🥀𔘓 ¦ Capítulo 22
JUNGKOOK (1401)
Era una noche hermosa y llena de nostalgia. No podía parar de pensar en mis padres ni en mi hermana pequeña, y sabía que NamJoon tampoco ya que se encerró en su estancia sin querer hablar con nadie. Yo iba a hacer lo mismo pero tenía ganas de caminar y ver el patio que tanto cuidaba el Señor Hao.
Abandoné la mansión notando la luz de la Luna en cada espacio del lugar, casi parecía de día. Quería ir a la fuente del jardín delantero para observar al ángel majestuoso, el cual siendo puro tenía las alas negras del diablo. ¿Yo sería igual? ¿La estatua estaba realizada a mi imagen y semejanza? ¿Era un diablo? ¿Un monstruo?
Continué andando hasta que oí unas voces y risas, las conocía tan bien que hasta se hacía molestas escucharlas a todas horas, aunque en realidad estaba exagerando ya que traían algo de normalidad a nuestra vida.
- Haerin - escuché decir a SeokJin.
- Suéltame.
- No lo voy a hacer.
Luego se oyó un chisporroteo del agua de la fuente a dónde me dirigía y más risas.
- Me has empapado entera - se quejó.
- Te lo tienes merecido.
- Le voy a pedir al Señor Hao que en la próxima caza no te deje ir - le amenazó.
- Oye.
Negué con la cabeza y decidí entrar en la escena para poner algo de orden, además estaban haciendo mucho ruido y si mi hermano se enfadaba con ellos no me gustaría estar allí presente.
Di un paso para acercarme cuando el sonido de un coche de caballos nos hizo a los tres mirar hacia la entrada. Siempre dejábamos la verja abierta ya que no solíamos recibir visitas y justamente por allí entró un carruaje que nunca había visto antes pero que Haerin parecía reconocer.
Fuimos a la puerta principal de la mansión donde el Señor Hao ya esperaba a que quien fuera que estuviera dentro bajase. No tardamos mucho en descubrir su identidad porque salió casi enseguida.
- ¿Hermano? - preguntó extrañada.
- Kang Haerin - saludó secamente.
- ¿Qué hace aquí, Joven Kang? - fue el turno del hombre.
- Vengo a llevar a mi hermana de vuelta al castillo.
- ¿Ya? - la pregunta salió de la garganta de mi amigo rápidamente.
- Pero... llegué hace pocos días. Todavía no quiero marcharme.
- Haerin, dentro de poco se celebrará una nueva cacería y padre quiere que vuelvas, no te atrevas a desobedecer su orden.
- Pero...
- Haerin - su tono era amenazante.
- Relajémonos, por favor - el señor lo tranquilizó. - En unas horas amanecerá por lo que sería mejor que os marcharais mañana por la noche. ¿Lo ve bien, Joven Kang?
- Mm, lo veo factible. Así puedo conversar con usted sobre unos asuntos que le preocupan a mi padre.
- De acuerdo, pase - le hizo un gesto para que entrase.
No me caía bien ese primerior pero intentaría hablar con él y ser su amigo. Quizás era frío por fuera pero podría no ser tan duro por dentro, debería descubrirlo.
- No deseo marcharme, ¡no quiero ver esa maldita cacería!
- Baja la voz, Haerin - le advertí. - Podría escucharte y no creo que sea beneficioso.
- Que me mate si quiere pero no pienso regresar.
- No digas eso. Si mueres... ¿qué haría yo? - dijo con pesar SeokJin tomando su mano entre las suyas.
- Pero no quiero separarme de vosotros.
- Nosotros tampoco pero debes hacerlo, no desafíes a tu padre.
- JungKook...
- No lo hagas, Haerin.
Un búho ululó en el momento en el que nos callamos, me gustaba ese silencio que solía haber en esas noches claras y hermosas. Ninguno sabía que hacer por lo que nos quedamos allí de pie disfrutando de esa atmósfera.
- Iré contigo.
- ¿Qué? - dijimos al unísono los dos.
- ¿Recuerdas lo que te dije hace dos días? - mi hermana pensó y luego asintió. - Siempre estaremos juntos pase lo que pase. Me marcharé contigo y le pediré a tu padre tu mano en matrimonio.
- SeokJin... ¿y si no está de acuerdo?
- Lo conseguiré, soy muy cabezota y cuando me propongo algo lucho por ello - la miró a los ojos. - ¿Tú... quieres contraer nupcias conmigo?
- Por supuesto - sonrió.
- Entonces no habrá nada ni nadie que me detenga.
Los dos se abrazaron y yo me fui de allí antes de que empezaran a besarse, me producía asco verlo aunque algo bonito se encendía en mi interior al notar ese cariño que se tenían. Solo les pediría al día siguiente que, si se casaban, nos lo dijesen lo más rápido posible, no siempre se unen en matrimonio tu hermana pequeña y tu mejor amigo.
Habían pasado seis Lunas llenas desde que SeokJin y Haerin se fueron, extrañaba verlos y escuchar sus ruidosas voces por la vivienda. Ahora volvíamos a ser tres como al principio aunque a veces llegaba un mensajero viliano a entregarle cartas al Señor Hao.
En estos momentos me dirigía a su habitación para darle una que acababa de llegar. El sobre era blanco y tenía un sello de cera roja con un símbolo: era un corazón enredado en espinas.
- Señor - llamé a la puerta. - Señor.
- Entra, Jungkook.
Al ingresar, el hombre estaba en su gran escritorio con una vela casi gastada a un lado y muchas hojas y cuadernos con tapa de cuero a otro.
- Señor Hao, han traído otra carta.
- Acércamela.
Me acerqué mientras detenía a mis curiosos ojos que intentaban leer algo de lo que estuviera escrito. Le pasé el sobre y me dediqué a cambiar la vela para que no se quedara sin luz.
- JungKook, mañana tendremos visita - me informó quemando la carta con la llama que acababa de encender. - Avisa a NamJoon.
- Sí, señor.
- Y un último asunto antes de que te vayas.
- ¿Cuál es?
El Señor Hao se levantó con una expresión seria muy distinta a la que solía poner siempre. Algo no me gustaba y el ambiente me incitaba a preguntar y saber porqué tenía ese mal presentimiento.
- JungKook, sabes que tanto tú como NamJoon habéis sido como unos hijos para mí. Todos estos años me han servido para darme cuenta que no hice mal en salvaros aquella noche - colocó su mano en mi hombro. - Estoy muy orgulloso de ustedes por no dejaros llevar por vuestro instinto y poder razonar como personas.
"Sin embargo maté a alguien inocente"
- Señor Ha...
- No tienes que decir nada, conoces de sobra que puedo escuchar lo que piensas - se alejó de mí y miró por la ventana. - En unos días me iré a participar en la cacería que se celebra cada cien años.
- Déjenos ir con usted.
- No, no podéis ir allí nunca. Júrame JungKook que, por muchos recolectores o por muchos primeriors que vengan a esta mansión, nunca participareis en esos actos ni os acercareis a ese castillo.
- ¿Por qué?
- Porque esa matanza debería acabar, mejor dicho, nunca debió existir. No me gustaría ver cómo os manchais las manos de sangre de esa manera tan horrible. ¿Me lo prometes? ¿Prometes que tanto tú como NamJoon os mantendreis al margen?
- Sí, se lo prometo.
- Muy bien - se giró para mirarme.
- El Señor Min vendrá mañana para tener una reunión conmigo, luego nos iremos juntos al castillo de los primeriors.
- De acuerdo.
Sentía la habitación sobrecargada y el rostro del hombre mostraba que se dejaba cosas en el tintero, sin embargo no iba a insistir en que me contara. Conocía demasiado bien al Señor Hao y, cuando él no quiere decir algo, no lo hace por mucho que se lo pidas. Era reservado y no hablaba mucho pero era un buen maestro y un buen padre.
Al día siguiente se produjo la reunión entre Min Daniel y el Señor. NamJoon me insistía en que nos quedáramos cerca del estudio para oír de que hablaban pero lo detuve, no podíamos hacerlo. Quisiera o no, no estaba bien escuchar a escondidas una conversación que no nos correspondía en nada. No pensaba defraudar la confianza que él depositó en nosotros.
- NamJoon, Jungkook, cuídense mucho mutuamente.
- Lo haremos, Señor Hao. Vuelva pronto - mi hermano y yo hicimos una reverencia.
Él solo nos miró y sonrió, luego se subió al carruaje y se marchó. Fue la última vez que lo vimos.
Debí darme cuenta de su extraño comportamiento, quizás si lo noté pero no quise reconocerlo. ¿Debería haberle detenido antes de irse a la cacería? Seguramente... pero no lo hice.
Nam estuvo mucho tiempo convenciéndome de ir a hablar con los primeriors y descubrir la verdad tras su muerte, sin embargo me negaba siempre. Ir era una locura, además se lo prometí y no permitiría que mi hermano fuera.
Había algo detrás pero el hombre que nos cuidó no quería que nos metiéramos en ello, solo que viviéramos durante toda la eternidad con lo que nos enseñó sin ocasionar problemas. Lo haríamos por él, seguiríamos sus enseñanzas al pie de la letra para no ser monstruos y conservar nuestra humanidad.
"Recuerda de dónde vienes y sabrás adonde vas"
Ahora lo entendía. Fui humano y ese es mi pasado, debo recordar mi pasado en el presente para guiar mi futuro. Fui humano y, aunque ahora no envejezca y me sienta atraído por la sangre, lo seguiré siendo si me comporto como uno.
Nunca mataré a nadie, nunca dejaré que mi instinto me posea, nunca beberé sangre, nunca participaré en la cacería o iré al castillo de los primeriors. Seguiré adelante cuidando de NamJoon sin olvidar mi humanidad.
"No soy un monstruo, el Señor Hao me lo enseñó. No soy un monstruo"
Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:
–almin♡
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