JIMIN

Las pisadas se acercaban cada vez más. Las ramas caídas de los árboles se rompían ante el peso de ese ser y el sonido hacía que me estremeciera.

Preparé el palo para defenderme. Estaba seguro que me encontraría teniendo en cuenta su desarrollado sentido del olfato. La presencia de ese vampiro se sentía más cerca. Mi corazón latía como nunca y aunque quise controlarlo se me hizo imposible.

- ¡Ahhh! -me giré atacándolo con todas mis fuerzas.

Esperaba no haber fallado pero si lo hice, mi ataque fue detenido por su mano. Agarró mi arma y luego la arrojó al suelo.

- No me mates, por favor -solo me quedaba rogar por mi vida.

Me arrodillé con las manos juntas. Ni siquiera lo había mirado, solo quería vivir.

- Porfavor, no me chupes la sangre hasta la muerte -sollocé.

- ¿Qué estás haciendo?

Era él. Elevé mi vista y pude ver su cara iluminada por la luz de la Luna. Me levanté más tranquilo y lo abracé de la emoción.

- Pensé que era mi fin.

- Te dije que os rescataría y nunca falto a mi palabra -estaba tenso de nuevo y no me correspondió el gesto.

Recordé que era un vampiro, por un segundo se me había olvidado. Mi cercanía jugaba con su fuerza de voluntad y sus ganas de morderme.

- Lo... lo siento -me separé.

De repente se escucharon gritos provenientes de la lejanía. Me dio muy mala espina, no significaba nada bueno.

- Ya comenzaron en el área oeste.

- ¿Área oeste?

- Te explicaré más tarde, ahora debemos ponernos en marcha.

- ¿Y Hoseok? ¿Do... dónde está él?

- La han soltado en otro punto del bosque. Tranquilo, NamJoon ha ido a por él.

- Debemos ir con ellos y ayudarlos.

- Hemos quedado a media noche en un pozo hacia el sur. Allí nos encontraremos con ellos.

- ¿Y si no lo consiguen?

- Lo harán. NamJoon es fuerte y cuando desea hacer algo lo hace sin importar nada.

Aunque sus palabras me reconfortaron, no estaba del todo tranquilo. Hasta que no tuviera a mi amigo a mi lado el nudo de mi estómago no se iría.

- Camina -me ordenó al verme parado sin hacer ni un movimiento.

- Sí.

El silencio de la noche era roto de vez en cuando por gritos de terror y muerte. No tenía una idea de cuantos novas fueron capturados como presas y me sentía muy mal por ellos. Hoseok y yo tuvimos suerte y nos encontramos con los hermanos Jeon, pero los demás no tenían el mismo privilegio. Me sentía un cobarde y una mala persona por pensar solo en nuestra salvación y no en ellos. Si estuviera en mi mano les ayudaría pero que podía hacer, solo era un humano más entre los tantos que apresaron, sin ninguna habilidad especial salvo por ser una red de atracción para los vampiros.

Jungkook caminaba unos pasos delante de mí alerta a lo que ocurría. Él solo escuchaba y centraba su vista al frente, todo lo contrario de mí que miraba a todos lados. Aunque él no utilizara el sentido de la vista, podía notar más cosas que yo.

- Relájate.

- ¿Eh?

- Intenta controlar tus pulsaciones. Cuanta más sangre bombees más aumenta tu olor y tu sonido.

Respiré hondo muchas veces, pero creo que no sirvió de nada. La oscuridad de por sí ya me tenía tenso y pensar en los depredadores que podían estar escondidos por la zona no mejoraba las cosas.

- Relájate -volvió a repetirme.

- Lo intento pero no es fácil, ¿sabes?

Un viento helado comenzó a levantarse haciéndome tiritar de frío. Mi ropa estaba un poco arañada por las uñas del que me atacó antes y el aire se colaba hasta rozar con mi piel cálida debido a los nervios.

Me abracé a mí mismo intentando mantener el calor. El vaho salía de mi boca como si fuera el humo de un cigarrillo y mi respiración se volvió más rápida.

-Jimin, te he dicho...

Jungkook se giró por primera vez en los más de quince minutos que llevábamos andando. Sus ojos marrones me miraron, estos no tenían el brillo rojo que había visto antes, sino otro.

- ¿Estás bien?

- Te... tengo... frío -no podía controlar el temblor de mi cuerpo y el castañeo de mis dientes.

Él siguió con su vista sobre mí y luego se acercó quitándose la chaqueta.

- La temperatura baja mucho de noche -me informó poniendo la prenda sobre mis hombros.

Mientras me la colocaba bien, su dedo tocó levemente mi cara. Aunque el roce no duró más que un microsegundo, sentí cosquillas en esa zona durante minutos. No me di cuenta que había cerrado los ojos, lo hice involuntariamente, y al abrirlos me encontré con Jungkook justo delante de mí. Me perdí en sus pupilas y en la perfección de su rasgos, en el blanco de su cara y el contraste de esta con su pelo azabache.

Era bellísimo.

