O (½)
[Capitulo Narrado]
—Pero ¿Qué diablos?
Justo ahora no entendía nada.
Se había olvidado por completo de su pequeña libreta, si bien hace una semana que había pasado eso pero no había prestado la atención necesaria a sus notas.
Hasta esa frase.
La caligrafía sin duda era diferente a la suya.
Una pregunta, que en lugar de despejar dudas, dejo más.
—Basta —dejó de lado la libreta y salió de su cuarto, tenía hambre, quizá en el departamento tienen algo que comer.
Camino pasando enfrente de sus Unnie's, para llegar a la nevera emocionada por algo y encontrar...
Nada, absolutamente nada.
—¿Quién se cabo el pudín?
—Chaeng.
—¿La pizza?
—Nayeon.
— ¿Y el helado?
—Perdón, fui yo —la japonesa paso su mano atrás de su nuca y la rubia rodo los ojos al escuchar su estómago hambriento.
—Ah, ahora vengo, voy por algo de comer.
—Con cuidado Sana-Chan —dijo Momo despidiéndose.
La rubia sonrío acomodando sus zapatos y saliendo a la vereda en el mini-super que tenía su calle, no sin antes ponerse unos lentes y un gorro "la seguridad primero" recodo las palabras de su líder.
Aunque abandono la idea de los lentes, cambiándolo por un cubre bocas de color negro.
Salió del pequeño-gran departamento y doblo a la derecha al mini-super donde Mina, compra su agua de sandía en el verano.
El lugar era relativamente pequeño, pero tenía todo. Se dirigió a las verduras primero, puede llevar algo con el que se pueda preparar un estofado.
Observo un poco todo.
—Mejor voy por el instantáneo.
Y se venció.
Camino al pasillo de los preparados encontrando el estofado y llevando un poco de rame consigo. < Las frituras no caerían mal > pensó tomando de todos los tipos y sabores. Se supone que deben llevar una dieta...
Pero ¡al diablo! Las promociones habían terminado y podía comer lo que quiera.
Camino entonces a la caja para pagar y encerrarse en su cuarto a comer como Momo lo hace.
Fue entonces cuando acababa de pagar y salía del mini-super con una sonrisa por su comida, un chico que pasó a gran velocidad le robo su bolsa.
La bosa que traía sus frituras favoritas y él té verde que le gusta.
—¡Oye! —gritó—. ¡Vuelve aquí!
Entonces Sana como una persona civilizada que es, empezó a perseguir al ratero.
<Primero su comida y luego la justicia>
Tal vez no debió aprender de Momo.
—¡Vuelve aquí ladrón! —grito al prófugo mientras corría—. ¡Hijo de mami! ¡Ven acá pejelagarto!
Y Dahyun no es la mejor persona en insultos.
Justo cuando el ladrón estaba dando la vuelta y sana podía atraparlo, una cosa se interpuso en su camino haciendo que cayera encima de esa cosa desconocida.
Pero levantándose inmediatamente para ver cómo el ladrón de robaba su té verde.
—¡Mi té! —dijo dramática— se fue —y entonces cayó en el pavimento.
—Auch —alguien se quejó detrás de ella.
Y algo iluminó la mente de Sana, ese extraño se quejó y ¡por él desapareció su té!
Alguien tenía que pagar ¿no?
—Tú —dijo con una voz que salió de ultratumba, crispando todo el cuerpo del chico como un gato—. De-ja. Eso. Ahora —marco las pausas de una manera que el otro solo cayó soltando la bolsa de comida que había caído en su mano derecha.
Levantó ambas manos como inocente—. ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho! ¡Yo no robé nada! ¡Soy inocente! ¡Por favor! Yo solo quería un café americano, ¡no sabía que me regañarían! WAAA — Sana supo que no era la única dramática.
Arqueo la ceja y se movió adelante y atrás asustando al otro y riendo con burla.
<Bien Sana, demuestra quién manda>
—Dame la bolsa —el tono escalofriante seguía junto con la mirada. Qué hizo a temblar a su contrario que le entregó lo pedido y se ocultó como un gatito.
