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XXXI

—Mi señor, tiene que tranquilizarse—dijo Nayeon preocupada por la salud de su señor, quien al enterarse que Kim Taehyung estaba encarcelado y la razón, había perdido la cabeza—. Le hace daño al bebé.

—¡¿Piensas tú que eso me importa en estos momentos?! —gritó lleno de furia, lanzando la taza de té que su dama le daba a la pared, su pecho subía y bajaba, estaba desesperado—. Tengo que salir de aquí.

—¡Señor!

Nayeon no pudo detenerlo, Jungkook llegó a la puerta, pero al abrirla se encontró con los guardias que se interpusieron en su camino.

—¡Les ordeno que se hagan a un lado!

Ellos no se inmutaron ante la orden del príncipe, permanecieron quietos en la puerta impidiendo su paso, como el rey les había ordenado. Jungkook grito antes de volver a entrar a su habitación y cayó al piso, donde se desgarro en llanto, las cosas estaban empeorando y él no sabía qué hacer para salvar a quienes amaba.

—¿Jungkook? —Jimin quien había entrado a la habitación se hincó a su lado y lo tomó de los hombros, para que le mirara—. Oh Jungkook.

Los ojos del menor miraron a Jimin con frustración y tristeza. —Lo matará Jimin.

—Yo...—no sabía qué decir, porque estaba seguro que eso era lo que Yoongi haría—. Lo siento.

—No puedo perderlo—balbuceo—. Me rehusó a perderle, no puedo vivir sin él Jimin ¿Puedes comprenderlo?

Los ojos de Jimin se cristalizaron, asintió al instante. —Lo entiendo, mejor de lo que puedes imaginar.

—Entonces, si lo entiendes, por favor Jimin, tienes que ayudarme, te necesito—le rogó con labios temblorosos, tomando ambas manos de Jimin quien le observó confuso.

—¿Cómo podría ayudarte? —preguntó perplejo.


















Yoongi observaba a los dos guerreros con seriedad, uno de ellos estaba sujeto de las manos y de los pies, con gruesas cadenas, estaba semidesnudo, con unos pantalones y camisa de manta manchados de sangre, su cabello castaño estaba alborotado y tanto su labio como su ceja izquierda estaba reventado, el segundo guerrero era quien consideraba su mano derecha, Namjoon estaba intacto, simplemente miraba al rey con temor, anticipando lo que sucedería, ambos morirían, porque no había manera de que él dejara morir a su hermano solo.

—¿Lo sabías? —preguntó con frialdad—. ¡¿Sabías lo que tu hermano le hizo a mi hijo?!

—No, mi hermano no sabía nada—dijo Taehyung de inmediato—. Él jamás fallaría a su promesa de servirle.

Namjoon negó. —Lo sabía, le dije que se alejará del príncipe, pero no sabíamos que estaba en espera.

—Entonces no niegas que es tú hijo—preguntó Yoongi con una ceja alzada—. Has manchado el nombre de mi hijo ¿Sabes eso?

—Lo sé—asintió sin dejar de mirarle a los ojos, no tenía miedo, no iba dejar que el rey le intimidara, porque él sería fuerte tal y como se lo prometió a Jungkook.

—¿Quién te dio el maldito derecho de tomar lo que no es tuyo? ¡¿No sabes que eso es traición?!

El grito de furia del rey resonó en toda la celda, helando la sangre de los presentes, Namjoon se paró derecho, listo para abogar por su hermano, aunque sabía que era imposible salvarlo de la ira del rey.

—Me he enamorado—respondió Taehyung con los labios temblorosos, porque la mirada del rey era aterradora—. Usted su majestad, debe comprenderme, cuando uno se enamora no duda en tomar aquel amor, que da vida, ¿No es así como funciona el mundo? No pensé en las consecuencias de tomar lo prohibido, ahora he de pagarlas, con el dolor en mi interior de no ver más el rostro angelical de mi amado y no llegar a conocer a mi hijo ¿Ese es el peor castigo? Definitivamente.

Yoongi le miró con una ceja alzada. —Tú pobre enamoramiento, le puede costar a Silla la alianza con la dinastía Thang, puede llevar a tu pueblo a la ruina ¿No pudiste abstenerte de sucumbir ante tus deseos por tu propio pueblo?

—Irónico ¿No lo cree? Usted que es un ser apasionado, que busca el amor en otro ¿Me pide a mí que me controle? No lo hice, porque yo no pienso en Silla, yo pienso en Min Jungkook. ¿Es más importante un reino que su propio hijo?

