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V

En el tejado de su casa podía observar a la cuidad en completo silencio, con la oscuridad erguida sobre ella, la luna y las estrellas eran las únicas que le hacían compañía. Sus manos jugaban con aquel collar de flor que descansaba en su cuello, estaba confundido, las palabras del rey aún resonaban en su mente junto al recuerdo de sus manos sosteniéndolo mientras le besaba con delicadeza, sus dedos fueron a parar a sus labios y sonrió. 

Le había gustado mucho más de lo que tenía permitido admitir, su corazón había latido de una manera nueva, su cuerpo reaccionó al instante, lo deseaba, necesitaba más pero la realidad le hacía mantenerse en un debate constante, estaba casado con el hombre que le había aceptado a pesar de tener una madre enferma y ser de la calle. Hoseok era el hombre con el que había elegido para estar toda la vida, quien le cuidaba y quería, no podía pagarle de esa manera, era inaudito cualquier pensamiento de traición.

Cerro los ojos tratando de controlar sus emociones, no podía, lo había decidido, no iría al siguiente día a presentarse frente al rey. Al abrir los ojos miró la calma de la cuidad siguiendo hacía el palacio, una de las torres quedaba justo frente a él, podía verla porque la claridad de la luna la iluminaba, caminó hasta la orilla de su tejado, sin soltar la mariposa, trago y espero, su corazón latía con fuerza, sentía una extraña fuerza que te atraía a ese lugar. Iba a darse la vuelta pero le vio llegar, la palidez de su piel hizo que le identificara desde el primer momento, no podía ver su rostro sólo su figura imponente sobre esa torre, relamió sus labios, la opresión era tan grande que sus ojos se llenaron de lágrimas, porque a pesar de que sabía que estaba cometiendo una equivocación no podía ir en contra de sus deseos. 

La mirada del rey permanecía fija en él, de un momento a otro este alargó la mano como si de esa manera fuerza capaz de tocarlo, Jimin cerro los ojos y tomó una bocanada de aire. Cuando los abrió asintió, caminó hacía atrás mirando que el rey hacía lo mismo, bajo las escaleras de madera, entro a su casa y después de mirar a su madre completamente dormida salió de la casa en dirección al palacio. Las calles estaban en completo silencio, lo único que se escuchaba eran sus pasos, quería llegar lo más rápido posible porque lo necesitaba, a lo lejos pudo ver las puertas del palacio abiertas, desaceleró el paso yendo con más tranquilidad, su pecho se movía inestable por el peso de su respiración, estaba a unos pasos cuando se detuvo, inseguro pensó en volver, miró hacía atrás.

—Jimin —escuchó la voz que le transmitió un escalofrío

Volvió la vista observando al rey en una bata grande negra mirándolo parado en medio de la puerta, parpadeo al momento que vio la mano pálida elevarse ante él. Echando una última mirada hacía atrás comenzó a ir hacía el rey, sus mejillas estaban rojizas, cuando llegó hasta donde él se encontraba este le tomo la mano entrelazando sus dedos y entro al palacio. 

















SeungWan estaba dando vueltas en su cama, suspiraba, su dama le había dado la noticia de que el rey estaba reunido con aquel muchacho, se sentó derrotada al no poder dormir, estaba nerviosa, aunque lo comprendía, no podía dejar de sentir ese pequeño estrujón en su pecho cuando alguien nuevo llegaba. Su puerta fue tocada 

—Adelante —dijo sentándose derecha en la cama 

La puerta fue abierta encontrando ahí a SuRan quien tenía lágrimas en los ojos, asintió y abrió los brazos, la chica se encaminó hacía ella abrazándose a su cuerpo con fuerza 

—Las cosas no van a cambiar ¿Verdad?—preguntó mirándola a los ojos 

—No lo harán —dijo acariciando sus mejillas y besando su frente, ambas se acostaron acurrucadas la una con la otra. Esperaban que el cambio fuera para bien. 





















Jimin miró al rey quien a su vez le observaba de pies a cabeza, se sintió intimidado de sólo usar un camisón blanco y una bata azul celeste, no había tomado ropa más presentable y se reprochaba por eso. 

—¿Tienes frío?

