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Capítulo 4: Guerra de sexos ninjas

–Clase, nos vemos en el campo de atrás. –Shino dijo y desapareció.

Todos salieron a la parte de atrás y vieron a Konohamaru.

–¡Konohamaru-niichan! –Boruto gritó mientras corría hacia él.

–¡Boruto, vuelve a tu clase! –Él le gritó.

Boruto volvió con una cara triste.

–Hoy, Konohamaru quería mostrarles algo. –Shino dijo y volvió a mirar a Konohamaru.

¡Kuchiyose no Jutsu! –Gritó Konohamaru, golpeando su mano contra el suelo. Causando que surja una nube de polvo mientras los estudiantes se cubren la cara para bloquear el polvo, cuando por fin se dispersó, pudimos ver a Konohamaru subido arriba de un gran sapo de color morado.

–¡Guau! –Algunos estudiantes susurraron/gritaron de asombro cuando una rana gigante apareció bajo Konohamaru.

–¡Genial!

–No esperaba menos de ti, Sarutobi Konohamaru. –Aplaudió el sensei– Una gran invocación. Al fin y al cabo, es el nieto del Tercer Hokage. El genio ninja, el orgullo de la Aldea.

–Por Konohamaru-sama, lo que sea. –Dijo el sapo gigante.

–Gracias por todo, Gamagoro. –Konohamaru sonrío.

Bajó del sapo cuando éste desapareció y cayó de pie en el suelo, todos aplaudimos impresionados. Había sido una gran demostración.

–Aprovechando que está aquí, si quieren preguntarle algo...

–¡Yo, sensei! –Gritaron algunas chicas mientras corrían hacia Konohamaru– ¡Konohamaru-sensei!

–¡Enséñeme a lanzar shurikens! –Comentó otra chica.

–¿Dónde compra sus herramientas? –Comentó otra.

–Pregunten en orden... –Dijo sonrojado.

Boruto sonrío al ver tan sonrojado a Konohamaru.

–Qué triste verte coquetear así, Konohamaru-niichan. –Comentó burlón Boruto mientras se colocaba sus manos sobre su cabeza.

–¡No te burles de tus mayores! –Dijo enojado– ¡Y no uses mi nombre, llámame "Sensei" ~kore! –Dijo mientras se enfrentaba a Boruto.

–Con esa cara de pervertido no convences a nadie. –Siguió Boruto.

Las niñas que se había acercado a él, miraron a Boruto con el ceño fruncido.

–¡Oye! ¡No le digas cosas raras al sensei de esa manera!

–¡Y no lo trates con esa confianza! –Gritaron algunas chicas con voz enojada, mientras se acercaban a Boruto.

–Pero, yo... –Boruto estaba sudando.

–Qué fea es la envidia de los chicos. –Chōchō dijo con los brazos cruzados, caminando hacia él.

–¡Qué no es eso, dattebasa!

–Aunque no me extraña, porque te gana por dentro y por fuera.

–Sí se pone así... –Boruto corrió hacia Konohamaru.

Saltó por encima de él y le robó el gran pergamino de invocación que estaba detrás de la espalda de Konohamaru.

–¡Boruto!

Boruto lo colocó sobre su espalda y golpeó su mano contra el suelo –¡Kuchiyose no jutsu! –No pasa nada.

El rubio había hecho el ridículo frente a todos.

–¿Qué? –Se preguntó a sí mismo.

–Primero hay que escribir el nombre en el pergamino y pactar con la bestia, si no, no se activa. –Dijo el Sensei con obviedad.

Ichiro y Sayuri suspiran, miraron al rubio que seguía avergonzado en el suelo.

–¿Eres baka? –Le dije el Uchiha menor al rubio.

–¡Todos, entren en filas! –Konohamaru gritó.

Todos estaban en fila y el sensei les dio a todos en la mano un pequeño pergamino.

–Para la invocación, deben hacer un pacto de sangre con el animal o no funcionará. Cuando lo hagan, podrán invocar la bestia en todo momento y lugar. –Explicó Konohamaru mientras sostenía y abría el pergamino.

–¿Entendiste, Uzumaki Boruto? –Pregunto Shino.

El rubio sonrío –Si escribí el nombre, puedo llamar a un sapo, ¿no?

–¿Sigues con esa idea? –Inojin lo miró con cansancio.

–No decimos que el pacto sea suficiente. Es difícil hacer que la bestia invocada nos escuche. –Dijo Shino.

–Lo importante es la relación. Si se aceptan el uno al otro, la bestia puede ser un gran compañero-kore.

–Dicho esto, es muy pronto para invocar bestias. Empiecen invocando herramientas. –Shino saco su pergamino. Lo desenrolló y convocó lo que parecía una katana.

–¿Desde aquí? –Boruto se quejó.

–Qué bueno que no empezamos invocando sapos, ¿no, Namida?

–Sí, no podría tocar un sapo.

Chōchō miró el pergamino verde en su mano –Da asco invocar una bestia viscosa.

–No solo se pueden invocar anfibios. –Comentó Konohamaru al escuchar los comentarios de las chicas– El Sandaime invocaba monos, el Sexto perros y la Hikage no Hime puede convocar a más de un animal. –Konohamaru dijo.

–Ahora lo pienso, mi mamá lo llama "comadreja". –Shikadai dijo.

–Me gustaría convocar a un gatito. –Otra dijo.

–A mí me gustan los perritos. –Dijo una niña.

–Es mejor un animalito lindo. –Las chicas decían.

–Las bestias de invocación no son mascotas. –Iwabee mira a las chicas con el ceño fruncido– El aspecto no importa.

–Qué sea feo, pero fuerte. –Comentó Inojin.

–Entonces, ¿una serpiente? Parecen grandes y fuertes. –Exclamo emocionado Boruto.

–¡Yo quiero un escorpión! –Dijo Denki, emocionado.

–¡No, para la fuerza, el gorila! –Dijo Metal golpeando el aire.

–Un halcón estaría genial. –Sonrío Ichiro de medio lado.

Sayuri sonrío ante sus ocurrencias.

–¿Y una araña? Para asustar con solo verla.

–Típico, bichos y serpientes...

–Los chicos son como niños. –Las chicas dijeron.

–Invocar algo débil no tiene sentido.

–En esta época hay que buscar algo inteligente. –Chocho mostró.

–Lo dice una gorda que no atraparía nada inteligente.

–Seré gordita por dentro, pero mis movimientos son inteligentes. –Chocho señaló a Inojin.

–¡Oigan! Deberían estar invocando herram... –Boruto sin importarle nada le dio la espalda al Sensei, interrumpiéndolo.

–Oigan, invoquemos todos juntos a una bestia enorme. –Todos asintieron de acuerdo.

–No hagan tonterías. –Yumeko intervino, interrumpiendo los estúpidos planes de los chicos– Cuando ustedes hacen tonterías, también nos miran mal a nosotras. –Mira a Sayuri– Y lo digo por ti también, que siempre están juntándose con ellos y metiéndose en problemas.

–¡Oye, con Sayuri no te metas, Yumeko! –Defendió Boruto– ¡Yo no hago tonterías y no le hables así a Sayuri! –Dijo.

–Claro que sí. Todos los días armas escándalos. –Los señaló– Las otras clases dicen que somos problemáticos. –Dijo poniendo las manos en las caderas.

–¿Lo sabías? –Inojin se volvió hacia Shikadai.

–Los rumores dicen que chocamos contra la estatua del Hokage el día de ingreso, y que tuvimos una pelea en el entrenamiento. Nuestra clase llama mucho la atención. –Respondió Shikadai.

–Los chicos y Sayuri destruyeron los blancos de shuriken. –Otra chica intervino.

–A la hora de limpiar, siempre están jugando y nos toca trabajar más.

–Nos causan muchos problemas. –Las chicas dijeron.

–No será para tanto. –Dijo Inojin despreocupadamente– Las chica pierden el tiempo hablando de tonterías.

–Lo nuestro no tiene nada que ver con sus conversaciones vulgares. –Todas las chicas asintieron con la cabeza.

–Por eso las chicas son un fastidio. –Dijo Shikadai.

–En todo caso, dejen de actuar como niños. –Yumeko miró mal a Boruto.

–¿Qué tenemos de niños? –Preguntó él mientras caminaba en el medio y Sarada también.

–Pues que se enojan con nada.

–¿Qué dijiste?

En medio de la disputa, se escucha un chillido y una fuerte caída.

Todos miraron en esa dirección y vieron a Sayuri en el suelo mientras había un arma encima del pergamino de invocación.

–¡Ya basta! –Sayuri paró la pelea.

–Ves, esta es la razón por la cual Sayuri tiene una de las calificaciones más altas, en realidad hace lo que le dicen. –Konohamaru cruzó los brazos sobre su pecho.

–¡Ella es la que siempre está causando problemas con nosotros! –Iwabee gritó.

–¡Porque ella está tratando de sacarlos de eso!

Yumeko y Boruto se fulminaron con la mirada, pero luego la apartaron ofendidos.

Konohamaru suspiró rendido.

El Sensei dio por terminada la clase al ver que nadie le prestaba atención, por lo que los dejó libres media hora antes de que comenzara el receso.

Inojin, Boruto, Denki y Shikadai salieron a caminar por los pasillos de la Academia ya que estaban muy aburridos y no sabían qué hacer.

–Ne, Boruto. Yumeko, Ichiro, Sayuri y tú son amigos desde la infancia, ¿no? –Preguntó Inojin.

–¿Ah, sí? –Pregunto Denki, impresionado.

–Nos conocemos desde hace mucho porque nuestros padres son amigos. Pero no es amiga mía, los únicos que son mi amigos desde la infancia son Ichiro y Sayuri.

–¡Dejen eso y vamos a comer!

Todos llegaron al puesto que se encontraba en frente donde vendían pan de Yakisoba.

–¡Un bollo de yakisoba por favor! –Dijeron Yumeko y Boruto al unísono, sin darse cuenta de la presencia del otro.

Se fulminaron con la mirada.

–¡Un pan de yakisoba por favor, ba-san! –Dijeron una vez más.

–Lo siento, solo me queda uno. –Se disculpó la vendedora.

–Compro este pan de yakisoba desde que lo pusieron a la venta. –Dijo Boruto excusándose.

–Lo sé, siempre hueles a yakisoba. –Respondió Yumeko.

–Así que este pan es...

–¡Es para mí! –Interrumpió Yumeko.

–¿Y eso por qué?

–Si siempre te comes este, ¿por qué no te comes otro?

–¡Después de las hamburguesas, lo que más me gusta es este pan de yakisoba! Si no lo como, no puedo rendir bien.

–Viendo el escándalo que causa, igual es mejor que no rindas tanto. –Dijo con una sonrisa orgullosa– Además, me dijeron que estaba muy rico y quería probarlo.

–¿Y por qué hoy se acabó tan pronto, ba-san? –Preguntó Boruto indignado al no poder responderle a Yumeko.

–Es verdad, siempre quedan muchos. –Asintió Inojin.

–Una gordita compró un montón. –Dijo la vendedora.

–Una gordita... –Dijo Denki.

–¿Ya acabaste, Yumeko? –Se giraron al escuchar a Chocho hablar con la boca llena, tenía los brazos repletos de pan de Yakisoba, Boruto y Yumeko la fulminaron con la mirada.

–¡¿Qué?! ¿Los compraste tú, Chocho? –Dijo Boruto sorprendido.

–¿Por qué no los compartes? –Dijo Inojin siempre tan inocente.

–Si no me como todo esto después de clase no aguanto. –Dijo Chocho.

–Vaya consumo de energía...

–¡Necesito muchas calorías para una vida tan apasionada!

Mientras Boruto y Yumeko estaban distraídos con Chocho, Sayuri fue a la señora.

–Un pan de yakisoba, por favor. –Le pedí lo que quiera comer y se lo entrega– Gracias. –Dijo y se aleja.

Boruto y Yumeko giran al ver que Sayuri había comprado el último pan que quedaba y Boruto le gritó al ver como se alejaba con el pan en sus manos.

–¡Alto! ¡Espera!

–¡Sayuri! –Gritó Yumeko.

–El más rápido es el que gana. –Les dijo Sayuri– Y no me hagan perder el tiempo, en sus tonterías de niños. –Se aleja.

–¡Pero yo también tenía derecho! –Le dijo poniéndose delante de su camino.

–Normalmente un chico le cedería el último a una chica.

–A las chicas normales, sí.

–Tarado. –Se hizo a un lado– Solo eres un gaki del Séptimo, que no sabe valorar nada de él. Así como el Séptimo lo hace contigo, ¡Uzumaki Boruto! –Se voltea y le ve seria.

–¿Qué dijiste?

–¿Qué? ¿Qué hicieron ahora los chicos? ¿Siguen con lo de antes? –El resto de las chicas de la clase llegaron al campo de batalla donde se debatía la discusión entre Boruto y Yumeko.

Sayuri rodó los ojos.

–No. Nosotros también estamos frustrados. –Iwabee llegó sosteniendo su palo sobre sus hombros– Así lo resolveremos todo de una buena vez. ¿Verdad, Boruto?

–No se peleen. –Suplicó, asustada la delegada, la única sensata.

Las chicas se pusieron detrás de Sarada mientras los chicos detrás de Boruto.

–¡Suficiente! –Apareció Shino en medio de los dos, antes de que se desatara una guerra shinobi escolar.

–¡Sensei! –Grito sorprendida Sarada al verle.

–¡Las peleas entre alumnos están prohibidas! –Dijo el sensei.

–¡Sensei! –Dijo Sumire aliviada.

–No cantes victoria todavía...

–Sin embargo, los shinobis crecen con la idea de no perder contra nadie. Después de clase, prepararé un combate para todos. ¡Resolverán sus diferencias en un ardiente enfrentamiento! –Chocho levanto la mano– ¿Si, Chocho?

–Se supone que Sayuri es chica, pero se juntan con los chicos. ¿En qué equipo participarán en el combate?

–Bueno, Sayuri es chica, así que lo justo debe ser que ella este en el equipo de chicas. –Dijo Shino.

–¿Eh? –La albina parecía un poco sorprendida.

–¡¿Qué!? –Gritaron los chicos.

–¡Oh no! ¡Sayuri debe ser de nuestro equipo! ¡Nunca le habla a las chicas, dattebasa! –Boruto toma a la albina del brazo.

–¡Pero es una chica! –Yumeko tomo el brazo libre de la albina.

–¡No! ¡Nuestra! –Dijo Boruto.

–¡Nosotras queremos a Sayuri! ¡Es excelente en muchas cosas! –Dijeron las chicas.

Continuaron jalándola hasta que la albina se desesperó.

–¡Ya déjenme en paz! –El grito de la albina retumbo por toda la cafetería dejando a todos asombrados. No solía hablar casi nada.

Camina hacia su grupo bajo la atenta mirada del otro, se posiciona al lado del capitán y mira al del equipo contrario.

–No puedo creerlo, Sayuri. Tú...

–Lo siento, Yumeko. –Dijo mirando a su prima frente a ella.

–¡Sí! ¡Sayuri! –Boruto la abrazó.

–¡Sí! ¡Sayuri-chan! ¡Sabía que no nos iba a abandonar! –Dijo Metal.

–Gracias. –Le agradecio su hermano menor.

~

Luego de un par de horas tensas en el salón de clases, finalmente la campana sonó.

Cuando sonó campana, los estudiantes de la Academia, las niñas de un lado y los niños del otro con la aceptación de una niña, se pararon frente a la escuela, donde el sensei comenzaría a explicarles sobre el combate.

–Solo hay una regla. Los que tomen primero la bandera de la azotea de la Academia ganan. –Señalo el lugar– Los perdedores harán todo lo que les digan, ¿está claro? –Shino les preguntó.

–¡Hai! –Todos gritaron a la vez.

–Entonces... Listos, ¡ya! –Shino dio la orden y todos corrieron hacia la entrada principal.

–¡Yo me encargó! –Gritó Iwabee para hacerse oír– ¡Doton: Doryuheki! –Iwabee agarró su bastón y golpeo contra el suelo, levantando una pared de tierra, dejando solo espacio para que entraran los niños e impidiendo que las chicas ir a la Academia.

–¡Aprovechen, ahora!

Todos tomaron en cuenta sus palabras y comenzaron a correr.

Iwabee se había quedado más tiempo de lo normal en admirar su creación.

–Yuino Iwabee. Un antiguo alumno problemático, que ahora vuelve a trabajar duro. Buena tendencia.

–¡Gracias, Iwabee! –Agradeció Boruto corriendo de lado suyo, el moreno sonrío satisfecho.

–¡De nada!

Boruto entro corriendo mientras él los seguía.

Antes de que pudiera entrar, escuchó un estrépito y se detuvo.

Una mano gigante rompió un pedazo de la pared de barro y envió a Iwabee a volar de regreso.

–Cuántas calorías tuve que usar para nada. –Chocho era halagada por las chicas, mientras comía sus patatas.

–Akimichi Chocho. Le cuesta empezar, pero es muy poderosa. Me voy a divertir con el resto. –Dijo Shino.

Las chicas corrieron estábamos justo detrás de los muchachos.

–¡Alto! –Gritó una niña.

–¡Qué fastidio! –Shikadai dejó de correr y se dio la vuelta– ¡Kageshibari no jutsu! –Dijo y su sombra se acercó, atrapándolas en su sombra.

–Nara Shikadai. Es muy rápido usando el Kageshibari de su padre.

–Las demás ya pasaron. –Dijo rascándose la nuca.

–El problema es su resistencia.

Cuando los demás estaban a punto de entrar, de la nada una bomba estalló frente de ellos.

–¿Qué pasó, dattebasa? –Pregunto Boruto, sorprendido igual que el resto.

–Se me olvidó decirles una cosa. –Shino apareció a lado de Boruto– Puse trampas por todo el edificio. –Informó como si no era nada.

–¡¿Eh?! –Todos gritaron, cuando Shino estaba a punto de hablar, todos corrieron adentro.

Tras pasar por varias trampas, solo quedaban pocos niños y claramente Sayuri.

Ellos gritaron mientras huían.

–¿Pero qué estaba pensando Shino-sensei? ¡Vamos a destruir la escuela! –Se quejó Boruto.

–¡Boruto, no hay tiempo para quejarse! –Le aconsejó Ichiro.

Del grupo gigante, solo quedaban unos cuantos. Inojin, Denki, Shikadia, Ichiro, Boruto y Sayuri.

Shikadai miró a su alrededor –Ya quedamos pocos. –Dijo y miró hacia el frente.

–Parece que somos los únicos chicos junto con una chica. –Dijo Inojin.

Unos kunais se les acercaron por detrás pero Metal las atrapó.

–Metal Lee. Es muy hábil. Pero por desgracia...

–Luego se congeló– Yo me encargó... –Dijo Metal comenzó a temblar.

–¡Oe! ¿Estás bien? –Pregunto Boruto.

–Por supuesto. –La voz le sonaba estrangulada.

–Le falla la concentración. –Dijo Shino– Yuki Yumeko. La mejor en lanzamiento de shurikens.

Se alejaron una vez que vieron a Yumeko sacar shurikens de su bolso, corrieron por el pasillo derecho dejando a Metal con las chicas.

Yumeko tira los shurikens alrededor del cuerpo de Metal, pero toma su ropa y lo pega a la pared.

Las chicas comenzamos a correr tras los chicos y una chica.

Por un momento, se escondieron para pensar un plan, correr por todos lados no los llevaría a nada y sólo estarían perdiendo tiempo valioso.

–No tenemos que correr por el edificio. –Dijo el Nara, agachándose oculto en una pared– Lo importante es llegar a la azotea.

Salieron de la Academia y comenzaron a subir los pisos rápidamente por medio de unas escaleras exteriores, pero al llegar al final, había una puerta cerrada con seguro, no se podía abrir fácilmente.

Inojin tiró de la manija pero estaba cerrada.

–Es una cerradura electrónica de último modelo. –Dijo Denki, analizando la puerta– Déjenme a mí. –Saca su computadora del bolso y se acercó a la puerta, conectó un cable a la cerradura y escribió un par de cosas que realmente no entendían los demás.

Todos mirábamos sin comprender lo que Denki hacía, pero el parecía muy feliz y orgulloso de haber podido servir al grupo.

–¿Puedes? –Preguntaron Boruto, Ichiro y Sayuri.

–Si, si entro en el sistema de este tipo... –Tecleó y la cerradura prendió una luz de color verde, la puerta se abrió.

–¡Bien! ¡Genial, Denki! –Ambos chicos miraron a Denki con sonrisas.

–Bien, deprisa.

–No. Esperen. –Shikadai los detuvo– Tengo una idea.

Vuelven a entrar a la Academia y esperan en un pasillo, escondidos para esperar que aparecieran las chicas.

~

El grupo de chicas estaba revisando los pasillos, asegurándose de que los niños no estuvieran allí.

Cuando estaba a punto de caminar hacia el pasillo se cubrió.

–¿Otra trampa del Sensei? –Dijo Yumeko.

–¿Qué hacemos?

–No sé... –Dijeron dos chicas.

Todas se veían realmente preocupadas, Shikadai miró a Inojin y asintió con la cabeza, indicándole que era su turno.

Lanzó un pergamino, el cual rodó delante de ellas con un animal colorido.

¡Ninpo: Choju Giga! –Murmuró, el dibujo rápidamente tomó forma real y se dirigió hacia las chicas, las cuales comenzaron a gritar aterradas y asqueadas.

–¿Qué es esto?

–¡Odio las ranas!

Las chicas comenzaron a gritar y alejarse del camaleón.

–Como dijiste, esto es castigar al rival sin mancharse las manos. –Inojin miraba con orgullo las reacciones de las chicas.

–Qué no pasa nada. –Yumeko intenta calmar a sus compañeras.

–Pobre, Yumeko.

–Sí, pobre. –Ambos ven a las chicas sufrir por la broma– Eres demasiado buena para estar haciendo esto. ¿Por qué?

–Bueno... Tal vez quiera aprender de cómo se divierten tanto los chicos como las chicas.

Boruto sintió curiosidad por saber qué hacía uno de los botones de Denki, él era el único.

Presiona el botón y y con ello, los aparatos anti-incendios de la escuela se activaron, mojando a las chicas. Pero también mojó al sapo de Inojin, y al estar hecho de pura tinta, comenzó a deshacerse en el suelo.

–¿Eh? Uhm... Parece que aún no me salen tan bien como a mi papá.

–Aprovechemos...

Los chicos se pusieron de pie y corrieron en la otra dirección.

Cuando estaban cruzando el tercer pasillo, un grupo de chicas los estaba esperando, el cual estaba liderado por Chouchou. Quien al verlos, les hizo una mueca.

–¿Creyeron que escaparían de nosotras? –Dijo la morena de brazos cruzados.

–¿Se dividieron?

–Desde luego, las chicas están bien dirigidas. –Dijo Shikadai claramente refiriéndose a Yumeko y Chouchou.

–Ya veo... Divide y vencerás. El clásico truco.

–¡No es momento de halagarlas, Sayu-nee!

–¡Cierto, dattebase! ¡Tenemos que atravesarlas! –Empezamos a correr hacia ellas.

–¡Sí! –Dijeron Shikadai, Ichiro, Sayuri mientras dejaban atrás a Denki.

La delegada se asustó tanto y lanzó de manera torpe algunos shurikens.

Utilizaron esa distracción para saltar de pared en pared e impulsarse para pasar por encima de ellas.

Boruto en cambio pasó por debajo de Chouchou, dejándolas a todas sorprendidas.

Miraron hacia atrás solo para ver a Denki de rodillas rodeado de chicas.

–¡Denki! –Sayuri miro al chico de lentes, quien no se había atrevido a pasar por el grupo de chicas, ahora estaba acorralado por el grupo de Chouchou delante y el grupo de Yumeko atrás.

–¡N-No te preocupes por mí, corran! –Gritó tembloroso.

–Voy a salvarte... –Boruto estaban a punto de atacar, pero fue agarrado de los brazo por Shikadai e Inojin y comienzan a correr lejos de ahí, mientras el otro grupo les lanzaba shurikens.

¡Hyoton: Shīrudo! –Sayuri crea un escudo de hielo, protegiéndolos de los shurikens de las chicas– Espero que aguante... hasta que busquemos un lugar seguro para escondernos.

–Cuento con ustedes...

Los chicos se escondieron por el momento en un cuarto de herramientas ninja.

–A este paso no ganaremos. –Dijo Shikadai.

–Sus muertes no serán en vano, dattebasa. –Dijo Boruto decidido.

–No seas dramático. Qué no ha muerto nadie, baka.

–¿Y qué hacemos? –Ichiro y Inojin preguntaron.

–No podemos ganar avanzando por aquí. Yendo por dentro, claro. ¿Y si vamos por fuera? –Propuso Shikadai.

–¿Usando la escalera de emergencia? –Pregunta Ichiro, recordando las escaleras que había utilizado minutos antes cuando aún estaba Denki.

–No, sin Denki no podemos abrir desde afuera. –Respondió– Inojin, ¿aún puedes usar tu Choju Giga?

–Imposible. –Bajó la mirada.

–Vaya. –Shikadai bajó la cabeza– Bien, Boruto, Sayuri. Inojin, Ichiro y yo seremos la carnada. –Explico su nuevo plan– Tú y Sayuri llegarán a la azotea por fuera.