Fue entonces cuando la rubia no aguanto y soltó la carcajada. El chico esta desconcertado mirado curiosa escena ahora con enojo < ¿qué rayos pasaba?>
—Tú- tú cara JAJAJAJA fu-fue, era tan JAJAJAJAJA —sí a la japonesa le dio mucha gracia.
Finalmente se paró y miro molesto y con un puchero a la chica que se burlaba de él.
—Moooh —replicó.
Sana aún seguía en su trance carcajeándose, una lágrima se había resbalador la risa.
Pero se dijo así misma que era mucho sufrir y paro respirando aire. Para estabilizarse.
Fue entonces cuando tuvo mejor vista del otro.
Alto, gorro gris, cubre bocas blanco y lentes de armazón gris. Y a pesar de cubrir su pelo se podía ver un mechón de color azul un poco decolorado.
Era extraño pero esos ojos le resultaban conocidos.
—Perdón —dijo—. Lamento haberme burlado de tu cara graciosa, lo siento.
—No acepto.
—¿Qué?
—No acepto tu disculpa.
—¿Disculpa?
—Disculpada rubia tonta, adiós.
—Espera —dijo moviendo la bolsa de la comida—. Tú no me llamas rubia tonta peliazul decolorado.
—Un decolorado por el que morirías querida.
—Ahg, asquito los decolorados
—¿En verdad es tu mejor insulto?
—Oh, tengo muchos más —se arremangó su blusa.
—Mira rubia olvídalo, solo págame un helado de Mrt. Lee y quedamos a mano. —dijo—. No quiero pelear con una rubia.
—Ja, me tienes miedo —inconscientemente Sana ya había empezado a caminar a esos helados con el chico a su lado.
—En tus sueños rubia.
—En los tuyos decolorado.
—No te quedas callada nunca verdad —la miro.
—No —le saco la lengua con burla.
El resto del camino fue igual con insultos tontos y risas absurdas, los helados de Mrt. Lee eran los mejores de la calle, así que Sana se comió uno al igual que su decolorado compañero.
—¿Por qué un helado de nuez con frutilla cuando está el de fresa? —dijo ella.
—¿Por qué un helado de fresa cuando está el de nuez? —respondió él.
—Touché.
Volvió a ver su helado y miro el cielo, cuando salió del departamento era de día, justo ahora el sol se ocultaba en las calles de Seúl un vista para disfrutar en pareja, más ella lo veía con un decolorado-divo-narcisista.
¿Cómo había llegado a esa conclusión? Él no paraba de hablar que era hermoso. Más Sana solo podía verle los ojos. ¿Cuál era esa belleza?
Entonces vio la oportunidad el chico no estaba muy diferente a ella, para comer el helado debía bajar su cubre bocas y ¡ta da! Podría ver de quién era el rostro del desconocido decolorado.
Sus ojitos estaban completamente atentos a cuando el chico bajara su cubre bocas blanco, pero bueno, el muchacho no era tonto y tanta atención le desconcertaba. No negaba que le gustará, pero le incomodaba.
Aparentemente esa chica se parecía a la ardilla saltante que le robo el corazón.
(¡Oh, si supiera que es la misma! Pero que lastima debe esperar)
—¿Qué me miras? —pregunto cómo si fuera lo más obvio.
—¡Ah! Nada, nada —excusó.
Regresó su mirada al helado, ese chico, esos ojos, ¿Dónde los había visto antes?
El contrario observó a la chica, era torpe sin duda alguna, pero solo verla así, observando al helado mientras sus ojitos brillan, es adorable.
Pero entonces la chica cometió un error, o bueno su hambre fue mayor, ya que bajo su cubre bocas mostrando su perfil mientras mordía el helado.
Los ojos de él se abrieron en gran medida mientras se ponía de pie y huía (no olvidemos las mejillas rojas).
La chica observó su acompañante levantarse y un signo de interrogación se apareció en la cara.
Hasta que lo vio correr —. Diablos — dijo —. ¿Es en serio decolorado?
Y fue tras de él.
04.19
02.02.21
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro