Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26: gala (parte 3)

─ ¿te parece si lo hablamos?

Heather trató de llevársela lejos de ahí, quería saber que había pasado para verla tan alterada, más que de costumbre.

─ ¿y porque el interés en lo que yo haga o no haga?

El motivo era sencillo, Heather sospechaba de ella, en muchas formas y por muchas razones, tenía un presentimiento muy fuerte acerca de ella.

No sabía porque o la causa principal de este, pero lo que si sabía, era que la mayoría de sus corazonadas, resultaban siendo reales.

Se suponía que el collar que trajeron con Astrid era para otra persona…

¿Pero qué tal sí?

─ oh, en fin, no era nada, solo… me interesaba darte algo─ continuo Heather tratando de sonar lo más normal posible.

─ ¿algo para mí?... Tú tramas algo y no pienso ser tan ingenua para caer en ello.

Se estaba alejando, no podía irse, tenía que encajarle el collar sea como sea.

─ espera, esto no es mío, es de parte de Astrid, una ofrenda de paz, o tómalo como quieras, ella te lo envía y esperaba que lo aceptarás ─ habló Heather, captando la atención de la chica.

Ella lo pensó detenidamente y finalmente aceptó.

─ te aseguro Heather, que no creo nada de lo que dices…

En ese momento, la pelinegra saco una caja hermosa de su bolso, y al abrirla, mostró un hermoso collar de diamantes, del tamaño perfecto y la brillantez adecuada para este tipo d eventos.

─ Pero… si lo envía Astrid, puedes decirle que no pienso perdonarla, sin embargo tomaré el presente.

La chica le arrebató el collar a Heather y se alejó poco a poco.

A lo lejos Heather divisó a la chica, probándose el collar en uno de los espejos del lugar.

La pelinegra lo sabía, la vanidad de la chica no podría resistirse a semejante joya.

Ahora solo quedaba esperar.

Encendió el pequeño dispositivo en su oído, otro audífono conectado al collar.

Cualquier conversación que tuviera la chica, Heather la escucharía.

─ espero que me des las respuestas que estamos buscando…

.

.

.

Ella entro en un conflicto mental.

No era algo nuevo…

Pero tampoco era común.

Su mente era de acero, su voluntad más fuerte que cualquiera que hayamos conocido.

Con excepción de Astrid, ella era la chica más fría y decidida que se haya conocido.

Pero hoy estaba descubriendo que no todo en su ser era frialdad y determinación.

Había cierto…individuo que debilitaba su alma.

Todo su ser se podía derretir en segundos con unas palabras suyas.

Pero ella no lo demostraría…

No aquí, no ahora.

No era el momento.

Tenía personas que salvar, amigos que ayudar…

Los sentimientos aun no podían hacerse presentes, no era el tiempo adecuado.

─ ¿estás bien Stormfly?─ preguntó el pelinegro a su lado.

Con mirada preocupada y ceño fruncido, agarrándola de los hombros.

─ yo… sí, claro, ¿Por qué no habría de estarlo?─ rápidamente se compuso y salió del trance en el que estaba.

─ te llame 5 veces y no respondías… estabas, mirando a la nada…─ aclaró un confundido Toothless.

─ Lo siento, estaba pensando de más… ahora, ¿en que estábamos?

Ella comenzó a caminar, buscando alguna manera de librarse del tema, fue algo extraño incluso para ella.

En eso sintió un jalón de brazo y rápidamente fue atraída hacia él.

Su corazón latió más fuerte...

─ ¿segura que estás bien, rayito?

Ese apodo la derribó por dentro, era algo que hace tiempo había escuchado.

Un viejo recuerdo se interpuso en sus pensamientos…

*Flash back*

─ En serio… no sé cómo pueda agradecerte... Sal-salvaste mi vida.

La rubia con mechones azules estaba al borde del llanto.

Mientras el pelinegro, aún acostado en la cama del hospital, la miraba con ternura.

Decidió entonces, levantarse un poco.

Stormfly se dio cuenta y lo ayudo a sentarse.

El pelinegro la miró con una expresión, que hasta el día de hoy ella no sabía que se emociones expresaban.

Solo sabía que le trajeron paz.