Negó bajando la mirada —No, lamento haber venido sin invitación 

Yoongi rió por lo bajo nervioso, observando cada uno de los gestos apenados de Jimin, esos que le hacían ver inocente, mordió su labio inferior, no imagino tenerlo en medio de su habitación esa noche. Agradecía no haber podido dormir, quería despejar su mente así que fue a la torre donde le era posible ver la casa de Jimin, cuando llego no creyó lo que sus ojos miraban, ahí estaba siendo bañado con la luz de luna como la última vez, salvo que en esa ocasión sus ojos se encontraron, vio en el otro la necesidad reflejada, estaba al igual que él deseoso. Sabía que llegaría hasta las puertas del palacio así que espero para recibirlo como su valioso invitado. 

—Jimin, tú puedes venir al palacio las veces que desees —susurro caminando alrededor de él poniéndolo nervioso, se acercó a su espalda mirando su cabello claro caer con delicadeza en sus hombros, con delicadeza tocó unas cuantas hebras —. Pero debo de admitir que me ha sorprendido tu visita ¿Pasa algo?

Lo vio tensarse cuando tocó sus hombros dando un pequeño apretón —No sé que hago aquí —susurro, Yoongi sonrió y se acercó a su cuello directo a su oído 

—¿Quieres que te muestre por qué estas aquí?—preguntó al momento que le daba vuelta para quedar frente a frente 

Jimin trago en seco, cada toque que el rey le daba era una descarga de adrenalina, tembló entre sus manos, su vista paro a los labios delgados y rosados del rey y asintió cerrando los ojos. Aquella invitación fue suficiente para que Yoongi le besara, la forma en la que sus labios se amoldaban al otro era exquisita, podía sentir el aliento de Jimin en su boca y la punta de su lengua responder con timidez a los masajes de la propia, el beso que anteriormente se habían dado no era nada en comparación a la profundidad y necesidad con la que sus labios se movían, Jimin llevo sus manos al cabello negro del rey, ahí enterró sus dedos sintiendo los sedosos mechones hacer cosquillas a sus muñecas, suspiro cuando el rey puso una de sus manos en su cadera y lo apretó contra su cuerpo. 

La sensación de tenerse en los brazos del otro les estaba llenando de un calor que se extendía desde su interior, las manos grandes de Yoongi tomaban la cadera y espalda de Jimin tratando de acercarlo hasta que sus cuerpo se fundiera, tuvieron que separarse debido a la falta de aire, Yoongi bajo con besos castos y pequeños por la mandíbula de Jimin directo a su cuello, al estar ahí lamió su piel, probando con éxtasis el sabor agridulce, olía delicioso, sus manos recorrieron sus costados dándose cuenta que su cuerpo era menudo, Jimin apretó los hombros de Yoongi y cerro los ojos suspirando por el placer de sentir la lengua cálida y húmeda recorrer sus clavículas, Yoongi sonrió al ver que Jimin llevaba puesto el collar. 

—Déjame tomarte Jimin, por favor —susurro contra su mejilla 

—Por favor mi rey....tómame —susurro sintiéndose caliente 

Yoongi se separo y de una le desabrochó la bata, la alejó e su cuerpo dejándolo en camisón, él mismo llevo las manos a la suya sin apartar los ojos de los de Jimin quien le miraban con una hambre voraz. Lo tomo de la mano y lo llevó a los pies de la cama,  con cuidado deshizo el nudo del docel y lo abrió, miró a Jimin alargando la mano para invitarlo dentro. Jimin trago y se metió, la colcha de seda fue lo primero que sus dedos tocaron, sus rodillas se hundieron en la cama, gateo hasta quedar cerca de la cabecera, se recostó mirando al rey quien sonrió. 

—Eres un ángel —susurro antes de acercarse y besarlo, se subió sobre él con cuidado de no aplastar su cuerpo, Jimin llevo sus manos a la fornida espalda y ahí las descanso siguiendo el movimiento de sus labios y lenguas—.Perfecto —dijo separándose para besar su frente

Jimin abrió las piernas, Yoongi gruño —Quisiera ver qué hay debajo de tu camisón 

Cuando dos esposos tenían intimidad no lo hacían desnudos, dejaban sus camisones, Jimin no recordaba una vez que Hoseok le haya visto completamente desnudo, dudo unos segundos antes de suspirar 

