XV
El agua caliente de rosas acogía su cuerpo cansado, sus músculos estaban disfrutando de aquella serenidad, recargado en el duro pecho pálido, mientras aquellas grandes manos acariciaban con los largos dedos sus brazos y cuello, su cabello mojado caía en sus hombros pegándose a su cuerpo, estaba con los ojos cerrados, sintiendo de vez en cuando los labios de Yoongi posarse con delicadeza en su cuello y mejilla, le decía cosas tiernas al oído, cosas que le eran agradable escuchar.
—¿Te duele algo?—susurro pasando su nariz por su cabello, oliendo su aroma a rosas—. ¿Te he lastimado?
—No, estoy bien—susurro con una sonrisa en los labios.
Lo estaba, había disfrutado de cinco días enteros en compañía del rey, ambos en sus aposentos, comían, dormían e intimaban juntos, ajenos a todo lo que estaba a su alrededor y a los recuerdos recurrentes que de estar solos no los dejarían dormir. Jimin quiso entregarse nuevamente al rey, porque la ansiedad de estar en sus brazos sin poder sentir sus labios recorriendo su cuerpo estaba matándolo lentamente, al principio Yoongi se había negado recordando la advertencia de SeungWan, la cual le dijo que hacer el amor mientras estaba esperando era peligroso, sin embargo, a pesar de tener aquello muy presente no pudo negarle a Jimin algo que ambos deseaban, así que lo tomo con delicadeza, y fue perfecto.
—¿Habías estado antes con alguien que estuviese en espera?—preguntó con voz débil, no queriendo escuchar la respuesta.
—No—beso su sien—. Eres el primero, y créeme cuando te digo que ha sido la mejor experiencia, tu cuerpo tan ansioso, de sólo pensarlo, me pone nervioso.
Y Jimin lo sentía, porque podía percatarse de que algo crecía y se pegaba a su espalda baja, se volvió y le sonrió, se acercó posicionando sus manos en los hombros del rey y besando sus labios se subió a horcajadas en sus piernas, le beso por unos momentos, sintió como Yoongi lo tomaba de la cadera cediendo ante sus deseos, ante la ansiedad de tener sus cuerpos tan cerca, mojados y desnudos. Con la ayuda de sus manos le levantó y se hundió lentamente en su interior, Jimin cerro los ojos y dejó caer la cabeza hacía atrás dándole acceso al rey para besar su cuello de forma lujuriosa, las caricias en su cuerpo eran seda, tan lentas y delicadas que les daban escalofríos.
Jimin se olvidó por un momento de todo, porque lo deseaba, porque sólo Yoongi sabía como besarlo y tocarlo hasta llevarlo a un estado de locura total, sólo el rey sabía como amarlo y él se sentía tan mal de desearlo, pero le era imposible no hacerlo, dejarlo, ignorarlo en esos momentos no valía la pena, porque había comprendido que estaba en sus manos para siempre. De alguna manera le gustaba saber que había cosas que sólo podía hacer con él, se sentía mal con los demás pero aquello le daba felicidad, quería convertirse en alguien especial, alguien a quien amar realmente.
—Te amo Jimin—susurro ahogado en su cuello, mientras su cadera se movía de forma exquisita, llevándolos a ambos a la perdición total—. Tan hermoso, tan perfecto, eres mi rey, mi todo.
—¿Y por qué no puedes hacerme tu consorte?—susurro cansado de moverse, pero mirándolo a los ojos mientras le hacía entrar en el éxtasis—. Dime.
Yoongi le observó fijamente, la forma sensual en la que hablaba mientras se movía, sus ojos profundos de un castaño fundido, sus labios carnosos, hinchados por los besos compartidos, Jimin era perfecto, su perdición total, era entonces que comprendía la pregunta que SeungWan le había hecho ¿Qué tenía Jimin que no tuviese ninguno de sus concubinos? y eso era la capacidad de hacerlo perder la razón con sólo una mirada. Jimin podía pedirle todo y él se lo daría.
—¿Quieres ser mi rey?—preguntó con una sonrisa—. ¿Quieres gobernar a mi lado?
Jimin tuvo miedo de sus propias palabras y del egoismo que había en su corazón, la reina le había dado todo, el cariño de una hermana y el cuidado de una madre, siempre que acudía a ella por consejo, esta le sonreía y le hablaba de las cosas de una manera que las pudiera comprender.
—No, sólo quiero amarte-susurro abrazándolo, recargando su cabeza en el hombro, quedándose en esa posición hasta que llegaron al la cúspide del placer, Yoongi acariciaba su cabello sin tener la necesidad de salir de él.
—No puedo hacerte rey-susurro con un suspiro—. Ella es mi reina, es su papel y nunca me ha fallado, siempre ha hecho maravillas por el harem, si la conoces lo suficiente puedes comprender la razón por la que la quiero.
—Lo entiendo, lamento haber pedido aquello—susurro avergonzado.
—No es un regaño, quiero que comprendas que ellos son mi vida también, a los cuatro los quiero, los respeto y aprecio, me han dado hijos maravillosos, me han hecho sonreír en las peores situaciones, ellos son quienes se han quedado por años a mi lado.
Jimin asintió.—Espero poder ganarme un lugar, todo esto es nuevo para mi.
—Creo que no me estoy explicando—suspiro, se removió para tomar a Jimin de las mejillas y hacer que le mirara—. Ellos son esenciales para mi vida, pero tú eres la razón para mi vida, te amo como nunca llegue a amar y es por eso que temo, le temo a lo que el destino nos depare, Jimin, eres mi vida, eres aún más especial para mi, le has ganado a las personas que se han quedado años a mi lado, no puedo hacerte rey, no puedo hacer que seas mi consorte, pero sí puedo darte el amor que no le he dado a nadie ¿Eso es suficiente para ti?
Jimin asintió con una sonrisa en los labios, se acercó y besó a Yoongi en la frente.—Me basta mi rey, quiero iniciar de nuevo, una nueva vida a tu lado.
Se abrazaron por unos momentos.—Jimin ¿Quienes eran las personas que estaban a tu lado? esas dos mujeres ¿Quienes eran?
Jimin suspiró con tristeza.—Mi madre y mi tía por parte de padre. Ella debe de estar preocupada ¿Podría mandarle una carta?
—Mandaré a alguien que la haga para ti—asintió—. Vamos a la cama, en unas horas debemos de estar listos para la presentación matutina al reino, la primera vez que te verán como mi concubino.
La gente del pueblo esperaba impaciente el anunció real, las palabras que el rey les diría para ponerlos al tanto de la guerra, esperaban por escuchar buenas noticias de sus familiares que luchaban valientemente en el frente.
Cuando el rey se presentó, lo hizo al lado de la reina, el príncipe y sus cuatro concubinos, quienes conocían a Jimin se asombraron, negaron ante la desgracia del muchacho, que al verse viudo cayó en manos del rey.
—Cuidadanos de Silla, sé que en este tiempo quisieran saber sobre sus soldados, quienes están luchando con valentía y ferocidad por su reino—dijo con voz clara y formal, llenándose de ímpetu—. Si las cosas siguen como hasta este momento, pronto regresarán con bien, pido su paciencia, pronto Silla saldrá vencedora contra aquellos que se oponen a mi liderazgo.
La gente reaccionó de forma positiva porque creían en las palabras de su rey, todos menos un mendigo, que le miró con los ojos entrecerrados y no sólo a él, sino también al muchacho castaño que observaba todo con seriedad.
—Jimin—susurro con dolor.
Sólo la insistencia de minsu73 puede hacerme actualizar jajaja.
Espero que les haya gustado y nos leemos pronto.
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