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12:carrera (parte 5)

-ahora cuéntame más sobre ese dragón- pido un poco enojado al herrero.

-que le digo jefe, es un vikingo- trató de calmar al pelirrojo- aunque no literalmente, recuerde que nuestros ancestros era…-

-¡Bocón!, ya lo sé, solo quiero que me cuentes desde cuando Hipo tiene una motocicleta que parece dragón y hacen estas competencias callejeras- reitero la petición exaltado.

-primero, necesitas calmarte Estoico- pidió muy serenamente- no trates de encubrir tu ausencia como padre en primer lugar-

Ante esas palabras Estoico enmudeció abruptamente, al igual que su esposa, no fue el mejor de los padres.

-lo sé, no estuve tanto como hubiera querido estar… pero… ash ¡porque hablamos de esto!- dijo algo apenado.

-porque Hipo no te lo dijo, por eso… simplemente por esa razón probablemente no sabes nada de su vida- explico Bocón a la vez que Estoico comprendía la triste realidad.

-está bien, tratare de hablar más con él, pero solo responde mi pregunta por favor- pido una vez más.

-tiene a su furia nocturna desde los 18 y hacen estas carreras desde los 17- informó sorprendiendo al pelirrojo.

-5 años…él tiene 22 y no sé qué hiso los últimos 5 años…- se lamentó internamente desviando la mirada del herrero.

-pero puedes recuperar todos esos años querido amigo- consoló Bocón descifrando los pensamientos de su amigo del alma.

-eso espero… por ahora solo tengo que darle la noticia…-

-uoh uoh uoh, más despacio Estoico, si quieres entenderte bien con Hipo, no empieces con más responsabilidades de las que ya tiene-

-pero ya está listo, él debe asumir esto- afirmó seguro de sus actos seguidos.

-te recomiendo que no… como tu consejero presidencial jefe- advirtió Bocón, ya que el sabía el estado emocional que el castaño atravesaba.

-suficiente, ya tome mi decisión, ahora dime, ¿dónde están?- preguntó con seriedad.

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-ahí estas…- hablo para sí misma, cierta rubia, se encontraba planeando como llevarse a Eret.

-los gemelos fueron descalificados, los marginados los atraparon al encontrarlos husmeando en sus cofres- informó con éxito la pelinegra mientras veía por su DICIC la cámara que había dejado en el bosque.

-muy bien, sí que somos un gran equipo- mencionó la rubia a su mejor amiga, chocando puños como siempre cada que lograban algo juntas.

-ahora dime… ¿trajiste lo que te pedí?- preguntó a la ojiverde.

-claro que sí- sonrió encubridizamente, sacando un gancho gigante de alguna parte.

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-te tengo donde te quería- pensó un castaño encubierto, no por la apariencia, sino por las intenciones que ocultaba.

-Eret hijo de Eret- habló acercándose al pelinegro fornido- ¿cuál es el reporte?- preguntó.

-dos de los “mejores” "dragones" cayeron ante mí- comentó victorioso.

-la empresa está a salvo de esos sucios cobradores, bien hecho- felicitó su trabajo.

Estoico, aparte de ser el presidente, poseía una empresa internacional e inmensa de ingeniería electrónica y robótica.

Todos los avances tecnológicos que dirigía la empresa era exitosamente comercializados por todo el mundo, y alguno eran exclusivamente para Berk.

El DICIC por ejemplo.

Hipo era el vicepresidente de la gran empresa y a la vez el encargado del área creativa.

Eret solía ayudarlos, cada que algún empleado se le ocurría denunciarlos por falta de paga y violación de sus derechos como trabajadores, con el fin de obtener mucho más dinero de la empresa Haddock, se enfrentaban a un proceso judicial.

Pero con Eret como su actuario y abogado, los empleados, de alguna forma mágicamente realizada por Eret, en vez de que los Haddock les debiera algo, ellos terminaban debiendo a la empresa.

-Te felicito, ahora que tal si celebramos- preguntó ofreciéndole champaña al orgulloso pelinegro.

Eret no dudo en tomar la invitación a champaña gratis, no se veía eso todos los días con Estoico, quizás con Hipo sí, pero el castaño no paraba en este lado de la empresa.

Bebió entonces, de la copa que le fue servida momentos antes, ignorando los planes del chico de ojos verdes.

Una vez que la probó, sintió unos cuantos mareos, ganas de dormir y un desequilibrio total.

Hipo sonrió ante los sucesos, la pastilla dormilona, como el la llamaba, funciona a la perfección...

Creada por su mamá para los pilotos que sufren traumas tras un accidente aéreo, les ayudaba a conciliar el sueño.

Mientras Eret experimentaba el proceso de la sustancia, Hipo con disimulo lo llevo a parte, para que cuando caiga dormido, pueda llevárselo sin problemas.

El efecto solo duraba unos minutos, y ya dependía de la persona si quería despertar o seguir descansando.

El castaño estaba a punto de lograr su cometido, cuando una rubia interrumpió sus planes.

Un Eret medio adormilado estaba tratando de mantenerse de pie a la vez que la rubia trataba de engancharlo por los pies.

-yo lo vi primero- le reclamó divertido el ojiverde.

-pues yo lo atrapé primero- contraatacó de la misma manera.

-pero yo tengo una respuesta, porque  quieren me llevar contigo o tigo, quien quiere que vaya contigo- dijo completamente incoherente Eret.

