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XXVII

Jimin observó a Yoongi con una mueca, no estaba de acuerdo con nada de lo que este decía, mucho menos con sus planes, pero no podía decir nada en frente del consejo, JeongHan quien estaba a su lado le sonrió intentando hacer que cambiara su semblante, porque ante el público ellos no podían verse inconformes, mucho menos cuando se trataba de una decisión de su rey.

—Partiré por la mañana—anunció con seriedad—. Estaré fuera sólo dos días, como mi esposo Jimin no se encuentra aún capacitado para estar al frente del reino, mi consejero Lee DongWook se quedará a cargo de la supervisión, ninguna decisión puede ser tomada sin mi consentimiento ¿A quedado claro?

—¡Sí mi señor! —dijeron los miembros del consejo con una reverencia de noventa grados.

JeongHan tomó el brazo de Jimin llamando su atención. —Si el rey ve que tienes esa mueca fea en frente del consejo cuando está dando un anuncio importante, tendrás problemas, sólo sonríe.

—¿Siempre hace esto? Tomar decisiones de la nada—preguntó inconforme con la situación.

—Lo hace—asintió—. Pero, no podemos cuestionar nada de lo que hace Jimin, él es el rey y sabe lo que es mejor para nosotros y para el reino.

Jimin asintió regresando la mirada a Yoongi quien le observó de soslayo, este había decidido de la noche a la mañana hacer un recorrido por los alrededores del reino, específicamente en la muralla del este, en donde se había suscitado una deserción en los cultivos, creía que tenía que ver con el ejército rebelde, por eso, mientras que el príncipe Jungkook buscaba en el sur, él lo haría en el este.

La sesión terminó, los concejales fueron saliendo uno a uno, al igual que el concubinato, quedando así, los guardias, algunas criadas y el general Kim, quien siempre estaba al lado del rey, Jimin miró a Yoongi quien estaba esperando a que comenzara a hablar.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó con una mueca, que se veía infantil.

Yoongi le llamó a subir los escalones para llegar al trono, a regañadientes lo hizo, cuando estuvo cerca, el rey lo tomó de la mano y lo atrajo a su cuerpo, dejándolo en su regazo, acción que sería mal vista, pero que al rey no le importaba.

—No quería preocuparte, no pasa nada Jiminie, sólo son dos días, cuando menos lo imagines estaré de nuevo a tu lado.

Bajo la mirada, mordiendo con tristeza parte de su labio, Yoongi acarició su mejilla con cariño, con su pulgar separó su labio de sus dientes e hizo que le mirara.

—No quiero estar sin ti, aquí, no hay nadie que sea mi amigo—suspiró con tristeza.

—Eso lo sé, por eso quiero que estos días los uses para acercarte a JeongHan, Suran y SoYeon, yo sé que no están de acuerdo con el título que te he otorgado, pero, también sé que son personas buenas, por algo han permanecido a mi lado por tanto tiempo, quiero que intentes ganarte su confianza, eres increíble Jiminie, cualquiera podría amarte.

—Creo que pones mucha fe en mí, no soy lo que dices, me he equivocado.

—Tú no te has equivocado, yo tomaré la responsabilidad por los dos, de ahora en adelante, sólo me encargaré de hacerte feliz—dijo llevando los labios a su mejilla, Jimin acarició su mandíbula antes de darle un beso en los labios, un beso tierno, cargado de emociones y de amor.

—Te amo Min Yoongi.

—Yo también te amo, eres mi corazón, por eso quiero hacerte un regalo.

—No es necesario—negó con una media sonrisa.

—Créeme que este regalo te va a encantar, he mandado a llamar al esposo del general Park, él te acompañará mientras estoy fuera.

—¿Baekhyun? —preguntó con los ojos abiertos, la emoción creció en su interior.

—Sí, el día que vino estuviste muy emocionado, creo que es bueno que estés cerca de alguien que te conozca y sea fiel, ahora eres el rey Jimin, la fidelidad es lo primordial, no puedes confiar en nadie, más que en mí y en aquellos que juren dar la vida por ti.

Aquellas palabras se clavaron en su pecho, dejado detrás una fatídica opresión, no era muy diferente a las palabras dichas por Jungkook, lo cual le dejó con un mal sabor de boca, el sentimiento de la paranoia estaba dejándolo en una encrucijada, ¿En quién realmente podía confiar? Los labios de Yoongi contra los suyos le dejaron sin habla, de pronto dejó de pensar, concentrándose en su rey quien lo tomaba con delicadeza dándole un beso profundo.

Esa noche fue especial, porque después de meses pudo estar nuevamente en los brazos de su esposo, del amor de su vida, quien le tomó con cariño, descargando aquella energía sólo en él, porque era el único lugar al que pertenecía. Sus brazos lo acogieron con fuerza, entregando todo de sí mismo, para que el recuerdo de su amor le acompañara en todo momento.

Cuando el rey dejó el lecho esa mañana, Jimin sintió el frío de la inmensidad de la cama y del palacio en general, de pronto comenzó a sentir miedo, mandó a que dejaran a su hijo en su recamará, por nada del mundo quería perderlo de vista, lo único que le importaba en esos momentos era cuidarlo y al mismo tiempo, descubrir quien estaba realmente de su lado.

Pero Jimin no era tonto, a medida que pasaba la mañana y le preparaban para reunirse en el concubinato, se planteó en la mente que, si quería sobrevivir en aquel palacio, entonces, tenía que hacer que los concubinos estuviesen de su lado, no los conocía lo suficiente, sin embargo, no era difícil ver sus miradas de reproche cada que estaba con ellos.

—Buenos días—dijo entrando al concubinato.

Con una mirada incomoda le recibieron con una inclinación, él tomó su lugar a la cabecilla, observándolos diligentemente, sólo JeonHan parecía tener una sonrisa genuina cuando se dirigía a él.

—¿Cómo ha descansado su alteza? —preguntó SoYeon amable, sirviendo el té.

—He descansado bien, gracias—respondió sin despegar su vista de SuRan quien parecía querer decir algo—. ¿Ocurre algo dama SuRan?

Ella al hacerse descubierta negó de inmediato. —No es nada su alteza.

—Ella sólo está molesta—explicó JeonHan sin mirar a SuRan quien le observaba con reproche—. Verá, cuando el rey se va, él solicita la presencia del concubinato, de todos, es una forma de despedirse.

La mandíbula de Jimin se abrió, su mente comenzó a analizar el significado de esas palabras, cuando creyó comprenderlo se sintió enfermo. —¿Y ustedes lo aceptan?

—Es una orden del rey, tenemos que estar de acuerdo—respondió SoYeon con una ligera mueca en los labios.

—Pero, si fuera su decisión ¿Lo harían? —cuestionó con una ceja levantada.

—No—SoYeon le miró con seriedad—. Cuando estoy con el rey, me gusta que su atención sea sólo mía.

—A mí tampoco me agrada la idea—añadió JeongHan.

Jimin intentó sonreír, aunque por dentro estaba asqueado, él no quería compartir al rey, mucho menos al mismo tiempo. —Si les he ofendido lo lamento mucho, soy nuevo en esto, no sé cómo se debe responder, ni los protocolos, si ustedes me enseñan podré hacerlo mejor, incluso ser un representante digno del harem.

JeongHan sonrió encantado. —Ves SuRan, te dije que Jimin no intenta apartarnos del rey, él es joven y en realidad no sabe lo que tiene que hacer, quita esa cara, ambos sabemos que a ninguno le gustaba esa situación tan incómoda.

SuRan asintió a regañadientes. —Lo lamento Jimin, pero debo ser honesta, desde que su alteza no está, nosotros nos hemos sentido perdidos, el rey no nos visita más y hemos quedado en segundo plano, entiendo que seas joven y que ignores por completo las tradiciones del palacio, pero, quisiera que fueras más cuidadoso con nosotros.

—He sido muy desconsiderado, acaparando la atención del rey, pero, aunque me gustaría, no puedo alejarlo de mi lecho si él no lo desea, en eso no tengo el poder, pero sí tengo la obligación de hacerlos sentir cómodos, es por eso que quiero hacerles un regalo, me dijeron que les gusta ir al pueblo de compras ¿Les apetece ir mañana?

JeongHan y SoYeon cambiaron su semblante a uno lleno de emoción, sus ojos brillaron y miraron a Jimin con total sorpresa. —Sería increíble—dijo el primero mentalizándose para comprar joyas y trajes de distintos colores.

—¿Dama SuRan? —dijo Jimin con una sonrisa.

—Me encantaría—respondió con una sonrisa igualmente falsa.

Jimin llevó la taza de té a sus labios, sonriendo internamente, porque ahora sabía de quien tenía que cuidarse dentro del concubinato.






















—¡Jimin! —dijo Baekhyun entrando a la habitación donde Jimin se encontraba alimentando a su hijo.

—Baek—respondió con una sonrisa de alivio, no se movió porque tenía al bebé en brazos, pero le indico que se sentara a su lado.

—¿No tienes una nodriza? —preguntó con una ceja alzada.

—Sí, pero no quiero que ella toque a mi hijo—sonrió apenado—. Sabes como soy.

—Demasiado posesivo y aprensivo—asintió—. Me he sorprendido cuando ChanYeol dijo que debería venir a hacerte compañía.

—Un regalo de Yoongi—dijo con total naturalidad—. No ha querido que este solo.

—¿No has hecho alianzas? ¿Alguien te trata mal? Aunque eso sería imposible, eres el rey.

—Nadie me ha faltado al respeto, pero sé que no me quieren cerca—suspiró con un puchero—. Estar aquí es más complicado de lo que podrías imaginarte.

—Lo entiendo, has estado en mi mente desde la última vez que vine, muchas cosas han ocurrido, créeme que oré para que todo saliera bien con el príncipe y ahora aquí está.

Jimin observó a su hijo quien acababa de quedarse dormido, lo acomodo mejor en sus brazos y se cubrió. —Es un ángel en medio del caos, jamás imaginé que llegaría a amar a alguien de la forma que lo amo a él, incluso es más fuerte que el amor que le tengo a Yoongi.

—Me alegra que hayas encontrado un momento de paz y felicidad, después de todo lo sucedido.

El semblante de Jimin cambió por completo, recordando lo que por días le mantuvo angustiado, necesitaba saber lo que había pasado con Hoseok, su corazón aún estaba dolido por las palabras que tuvo que decir para que Baekhyun le hiciera llegar un mensaje desgarrador y doloroso, se arrepentía, pero sabía que era lo mejor, era la única forma que se le ocurría para salvarlo.

—¿Hiciste lo que te pedí? —preguntó con suplica.

Baekhyun bajo la mirada unos momentos, antes de asentir. —Lo hice Jimin, le hice llegar tu mensaje, palabra por palabra, pero, él no quiso escuchar, sigue en el pueblo, cerca del río, dijo sólo se iría si lo escuchaba de tu boca.

La sangre escapó de su cuerpo, comenzó a sentirse mareado, no podía comprender cómo después de todo lo sucedido, Hoseok siguiese empeñado en permanecer en un lugar donde podría ser asesinado, tragó en seco, sus cojos comenzaron a picar debido al dolor y a la desesperación, no lo quería cerca, por el bien de ambos, necesitaba que se alejara antes de que fuese muy tarde.

—¿No comprende que puede morir? —preguntó con dolor.

—No le importa Jimin, ChanYeol y yo hemos intentado hacer que recobre la cordura, pero es imposible, no se irá hasta que no pueda verte de nuevo.

—Entonces dile que lo veré—Jimin no estaba pensando coherentemente cuando dijo aquellas palabras—. Esta noche, cuando todos estén dormidos, no hay soldados o guardias especializados, la mayoría de ellos son nuevos, quienes conocen a Hoseok están junto a Jungkook y a Yoongi.

—¿Te has vuelto loco? ¿Cómo se supone que saldrás de tu habitación?

—Puedo salir de la habitación, no es la primera vez que lo hago, Yoongi sabe que a veces no puedo dormir, cuando eso pasa ambos tomamos un paseo por el jardín y el lago, no hay muchos guardias ahí, ChanYeol y tú pueden acompañarme, Hoseok sabe cómo entrar.

—¿Lo dices de verdad? Jimin si los descubren....

—Nadie lo hará, porque esto sólo tú lo sabes.

BaekHyun le miró con preocupación, pensaba que Jimin estaba perdiendo la cabeza, pero en sus ojos sólo podía ver aquella determinación que este siempre había tenido cuando vivía lejos del palacio, cuando era un mendigo que quería salir adelante. Entonces no pudo negarse, asintió esperando que aquello saliera lo mejor posible.












La noche fría arribo en el palacio, avanzó a través de los grandes jardines, estaba atento a lo que sucedía alrededor, había tenido que trepar la muralla para poder entrar, en un punto donde sabía que nadie estaba custodiando, el traje de guardia real que llevaba le quedaba un poco grande, ya que pertenecía a ChanYeol. El casco cubría su cabello e intentaba mantener la mirada baja para no ser descubierto.

Estar dentro del palacio le dio una sensación amarga, recordaba los mejores momentos que vivió siendo respetado y ayudando al rey, pero también, como este le traiciono para quedarse con su esposo, con el amor de su vida.