–Déjenoslo a nosotros, dattebasa. –Dijeron juntos.

Todos asentimos y pusimos en marcha el plan.

–Y si llegan a la azotea, ¿cómo lucharán contra ellas? ¿Bastará con los Kage Bunshin? –Inojin preguntó.

–Si llega el caso, usaré la invocación mientras Sayuri usa su herramienta ninja. Aquí hay pergaminos de sobra.

–¡Es una locura! Aún no podemos usarla, solo Sayuri puede invocar una herramienta ninja pero no podemos invocar nada a nuestro nivel. –Dijo Shikadai.

–Pero algo hay que hacer. Tranquilos, un mísero sapito asustará a las chicas.

–¿Y si sale mal? –Pregunto Ichiro.

–¡Para eso esta Sayuri, dattebase!

–Es algo arriesgado, pero hay que hacerlo. –Ichiro le ve preocupado– Tranquilo, no pienso pasarme de mi límite. Ya que solo es un juego del Sensei.

–Bien. –Dijo no muy convencido.

Shikadai se levantó –Bien, terminó la conferencia de guerra.

Boruto cogió un pergamino de la sala y al salir de la habitación, corrimos en direcciones diferentes siguiendo el plan de Shikadai.

Ellos fueron en busca del grupo de chicas, mientras Boruto y Sayuri buscaban la forma de salir.

~

Las chicas corrieron escaleras arriba y estaban tan cerca de la azotea, pero hay una puerta que les bloqueaba el camino.

–¿Y bien? –Pregunto Yumeko.

–Nada, está bien cerrada. –Dijo una chica.

–¡Si está justo al final! –Dijo Chocho.

–¿Por qué no lo dejan así, y hacen las paces con los chicos? –Pregunto Sumire.

–Jamás. Ellos siempre causan problemas. –Dijo la Yuki pelinegra.

–Cierto. –Concordó la Akimichi.

Yumeko golpea el bloque con una kunai pero no funcionaba.

–¿La rompemos? –Pregunto Chouchou.

–No podemos romper más la escuela. –Dijo una chica.

¡Kage Bunshin no Jutsu! –Ambos hicieron algunos clones de sombra fuera de la escuela y treparon por las ventanas.

Los chicos arrojaron algunas bombas de humo que alertaron a las chicas cuando los otros dos se dirigieron hacia la azotea.

Iban caminando hacia la bandera, pero la puerta exploto.

Chouchou comenzó a subir para obtener la bandera.

–¡No lo permitiré, dattebasa! –Boruto se mordió el pulgar e hizo jabalí, perro, mono, pájaro, carnero.

Golpeó su mano en el suelo

¡Kuchiyose no Jutsu!

–¡No, espera, Boruto! –Le gritó la albina, teniendo un mal presentimiento sobre eso.

Una gran luz púrpura cegó a todos, haciendo que cerrarán los ojos para protegerse.

Algo se activa y el ojo izquierdo de Sayuri se activó automáticamente y ve una sombra oscura de un animal.

–«¿Qué—?» –Sayuri ve la sombra de un gran animal yōkai.

De repente, salió volando una serpiente, pero lo extraño era que tenía una aura púrpura a su alrededor.

–¡¿En serio?! –Dijo alarmado el Nara.

–¿Lo hice? –Dijo el Uzumaki sorprendido.

Cuando abrieron los ojos nuevamente para observar, una gran serpiente gigante de color blanco salió del pergamino y golpeó el edificio en el que estaba Chouchou, tirándola lejos de la bandera.

–¡Chouchou!

Cuando estaba a punto de caer, Boruto corrió hacia el borde de la azotea para alcanzar su mano para que no se cayera, pero al tomarla se resbaló y si no fuera por un agarre en sus hombros, hubiera caído junto a Chouchou. Mira hacia atrás, Shikadai e Inojin lo sostenían sujetado del borde del tejado.

–Chicos...

–Vaya con la gorda inteligente. –Dijo Inojin.

–Boruto, es una serpiente impresionante, pero te excediste. –Dijo el Nara.

Sayuri lo miró, su ojo se sintió extraño y vio el aura púrpura a su alrededor nuevamente.

Aparece en una habitación oscura –¿Quién—?

–Eso debería preguntar yo, ¿no crees? –Dijo una voz entre las tinieblas sombras.

–¿Quién eres y qué quieres de los habitantes de esta Aldea? –Pregunto serena sin miedo y temor en su voz.