"Es un vampiro"

Mi conciencia me recordó lo que ya sabía pero quería ignorar. Sería un vampiro, sí, pero no era igual a ellos. Me estaba ayudando y no iba a comerme.

"Aún así sigue siendo uno. No te confies"

La voz era sensata pero a la vez dañina. Mi mente estaba dividida en dos: una que aceptaba a Jungkook y otra que lo rechazaba. Ambas tenían una lucha en mi interior sin que yo lo supiera hasta ahora cuando me ha hablado la otra parte.

- Sigamos.

Se apartó de mi lado y continuamos nuestro camino. Ya no sentía tanto frío pero, aunque la chaqueta ayudaba, lo que de verdad me producía calor era ese mínimo toque en mi rostro.

Iba perdido en mis pensamientos mirando a la tierra que mis pies pisaban y andando mecánicamente, hasta un robot se movería de forma más humana que yo.

De repente choqué contra algo, o mejor dicho alguien. Me di de bruces con la espalda de mi acompañante el cual se había parado sin decir nada.

- ¿Por qué...

- Shh -puso un dedo contra mis labios.

Escondí un jadeo de sorpresa ante su acto. Por un lado, no podía pasar por alto la sensación de su frialdad contra mi aliento cálido. Mi boca se volvió seca y tenía la necesidad de sentir su piel más cerca. Por otro, sabía que si me mandó a callar no era por algo bueno.

Aún así, no oía ni veía nada. Todo estaba muy tranquilo.

- Jungkook...

De un inesperado empujón me tiró al suelo justo cuando el gruñido de otro de esos seres surcó el aire y sus afiladas garras pasaron al lado de mi oreja casi cortándola.

El recién llegado se giró hacia Jungkook enseñando sus colmillos de manera amenazante.

- Él es mío -rugió como si fuera un león.

- No, no lo es.

Los dos comenzaron a pelear ante mi atenta mirada. Tenía miedo, muchísimo miedo, estaba aterrorizado de que le hiciera algo a él.

Las uñas del desconocido se clavaron en el brazo de Jungkook al mismo tiempo que este le dio en la cara. Los golpes y la sangre volaban de un lado a otro. Ya no podía ver ni de quien era el líquido rojo que manchaba las hojas amarillentas del suelo.

Golpeó a Jungkook en un costado y varias veces seguidas en la cara dejándole caer y colocándose encima para seguir con su pelea.

Le cortaba con sus garras la blanca piel mientras él se defendía también causándole daños. Los sonidos que salían de sus gargantas me inquietaba y no me dejaban hacer nada, solo mirar como la sangre corría.

La necesidad de hacer algo me abofeteó al darme cuenta de la situación que presenciaba. Sus fuerzas eran muy iguales y si seguían así morirían los dos. Me daba igual ese ser, pero no podía permitir que le sucediera algo a Jungkook.

Miré a mi alrededor buscando algo que me sirviera. Una idea loca y arriesgada vino a mi mente cuando vi una piedra puntiaguda.

"No lo hagas"

Ya era tarde.

La cogí y corté la palma de mi mano dejando que saliera un poco de sangre. Levanté el brazo hacia ellos con la esperanza de provocarlo y desconcentrarlo.

El vampiro hizo exactamente lo que pensaba cuando la olió. Desvió su atención de Jungkook alejándose de él y corriendo a gran velocidad a por mí.

Cerré mis párpados esperando a que me matase y todo se volviera negro, pero por suerte no pasó.

Escuché a la bestia que tenía delante hacer sonidos guturales. Al mirarlo vi que Jungkook lo tenía sostenido del cuello con sus garras clavadas en él.

- ¿Po... por qué... ayudas a... ese nova?

- No te importa en lo absoluto -lo estampó contra el tronco de un árbol.

- Estás... cometiendo... traición. Serás... castigado.

- Los primeriors nunca se enteraran de esto -apretó más su agarre.

- No... estés tan... seguro.

Jungkook miró por última vez al otro vampiro antes de atravesarle el corazón con un trozo de madera que sobresalía del mismo árbol donde lo tenía acorralado.

El hombre dejó de moverse y sus ojos perdieron color hasta apagarse. Una extraña paz volvió al ambiente y ambos nos quedamos quietos sin saber que decir. Mi acompañante no dejaba de mirar el cadáver de ese ser y, aunque no veía su cara, podía ver perfectamente que no estaba feliz.

- Jungkook... - no me respondió. -Jungkook... -me acerqué un poco. -¿Estás bien? -toqué su hombro con suavidad.

No me esperé su reacción. Al igual que hizo con el vampiro me cogió del cuello y me presionó contra otro árbol. Sus ojos me miraban con ira, desesperación y algo de tristeza y sus uñas cortaban la madera al lado de mi piel.

No lo reconocía. Había perdido los papeles y no sabía cómo volver a hacer que se controlara.

Sus colmillos crecieron más y el rojo de sus ojos era de un color muy intenso.

- Jungkook... -casi no podía hablar me agarraba muy fuerte. -JungKook...

Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

-almin♡