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19: lazos (parte 2)

─El es mi hijo… Hipo Haddock─

El castaño se encontraba frente al personaje misterioso, un colaborador a la empresa le había dicho su papá, pero no estaba seguro de confiar en él.

Primeramente su aspecto no ayudaba en mucho, también el hecho de cómo lo miraba.

Quizás simplemente estaba siendo paranoico y dejándose llevar por las teorías de conspiración que Hollywood había puesto en su cabeza.

Después de casi 10 años de ser fanático de las películas.

Así que decidió comportarse lo mejor posible ante él, sin sacar conclusiones antes de tiempo.

─ Un placer conocerlo, ¿señor?…─ preguntó el chico de ojos verdes.

─ Garbizu, Derek Garbizu─ respondió gentilmente el adulto parado frente a él.

─ Señor Garbizu, mi hijo, del que le estado hablando, tiene un título en ingeniería en el campo de tecnología y robótica, ¿cree que es suficiente para…?─ explicaba Estoico al extraño señor que apenas había llegado ayer a la ciudad.

─ ¿Qué está diciendo señor Haddock? Claro que su hijo tiene el potencial adecuado para el proyecto, como podría dudarlo un segundo, eh oído las cosas maravillosas que inventó su hijo, definitivamente él es el indicado─ expresó con total sinceridad Derek.

Hipo quedó un poco confundido, ya que nunca le habían comentado que trabajaría en un proyecto para la empresa, y mucho menos sabía que la persona que solicitaba su ayuda era este hombre.

De aproximadamente 45 años, casi la edad de su padre, con un terrible sentido de la moda y un voz totalmente gruesa pero que podía sonar tan dulce al mismo tiempo.

Tenía sus dudas.

Aún…

Pero confiaría en que su padre haría lo correcto.

─ Muy bien, entonces… ¿Cuándo empezaría?- preguntó un poco ansioso el Haddock mayor, siendo tan notorio como los latidos de su corazón.

─ mañana mismo, revisaré las instalaciones, si no le importa, y traeré a mi equipo para instalar algunas medidas de seguridad extra─ contestó tranquilamente el pelinegro moreno mientras avanzaba lentamente hacia el edificio.

─ Claro, no hay problema, revise lo que usted quiera y yo me encargaré de que nadie lo molesté, mucha gracias otra vez, señor Garbizu─ expresó con completo agradecimiento el padre de Hipo y dirigiendo a la entrada al señor Garbizu.

Una vez que Estoico e Hipo quedaron totalmente solos, fuera de la empresa el castaño aprovechó el momento para hablar.

─ Padre, ¿Qué esta pasado?─ preguntó directamente un poco disgustado por el atrevimiento de su padre de comprometerlo en un proyecto sin siquiera preguntárselo ─ ¿Quién es ese señor?─ expuso su duda más grande.

─ hijo, él es Derek Garbizu, uno de los magnates de la tecnología en todo el lado norte, quizá uno de los más importantes socios de la empresa hasta ahora, el propuso el proyecto “alpha” que consiste en tecnología artificial capacitada para proteger al país independientemente de nuestras decisiones, actuando por instinto de protección ante cualquier amenaza─ Estoico podía pronunciarlo casi hasta derramando baba, tan solo la idea de proteger a los suyos, lo ponía totalmente obsesionado.

Por otro lado, Hipo no parecía de acuerdo, de hecho pensaba que era una mala idea.

─ ¿inteligencia artificial?, ¿Actuar bajo su propio impulsó?... ¿estas consiente de lo dices papá?─ algo no estaba bien en su padre, todas estas ideas de mantener a Berk más seguro, no podía comprender la obsesión de su padre con ese tema.

─ escucha hijo, yo lo llame y el vino generosamente antes de lo que yo pensaba para ayudarnos… ¿acaso no quisieras ser partícipe de tan grande proyecto?─ el pelirrojo tampoco entendía la renuencia de su hijo en aceptar la propuesta.

─ no me malentiendas padre, por supuesto que me encantaría, pero si es correcto… es lo que me preocupa... ¿acaso no está para eso el ejercitó? ─ rápidamente se acordó del padre de Astrid, ¿acaso él se quedaría sin empleo debido a esto?

Astrid nunca se lo perdonaría, ya habían pasado por mucho.

─ Si si, ya sé que es el trabajo del padre de Astrid, pero no puedo darme el lujo de volver a…─ se quedó callado un segundo mientras recordaba todo lo sucedido hace años ─ no dejaré a Berk desprotegido.

El castaño de ojos verdes miró a su padre.

Ahí, frente a él, se encontraba uno de los más grandes misterios de su vida…
¿Qué le había pasado a papá para tener su comportamiento protector obsesivo?

En ese instante las palabras de Rafiki volvieron a su mente...

“no te preocupes, las respuestas saldrán a la luz, ahora solo mantente cerca de tu padre, de la princesa y de Astrid…”

Entendió que todo el problema era parte del pasado y ahora debía buscar que sus respuestas salgan a la luz…

─ está bien─ dijo rápidamente para sorpresa del pelirrojo, que solo se había mantenido callado durante unos segundo ─participaré en el proyecto… si me prometes no despedir a todo el departamento del ejercitó─ trató de poner un terminó justo para sentirse más seguro.

─trató hecho hijo─ habló Estoico con tranquilidad de que su hijo era un buen chico y que había entendido las razones de él ─te lo agradezco en serio.

Por un momento ambos, padre e hijo, sintieron la inmensa necesidad de abrazarse, pero simplemente no podía.

─entonces… am… creo que debería volver a la oficina─ rompió el silencio incomodó el castaño, mientras lentamente avanzaba a la entrada.

─ Claro… em… no hay problema, s-si deberías volver─ continuó la incómoda conversación el pelirrojo, con el fin de darla por terminada.

El castaño iba a decir algo más, pero se arrepintió y decidió volver a su oficina.
Tenía mucho en que pensar.

.

.

.

─ ¿por qué estás aquí?
Las miradas de dos mujeres se chocaban en un incómodo ambiente.

Una la rival pero otra la extraña.

─ creo que necesitas mi ayuda…─ comentó la visitante.

─ Pues yo no lo creo… ¿exactamente qué quieres o necesitas?

Se sentía incomoda por su presencia.

A pesar de conocerla de vista, no se sentía totalmente en confianza para hablar con ella.

─ solo quiero hablar…

─ ¿ y cómo conseguiste mi dirección?─ preguntó aún más confundida y desconfiada de la chica frente a ella.

─ tú eres Astrid Hofferson, ¿Cómo no sabría de ti?, eres mi heroína y ejemplo a seguir─ dijo un poco tímida la pelirroja por el comportamiento agresivo de su heroína ─ supe lo que hiciste a los 15 años, de verdad es un honor estar frente a ti, tú certificado de técnica superior en defensa personal es inspiradora, además tu carrera es increíble, muchos dicen que la gastronomía está sobrevalorada, pero yo creo que es vital, después de todos, vivimos por la comida─ después de toda la explicación Astrid soltó una pequeña carcajada, ella pensaba igual.

─ entonces sabes quién soy, ¿puedo saber quién eres tú?─ cada vez la rubia tenía más curiosidad por saber quién era su rival, por así decirlo.

─ Claro, con mucho gusto señorita Hofferson, mi nombre es…

─ llámame Astrid, por favor, y no te quedes ahí parada, pasa por favor─  invitó la rubia de ojos azules a la princesa.

Mérida llevaba una vestimenta poco usual, prácticamente estaba con vestido y capa, con la cual todos podrían reconocerla, así que la rubia tuvo un plan.

─ ¿estas huyendo de alguien?─ preguntó de manera tan directa que se arrepintió de sus palabras inmediatamente.

Cuando esta por retrasarse, Mérida lo noto y respondió rápidamente.

─ No te preocupes, prefiero hablar sin rodeos… si, no quiero que mi madre me localice por el momento─ dijo un poco avergonzada por su respuesta.

─ no te preocupes, lo entiendo, pero para eso… necesitas nueva ropa─ rió por lo bajó mientras veía la que ella traía.

─ ¿Qué tiene de malo mi vestido?─ preguntó un poco confundida la pelirroja.

─ no tiene nada de malo, simplemente es muy llamativo…

─ entonces que…

─ vamos de compras─ le ofreció la rubia, mientras la princesa sonreía.

Pensaba que quizás había encontrado una amiga.

Mientras que la chica de ojos azules pensó que había algo más en ella que una rival…

.

.

.

Por un momento nadie decía nada.

El silencio era incomodó pero agradable.

Jamás se habían quedado solos tanto tiempo.