-tranquilo amigo, solo quiero que me acompañes- habló tranquilamente el castaño tratando de quitar el gran gancho de los pies del pelinegro tatuado.

-Eret ven conmigo-ordenó Astrid- Hipo solo quiere secuestrarte yo quiero que me acompañes a otro sitio- la sutileza no era lo suyo.

-de hecho, lo de secuestrarte es de ella, yo quería llegar a un acuerdo- explicó calmadamente.

-drogándolo para que no se resista- contraatacó la rubia, divertida por la escena que miraba.

-debes confiar en que no te hare daño amigo- como siempre, el castaño estaba calmado.

-creo que mejor me quedo aquí- dijo Eret finalmente para caer dormido en el suelo.

Astrid aprovecho la oportunidad y silbo hacia la derecha, de repente el gancho marcho en reversa, arrastrando al pelinegro por el suelo y en medio de toda la empresa.

Ni Hipo ni Astrid se dejaron ver, solo fueron por detrás de los pasillos para arreglar los asuntos.

-señorita, creo que usted no está entendiendo las reglas- atrapó a la rubia entre él y la pared.

-creo que solo cuenta llevar a Eret, no la forma en que lo haga- tan intensa como siempre, pensó el castaño- pero creo que ya es hora de demostrar quién es el mejor.

Astrid iba a salir por debajo del brazo con el que Hipo la acorralaba, pero en un movimiento rápido, Hipo la tomo de los hombros y la volvió a poner en contra de la pared.

-se supone que esta competencia era entre los dos- dijo con una voz suave y coqueta- no trabajes con Heather, déjame a mi sacarla de la competencia- sugirió con otro tono más retador.

-de eso ya se encargó ella- dijo para confundir al castaño.

Acaso ella había sido la responsable de descalificar a todos los demás.

¿Cuál sería el motivo?

-pero, aún queda la competencia de habilidades- recordó al ojiverde.

-no creas que ganaras en eso- después de todo para eso llevamos a Eret, el será un jurado, ¿lo olvidas?- preguntó también a la rubia.

-solo necesito impresionarte a ti- confesó la ojiazul.

Hipo se sorprendió un poco, ella quería impresionarlo a él, ¿Por qué?...

Siempre se sorprendía por los logros de Astrid, por ella básicamente, y no entendía la razón por la cual Astrid quería impresionarlo más de lo que ya lo hacía.

-Astrid, porque quieres impresionarme, si siempre lo has hecho- habló delicadamente.

Inconscientemente se fueron acercando.

-es un secreto- dijo nerviosamente mientras se perdió en esos ojos verde bosque que tanto le hipnotizaban.

-creo que quiero descubrirlo- habló demasiado cerca de ella.

Quería besarlo.

Quería besarla.

-y… ¿Cómo lo harás?- cuestionó sabiendo la repuesta…

Ambos comenzaron a cerrar los ojos.

Querían este momento, esperaban hacerlo desde que descubrieron sus sentimientos.

El castaño quería resolver sus sentimientos con esto, realmente quería saber si al besarla, su revoltijo de sentimientos se resolvería.

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Astrid estaba dudosa, por un lado aun no sabía si él quería estar con ella por el resto de su vida.

Pero quizás, solo quizás con esto podría averiguarlo.

Estaba a milímetros de sus labios.

Cuando algo hizo click en su mente.

rechazo

¿Y si Hipo no quería?, ¿y si a larga ya no quería estar con ella?, ¿y si luego la rechazaba cuando supiera sus metas y convicciones?

“No estoy segura”

Una escapatoria, algo, lo que sea necesario para escapar…

Para no cometer este error, que alguien la ayude era lo que deseaba.

No quería retractarse.

No quería lastimar al castaño, pero el miedo la estaba consumiendo aterradoramente rápido.

Odiaba sentir esto, la hacía más vulnerable de lo normal.

Pero sus planes, sus sueños, su futuro, todo pasaba por su cabeza al mismo tiempo que no conseguía pensar con claridad.

Todo era tan confuso…

“Por favor Thor mío has algo”- suplicó en sus pensamientos.

-¡¡¡Astrid!!!- un grito basto para interrumpir el momento.

-gracias- pensó Astrid- prefiero esperar hasta después de la declaración, quizás ni siquiera la acepté- se dijo tontamente.

Hipo pensó en la catástrofe que estuvo a punto de realizar.

Tenía miedo igualmente, y fue estúpido pensar que todo se arreglaría con un beso.

Gracias a Thor que alguien lo ayudo.

Aún necesitaba pensar.

-creo que nos olvidamos de un detalle- habló la rubia para romper el incómodo momento.

-bueno querida, después de ti- él era experto rompiendo el hielo.

-siendo una competencia, ¿me vas a ceder el paso?- preguntó continuando la conversación.

-eso haría un caballero-arregló el momento tomando la mano de la rubia y besándola.

-pues eso eres castaño- sonrió sonrojada por esa muestra de afecto.

-te veré en el otro lado- dijo mientras se alejaba de ella.

-te veré en la línea de meta, cariño- dijo Astrid mientras salía en busca de la persona que gritó momentos atrás, además que debía llevarse a Eret, seguro Heather la estaba esperando.

Hipo decidió tratar de ir tras ella, tal vez después de todo logré ganar, pero el camino sería difícil.

Sus sentimientos y pensamientos volvieron a emerger.

Sus dudas aumentaron...

Pero no sabía que aumentarían más  con el anuncio de su padre.

Continuará…

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