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🥀𔘓 ¦ Capítulo 14

JIMIN
 
- ¿Puedes caminar?
 
- Sí, solo me duele un poco. Ese bicho me apretó muy fuerte.
 
Habíamos continuado nuestro camino con la esperanza de encontrar a Hoseok y a NamJoon. Jungkook intentaba localizarlos con sus sentidos pero era imposible, extrañamente todo estaba muy silencioso y ni siquiera se escuchaban los gritos de los demás novas o algún rugido de los halums.
 
Esa paz en vez de tranquilizarme me puso más tenso al creer que lo que le seguía sería una tragedia. Se me hizo un nudo en la garganta cuando pensé en que no lo conseguiríamos, todo era muy complicado y lo único que obteníamos era meternos en más y más problemas.
 
Miré el perfil de mi acompañante con una gran tristeza en el corazón. Él lo estaba dando todo por mí y por mantenerme con vida arriesgando la suya, justamente eso era lo que me perturbaba, que por mi culpa lo matasen. Las palabras de SeokJin seguían dando vueltas como buitres esperando a que el búfalo se muriera. Los primeriors no tendrían compasión con él ni con Namjoon si llegaran a encontrarlos.
 
Cualquier vampiro podría estar escondido entre la maleza y, al vernos juntos y sin que Jungkook me atacase, daría la voz de alarma enseguida. Quizás eso ocurrió con los demás y ahora Hoseok estaba muerto y Namjoon siendo torturado hasta que también muriera.
 
Mi cuerpo reaccionó a mis pensamientos y me puse a temblar con lágrimas en los ojos. ¿Y si sucedió eso y estábamos buscando dos cadáveres?
 
- Jimin... - me llamó pero no respondí. - Jimin... - volvió a hacerlo. - Minnie - me tomó del brazo obligándome a mirarlo de nuevo. - ¿Qué te sucede?
 
Su preocupación por mí hizo que me sintiera peor de lo que estaba. Yo también me sentía muy preocupado por lo que pasaría y sabía que, por mucho que intentara convencerlo en un futuro de que me dejase si todo salía mal, él no lo haría.
 
- Kook... tú siempre cumples tus promesas, ¿cierto? - asintió un poco desconcertado. - Quiero... que hagas una conmigo.
 
- ¿Cuál?
 
Reflexioné sobre cómo decirlo sin que se enterara y no sospechara. Me limpié las lágrimas con un plan en mente y sonreí guardando la pena en un cajón con llave para volver a liberarla más tarde.
 
- Que siempre harás lo que yo te pida - dije en un tono juguetón.

- ¿Y por qué?
 
- ¿Cómo que "y por qué"?
 
- No entiendo porque tengo que hacer lo que quieras.
 
- Ja. ¿Me besas y ahora me rechazas?
 
- ¿Qué tiene que ver esta promesa con el rechazo?
 
- Déjalo - fruncí el ceño mosqueado caminando más rápido.
 
- Minnie... Minnie, espera - volvió a retenerme. - Está bien, te lo prometo: haré siempre lo que me pidas.
 
- ¿De verdad? - sonreí de lado obteniendo mi objetivo.
 
- Sí.
 
Suspiré y quise comprobar que tan obediente era.
 
- Entonces... bésame.
 
- ¿Qué?
 
Nuestras miradas se encontraron y aumentaron de intensidad a medida que me acercaba a él. Su sorpresa pronto quedó rebajada por el deseo y su boca se entreabrió al igual que la mía. Estábamos a centímetros el uno del otro cuando me detuve, Jungkook estaba esperando a que redujera la distancia pero no lo haría.
 
- He dicho... que... me... beses.
 
Comprendiendo la orden rozó levemente mis labios quedando el superior entre los suyos. Presionó un poco y me pasó sus brazos por la cintura. Nuestros cuerpos se juntaron casi formando uno solo mientras nuestras bocas se correspondían moviéndose con más pasión.
 
Puse mi palma en su pecho notando como su corazón latía a alta velocidad. Me separé un momento para preguntarle una duda que me provocó ese acto.
 
- Pensé... qué vuestros corazones no latían - acaricié su rostro.
 
- Solo lo hacen cuando nos domina el instinto... pero... el mío también late cuando estoy contigo... no sé la razón de ello - su vista se centró nuevamente en mis labios.
 
- Yo sí la sé.

Lo besé otra vez con lentitud y cariño; podía notarse mi alegría, mi tristeza y mi miedo en él: estaba alegre de escucharle decir eso y de tenerlo a mi lado, triste por saber que lo nuestro era imposible y por ponerlo en peligro, y miedo de perderlo.
 
Todas mis preocupaciones se hicieron presentes a la vez y solo pude juntarme más a él para que mi llanto no saliera, me habían robado la llave del cajón cerrado y la tristeza quería volver a aparecer.
 
Me gustaba mucho... quizás demasiado. Todo lo que tuviera que ver con él me encantaba, desde sus pupilas hasta su manera de hablar. Mi piel moría por que él la tocase, mis ojos pedían que siempre me volteara a verlo y mis labios reclamaban no dejar nunca los suyos.
 
Si lo que sentía no era amor, no sabría qué otra cosa podría ser.
 
Mi madre me decía que uno no podía elegir de quién se enamora, que simplemente ocurría y que de un momento a otro te das cuenta que con esa persona es con la que quieres pasar el resto de tu vida. Y yo ya sabía quién era esa persona, o mejor dicho, ese vampiro.

Había pasado media hora, o tal vez más, no tenía ni idea ya que no llevaba el reloj. Un búho ululaba rompiendo el silencio y de nuevo se oía de vez en cuando el grito de alguna persona.
 
¿Quedarían muchos novas vivos?
 
A medida que andábamos, fui dándome cuenta de la forma de andar de Jungkook. Parecía cansado y bajaba la velocidad cada vez más. Lo veía en ocasiones masajeándose los párpados y tragando saliva pesadamente.
 
- Kook...
 
Esperé que me dijera algo pero continuó como si no hubiera dicho nada.
 
- Kook... - obtuve lo mismo.
 
Me puse junto a él y paré su avance. Me miró sorprendido como si hubiera vuelto de otro sitio y acababa de caer a la tierra.
 
- JungKook, ¿me escuchas?
 
- ¿Qué? - entrecerró sus ojos como si eso le permitiera oírme mejor.
 
- ¿Me oyes?

- Sí - asintió.
 
Por mucho que lo confirmara no le creía del todo, tuve que repetirle todo dos veces hasta que por fin me comprendía. Algo iba mal con él y Jungkook lo sabía aunque no lo reconociera.
 
- Jimin... ¿puedes contarme algo?
 
- ¿El qué?
 
- Me da igual, solo habla.
 
Lo que me pedía iba relacionado con su semisordera y su desorientación pero no comenté nada sobre el tema, solo pensé en que decir.
 
- Cuando tenía diez años... fui a la feria con mis padres y Hoseok - lo observé para ver si estaba atento y me escuchaba. - El día fue fantástico y nos divertimos mucho pero en un descuido, me perdí y me separé de ellos.
 
- ¿Tenías miedo?
 
- Mucho. Era un niño pequeño en medio de tantas personas desconocidas, algunas borrachas, las cuales pasaban por mi lado sin ni siquiera mirarme. Casi me dio un ataque de ansiedad.
 
- ¿Cómo los encontraste?
 
- Gracias a Hoseok, él fue mi ángel de la guarda - me miró pidiéndome que explicara el asunto. - De repente, cuando no podía parar de llorar y llorar y nadie se preocupaba por mí, la música de los altavoces paró y la voz de mi amigo sonó por todos lados como si me llamara desde el cielo. Me pidió que fuera a la base de la noria, que allí me esperarían. Mientras caminaba hacia esa rueda gigante que se veía desde todo el parque, sus palabras de aliento me animaron y perdí todo el miedo.
 
- Y los viste.
 
- Así es... mis padres y él corrieron hacia mí cuando me vieron. Me abracé fuerte a Hoseok sabiendo que él siempre me cuidaría. Es más, en ese momento él era muy tímido, todo lo contrario a ahora, pero se atrevió a llamarme por el megáfono del señor de seguridad el cual se encargaba del ambiente.
 
- Nunca mejor dicho, fue tu ángel de la guarda.
 
- Por eso lo dije antes - sonreí. - Él siempre me ha ayudado en todo y me ha aconsejado cuando tenía un problema. Incluso me salvó de una expulsión en el instituto.

- ¿Hm?
 
- Esto es un secreto, no se lo cuentes a nadie - levanté mi dedo para que callase. - En cuarto de secundaria, un chico me acorraló e intentó besarme, para defenderme le di unos pequeños toques de atención.
 
- ¿Pequeños toques de atención? - juntó sus cejas.
 
- Bien, puede que... tal vez no tan pequeños - enseñé mis dientes. - En verdad lo mandé al hospital con dos dientes menos y la nariz rota - JungKook estaba impactado. - Fue en defensa propia - me excusé. - Como no había cámaras de seguridad en la zona, solo tenían la palabra del chico como prueba. Si decía que había sido yo, me expulsarían y no sería nada bueno para mi expediente, así que Hoseok fue a verlo y le pidió que dijera que había sido él. Al final lo expulsaron y tuve que comprarle un helado cada domingo durante todo el verano.
 
- Buenas anécdotas - parecía mejor que antes.
 
- Sí, son recuerdos que no olvidaré nunca.
 
- Él es una buena persona.
 
- No solo eso, es una bellísima persona aunque a veces sea un poco caprichoso y presumido.
 
Quería volver a verlo y abrazarlo, ¿dónde estaría?
 
- ¡Ahhhhh!
 
Un grito surcó el aire poniéndome la carne de gallina y, tras él, el sonido de esas bestias grises. Sin pensarlo salí corriendo en dirección a los ruidos con Jungkook detrás mía gritando que parara, pero no podía, tenía que ir, me necesitaba.
 
- ¡Hoseok!

Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

–almin♡

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