─ tranquilícese señorita… todo está bien, yo estoy bien, usted está bien, es lo que importa...

─ pe-pero su pierna…

─ estoy con vida…─ él levantó su mano y acarició la mejilla de la rubia.

Eso la dejó sorprendida.

Ella esperaba una respuesta de rencor y resentimiento por parte del pelinegro, incluso había traído dinero para pagar la estadía medica del chico que le salvo la vida.

Pero, lo que hizo él fue totalmente fuera de sus ideas.

Cerró  los ojos pare evitar llorar, mientras sentía esa pequeña caricia del pelinegro en su mejilla.

Nunca se había sentido así de… agradecida, confundida, triste y feliz… era una mezcla que no podía explicar.

Finalmente decidió ignorar todo aquello y volver a su objetivo principal.

─ Como puedo agradecerle señor… am…

─ llámame Toothless ─ expresó el ojiverde con una sonrisa, extendiendo su mano.

Esa sonrisa, lleno el corazón de Stormfly con una paz inexplicable.

Por reflejo de su cuerpo, ella extendió la mano y dejó que poco a poco esa paz la abrumara y sus lágrimas iban desapareciendo.

─ Stormfly ─ dijo finalmente logrando sacar una sonrisa.

El pelinegro la observó con curiosidad.

Algo que intrigo a la rubia, se sintió un poco extraña pero lo ignoró.

─ me parece que usted, señorita, tiene un nombre muy de acuerdo a usted… quizás no la conozca, pero siento que usted es tan poderosa como una tormenta, y tan apacible y… majestuosa como el vuelo de una dragón…

Ella quedó sorprendida por esa descripción, no podía decir que era correcta pero tampoco equivocada… simplemente no sabía cómo responder.

─ además creo que… puede ser tan hermosa… como un rayo de luz─ dijo directamente el pelinegro, lo que causo aún más sorpresa en ella.

─ Yo-yo... Am… gra-gracias─ estaba avergonzada, jamás en su vida le había dedica un cumplido, mucho menos tres.

El pelinegro vió la timidez de ella y se enterneció.

El no sentía que ella le debiera algo, la salvo porque era lo correcto, y no se arrepentía de su decisión.

─ mire señorita, no le miento al decirle que tuve complicaciones, pero le puedo asegurar que no la salve para que me debiera algo, no me arrepiento de hacerlo, y todo lo que le dije es verdad… por favor, no se sienta mal por mí, aún estoy aquí y eso me hace feliz… quisiera compartir esa felicidad con usted y si me permite, no me tome como atrevido o apresurado, pero  me gustaría invitarla a tomar un helado, tan pronto como salga de aquí... ¿Aceptaría?

Esas palabras sacaron una sonrisa en ella.

Era sinceramente el chico más… dulce y agradable que jamás conoció en su vida.

─ es lo menos que puedo hacer…. Claro que sí.

─ Pero por favor, acepte por su propia decisión, no porque se sienta obligada a que me debe algo─ expresó algo apenado el pelinegro.

Stormfly lo miro con ternura y esta vez respondió en completa calma.

─ Yo le debo la vida... Pero acepto su invitación porque quiero hacerlo, me encantaría conocerlo… o bueno conocerte, Toothless.

Le dedicó una sonrisa y él a ella.

En ese instante… una enfermera entró a la habitación, explicando que la hora de visitas había terminado.

─ bueno… es hora de irme, una vez más gracias, nos encontraremos cuando salgas Toothless, te lo aseguro─ ella lo miró por última vez y lo abrazó una vez más.

Él la vio irse, y cuando estaba en la puerta le dijo...

─ nos veremos pronto… rayito.

Stormfly sonrió por la forma en la que la llamó… hace unos momentos la había comparado con un rayo de luz, y a decir verdad...

Cuando la llamo rayito, un rayo de luz brillo en sus ojos y su corazón.

*Fin del Flashback*

─ de verdad estoy bien Tooth, solo…

Ella no sabía si decirle o no, era absurdo decirlo ahora…

Pero su corazón pedía a gritos que se liberara de esto que sentía.

Sabía que si al fin lo decía, se sentiría mucho mejor, quizás hasta su confusión desaparecería.

Pero… ¿ahora?