—Entonces quítalo —susurro —. Sus deseos son órdenes para mi 

Yoongi entrecerró los ojos lleno de pasión, tomó su propio camisón dejándose ver desnudo frente a Jimin quien cerro los ojos sonrojado, rió llevando sus manos a las piernas abiertas, poco a poco fue subiendo por estas, sintiendo la suavidad de su piel, su pecho subía y bajaba excitado al ver los gestos de placer que Jimin daba, su rostro se desformaba de una forma placentera. Llego a la cadera dejando al descubierto su intimidad donde con dedos cálidos acarició, Jimin gimió tapando su boca, con la mano libre le tomo ambas muñecas y las puso sobre su cabeza haciendo que se moviera desordenadamente por la manera en la que su mano acariciaba su hombría, los donceles tenían un miembro un tanto más pequeño pero con el doble de sensibilidad, acarició sonriendo orgulloso de los sonidos que eran música para sus oídos, bajo un poco hasta que la punta de sus dedo índice rozo con su apretada entrada, acarició con lentitud el apretado anillo, lo separo y llevó sus dedos a su boca donde los ensalivo para volver a su trabajo y aligerar el ceño fruncido que Jimin hizo al verse abandonado. 

Lo beso mientras palpaba su entrada, podía sentir en los dedos el lubricante natural que tenían los donceles, sonrió mordiendo su labio inferior, Jimin suspiro y abrió más las piernas, Yoongi ingresó uno de sus dedos haciendo que Jimin aspirara con sorpresa, mientras lo movía en su interior le observo 

—Jimin abre los ojos —dijo en voz grave 

Jimin tardo para acatar la orden porque las sensaciones que estaba experimentando en ese momento eran abrumadoras y adictivas, abrió los ojos y le miró con deseo, sus pupilas estaban dilatadas y pedía silenciosamente más, Yoongi ingreso otro de sus dedos haciendo movimientos de tijera en su interior, Jimin miró hacía abajo percatándose del pecho pálido y fornido del rey, sonrió acercándose hasta lo que sus manos atrapadas le permitían para besar su cuello, Yoongi le soltó gruñendo, sus concubinos eran tímidos, no tomaban la iniciativa como lo estaba haciendo Jimin quien besaba su pecho con cariño y tocaba sus brazos apretando. 

Yoongi se separo y llevo las manos al camisón blanco el cual levantó sin problema, Jimin se sentó para dejar que se lo sacara por completo. Al verlo quedó anonadado, el cuerpo de Jimin era precioso, de piel clara y nívea, delgado, con un cintura bien marcada, lo abrazo para poder sentir el calor que deprendía, Jimin gimió buscando sus labios. 

Sus sexos rozaban con lentitud, lo que hacía que su calor aumentaba, Yoongi ya no podía aguantar estar fuera de su cuerpo, tomó su erección y la dirigió al húmedo agujero de Jimin quien se tenso por unos segundos, Yoongi acarició sus piernas -Relájate cariño 

Jimin miró sus ojos los cuales iba agrandando a medida que el rey se adentraba  en su cuerpo, lo sentía grande, caliente y palpitante, aferro las manos a los brazos pálidos, Yoongi tomó su cadera la cual elevó un poco, le miró con ojos dilatados de placer 

—Cuando estés listo 

—Ya...por...favor —susurro con las mejillas ardientes, había pasado mucho tiempo desde que no tenía intimidad y su cuerpo lo necesitaba, el rey comenzó con estocadas lentas y profundas para que Jimin se adaptara a su tamaño, fue bajando hasta que quedó sobre él besando sus labios, sólo así fue que pudo aumentar el ritmo elevando una de sus piernas la cual acomodo en su hombro derecho, Jimin jadeo por lo dentro que le estaba sintiendo, estaba golpeando justo el lugar que le hacía enloquecer, Yoongi tomó su trasero que era más grande de lo que imaginó y lo amaso

—Jimin —jadeo entre su cuello 

—Yoongi —susurro Jimin perdido 

Al escuchar su nombre salir de sus deliciosos labios lo tomó con más fuerza, hinchando el pecho y dejándose llevar por los jadeos ajenos, Jimin no pudo soportar aquella intensidad y llego al orgasmo entre sus cuerpos, al sentir como las paredes de su interior se contrajeron empujo con mayor intensidad hasta que llego al clímax, llenándolo con su esencia mientras besaba sus labios.








Para quienes leen UCDH....💜


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