─ Y… ¿en qué piensas?─ preguntó primero el pelinegro de ojos verdes.

─ En aquel día…─ respondió la chica de ojos color miel.

Esa respuesta había hecho muy feliz al pelinegro.

Ella pensaba en él.

Aunque quizás hablaba de otro día…

─ ¿hablamos del mismo día, no?─ preguntó una vez más, un poco avergonzado.

─ Por supuesto… el día que me salvaste─ dijo la ruda pero en el fondo tierna chica.

Ambos se ruborizaron un poco.

Estaba de turno en las oficinas del gran salón, pero eran aproximadamente las 11 de la mañana, como se habían quedado despeirtos toda la noche, y nadie se encontraba en el tema salón, la única manera de quedarse despiertos era charlar.

Aunque ninguno  de los dos pensó que está conversación saldría tan fácilmente.

─ ¿Por qué piensas en ese día?... si puedo saber─ cuestionó tímidamente a la hermosa mujer al costado de él.

─ Porque hasta el día de hoy no eh podido pagarte lo mucho que hiciste por mi…─ respondió con un poco de pesar, pensando en lo que él tuvo que perder a costa de salvarla a ella y a Hipo.

─ no tienes que preocuparte por eso Fly─ dijo mientras se acercaba poco a poco a ella.

Cuando Toothless la llamó “Fly”, una dulce sonrisa llena de recuerdos se le dibujo en el rostro.

─ ¿Por qué no debería?, al fin de cuentas, eres mi salvador─ contestó caminando también hacia él.

─porque no lo hice para que me debieras algo, lo hice porque no quería verte morir─ dijo un poco sentimental estando casi cerca de ella.

─ y te doy las gracias por eso… yo tampoco podría verte morir…─ expresó con total sinceridad mientras levantaba un poco la vista.

Se hallaban tan cerca.

Él era un poco más alto que ella, pero más tierno y despistado,  mientras ella más enfocada y dura de romper como diría la agencia.

El contraste perfecto.

Rápidamente le empezó a picar la nariz, un dolor agudo pasó por su garganta y sus ojos amenazaban con llenarse de lágrimas.

Recordar aquel día le era muy doloroso.

Quiso resistir al impulso pero no puedo.

En un instante ella se encontraba en el pecho del pelinegro, con algunas lágrimas mojándole la camisa y las manos aferradas  a su espalda.

Estaba abrazándolo mientras su parte más vulnerable salía a la luz del ojiverde.

Toothless a un principio quedó en shock, pero no duró mucho ya que le correspondió al abrazo.

Podía sentir su culpa, y le ponía triste que ella se culpará por lo sucedido.

─ tranquila… sigo aquí…

─ si hubiera sido más atenta no habrías perdido nada ese día…

─ Pero las cosas pasaron y sigo aquí Fly, y jamás me iré.

─ ¿l-lo pro-prometes?─ pronunció a duras penas mientras el nudo en su garganta hacia que se le quebrara la voz.

El rápidamente se separó del abrazó, tan solo un poco, para mirarla a los ojos, secar sus lágrimas y hablar sumamente convencido.

─ Lo prometo…

Ambos se miraban a los ojos.

─ Pero tú también prométeme que ya no te culparás y que seguirás aquí… a mí... Lado─ dijo apenas mientras estaba tan cerca de ella.

Stormfly lo pensó un momento, para calmarse y finalmente respondió.

─ Lo prometo…

Al escuchar su respuesta, ambos se unieron en un nuevo abrazo y permanecieron así.

Dejando que el dolor cesara poco a poco mientras que ellos disfrutaba del calor que emitía el otro.

No tanto el calor del contacto físico.

Sino del calor de su corazón.

Que solo el otro podía poner allí.

El calor de un amor real, fuerte y verdadero…

Continuará...

Hola hola hola...

Como están amigos? :>

Espero que bien...

Bueno aquí les traigo un poco de todo...

Un relación padre/ hijo

¿Una nueva amistad?

¿El comienzo de una pareja?

Solo sus favoritos uwu...

Si tienen a alguien más en mente pueden decírmelo por aquí...

Después de todo, la historia de hiccstrid no sería posible sin sus amigos...

Otro anuncio que quería darles es wu estaré sacando 1 capitulo por semana...

Ya tengo listo para 3 semanas así que no se preocupen... Seré más constante jsjs...

Sin nada más que decir me despido :)

bAiS ✨

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