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🥀𔘓 ¦ Capítulo 28

JIMIN
 
Afortunadamente, llegamos a tiempo.
 
El Señor Min nos condujo por una serie de pasadizos subterráneos que conducían hasta el castillo de los primeriors. Todos esos túneles parecían un laberinto pero él se sabía todo el mapa de memoria, normal teniendo en cuenta que era la mano derecha de el primerior mayor.
 
Él tuvo durante años acceso a la información, por lo que no fue difícil hacerse con documentos, copias de estos o memorizar todo lo necesario. Salimos justo al amanecer de la mansión del jefe de la organización, con un grupo numeroso y preparado para luchar.
 
No supe en qué momento me había integrado en una guerra civil entre las clases de vampiros. Parecía la trama de una película o algún libro cuyo protagonista tenía el final decidido desde un inicio, aunque claramente no se enteró hasta casi el último capítulo.
 
Sin embargo, si el guión de esta historia imaginaria pero a la vez real lo requería, seguiría el cliché sin dudarlo.
 
Dar la vida por amor.
 
Odiaba esos finales con toda mi alma, tan usados por los guionistas, por los escritores... como una manera de hacer sufrir a los videntes o lectores. Pero a pesar de ello, estaba dispuesto a entregar mi vida por Jungkook. Al final me convertí en uno de esos protagonistas, al final terminé por entenderlos.
 
Si él moría, yo no podría seguir respirando así que mejor morir a vivir sin el ser al cual amo.
 
Cuando llegamos al castillo, el lugar estaba completamente a oscuras, solo algunos puntos de luz se veía en las esquinas gracias a algún candelabro o vela. Al resto no le importó esa falta de visión pero a mí sí, no podía ver ni el suelo que pisaba provocando que me abrazara a Hoseok temeroso de caerme y advertir de nuestra llegada.
 
Entramos por las catacumbas, donde se encontraban la sepultura de otros primeriors. No había ningún guardia en la zona así que fue fácil entrar. Pasamos por puertas y pasillos tanto estrechos como más amplios hasta poder, tras varios minutos, llegar al interior.
 
Un grupo de avanzadilla se encargaba de los soldados que vigilaban los corredores, matándolos silenciosamente. Pero esto funcionó solo en los dos primeros pisos, una vez en el tercero, la cantidad de guardias aumentó, viéndonos y dando la voz de alarma.

- ¡Rebeldes! ¡Han entrado rebeldes!
 
La tranquilidad y el silencio se transformó en un abrir y cerrar de ojos en sangre, gritos y gruñidos de dolor.
 
NamJoon y mi amigo me protegían mientras Min Daniel, su hijo y varios vilianos más peleaban a nuestro alrededor. Los soldados de los primeriors eran menos que nosotros pero, inmediatamente, más de ellos empezaron a llegar desde las plantas inferiores.
 
Entre todo el caos sofocante para mí, unos chillidos comenzaron a escucharse poniéndome más nervioso. Estaba seguro, una de esas voces... era la de Jungkook.
 
- Jungkook. ¡Jungkook!
 
- ¡Jimin, espera!
 
Nada más escucharlo, salí corriendo en la dirección que creía correcta, sin considerar el riesgo ni la petición de Hoseok. Él necesitaba mi ayuda, no iba a quedarme de brazos cruzados mientras todos contribuían.
 
Esquivando ataques y colándome entre los enemigos que deseaban capturarme, al fin conseguí estar frente a unas grandes puertas. Los gritos provenían de dentro.
 
Corrí los últimos pasos que quedaban para empujarlas y entrar, esperando no fuera demasiado tarde. Sin embargo, unas manos me agarraron del tobillo e hicieron que cayera bocabajo en el suelo. Mi piel comenzó a sangrar por sus garras, las cuales iban subiendo hasta clavarse en mi espalda.
 
- No lo conseguiréis. Acabaremos con todos vosotros, os mataremos uno a uno – susurro en mi oído, a punto de clavar sus colmillos en mí.
 
- Quizás... pero tú no lo presenciarás.
 
Una fuerza externa me quitó a ese soldado de encima, el cual chocó contra la pared rompiéndose el cuello y muriendo con un hilo de sangre saliendo de su boca. Me levanté adolorido, ayudado por ese vampiro con la suficiente amabilidad de salvarme.
 
- Gracias - elevé la mirada encontrándome con un rostro conocido, era SeokJin. - Tú.
 
- No voy a hacerte daño, estoy con vosotros. Aunque no me creas, de verdad, yo no le dije a los primeriors sobre vuestro paradero la pasada noche.
 