—Antes de ser padre, soy rey, mi deber está con mi pueblo ¿Una persona merece la compasión en ver de un pueblo entero? Aquí hay hombre, mujeres y niños que trabajan por el bienestar del reino ¿No he jurado protegerlos?

—Sé que voy a morir—dijo con un nudo en la garganta, tras comprender que a Min Yoongi poco le importaba Jungkook—. Y sé que no merezco pedir nada, pero mi hermano, él no tiene nada que ver, intentó que esto terminara, falló al callar, pero él si tiene amor en su interior, quiso cumplir la promesa que le hizo a nuestro padre de protegerme, no lo culpe, ni mucho menos a Jungkook, soy yo el único culpable y acepto mi castigo.

Yoongi se acercó, se paró a escasos centímetros de él y chasqueo la lengua. —Tenías potencial, como tu hermano y como tu padre, pero lo has arruinado, te has arruinado Kim Taehyung, porque no hay fuerza en el mundo que pueda hacer que te perdone la vida—suspiró y se alejó con una sonrisa ladina—. Has arruinado a mi hijo, has puesto en peligro a mi reino y me has faltado al respeto—observó fugazmente a Namjoon quien estaba pasmado, con los ojos bien abiertos y el rostro pálido—. ¿Quieres demostrar tu lealtad? Entonces hazte responsable Namjoon, castiga a tu hermano, te mantendré vigilado, porque para mañana Kim Taehyung estará muerto.

Se dio la vuelta y se alejó de la celda, dejando a ambos hermanos parados sin palabras que pudieran aligerar la tensión del ambiente, se quedaron envueltos en un silencio sepulcral, dentro de aquel poco iluminado y húmedo lugar, las piernas de Taehyung temblaron.

—Tienes que dejar que me mate—susurró mirando de soslayo a su hermano que mantenía los músculos de la cara tensos—. Namjoon tienes que hacerlo.

—¿Te has vuelto loco? —le encaró con el ceño fruncido y el rostro rojo de enojo—. ¿Cómo piensas que podría hacer eso?

—Tienes que hacerlo—balbuceo—. Porque sólo confío en ti para cuidar de Jungkook.

—Estás a punto de morir por él ¿No puedes dejar de pensar en la persona que te ha metido en este problema?

—No—negó con melancolía—. No puedo hacerlo, porque lo amo y porque mi hijo está en juego, tienes que esperar y ponerlos a salvo, Namjoon, ambos sabemos que no podrás ganarle a Min Yoongi, es imposible, por eso, quiero que me ayudes, protege a mi Jungkook.

Namjoon se acercó a su hermano, sus ojos se encontraban rojos por el llanto contenido. —¿En qué momento maduraste tanto? —negó mordiendo su labio inferior—. ¿Cómo podré sobrevivir sabiendo que te dejé morir?

—No me dejarás morir—sonrió con labios temblorosos, las lágrimas recorrían sus mejillas—. Yo he elegido este camino, y tienes que dejarme ir hacia él, pero antes tienes que prometerme que cuidarás del mi amor y de mi hijo, por favor, promételo.

Namjoon no estaba de acuerdo, no podía prometerlo, porque de hacerlo su corazón se rompería en miles de pedazos, pero al ver la desesperación de su hermano supo que este no se iría tranquilo hasta no escucharlo prometer que cuidaría del príncipe y de su hijo, le dolía, sentía su corazón ser desgarrado sin piedad por dentro, pero tal y como Taehyung decía, no había manera de que él solo pudiera luchar contra el rey de Silla.

—Lo prometo—dijo con la voz contenida antes de abrazarlo con fuerza, a pesar de su estatura, Taehyung siempre sería su pequeño hermano, y estaba a punto de perderlo para siempre.






















Jimin estaba nervioso, no había tenido la oportunidad de hablar con Yoongi desde aquel desagradable interrogatorio, antes de que condenaran a SuRan, pensó en darle su espacio, estaba seguro de que este no se encontraba en condiciones de recibirlo, mucho menos después de la noticia de la traición de quien cuidaba a Jungkook, eso debía tenerlo rabiar, era por esa razón que miraba la puerta de la alcoba del rey con un nudo en la garganta.

No sabía lo que le esperaba detrás de esa puerta, había pedido que le anunciaran, con la esperanza de ser recibido, porque quería ayudar a Jungkook, este era un chico joven y bueno, que no merecía las cosas que le sucedían, se sentía de alguna manera responsable de él, porque la culpa de la muerte de la reina aún estaba clavada en su pecho.

—El rey le recibirá—dijo el guardia abriendo para él la puerta.

Tomó una enorme bocanada de aire antes de entrar, la habitación lucía iluminada debido a las velas que estaban alrededor, sin embargo, el ambiente seguía teniendo una atmosfera lúgubre, se quedó de pie en la puerta, con la cabeza gacha, al no ver rastros del rey, estaba demasiado nervioso para pensar con claridad en sus movimientos.

—¿A qué se debe tu visita? —preguntó con voz grave desde las sombras, Jimin levantó la mirada, Yoongi entraba a escena con una bata grande negra que cubría su cuerpo, sin embargo, podía ver parte de su pecho pálido en la apertura de esta—. No quiero hablar.

—Lamento haber venido, pero necesito hablarle de algo—el nerviosismo le hacía actuar más formal de lo necesario.

—Te escuchó—dijo parándose cerca de su cama sin despegar la mirada de su cuerpo—. ¿Por qué estás tan nervioso Jimin? ¿Cuál es la razón de tu visita?

—Quería pedirle un favor—dijo con un nudo en la garganta, que por más que pasaba saliva no podía eliminar—. Sé que no soy nadie para pedirlo, pero aun así tengo que hacerlo.

—Te escucho—dijo con seriedad.

Jimin le miró y se acercó unos pasos. —Le pido indulgencia para Kim Taehyung.

Yoongi, tras escucharlo, frunció el ceño y deformó la boca en una mueca. —¿Indulgencia? ¿Acaso estas pidiendo el perdón de ese traidor?

—Mi señor, sé que la situación en la que ellos se han involucrado es grave, puedo comprenderlo aun siendo un ignorante, pero quiero pedirle clemencia, Jungkook no podrá sobrevivir a la pérdida del ser amado.

—Jungkook es fuerte Jimin—bufó—. Él no se dejará destruir por esto.

—Puede que muestre esa fortaleza ante todos, pero sé que el amor que le tiene a ese guardia y a su hijo es más fuerte que su capacidad de recuperación, o que acaso usted siendo el rey, un hombre fuerte y digno ¿No se sentiría desdichado si alguien le hiciera daño a quien ama?

—Ellos han cometido una imprudencia, una que merece un castigo—dijo con frialdad.

—¿Qué tan diferentes son de nosotros? —le miró fijamente, con una ceja ligeramente alzada.

—No es lo mismo.

—¿No es el amor igual para todos? —preguntó acercándose cautelosamente—. Nosotros hemos cometido pecados peores por amor, personas inocentes han muerto por el hecho de habernos deseado en contra de dios y las fuerzas del destino ¿Es menos grave lo que hemos hecho? ¿Por qué no hemos pagado y ellos sí?

Yoongi se puso nervioso por las palabras de Jimin, por lo que se dio la vuelta para evitar mirarlo, Jimin tomó esto como una iniciativa para seguir, caminó hasta romper con aquella dolorosa distancia, lo tomó del brazo ligeramente, sintiendo como este se tensaba bajo su toque.

—Responda mi señor ¿No somos igual de culpables?

—No es lo mismo Jimin, nosotros somos adultos, yo soy el rey.

—Precisamente por eso, usted es el rey, tenía más que perder, pero aun así decidió tenerme, porque me amaba ¿No es así?

—Aun te amo—susurró contrariado—. ¿Realmente crees que quiero hacerle esto a Jungkook? ¿Crees que es fácil arrebatarle la felicidad? ¿Qué no significa nada asesinar a SuRan? Todos piensan en mí como un tirano, pero pocos entienden qué hay detrás.

—Yo lo entiendo—le dijo abrazándolo por la detrás, acomodando la cabeza en su espalda, Yoongi llevó una de sus manos a las de Jimin que estaban entrelazadas sobre su estómago—. Yo sé que no es fácil y que le duele, sé que su corazón está destrozado, pero mi rey, usted que comprende el amor de un padre ¿Cree que esa es la forma de dejarle en claro que lo ama? Jungkook jamás podrá perdonarle.

Yoongi negó. —No puedo verme débil ante mi reino Jimin, la indulgencia no es el camino. Hay mucho en juego.

—Usted lo ha dicho mi señor, es su reino, todos creen en su palabra—caminó alrededor de su cuerpo, hasta que se puso frente a él sin dejar de abrazarlo, Yoongi le observó con una mirada profunda—. Su reino creerá lo que usted les diga, nadie tiene que saber que ha sido una traición.

—Jimin, Jungkook es el prometido del príncipe de Thang, esto puede romper una alianza que se ha forjado por el respeto mutuo, no puedo permitirlo.

—No tiene por qué ser así—relamió sus labios—. Tiene más hijos, un doncel no siempre es apto para dar a luz, pero una mujer, joven, puede ser mejor regalo para su alteza.

