🥀𔘓 ¦ Capítulo 24
JIMIN
Un ruido en la puerta fue el causante de que nos separáramos y miráramos hacia los escalones. Bajando venía Haerin con un llavero colgando del cinturón de su capa.
- ¿Haerin?
- JungKook, me alegro de veros.
- ¿Qué haces aquí?
- Vengo a sacaros, debemos aprovechar ahora o no podremos salir.
La chica se apresuró a abrir la puerta y una vez libres los dos se abrazaron como si llevaran mucho tiempo sin verse, seguramente eso era lo que pasó. La forma en la que sostenían al otro era la misma que yo utilizo con Hoseok, bueno, utilizaba.
Volví a ponerme triste al recordarla, la echaba muchísimo de menos. No me dio tiempo a seguir pensando en los momentos que pasamos juntos con profundidad debido a que JungKook me tomó de la mano y me hizo andar. Mientras subíamos él no paraba de mirarme, yo tenía la cabeza gacha pero aún así lo sentí.
- ¿Estás bien? - me preguntó.
- Mm. No te preocupes.
Puse una sonrisa en mi cara aunque no la sintiera por dentro. Teníamos muchos problemas por lo que no quería con mi tristeza ocasionar otro innecesario.
La primerior se asomó empujando levemente la puerta de metal y comprobó si había guardias, afortunadamente todo estaba despejado.
- Podemos seguir - susurró.
Los tres salimos al largo pasillo que tenía salida por ambos lados. La pared de enfrente constaba con muchas ventanas las cuales algunas estaban abiertas permitiendo que el viento moviera las cortinas.
- Por aquí, rápido.
Nos hizo una seña con la mano y tomó el camino de la izquierda. Antes era JungKook quien tiraba de mí pero ahora yo iba delante sosteniendo todavía su mano, seguí a la chica hasta que una fuerza me frenó e hizo que me girara.
- ¿Estás bien? - le pregunté acercándome ya que estaba encorvado hacia adelante con su mano libre en la rodilla.
- Sí - asintió pero sabía de sobra que mentía.
- ¿Qué hacéis?
Haerin se aproximó a nosotros dando la vuelta, su expresión cambió a una más seria al ver su estado.
- Te lo dije - le regañó con tono preocupado. - ¿Cuánto tiempo?
- No hablemos de eso.
- JungKook, sigues igual que hace seiscientos años. Deja de ser tan cabezota por que te acabará matando, si no comes te mueres ese es el fin de la historia.
- No me importa morir, me lo merezco.
Sus palabras se me clavaron en el alma, ¿cómo podía decir que no le importaba?
- JungKook... ¿enserio piensas eso? - le pregunté dolido, mi corazón no soportaba la idea de que muriera.
- Jimin...
El sonido de pasos nos alertó y miramos instintivamente hacia el otro lado del pasillo, girando la esquina venían dos guardias que nos detectaron al instante dando la voz de alarma.
Dejamos la conversación para más tarde y salimos corriendo lo más rápido que pudimos. La primerior encabezaba nuestro grupo guiándonos hasta la salida, todo era un maldito laberinto así que me alegré de tenerla con nosotros.
- ¡Atrápenlos!
Nuestros perseguidores se oían más cerca a cada segundo y podía asegurar que eran muchos más que dos, por el sonido debían seguirnos como diez vampiros. Darles esquinazo y escondernos no era una buena opción ya que de todas formas olerían mi sangre.
- Estamos cerca, vamos - nos animaba la muchacha.
Continué detrás de ella hasta que de nuevo sentí que alguien me impedía seguir caminando. JungKook estaba de rodillas en el suelo cerrando los ojos y arrugando la nariz, su boca se abría dejando un pequeño espacio entre sus labios como si contuviese un grito de dolor.
- JungKook - me agaché a su lado tocando sus mejillas y acariciando su fría piel. - ¿Puedes seguir?
Él asintió tragando grueso e intentó ponerse de pie, casi cae pero lo ayudé. Dejé que pasara uno de sus brazos por mi nuca y yo lo agarré por la cintura.
Íbamos más lento y no tardarían en dar con nosotros pero por suerte estábamos muy próximos a la salida. Haerin paró frente a una puerta y la abrió deprisa, esta daba al otro lado del bosque donde se celebró la cacería.
- Jimin, escúchame - me pidió. - Si sigues recto el camino con árboles marcados llegaréis a una verja. Hay un espacio lo suficientemente grande para que paséis sin problemas. Luego buscad a Yoongi y a Min Daniel, ellos os lo explicaran todo.
- ¿Qué pasa contigo?
Muchos gruñidos y ruidos feroces vinieron de un par de pasillos más allá.
- Los entretendré todo lo que pueda, ahora marchaos.
La chica nos empujó hacia afuera y cerró tras nosotros echando la llave. El lugar era muy solitario y silencioso, miré hacia arriba encontrándome con la fachada de piedra oscurecida por la humedad.
- Ahh - un leve quejido abandonó la boca de mi acompañante.
- Sigamos, tenemos que salir de aquí.
Anduvimos un rato bastante largo siguiendo la pista que nos dio la vampiresa, la madera de algunos troncos tenía unos arañazos en forma de X.
A medida que la salida estaba más próxima, el peso de JungKook recaía más sobre mí. Casi no podía mantenerse y estaba temblando mucho.
- ¿Cómo te encuentras?
- Bi...en.
- No me mientas ahora, sé que no lo estás.
- ¿Enton... ces por... qué preguntas?
- Quiero que hables, si lo haces sabré que estás consciente - no respondió. - JungKook, habla.
- Yo... te... tengo mucho... frío.
- ¿Qué más?
- Me... duele... el pecho y... y mi vista... está borrosa - se volvió a callar.
- Háblame, no te detengas. ¿JungKook?
En un segundo su cuerpo cayó aunque pude evitar que chocara contra la tierra. Lo tumbé sosteniendo la parte alta de su espalda con mi brazo y levantando su cabeza. Su mirada estaba perdida en algún lado y el temblor aumentó su intensidad.
- JungKook - estaba tan preocupado que mis ojos amenazaban con llorar. - Mírame.
Con mi palma en su perfil dirigí su rostro para que sus pupilas se encontraran con las mías. Sus iris ya no brillaban como antes y parecía que sus párpados deseaban cerrarse.
- Jimin... - levantó su mano queriendo tocarme pero me di cuenta que apenas veía ya que no sabía dónde estaba.
La agarré y la llevé a mi mejilla apretándola y dejando que mis lágrimas salieran.
- No llores.
- Hazlo.
Solo dije una palabra pero él me comprendió al instante.
- No.
- Hazlo, por favor - le rogué. - Puedes salvarte.
- ¿Y tú?
- Estaré bien. Confío en ti.
- Pero... yo no... confío en mí mismo. No sé... si podré controlarme.
- Me da igual, hazlo.
- Puedo matarte - su tono mostraba sufrimiento.
- Pues mátame, lo que no quiero es que mueras.
Lo levanté más para sentarlo y lo abracé dejando mi cuello más expuesto. Si se negaba esperaba que esa provocación le hiciera reaccionar, mis pulsaciones se aceleraron mientras su aliento chocaba con mi piel.
- Jimin, no...
- No te preocupes. Aunque mi vida pueda acabar, estaré feliz si te salvo.
- Pero... yo no lo estaré - me correspondió el abrazo.
- Te quiero, JungKook, y justo por eso te pido que lo hagas - acerqué su cabeza más a mi cuello. - Hazlo - le susurré.
No hicimos nada más por los siguientes treinta segundos, sabía que él estaba deliberando las opciones pero si no quería morir solo tenía una posible.
Sus labios, los cuales tanto adoro, rozaron mi carne dándome un beso casi imperceptible.
- Te amo.
Una lágrima hacía cosquillear mi cara a la vez que un gran dolor se presentó más abajo. Sus dientes se clavaron en mí haciendo brotar mi sangre, bebía la mayoría pero un hilo se escapaba bajando hasta mi hombro.
Enrredé mis dedos en su pelo azabache y aguanté un grito proveniente de lo más profundo de mi garganta. Era bastante doloroso, sin embargo sabía que lo estaba haciendo con la máxima delicadeza que la situación permitía.
Se separó un segundo sacando sus colmillos y haciéndome creer que terminó pero volvió a morderme más profundo y con más intensidad.
- JungKook - lo nombré con temor de que ya no fuera él.
No iba a funcionar, estaba convencido de que tendría que hacer mucho más para que saliese de ese estado pero me sorprendí cuando me dejó tras decir su nombre.
- Lo siento.
Me miró de frente y sonreí al verlo con un mejor aspecto, sus labios quedaron rojos y una gota roja descendía de ellos.
- No me has hecho daño, tranquilo - le limpié con mi dedo y lo coloqué delante de su boca. - Mi sangre es preciada así que aprovechala.
Él negó con una sonrisa y chupó mi pulgar haciéndome caso.
- Así me gusta, un novio obediente.
- ¿Novio? - noté entonces lo que había dicho.
- Eh, bueno - desvíe la mirada nervioso.
- ¿Quieres ser mi novio?
- ¿Qué?
- Qué si quieres ser mi novio, porque yo sí lo deseo.
- ¿Y me lo preguntas así tal cual?
- ¿Cómo quieres que te lo pregunte?
- No sé... de otra manera - volvió a sonreír como a mí me encantaba.
- Jimin, te amo con locura. Siendo un viliano creí que nunca podría amar a nadie pero llegaste tú e hiciste que mi corazón volviera a latir. Deseo ser tu novio aunque sea mayor que tú por muchos... muchos... muchos años... pero eso no tiene impor...
Amaba ese discurso improvisado que me estaba dedicando, ¿cómo podría negarme ante ello?
Lo interrumpí besándolo y sintiendo el sabor metálico en su boca. Estaba perdidamente enamorado de él: mi salvador, mi novio, mi vampiro.
- Sí, quiero ser tu pareja - contesté a su pregunta de antes.
La felicidad se manifestó en sus ojos y se apresuró en besarme pero cuando nuestros labios casi se tocaban él levantó la cabeza y agudizó el oído.
- Están cerca.
- Debemos seguir.
Me puse de pie antes que JungKook y me mareé, seguramente a causa de la falta de sangre.
- ¿Estás mareado?
- Sí - me tomé la temperatura de la frente, estaba hirviendo. - Creo... qué tengo fiebre también.
Un rugido nos informó que pronto estarían junto a nosotros. Mi corazón se desbocó como un caballo asustado y sin nadie que lo dirigiera.
- Jimin, los distraeré. Tú ve a la salida.
- Te atraparán, son más que tú y todavía estás débil.
- Ahora piensa solo en ti, ¿de acuerdo? Escapa y encuentra al Señor Min, su mansión no está muy lejos solo debes seguir las marcas.
- JungKook - me besó rápidamente.
- Vete, no me pasará nada - acarició mi rostro.
Asentí y me marché en contra de mi voluntad, cuando salga buscaré ayuda y volveré a por él. No iba a dejar que le pasara nada malo y menos que lo mataran.
Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:
–almin♡
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