Muchos dirían que mentía, pero yo le creí. Sus actos y sus ojos no me engañaban.
 
- Corramos, ellos nos necesitan - la preocupación sonaba junto a su voz.

Parte de los nuestros se habían unido a nosotros y entraron en la habitación, atacando inmediatamente a los guardias de dentro.
 
Todos se movían con rapidez menos yo. Mis pies quedaron pegados al suelo al ver aquella escena, tanto Jungkook como Haerin estaban inconscientes, quemándose por la luz del Sol.
 
- ¡Haerin! ¡Jungkook! - el grito del chico a mi lado me despertó del lapsus, haciendo que me pusiera en marcha.
 
Él fue hacia la chica aún con el techo abierto y yo busqué una forma de parar esa tortura. La encontré al notar una palanca al otro lado de la zona iluminada.
 
Corrí, ignorando la presencia Taeyang en el mismo espacio que yo, con el objetivo de salvarlos. Logré mi cometido y regresé, intentando despertar a mi novio. No iba a aceptar que muriera, él no estaba muerto.
 
- Jungkook. Jungkook, respóndeme por favor.

- ¡Jimin, Hoseok, llevense a Jungkook! ¡SeokJin, tú a Haerin! - nos ordenó NamJoon, manteniendo a raya a dos vampiros.
 
- No pienso dejarte - dijo mi amigo.
 
- Iros - uno de los contrincantes le arañó un brazo.
 
- No. Jimin, llévate a Jungkook.
 
- ¡Hoseok! - él se marchó a ayudar al viliano.
 
Nos levantamos de las baldosas, despacio, estando en todo momento pendiente de él. Poco a poco recobraba las fuerzas pero no estaba bien, ni para moverse mucho ni para pelear. Jin cargó a la chica en brazos ya que no podía caminar y nos dirigimos a la puerta.
 
Cuanto más lejos de allí, mejor.
 
- ¿Dónde... están... Taeyang y Jaehyun? - preguntó, haciendo que me diera cuenta de sus ausencias.
 
- No lo...
 
- ¡Ah!

Hablábamos del primerior cuando Jaehyun arremetió contra la otra pareja. La vampiresa cayó doliéndose del golpe y los otros dos iniciaron una lucha, mordiéndose y clavando sus uñas en sus carnes.
 
La situación era estresante, parecía que mi mente daba vueltas por la habitación solo escuchando lamentos. Quería que todo parara.
 
- Haerin - Yoongi apareció por la puerta atendiendo a la muchacha.
 
En el mismo instante un cuerpo dio en tierra, empujado por la fuerza del señor Min.
 
- ¿Pensaste que ibas a escapar? - le preguntó a Taeyang quien se irguió rápidamente.
 
- No puedo morir - sonrió con sorna. - Podréis encarcelarme, hacerme sufrir pero jamás acabareis conmigo. Mi raza es superior a la vuestra y yo soy su líder. Soy el primerior mayor, jefe de todos y elegido por las tinieblas para reinar. Ellas no dejarán que me matéis.
 
- Eso está por verse - le amenazó yendo hacia él.
 
- Jimin, tenemos que irnos - Yoongi me llamó sosteniendo a Haerin.
 
- No os iréis a ningún sitio - gruñó Jaehyun tras haber dejando a SeokJin doliéndose en el suelo. - Tú... - me señaló. - Tú serás el culpable de las muertes de todos vosotros. Os mataré.
 
Repentinamente, el primerior atacó a Min Daniel, acompañado de un secuaz quien mordió al hijo de este en el hombro y otro que me separó de Jungkook. Eso pasó en solo un segundo, estaba de pie y, luego, me estaban arrastrando por el suelo lejos del grupo. Debido a la caída, mi nuca se golpeó fuertemente, mareándome.
 
- ¡Jimin! - fui liberado por la intervención de mi novio.
 
No se sentía bien pero aún así vino en mi rescate..., tonto. Se esfuerza demasiado, pero aún así no lograría salvarme. Yo era el remedio para esas tinieblas de las que habló Taeyang.
 
Me di la vuelta, aún tumbado en el suelo y me arrastré hacia un lugar desconocido, dejaba que mi instinto me llevara. Por mi cuello bajaba algo de sangre y temía atraer a otro vampiro, solo quería atraerlo a él.
 
Desde mi lugar, y con mi vista borrosa, vi como todos estaban inmersos en un duelo, ocupados con uno o dos contrincantes a la vez, venciéndolos fácilmente. NamJoon, Hoseok, Yoongi, SeokJin, Daniel y Jungkook; todos allí para acabar con algo que supondría mi muerte, pero intentando mantenerme a salvo al mismo tiempo.
 