—¿De quién estás hablando? —preguntó con una ceja alzada.

—Hay dos opciones, SoYeon, su concubina—al ver que hizo una mueca de inconformidad añadió—. O Solar, su hija.

—¿Solar? —preguntó perplejo.

—Solar ha entrado en la pubertad, la sangre ha emanado de su cuerpo, esta pronta a cumplir los quince años, si usted la ofrece a ella, en un año cuando se concreten los protocolos tendrá la edad para contraer matrimonio, es más joven y delicada que Jungkook, incluso más hermosa y fértil.

Yoongi entrecerró los ojos, él no había pensado en alguna de sus hijas, porque aún creía que eran menores y porque sus esperanzas siempre estuvieron puestas en Jungkook.

—Ellos no querrán que su hijo se despose con la hija de una traidora—soltó negando.

—Pero ellos no saben que ella lo ha traicionado, no tienes por qué enterarse, no ate a la señorita Shin, manténgala prisionera, diga que ha caído enferma, así hasta que se resuelva el conflicto, necesita saber sobre el ejército, pero si la mata no podrá encontrar lo que busca.

—¿Cómo has pensado en todo esto? —preguntó pasmado por la seguridad de las palabras de Jimin.

—Porque quiero lo mejor para usted, para Silla, y porque me duele ver sufrir a Jungkook, su madre lo ha dejado, está esperando un bebé y su amado está encarcelado ¿No es esa fuerza suficiente para evaluar las opciones que tenemos?

—¿Y cómo se te ocurre que le desposaré con el guardia? —bufó con decepción.

—El príncipe estuvo a punto de morir—sonrió con calidez—. Taehyung fue un valiente guerrero que ha luchado con su vida para salvar al príncipe, líder nato, como su hermano, que es la mano derecha del rey ¿Qué mejor que un guerrero que da su vida por la realeza de Silla?

Yoongi ladeo la cabeza, lo que Jimin decía tenía sentido, podría funcionar, sin embargo, había algo en su interior que le decía a gritos que debía negarse, era su orgullo herido, porque su hijo fue contra su voluntad por primera vez y eso era algo que no podía permitir.

Jimin llevó sus pequeñas manos de su espalda a su pecho, acariciando su piel expuesta, pálida, fuerte y suave, llegó a su cuello donde acarició con cariño, lo miró a los ojos, Yoongi no pudo contenerse, llevó sus manos a la cintura de Jimin y lo atrajo a su cuerpo, culminando su acercamiento con un beso voraz.

Sus bocas se movían con total desesperación, había pasado mucho desde que sus cuerpos se encontraron en el color que llamaban hogar, el magnetismo de su energía corporal los mantenía unidos. No paso mucho para que el rey despojara a Jimin de su ropa, deseoso se sentir su cuerpo, estaba hambriento de su amado, por quien había arriesgado todo y de quien estaba completamente enamorado, quien creía era su salvación.

Le beso con lujuria, sintiendo el calor de su sangre hervir dentro de sus cuerpos, Jimin no espero, se acomodó en la cama, esperando con los brazos abiertos el cuerpo de su rey, el cual se enterró dentro de sus cálidas y estrechas paredes, llevándolos a ambos a una montaña de sensaciones y erotismo que les cegaba por completo. Nublando sus sentidos se concentraron en lo que era más importante, en tomarse, en beber del otro aquel elixir que les mantenía con vida, se amaban, se deseaban y se necesitaban, eran todo lo que el otro quería y se complementaban a la perfección.

Usaron aquella noche para liberarse, para olvidarse de lo demás, porque lo único que verdaderamente les importaba era amarse por completo, ignorando la situación en la que estaban y lo que pasaba alrededor. Esa noche sólo importaban ellos.


















Jungkook no podía dormir, se mantenía mirando por la ventana al frío amanecer, sus brazos intentaban vanamente darle calor, sus ojos secos debido a todas las lágrimas derramadas, no dejaban de ir al pasado, llegaba a la conclusión de que jamás debió desviarse de su objetivo de vida, para enamorarse, porque ahora quien pagaría las consecuencias sería aquel que le había amado realmente por quien era.

La puerta se escuchó, siendo abierta de par en par, al darse la vuelta, miró a Namjoon quien le observaba con seriedad, sabía que en esos momentos debía odiarlo con todo su ser.

—Mi señor—dijo con voz grave—. Lo llevaré a ver a Taehyung. 







Ahhh no queda mucho

¿Qué les parece la historia? ¿Y los personajes? 💜

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