Hoseok estaba expectante, el mensaje recibido de Baekhyun le dejó con el corazón destrozado, pero una parte de él se negaba a creerlo, tal vez, porque sentía que conocía a Jimin, y que este sería incapaz de hablar de esa manera, no después de todo lo que compartieron y el amor que se tuvieron, no tenía la menor idea de cómo debería actuar, porque ya no era su esposo, ya no era su angelical chico, era el rey de Silla, quien había dado a luz a un posible heredero.

Escuchó los pasos acercarse, pero no se dio la vuelta, podía reconocer esa forma de caminar pausada que le cateterizaba, se quedó quieto, sintiendo el golpeteo de su corazón en el pecho.

—Hoseok—al escuchar su voz, sus ojos se cerraron por unos instantes, oía a coros de ángeles, se dio la vuelta con cuidado, y le observó de frente.

Jimin se veía diferente, a pesar de tener el mismo rostro aniñado, su aspecto pulcro le daba una nueva identidad, llevaba una enorme capa negra y su cabello estaba peinado hacía atrás, en sus orejas llevaba unos pendientes dorados en forma de dragón. No lo reconocía, pero admitía que se veía hermoso.

—Jimin—susurró con un nudo en la garganta.

—Hobi—susurró con voz temblorosa, todo vestigio de fortaleza se vino abajo en el momento en que lo vio, sus labios temblaron al igual que sus manos—. Perdón, lo lamento.

Hoseok dejó todo detrás y se acercó, dándole un fuerte abrazo, estrechando su pequeño cuerpo contra el suyo, tenerlo en sus brazos después de tanto tiempo le dio un alivio a su corazón, olía delicioso, no era el mismo Jimin que había dejado detrás, pero sentía la misma calidez al tenerlo cercas.

—No es tu culpa—susurró contra su cabello—. Fue él.

—No...no fue él solamente—respondió separándose, no yendo tan lejos, sólo lo suficiente como para ver su rostro—. Yo también fallé.

—Jimin, él te obligó.

—No—negó separándose y desviando la mirada—. Él no me obligó a nada, yo acepté, al principio no iba a hacerlo, pero, me enamoré. Lo siento.

Eso fue una puñalada para Hoseok quien hizo una mueca de dolor. —¿Te enamoraste de él? ¿Y yo? ¿Pensaste en mí?

—Lo hice, pero, no pude controlarlo, fue...jamás me sentí de esta manera, no me malentiendas, te amo—dijo mirándolo con los ojos inyectados de dolor, las lágrimas recorrían sus mejillas una tras otra—. Siempre te amé y estoy agradecido porque sin ti no sería nada, pero caí, soy una persona horrible, pero no pude controlarlo, me enamoré y cuando quise terminarlo, me enteré que esperaba a su hijo.

—Mi esposo no sólo falló a nuestra promesa, sino que también engendró el hijo de otro antes que uno mío—soltó con desprecio.

—Cuando me enteré quise acabarlo, pero después me enteré que moriste, Yoongi intentó ayudarme y me trajo al palacio, yo no sabía que estabas con vida.

—Fue él quien mandó a matarme, me he salvado por un corazón compasivo, pero aquel a quien dices amar fue quien dio la orden—observó cómo Jimin no se inmutaba—. ¿Lo sabías? ¡¿Sabías que él lo hizo?!

La furia estaba subiendo de intensidad, se acercó a Jimin y lo tomó de los hombros donde lo estrujó con fuerza, hasta el punto de hacerlo sollozar.

—¡Lo siento! —lloró con desespero, Hoseok le observó decepcionado.

—No eres aquel del que me enamoré—soltó con desprecio—. Juré que eras bueno, que en este enredo eras inocente, pero ahora, te has quedado con el hombre que asesinó a tu esposo.

—Tú más que nadie sabe que teniendo al hijo del rey en mi vientre no había otra opción—susurró sin ser capaz de mirarlo a los ojos—. Es por eso que te ruego que te vayas, no puedes estar aquí, si la vida te ha dado una oportunidad para vivir, tienes que hacerlo, sal de Silla, él podrá matarte, a ambos.

Hoseok lo soltó y se alejó unos momentos, tomando el aire para tranquilizar su furia, porque en esos momentos estaba tan enojado, que quería golpear a Jimin y eso jamás podría permitírselo.

—Silla caerá, aquel que dices que es rey, es un ilegitimo bastardo, el verdadero rey está esperando a tomar lo que es suyo y cuando eso pase no tendrá compasión—le miró con seriedad—. Tomará sus tierras, a sus hombres, su palacio y a su consorte y concubinos, matará a sus hijos y engendrará nuevos herederos, estás en peligro, porque el fin de Silla se acerca.

Jimin quedó petrificado escuchando aquellas palabras, negó con el ceño fruncido. —Lo que dices es mentira.

—No lo es Jimin—respondió acercándose—. Estaba dispuesto a sacarte de aquí, aunque estoy demasiado molesto contigo, decepcionado, sé que no me gustaría verte en sus manos, en las de nadie, mucho menos que pierdas de esa manera a tu hijo, si te quedas será la peor pesadilla que puedes experimentar, pero si vienes conmigo, te mantendré a salvo.

—¿Cómo es que sabes todo esto? —preguntó perplejo sin dejar de mirarlo fijamente.

—Porque los conozco, conocí a JiYong y a su hijo, ellos quieren destruir a Min Yoongi y no pararan hasta lograrlo.

—Eso es traición—susurró.

—Jimin ¿En verdad crees que le debo lealtad después de mandar a asesinarme, tomar a mi esposo y hacerlo suyo? Yo no le debo nada a Min Yoongi.

—Esto no se trata sólo de Yoongi, sino de las personas que viven en Silla, quienes hacen a este reino fuerte, el ejercito rebelde no dudara en destruir a todos.

Hoseok aligeró el gesto, sonrió ligeramente, ese era el Jimin que él conocía, uno que se preocupaba por los demás, su corazón latió con esperanza.

—No se puede hacer nada Jimin, y no puedes decirle a nadie tampoco, el palacio está lleno de traidores, en la única que podías confiar era en SeungWan, también en SuRan.

Tras escuchar el nombre de la reina y de la dama Shin, Jimin le miró perplejo. —¿De qué estás hablando?

—Ellas son buenas, son la únicas en el palacio que realmente aman a Silla y al reino, cualquier otro es de cuidado.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó con cautela.

—Les serví durante mucho tiempo, las conozco incluso mejor de lo que el mismo rey llegó a conocerlas, sobre todo a la reina.

Algo en las palabras de Hoseok no le gustaron a Jimin quien de inmediato se puso a la defensiva. —¿Las conoces? ¿De qué manera las conoces?

—Jimin, escucha, tienes que irte conmigo antes de que todo pase, SuRan sabe que estoy con vida, dile que le vas a ayudar, tienen que escapar.

—¿Por qué te importa tanto? —preguntó con una mueca—. ¿Qué me estás ocultando?

—Te amo Jimin, eso nunca cambiará, tienes que confiar en mí como siempre lo has hecho—susurró con impaciencia.

—No—respondió sin pensarlo—. Me estás ocultando algo, no estás siendo honesto. No me iré contigo e informaré sobre esto al rey.

—Si lo haces, gente inocente morirá—negó con tristeza—. Yo jamás haría algo para lastimarte, tienes que creerme.

—No te quiero ver cerca, si lo haces, diré todo lo que sé, aún si eso me cuesta la vida—se separó con frialdad—. También te amo y porque te amo, quiero que te alejes para siempre Hoseok, de ahora en adelante lo que pase conmigo no debe importarte, este es el camino que he elegido.

—Jimin... no hagas algo de lo que puedes arrepentirte—suplicó.

Jimin no podía confiar en Hoseok, porque lo que este decía iba en contra de todo lo que pensaba y sentía, estaba confundido y perdido, no quería que este siguiese cerca arruinando las posibilidades de ambos de vivir, sentía que ocultaba algo, que estaba mintiendo, porque no había manera de que alguien derrocara al rey de Silla.

—Por favor no vuelvas más.

Cuando estaba por irse, Hoseok lo tomó de la mano y lo acercó a su cuerpo. —Permaneceré cerca, porque cuando llegue el momento te tomaré y nos iremos.

Impresionado, no pudo formular palabra o moverse, debido a los labios tersos que se posaron sobre los suyos, fue un besó rápido y brusco, al momento de sentirlo, la sorpresa hizo que se alejara, pero Hoseok lo tomó de la nuca y lo mantuvo ahí, hasta que se relajó, hasta que dejó de luchar y sus ojos se cerraron, movió los labios, reconociendo aquel lugar al cual llamó hogar durante mucho tiempo, el besó fue rápido, pero cargado de pasión, amor y confusión.

Al separarse, Hoseok le observó por última vez antes de irse y dejarlo solo con el corazón desbocado y con miles de miedos en su interior. 





Mientras esperamos el concierto.

Gracias por leer 💜

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