Una paradoja retorcida.

- ¿Cómo se siente sufrir? ¿Y morir? ¿Ser un nova débil?
 
Jaehyun pisó mi espalda prohibiendo mi movimiento. Mis heridas dolían y mi cabeza rotaba, no tenía fuerzas para seguir.
 
- ¿Morir? Se... se siente bien... deberías... probarlo - me faltaba el aire.
 
- No, gracias. Prefiero ver cómo mueres tú – levantó el pie y noté sus intenciones de matarme.
 
Así no. Todavía no. No podía morir así, ese no era mi destino.
 
- ¿Unas... últimas palabras? - me cuestionó.
 
- Sí... vete al infierno - contestó Jungkook.
 
Un chorro de un líquido negro descendió por el aire hasta mi pelo. Cuando terminó, vi como sus garras habían atravesado la garganta del primerior y, tras soltarlo, su cadáver inerte descansó junto a mí.
 
Estaba muerto, agradecidamente estaba muerto.
 
- JungKook, gra...
 
- ¡No! - Taeyang gritó desde el otro extremo del salón, al ver lo sucedido con su hijo. - ¡No! ¡Me las pagareis! ¡Pagareis por esto!
 
Un aura negra envolvió al dueño del castillo y sus ojos ardieron con la ira. En la habitación ya solo quedaba él, él contra todos nosotros. No tenía nada que hacer. Él lo sabía aunque se defendió movido por su furia.
 
Estando solo, consiguió matar a muchos de los nuestros. Su velocidad era sorprendente y, su fuerza, abrumadora. Tras asesinar a vilianos aleatoriamente y sin lógica alguna, agarró el cuello de Yoongi presionando su cuerpo contra la pared. Buscando venganza por la muerte de su hijo y deseando arrebatarle el suyo al señor Min.
 
- ¡Hijo!
 
- ¡Déjalo en paz! - dije, consiguiendo su atención. - Soy yo al que tienes que matar, no a él. Piénsalo bien.
 
Varios rostros mostraron sorpresa por mis palabras y otros, los que sabían la verdad, solo pesadumbre. Rogué que mi simple oración hiciera que fijase su objetivo en mí. Entendí mi logro cuando fui arrastrado de nuevo por sus manos.

Taeyang activó la palanca, encerrándonos a ambos en una zona oscura distinta al resto, impidiendo que cualquiera pasara por el semianillo de luz.
 
- Jimin - Zhan quiso venir pero negué con la cabeza.
 
Eso es, ya iba a pasar.
 
- Este nova... - tiró de mi cabello elevando mi barbilla - ... es muy importante para todos, ¿cierto? Sobretodo para ti, ¿no? - se dirigió a mi novio. - Has matado a mi hijo... – pronunció entredientes - ... ¿cómo te sentirías... si matara a tu queridísimo humano? - dejó mi hombro al descubierto.
 
Hazlo.
 
- No lo hagas - pidió tristemente.
 
Sí, hazlo.
 
- ¿Crees que tendré piedad? - rió secamente. - Ingenuo. Haré que sufras incluso más que por las quemaduras - olió mi piel. - Al ser puro, me darás mucho más poder.
 
- ¡No!
 
Un dolor profundo invadió mi cuello. Mi arteria fue rota siendo la escapatoria de mi sangre, parte recogida por su boca y otra fugitiva recorriendo mi carne hasta la camiseta.
 
- ¡Jimin! ¡No!
 
Daniel y Yoongi retuvieron a Jungkook, viéndolo capaz de pasar esa barrera luminosa aún en su estado de debilidad.
 
- ¡Jimin! - su voz era desoladora, cargada de dolor.
 
Junto a él, Hoseok también lloraba agachado en un esquina, sin mirar lo que me estaban haciendo.
 
Dolía mucho, mucho más que cuando me mordió Jungkook ya que no era delicado, simplemente buscaba hacerme sufrir y matarme lo antes posible.
 
- Os quiero, os quiero mucho - pensé, sintiendo un temblor en mis manos y pesadez en los ojos.
 
Quiero dormir.

Unos minutos bastaron para que la pérdida de mi sustancia vital produciera mi desmayo. Lo último que vi fue el rostro lleno de lágrimas de aquel vampiro que ganó mi corazón, gritando mi nombre aunque no le oía.
 
- Te amo - quise decir con una gota transparente bajando por mi mejilla.
 
Mi vida... acabó.

Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

–almin♡

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