que era
-Un velo-respondió una voz en su lugar-no queremos que la corte vea las lágrimas de nuestro señor-Jongin se aproximó a ellos-¿Quiere que le coloque un velo, mi señor?-
-Sí-Baekhyun soltó un suspiro triste-no puedo permitir que vean el desastre en que me convierto frente al ataúd de mi esposo-algunas lágrimas de cocodrilo cayeron por sus mejillas-aún después de lo que intento hacerme...no puedo concebir ver su rostro sin vida-su fiel sirviente se apresuró a darle un pañuelo
-Traeré el velo para usted, majestad-la mujer salió de la habitación otorgándoles privacidad
-Qué fácil es conmover a la gente estúpida-con asco de tocar sus propias lágrimas, Baekhyun se limpió las mejillas-pero bueno, todo este teatro era necesario si planeaba salir inocente de esto-
-Y está funcionando-le aseguro Jongin-mi informante dijo que la corte no dudo al declararlo inocente-ambos sonrieron-toda la culpa se la ha llevado el conde-Jongin mostró una sonrisa cómplice-pobre hombre, ahora el nombre de su familia ha sido manchado-
-Era un bastardo-dijo Baekhyun sin compasión-una bestia, un cerdo que creía que podía tener lo que quisiera-suspiro-si sus inmundos padres vivieran para ver esto, les echaría en cara todo el dinero que mi familia les prestó, los castillos, los carruajes, hasta la ropa y el calzado que portaban eran gracias a mí-sus manos se habían convertido en puños de tan solo acordarse de su suegra-pero, a pesar de todo, la mujerzuela de su madre nunca lo pudo controlar del todo, ese inepto estaba tan necesitado de mi atención que hacía todo lo que le pedía con tal de complacerme-el conde le guiño un ojo a su sirviente a través del espejo-no tuvo el placer de probar mis encantos más que una sola vez, el mayor sacrificio de mi vida-de solo volver a los recuerdos de su noche de bodas quería arrancarse los ojos
-Mi señor nunca necesito del conde para satisfacer sus necesidades-el conde rió risueño-la fila de amantes de su majestad es más larga que las batallas ganadas de su difunto esposo-el pelirrojo se carcajeo
-Ah, Jongin-mansamente su sirviente se dejó palmear la cabeza-¿Qué haría sin ti?-la costurera eligió ese momento para entrar
-Mi señor, el carruaje ya lo espera abajo-nuevamente el conde tuvo que volver a su faceta de viudo devastado
-Vayamos entonces-tomó el velo de las manos de la mujer y dejó que Jongin lo guiará a la salida, después de todo, aún le faltaba el funeral donde debía llorar como un mártir.
Justo como Baekhyun lo había planeado, la corte le creyó su historia, hizo todo un espectáculo el día después de la muerte de Junmyeon, llorando de manera estridente frente al juez y mostrándose penoso y avergonzado cuando un médico pidió revisar su cuerpo en busca de rastros de violencia. Puede que incluso haya exagerado un poco cuando tomó las ropas de uno de los jueces y pidió por clemencia, fue tan sumiso que hasta la servidumbre que maltrato se apiado de él, diciendo que su esposo lo manejaba para maltratar a los sirvientes y que él solo era una víctima, Baekhyun solo se permitió reírse una vez que estuvo en sus aposentos empacando sus últimas maletas.
La corte real no había tardado nada en dar un veredicto, su argumento, y según las palabras de la máxima autoridad, si bien el conde había muerto por las cuatro puñaladas que el pelirrojo le había dado, eran totalmente justificadas después de ver los daños en el cuerpo de la víctima, en pocas palabras, Byun Baekhyun ahora era libre de los cargos de homicidio que la familia aún viva de Junmyeon le adjudicaron, había quedado viudo ante las autoridades y el resto de la comitiva real.
Fue por eso que para pasar desapercibido había organizado el funeral más grande que pudo, dando la imagen de un esposo dolido por perder a su amado marido, mandando cambiar las cortinas rojas por negras, quitó las joyas que adornaban los pasillos y los lleno de rosas blancas, hizo una obra de caridad al donar las ropas de su esposo al servicio de ayuda para los pobres, organizó un banquete con la comida justa para los jueces y se desvivió atendiendo a la familia restando del fallecido, todo para hacerles creer que se marchaba del castillo que compartió con Junmyeon como un viudo que jamás volvería a rehacer su vida, cuando, por supuesto, sus planes eran otros.
Era más que obvio que el bastardo había dejado un testamento, en el cual, muy pocos pensaban que Baekhyun saldría beneficiado por el amor que el conde les tuvo a sus padres en vida y al resto de su familia, claro que, el día que se pasó lectura de los bienes que dejó Junmyeon, el pelirrojo tuvo que aferrarse al brazo de Jongin para no morir de la risa cuando el abogado lo declaró a él como el único beneficiario, en verdad tuvo que camuflar sus risas con lágrimas cuando las primas de la otra familia se le quisieron ir encima al verse sin nada, absolutamente nada. Kim Junmyeon le había dejado una jugosa herencia a Baekhyun, bienes que iban desde cuatro castillos hasta tres villas en las costas, carruajes, joyas, ropas e incluso algunas reliquias de su propia familia, además, de nombrarlo el encargado de sus tierras y cosechas en las fronteras, todo el dinero de las inversiones del conde irían a manos de Baekhyun, el conde pelirrojo podía nadar en dinero y presumir de que podía generar más riquezas, no solo por portar su apellido, si no como el heredero absoluto de su inepto esposo, sin duda, valió la pena manchar sus manos de sangre.
El funeral...bueno, que puede decir, para él fue como recitar una poesía ya ensayada cuando subió al pedestal en la capilla y habló maravillas de un hombre por el que nunca sintió el más mínimo afecto, alguien con quien nunca convivió por pasar más tiempo en el campo de batalla que en el castillo que se suponía era su hogar matrimonial, solo soltó palabras sacadas de un libro cuando lloró frente al agujero en la tierra, sonrió con pena al sacerdote y familiares al recibir el pésame, dio disculpas que no sentía a sus antiguos sirvientes para después asistir a una cena en el castillo del abogado que era compañero de filas de su esposo en el ejército.
Si bien le gustaba la opulencia y era vanidoso, Baekhyun no se veía en la necesidad de presumir frente a idiotas hipócritas que lo único que buscaban era cortejarlo o convencerlo para estar de su parte en las futuras batallas, eso no era para él, detestaba beber vino en copas de oro o comer en bandeja de plata, repudia a los viejos asqueroso que se lo comen con los ojos y le dan asco los sacerdotes besando las manos de las doncellas, todos no eran más que bufones queriendo creerse reyes en tierras ajenas.
Él los ignoraba fingiendo sonrisas y dando cumplidos como dictaba el protocolo, pero su estómago se contrae cada que cruzaba miradas o estrechaba la mano de otro candidato a la corte o un enviado del rey para ofrecer sus condolencias, Jongin no podía estar a su lado porque no era una dama de compañía si no un sirviente, necesitaba que lo sacara de ese lugar de mierda, que se lo llevara de una vez, pero, al no poder acudir al moreno decidió escaparse a los baños del primer piso para tomar aire y ser capaz de tolerar el resto la velada.
Por suerte pudo estar tranquilo en compañía de la luna cuando descanso en uno de los balcones, bebía tranquilamente el vino de su copa cuando el sonido de unas voces femeninas llegó a sus oídos
-Es una pena que el conde haya quedado viudo-Baekhyun chasqueo la lengua-dicen que cuando el esposo fallece, por lo general, quien queda de ambos tiende a envejecer más rápido-
-No digas eso-interrumpió otra mujer-el conde aún es muy joven, estoy segura que encontrará otro esposo-
-¿Joven?-dijo con burla la tercer mujer-querida, a los treinta ya no eres joven-el pelirrojo apretó su copa al escuchar eso-dentro de poco comenzarán a salirle canas en ese bello pelo del que tanto presume, sus manos se pondrán arrugadas y todo lo que era firme en su cuerpo dejará de serlo-hubo una pausa-dudo que pareciendo un cadáver en vida pueda seducir a alguien-
-Invertirá en tratamientos-volvía a hablar la primer mujer-tiene una herencia jugosa, que no les sorprenda si en la próxima reunión lo vemos con algunos retoques-las tres mujeres se carcajearon dejando el pasillo detrás del balcón creyendo que nadie las había escuchado, excepto por el furioso conde que apretaba su copa de vino
-Cadáver-sus nudillos se pusieron blancos-viejo-su ceño se frunció-esas insolentes, mujerzuelas baratas, prostitutas asquerosas-de pronto, la copa estalló en sus manos, sus pedazos incrustándose en la palma de su mano-¡Carajo!-el vino manchó sus pantalones y gotas de sangre mezcladas con vino caían a los azulejos del piso-pero...-sucedió de la nada, un instinto primario de chupar la herida, solo que, el conde se encontró pasando su lengua por la herida con un gusto y placer que no reconoció en sí mismo, saboreo su propia sangre encontrando el sabor férreo gratificante, excitante
-¡Oh por Dios!-un sirviente que iba pasando lo noto en el balcón, con su mano casi manchada en sangre-mi señor, ¿Se encuentra bien?-Baekhyun salió de su trance al sentir la mano del joven sobre su hombro-venga, lo llevaré con un médico-y por primera vez, el conde no se opuso al toque de la servidumbre dejándose llevar al salón de fiesta, pues su cabeza aún estaba procesando esa extraña sensación de calor que corrió por sus venas al probar aquel líquido viscoso, ¿Qué era esto? ¿Qué era esa agradable sensación recorriendo todo su cuerpo?.
-Mi señor se retiró muy pronto de la cena-Jongin le había traído una bandeja con té y algunas galletas-¿Hay algo que quiera contarme?-
-Jongin-Baekhyun miraba su reflejo en el espejo de su tocador-¿Crees que aún soy joven?-su sirviente lo miró
-¿Le preocupa su apariencia?-el tono de voz del moreno reflejaba auténtica duda-majestad, no hay en tierras cercanas alguien que se compare con usted, ni siquiera las doncellas son tan hermosas-
-A menos que estés buscando que te azote, quiero una respuesta honesta-las yemas de sus dedos recorrían su rostro en busca de posibles arrugas
-Mi respuesta fue honesta, Baekhyun-casi nunca se llamaban por sus nombres, porque, aunque Baekhyun le había otorgado esa confianza, Jongin jamás rebasaba los límites con el conde-la primera vez que me dejaste abrir la boca te lo dije, siempre pensé que el conde se había casado con un adolescente cuando te conocí, jamás espere que estuvieras en tus veinte cuando me nombraste tu sirviente personal-el pelirrojo se dio la vuelta mirándolo
-Había unas mujeres hablando en el pasillo tras el balcón-admitió derrotado-se atrevieron a hablar de mí, a decir que estaba viejo y que dentro de poco las arrugas llenarían mi rostro-se puso rojo de la furia-éhező rókák-
-No debería preocuparse por las habladurías envidiosas de mujeres, que supongo, son solo cortesanas, amantes de hombre ricos con esposas ancianas-el moreno fue hacia él-mi señor-su rostro de pronto estuvo solo a escasos centímetros del rostro del pelirrojo-usted es precioso, hermoso como ningún otro-sus labios se movían sobre los otros-tantos amantes no pueden estar equivocados, sus encantos han logrado atrapar hasta al hombre más difícil-la mano de su sirviente acariciaba su mandíbula-y si yo estuviera en su posición...lo complacería en todo-
-¿Harías lo que te pidiera?-sus voces eran suaves, apenas susurros en el silencio de la noche-
-¿No lo he demostrado ya?-las pupilas de Jongin brillaron, un brillo que Baekhyun ya conocía-si quiere mantenerse joven, me encargaré de encontrar una forma-
-Tan leal-sus ojos viajaron a los labios carnosos del moreno-tan fiel-le propinó una caricia en los cabellos de su nuca-egy kutya, aki ismeri a helyét-su boca se hizo agua, sus labios se veían tan suaves, rojos, su saliva parecía dulce, ¿Qué sucedería si lo besaba? ¿Jongin se dejaría morder? Espera...¿Morder?-vete-el conde lo apartó con un suave empujón-partiremos en la mañana, quiero descansar-
-Como guste-Jongin no se dio cuenta de sus intenciones, no protesto por el posible toque de labios, no lo pidió, solo camino a la puerta tomando el picaporte, Baekhyun lo detuvo antes de que pudiera salir
-Jongin-el moreno lo miró antes de abrir-¿En verdad harías lo que fuera por mí?-
-Ugyanabba a pokolba kerülnék önért, felség-.
Su sueño se había visto interrumpido en la madrugada cuando las vendas de su mano comenzaron a chorrear, tuvo que levantarse de la cama e ir hasta el baño a desechar su vendaje y lavar su mano, despertaría a Jongin para que le pusiera más ungüento, volvería a la cama e ignoraría el accidente, pero, mientras estaba sentado en el borde de la bañera desenrollando la tela sobre su mano, el olor de su propia sangre lo noqueo por un segundo, el color rojo intenso hizo que fijara su vista en las baldosas blancas que lo rodeaban, lo vio todo rojo, la habitación, la tina, sus ropas, su mano, y debería desagradarle, asquearlo tener su mano escurriendo en sangre, sin embargo, nuevamente sus papilas gustativas desearon probar la sustancia viscosa, su cuerpo anhelo la sensación de éxtasis, su vientre bajo cosquilleo de placer, ¿Debía sucumbir? ¿Saciar ese extraño apetito? Estuvo a punto de hacerlo, pero los primeros rayos del sol llegando a su ventana lo hicieron reaccionar, con pesar, tuvo que lavar su mano viendo la sangre perderse en un remolino de agua hasta desaparecer por la tubería de la tina.
Éhező rókák.- Zorras muertas de hambre
Egy kutya, aki ismeri a helyét.- Un perro que conoce su lugar
Ugyanabba a pokolba kerülnék önért, felség.- Iría al mismo infierno por usted, majestad
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