–Eres una niña... No, eres un ser muy poderoso que destruyó su propio chakra, ¿por qué?

–Porque mi biabuela, Ōtsutsuki Kaguya es quien me advirtió sobre la amenaza que pronto llegará a esta dimensión.

–Ōtsutsuki... Hace tiempo que no escuchaba ese clan. ¿Qué eres tú de ella?

–Soy su bisnieta.

–Así que la sucesora de los Seis Caminos, eh... Interesante... Muy interesante. –Dijo desapareciendo en medio de la tiniebla oscuridad y saca a Sayuri de ese espacio mental.

–¡Nee-san! –Ichiro le grita mientras la sacude por los hombros y ella vuelve en sí, después de haber sido expulsada de espacio y haber sentido que había dormido por varias horas, cuando en realidad habían pasado solo un par de minutos.

–¡Cuidado!

La serpiente volvió a alzarse y se acercó con la boca abierta hacia ellos para atacarlos, en eso aparece Konohamaru tras un saltó detrás de la serpiente con un Rasengan en la mano.

¡Rasengan! –Konohamaru detuvo la serpiente a tiempo.

La serpiente tardó tan solo segundos en desaparecer.

–¿Desapareció? –Dijo Yumeko confundida. Sumire voltea y ve a los chicos sentados en el borde de la azotea.

–Salvados... –Murmuró Boruto con una expresión aterrada en el rostro.

–Tengo hambre... –Dijo Chouchou.

–Por cierto, ¿y la bandera?

–Habrá salido volando. –Dijo Boruto cansado.

Miraron al frente y vieron a Sumire, quien tenía la bandera, un poco rasgada pero todavía estaba bien.

~

Media hora después, todos se sentaron en la entrada de la Academia.

–Pero esa fue una invocación increíble, Boruto.

–No, es que—

–Chicos. –Yumeko se acercó a ellos– Son unos tontos. –Chouchou apareció a su lado.

Boruto miró a Chouchou –Lo siento, no quise ponerte en peligro, Chouchou. –Se disculpó.

La morena sonrío.

–No pasa nada. No estaba prohibido usar invocaciones.

–Pero no niegan que ganamos, ¿verdad? –Yumeko dijo con una sonrisa.

–No, haremos lo que nos digan.

–Qué remedio.

–Aunque sea un fastidio.

–Gracias. –Boruto levantó la mirada– Lo dejaremos pasar por lo que hicieron por mí.

–Se lanzaron a salvar a Chouchou en esa situación. –Dijo Yumeko.

–Aún no son para nada mi tipo, pero se acercaron un poco. –Chouchou les miró.

–Las chicas también son fuertes, dattebasa. –Admitió Boruto con una sonrisa– Nuestra clase tiene un nivel muy alto.

–Boruto tiene razón. Ustedes son como el pan de yakisoba. –Dijo el sensei apareciendo con Konohamaru a su lado– Yakisoba y pan. Por separado son sabrosos. Pero unidos, como pan de yakisoba... Es mucho más delicioso. Resumiendo—

–¿Uniendo fuerzas podemos pelear contra rivales poderosos? –Pregunto Ichiro.

–Así es. –Dijo Shino.

–Vaya. Pues dilo así desde el principio, que no hay quién lo entienda. –Dijo Boruto.

–Muy bien dicho, Shino-sensei. –Dijo Inojin.

–¡Ugh! Qué hambre tengo. ¿A dónde vamos? –Preguntó Chouchou.

–¡Ya sé! ¿Qué les parecen unas hamburguesas que lanzan hoy? –Propuso Boruto emocionado.

–Bueno, no es mala idea.

–Esperen. –Dijo Shino– Antes hay que reparar—

Y como si hubieran adivinado las palabras del sensei, la Academia, literalmente, se vino abajo.

Todos miraron sorprendidos la infraestructura toda destrozada, los escombros apilados y el polvo dificultando la respiración.

Shino y Konohamaru se tornaron pálidos.

–Bueno... Estaremos un tiempo dando clases al aire libre, kore... –Konohamaru se río entre dientes y rascando su mejilla de manera nerviosa– «Pero, ¿qué era ese monstruo de antes? Por mucho chakra que tenga Boruto, ¿cómo apareció?» –Se cuestionaba por lo sucedido. Sin embargo, en las sombras, se encontraba una figura.

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