─ ¿sí? ─ Toothless la observó con atención.

─ Nada… lo siento, te estoy distrayendo con tonterías de sentimientos, vamos, debemos hablar con muchas personas, recuerda que debemos ayudar a Hipo, que esperas va…─ ella dijo todo tan rápido que no se dio cuenta que había dicho algo que no debía… o que no quería decir aún.

En eso, siente como los brazos de Toothless la detienen por los hombros.

─ ¿sentimientos?─ el pelinegro la miró a los ojos.

Sabía que tenían un trabajo importante que hacer, estaba ayudado a Hipo esta noche, pero… no pudo omitir el hecho de que escuchó algo que… en mucho tiempo…

Quería escuchar.

Stormfly cayó en cuenta de todo lo que había dicho…

No sabía como disfrazarlo.

Estaba atrapda entre la espada y la pared.

Aunque en realidad… entre Toothless y la pared.

─ Am… yo-yo dije eso… am…─ dile, no le digas, dile, no le digas. Su mente estaba en una guerra silenciosa.

Y todo lo resolvió… su corazón.

─ s-si… am… s-si?, digo… sen-sentimentos de… de... Am…
Ya se había quedado sin respuestas… esto se convirtió en algo muy complicado para ella, no tenía ideas claras, todo la había agarrado muy en curva.

Estaba por huir evitando la vergüenza...

Cuando…

Toothless empezó a acercarse poco a poco a ella.

Su respiración era lenta y cálida.

El corazón de ambos comenzó a palpitar con fuerza.

Ella tenía la mente confundida, pero la mirada del pelinegro… era igual a aquella vez del hospital.

Paz, calma… ¿cariño?

Poco a poco sus labios se acercaban más y más…

Quedando a centímetros de distancia...

─ Yo me siento así… rayito ─ dijo con una voz extremadamente encantadora el pelinegro ojiverde.

Dejando sin defensas a la rubia.

─ déjame demostrártelo…─ agregó  por ultimo para dar un paso adelante…

El paso que faltaba para cortar su distancia…

La distancia de sus labios…

.

.

.

Ella estaba de camino a las mesas.

Había recibido a su amiga en la entrada y la guiaba con la pandilla.

Una vez que legaron y todos saludaron a la pelirroja, la rubia decidió ir en busca de un castaño…

Mientras Astrid se alejaba, los chicos comenzaron con su propósito de esta noche, como Mérida había llegado, su plan comenzaba.

En tanto eso pasaba con la pandilla…

Un castaño estaba en busca de una rubia.

Ya había recibido al señor Garbizu, y después de que el guardia de seguridad interrumpiera el tiempo con su padre, sintió que sería extraño retomar la conversación.

Además, tenía planes con su rubia…

Su rubia.

Su castaño.

Ambos pensaban lo mismo mientras se perdían en un mar de gente, buscándose mutuamente.

Uno pensaba en el mundo infinito de posibilidades en que podrían quedar juntos.

La otra en las infinitas posibilidades de confesarle sus sentimientos.

Sus mentes perdidas en el otro.

Sumergidos en sus emociones.

Tan pero tan sumergidos, que no se encontraban atentos.

Y por arte del destino… chocaron.

─ ¡Hipo!...─ el choque fue tan fuerte, que al estar cerca de las escaleras, Astrid volvió en sí, vio que había chocado con quien buscaba y que… estaba muy cerca del borde…

Hipo cayó en cuenta que ella era quien buscaba, y que había sido tan despistado para chocar con ella... y peor aún, estaba por caer…

─ ¡Astrid! ─ rápidamente reaccionó y la agarró de la mano, la atrajo hacia él con fuerza y la sostuvo por la cintura.

─ ¿estás bien? ─ cuestionó preocupado de haber sido tan torpe como para casi empujarla por las escaleras.

─ s-si… pero, aun así creo que no hubiera salido lastimada…─ Astrid soltó una pequeña risa por la absurda situación.

Ambos estaban tan distraídos que no se dieron cuenta que se encontraban en las escaleras de la entrada, con solo tres escalones.

Hipo miro a su alrededor y rio junto con ella.

Miraron hacia el salón, nadie se había dado cuenta de la embarazosa situación.

Todos distraídos en sus propios asuntos.

─ Jeje, por poco Astrid, aun así, te pido disculpas─ la risa nerviosa del castaño,  indicaba que estaba apenado.

La rubia lo comprendió casi de inmediato y trato de relajar la situación.

─ no te preocupes Hipo, aun así sabía que estarías para atraparme.

...

Un momento... dijo eso sin pensar.

No pensaba expresarlo así.

Quizás esperaba decir otra cosa, pero las palabras simplemente salieron de…quien sabe dónde, pero salieron.

El castaños se sorprendió un poco.

Es justo lo que había pasado.

Se dieron cuenta en la posición en la que se encontraban.

Tan juntos…

El con una mano en su cintura y otra sosteniendo su mano.

Ella con una mano en su hombro y otra sosteniendo su mano con la misma fuerza que él.

La atmosfera cambio por completo.

Se sentía la tensión en el aire.

Un tipo diferente de tensión.

Esa que te impide hacer algo que realmente quieres hacer.

Sus ojos se conectaron de repente.

Ambos miraban el alma del otro.

No como veces pasadas.

No era un impulso para besarse...

Si no más bien, querían…

Confesarse algo…

Sus corazones querían sincerarse…

─ Astrid… yo… yo…

─ Hipo… yo… yo…

Hablando al mismo tiempo, entendieron algo.

¿Quizás querían decirse lo mismo?

Ojos verdes chocaban con los azules…

Se mezclaban en un deseo inmenso de conocer su alma…

En un deseo de profesar su amor...

. . .

─ Atención queridos invitados, muchas gracias por haber asistido a esta increíble fiesta de gala en honor a nuestro más resiente socio comercial, el señor Garbizu─ la voz de Mérida resonó en el salón y se escucharon los aplausos de los invitados.

Al escuchar algo ajeno a ellos, Hipo y Astrid, salieron de su trance por un momento…

─ para comenzar con la programación de esta maravillosa noche, invitamos a todos los presentes a acompañar a nuestro anfitrión a la pista de baile, y solo queda decir, disfruten de esta noche. ─ con esa señal, el plan de la pandilla comenzaba.

Los gemelos, que se habían infiltrado en la cabina del DJ, comenzaron con la música, algo sencillo.

Pero a la vez… una gran indirecta para ciertos tortolos...

“Say you won’t let go”

Poco a poco, la gente se aproximaba  a la pista, pero se preguntaban dónde podía estar el anfitrión…

Él se encontraba en la entrada, con la chica de sus sueños en sus brazos, en un dilema mental por la fuerte confusión de información que acababa de experimentar.

Su mente reacciono y se dio cuenta que ya los habían invitado a bailar.

Pero él era quien tenía que dar la bienvenida e iniciar el programa.

Le parecía extraño que Mérida lo haya hecho.

Pero de todas formas, internamente le agradeció…

Eso le daba la posibilidad de…

─ MI lady ─ llamo la atención de la rubia ─ ¿te gustaría bailar?

El castaño la soltó, a pesar de ya estar en la situación correcta para bailar.

Pero quería ofrecerle una mano, tal como siempre quiso pedir su mano para esto.

Se inclinó delicadamente y ofreció su mano para ella.

Astrid quedó sorprendida y encantada.

Habían roto su atmosfera tan abruptamente, pero precia que todo volvía a empezar.

Esta era la magia que tenía con el castaño.

El mundo podía convertirse solo para ellos cuando así lo querían.

Así que decido entrar en ese mundo una vez más.

Ella aceptó la propuesta del castaño.

Se miraron a los ojos, con el corazón contento…

Y tomados de la mano, entraron al salón.

Disponiéndose  a disfrutar de lo que solo ellos tenían.

Un mundo solo para ellos.

Y junto con la música, sintieron que no existía nadie más.

Era hora de bailar…

Continuará…

Hola hola hola...

¿Como estás amigos?

Quisiera saber qué les parece la historia hasta este punto... Porfavor

Y aclarando, estoy tratando de cumplir todas las peticiones de la dinámica "su imaginación" que pueden encontrar antes del capítulo 24.

Espero lo estén disfrutando... Nos leemos la próxima 😁✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro