Capítulo 3 Descubriendo cosas.
- Mara, ¿qué haces?, ahora tenemos piscina - dijo Lucas haciéndose el responsable.
- ¡Vaya! ¿ese es tu hermano?, está buenísimo - dijo Maya en un tono bajo para que no le escuchara.
- Sí, lo sé - dije yo.
- Sígueme, en vez de ir a la biblioteca vamos a ir a la sala de informática - dijo Maya.
- Vale - dije yo siguiéndole.
Llegamos y era una sala con ordenadores y sillas.
- He encontrado una página web que parece fiable - dijo Maya.
- Te acuerdas de la camarera del chiringuito, tenía una pulsera igual que las nuestras, no sé como ni porque, pero tengo un presentimiento - dije yo.
- Podemos ir al chiringuito a ver - dijo Maya.
- ¡Pues claro!, como no se me había ocurrido antes - exclamé yo.
De repente se abrió la puerta y apareció nuestro profesor.
- ¡Aquí estáis!, os estaba buscando, venga, que tenemos que ir al autobús, toda la clase os está esperando - dijo el profesor.
Nosotras corrimos hasta llegar a un lago artificial que había hecho el colegio no sé por qué, pero comunicaba con el mar, nos tiramos al lago y nos hundimos en el agua, esta vez no nos transformamos en sirenas, pero tampoco podíamos ahogarnos, aunque tragáramos agua, el profesor nos vio y nos sacó del agua a las dos.
- ¿Chicas que os pasa?- preguntó el profesor.
- Nada - dije yo.
- Nos hemos tropezado - dijo Maya.
- Es que estamos malas y no podemos bañarnos - añadió Maya.
- Vale, pero ¿por qué no queréis veniros a la piscina? - dijo el profesor.
Al final no nos quedó más remedio que subirnos al autobús.
Nos sentamos en la fila de atrás, las dos juntas.
- No lo entiendo, ayer nos convertimos en sirenas en cuanto entramos en contacto con el agua y hoy que nos hemos tirado al agua no nos ha pasado nada más que podíamos respirar perfectamente en el agua, a lo mejor tiene que ver con en agua o con la luna o yo que sé, bueno, sea lo que sea hay que ir a ver a la señora del chiringuito eso es la mejor opción por ahora - dije yo.
El autobús se detuvo de inmediato en una gasolinera y todo el mundo comenzó a bajar para comprar cosas y posteriormente volver al autobús, nosotras no, nosotras aprovechamos la situación para escapar y buscar el chiringuito.
Gracias a los móviles y nuestra memoria pudimos llegar rápidamente al chiringuito justo a tiempo cuando estaba recogiendo sus cosas la mujer del otro día.
Entramos con total normalidad y fuimos hacia la mujer.
- Espera - dije yo dirigiéndome a la mujer.
- Lo siento, no puedo atenderte, ha terminado mi turno y vamos a cerrar - dijo tirando de la puerta con la mano.
- Espera, un momento, es importante - dije aprovechando que tenía el brazalete, para enseñárselo con un gesto rápido de mano.
Ella lo notó y el rostro de su cara cambió.
- Niña, ¿dónde has encontrado eso? - dijo ella preocupada.
- No sé - dije yo.
- Venid seguidme - dijo la mujer.
- Sí, tú también - añadió.
Cuando estábamos todas afuera, nosotras le contamos lo que había pasado.
- En fin, tendré que hacer de niñera hasta solucionar el incidente - dijo cambiando de estatura.
Cuando terminó de transformarse, la mujer ya no parecía una mujer, si no una chica de nuestra edad con pelo rubio y ojos azules, alta y delgada.
- Espero que mi madre no se entere - dijo ella.
- Hola me llamo Leyla y sí, tengo la misma edad que vosotras dos - dijo la chica.
- Me llamo Mara - dije yo.
- Yo soy Maya - dijo Maya.
- Sé que tenéis millones de preguntas al igual que yo, pero vamos a un lugar apropiado para hablar, seguidme - dijo Leyla mientras andaba hacia la cueva donde estuvimos la última vez.
Le seguimos hasta llegar a la cueva de símbolos raros del primer día de clase.
- Aquí hemos estado antes - dije yo.
- Sí, es verdad, ya me acuerdo, estuvimos el primer día de clase - dijo Maya.
- ¡Ohh!, ¿pero ese estanque qué hace ahí?, la última no había ningún estanque - dije yo.
- Os equivocáis, ese estanque siempre ha estado ahí, solo que los únicos que podemos ver el estanque son los mags - dijo Leyla.
- ¿Qué o quiénes son los mags? - preguntamos las dos.
- Los mags son personas con poderes mágicos, por simplificarlo para que me entendáis y los no mags son personas normales sin poderes, como lo erais vosotras antes de convertiros en sirenas - dijo Leyla empujándonos al agua del estanque.
Caímos y no pasó nada raro, salvo por los dos extraños remolinos de agua brillante ✨ que se elevaban hasta formar formas en el aire, uno era de un delfín y otro era de la forma de un tiburón, el del tiburón me explotó a mí y el del delfín le explotó a Maya.
- Mmm..., interesante - dijo Leyla ayudándonos a salir del agua.
- ¿Qué ha sido eso? - pregunté yo.
- Esos son vuestros Toki, o animales que representan vuestro espíritu o fuerza espiritual, ahora mismo no os habéis encontrado con ellos porque todavía vuestro lazo con el mar no se ha elevado al máximo, pero cuando llegue el momento podréis convertiros en sirenas y encontrar a vuestro Toki y encontrar vuestro Toki suru, es decir, vuestro poder característico, hasta entonces, tomad estas conchas 🐚, gracias a estas conchas os podréis comunicar conmigo, cuando yo esté bajo el agua y vosotras estéis en la tierra o agua, ah, que se me olvidaba hay mejor señal bajo el agua - dijo con una sonrisa en la cara mientras se tiraba al estanque.
- ¡Espera! - gritamos las dos pero ya era demasiado tarde, ya se había largado y no nos podía escuchar.
Las dos miramos a nuestras conchas y vimos que tenía en la mía un tiburón y en la de Maya un delfín, así que como ya se había hecho tarde nos fuimos a casa con hambre, decepción, emoción y sobre todo con una sonrisa en la cara por haber tenido la suerte de convertirnos en Sirenas.
Cuando llegué a casa me esperaban problemas, castigos y regañinas por parte de mis padres y yo tenía el problema de que no sabía que excusa poner....
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro